jueves, 31 de julio de 2008

Caca = Niños = Dinero

Hay un grupo de personas que adora trabajar, y que por trabajar entiende crear, transformar cosas simples en cosas complejas, cosas inútiles en cosas útiles, cosas incomibles en cosas comibles, cosas feas en cosas lindas.

El placer que sienten (sentimos) este grupo de personas es casi sublime. Abocarnos a la tarea nos da un gran placer y hasta podemos sentir una especie de veneración hacia ese tipo de trabajo (transformador, creativo) y a todo lo que se asocie con él (compañeros, taller, herramientas, materiales).

Creo que tanto placer y tan fuerte vocación por el trabajo surge de un intento de repetir la maravillosa experiencia que puede llegar a sentir una mujer cuando está embarazada, parir y cuidar a su hijo.

Una ver terminado el trabajo, podemos admirar y usufructuar lo que hemos creado o podemos venderlo, ganar un salario, transformarlo en dinero.

Y acá surge un problema que afecta a varios. Dado que nuestro pensamiento funciona haciendo múltiples e inevitables comparaciones (así como comparé el trabajo artesanal con el embarazo) y dado que también es posible pensar como proceso creativo el proceso digestivo, en muchas personas es posible encontrar que el fin de proceso productivo tanto puede ser el dinero (en caso de venta o salario), como el fin del proceso reproductivo es el parto y el pequeño para criar, como el fin del proceso digestivo es el excremento, la caca.

Por ciertas razones que no vienen al caso, hemos llegado a la conclusión de que la caca tiene feo olor y que hay que despreciarla tirándola. Al niño le cuesta muchas amarguras ver cómo su querida mamá tira la caca que acaba de producir con tanto orgullo, sin embargo, en el medio de todas esas comparaciones, quedan muy vinculados el dinero y la caca generando un rechazo parejo para uno y otra, lo cual puede ser un factor decisivo en la pobreza patológica.

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miércoles, 30 de julio de 2008

«¿Cuándo cobramos sargento?»

Si vamos a buscar el origen de la palabra «sueldo» nos encontramos con que así se llamaba el dinero entregado a los soldados mercenarios contratados por los señores feudales para hacer la guerra (tanto defensiva como invasora).

Es difícil de creer que un significado tan antiguo como la Edad Media realmente tenga algún peso en nuestras mentes contemporáneas, pero lo lamentable es que no se puede afirmar lo contrario.

Por ejemplo, muchas veces los empleados a sueldo, se sienten mercenarios, es decir, personas que defienden con su energía los intereses de otras personas. Alguien puede ser un gran trabajador por una causa que la siente como noble y que lo llena de heroísmo, pero se siente totalmente desestimulado en hacer el mismo esfuerzo a cambio de un sueldo, quizá porque se siente un soldado que anda por el suelo... arrastrándose para no ser visto por el enemigo, pero que también lo hace sentir humillado por tener que adoptar tales posiciones corporales indignas, a cambio del vil dinero. (Resalté en rojo las letras que se repiten en los diferentes vocablos, porque esta coincidencia también merece ser tenida en cuenta).

Si usted no está familiarizado con la lógica —ampliamente confirmada— del psicoanálisis, podrá sentirse un poco escéptico de que yo comience con la palabra «sueldo» y termine asociándola con «arrastrándose», pero le tengo dos noticias. La mala es que efectivamente esto puede ser así y la buena es que si bien tal cadena asociativa es propia de la psiquis humana, funciona solamente en algunas personas.

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martes, 29 de julio de 2008

El precio de la felicidad

Según unos expertos de la Universidad de Pennsylvania (U.S.A.), una persona necesita para vivir bien aproximadamente unos U$S 850.- por mes (El costo de vida en U.S.A. me parece que es mayor que en la mayoría de los países subdesarrollados).

Este vivir bien implica un cierto grado de felicidad, que no depende de esa cantidad de dólares mensuales por persona sino de la libertad que esa cifra le aporta.

Es interesante remarcar que el dinero en sí mismo no da la felicidad sino lo que puede lograrse con él y más concretamente, la independencia (la libertad) que puede lograrse cuando se dispone del dinero suficiente para satisfacer las necesidades y deseos básicos que la naturaleza va haciendo pasar a través de nuestro cuerpo y de nuestra psiquis respectivamente.

Por tanto ahora podemos decir que el dinero contribuye a la felicidad sólo para aquellas personas que prefieren la libertad y que contribuye a la infelicidad para aquellas personas que prefieren la dependencia.

Debo ser muy claro en esto. Algunas personas prefieren ser independientes y otras prefieren ser dependientes. Estas preferencias no se merecen una valoración del tipo bien/mal o correcto/incorrecto o salud/enfermedad.

En suma: Quienes prefieren ser independientes (libres) disponen de un nivel de felicidad aceptable si cuentan con U$S 850.- por mes (cada una) mientras que los que prefieren ser dependientes disponen de un nivel de felicidad aceptable si no cuentan con esa cifra por mes y por persona.

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lunes, 28 de julio de 2008

Esquilo + Sófocles + Eurípides

Una tragedia es un relato donde los personajes protagonistas se ven enfrentados de manera inevitable a un destino al que los espectadores le imaginamos un desenlace fatal. Las tragedias han de acabar forzosamente en muerte violenta del protagonista o en su lugar con algún deterioro mutilante como la ceguera, la parálisis u otro desastre insoportable e irreversible.

En el teatro mental que todos tenemos, hay personas que siempre ven la realidad —en la que son protagonistas— como una tragedia. Si llaman a un amigo y éste no contesta el teléfono, suponen que se ahorcó. Si el hijo está llegando más tarde de lo esperado, seguro que tuvo algún problema grave.

Estas experiencias terroríficas no cambian por más que luego se enteren de que el amigo no contestó el teléfono porque se estaba duchando o que el hijo llegó más tarde porque la fiesta estaba muy divertida como para abandonarla.

El apego a esta visión de la propia realidad necesita a veces algún decorado concordante ya que no queda muy creíble que alguien con estas ideas tenga una vida próspera, esté rebosante de salud y todo le vaya bien.

Esta concordancia entre el estilo trágico del libreto personal y el escenario debe existir para que la sociedad no piense que está loco. De ahí que estas personas procedan a montar la escena adecuada para la tragedia a representar y por eso tienen que ser pobres, enfermos y llamativamente desafortunados.

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domingo, 27 de julio de 2008

La soltería de Mr. Burns

«Es un hombre pudiente». «Fulano es un potentado».

Estas expresiones —populares en los países latinos—, revelan la creencia popular de que la posesión de bienes (de fortuna, de dinero) genera poder.

Otra creencia popular muy arraigada en nuestras cabezas es que ciertas cualidades opuestas son también complementarias y que —al revés— cuando dos personas son complementarias, poseen características opuestas.

Está claro que el macho es complementario de la hembra a los efectos de la conservación de la especie, pero no está tan claro que si el macho es fuerte la mujer deba ser débil, ni que si el macho es alto ella deba ser baja. En suma: una hembra no es un macho al revés... sin embargo tenemos una tendencia a pensar según este criterio.

Es anatómicamente demostrable que para que el hombre pueda penetrar a la mujer debe tener una cierta potencia eréctil como para que su pene adopte la forma y consistencia necesarias para que esa operación se realice. Por su parte, facilita el acto sexual que la mujer tenga su vagina lubricada y ligeramente distendida. Pero no es cierto que para que haya acto sexual el hombre debe ser potente y la mujer impotente ... aunque nuestra lógica inconciente así pueda pensarlo.

Concluyo: Está demostrado que existen más mujeres pobres que hombres pobres. También comunica la Organización Mundial del Trabajo que ellas consiguen empleos peor remunerados. Propongo: Quizá exista en algunas mujeres la creencia de que para ser femeninas, no deben ser ni pudientes ni potentadas.

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sábado, 26 de julio de 2008

«E’ mío»

Las nueve lunas de embarazo parece mucho tiempo de gestación pero sin embargo no alcanza. El bebito nace con una cantidad de funciones a medio terminar y luego sigue como en una especie de embarazo externo donde los padres lo ayudan a que siga «completándose».

Todo en el ser humano es lento y precario. Sin embargo también debemos reconocer que llevamos varios miles de años sobre el planeta y otras especies más precoces han desaparecido.

La parte psíquica es tan lenta como la orgánica y así tenemos que algunas personas pueden tener muchos años de existencia y continúan siendo inmaduras.

Un rasgo de inmadurez poco mencionado tiene que ver con la sensación que tiene al principio el bebito de que todo está fusionado, que todo es una sola cosa. Recién cuando tiene alrededor de un año comienza a darse cuenta de que la madre es otra persona y así los demás personajes y objetos de su entorno.

Es probable que, cuando las condiciones se juntan de una manera especial suceda que alguien que tarda demasiado en entender que el dinero no es solamente suyo, casualmente tiene facilidad y suerte para obtenerlo, acumula enormes fortunas (siempre con la idea inconciente de que lo está recuperando porque siempre fue suyo) y eso genera una escasez en los que terminamos llamando pobres.

Estos personajes (ricos por inmadurez) estimo que sean muy pocos, pero igualmente pueden existir y estarían generando la pobreza de miles de personas.

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viernes, 25 de julio de 2008

Psicología al tacto

Contaba mi abuelo su proeza estudiantil cuando luego de concurrir a la Academia de Dactilografía de Gómez y Señora, recibió un diploma que se convirtió en el orgullo de toda la familia y hasta se destinó parte del presupuesto para encuadrarlo.

En ese entonces se consideraba que el conocimiento de la humanidad se duplicaba cada cien años.

Una historia parecida aconteció en 1992 cuando llevé a la casa de mis padres el título de Licenciado en Psicología, luego de haber aprobado los 32 exámenes que la Universidad del Estado impone.

En su momento estuve muy orgulloso de mi hazaña estudiantil, pero en una reciente reunión familiar se recordó aquel diploma de dactilógrafo al tacto primorosamente encuadrado por mis bisabuelos y algo me hizo sacar una cuenta insoportable.

Efectivamente, si hoy me parece una ingenua trivialidad el diploma de dactilógrafo de alguien que vivió cuando el conocimiento se duplicaba cada cien años, ¿cómo debería evaluar mi título de licenciado hoy que el conocimiento de la humanidad se duplica cada cinco años?

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jueves, 24 de julio de 2008

Las comparaciones son odiosas

¿Está de acuerdo conmigo que «Las comparaciones son odiosas»?

«Deberías esforzarte tanto como tu hermano»; «Tu cuñada está más en línea que tu»; «Todavía no has logrado cocinar como mi madre»; «Los poemas de él son más románticos que los tuyos»; «No tienes los senos tan duros como Fulana»; «Tu pene es más chiquito que el de Fulano».

Estos atentados a la autoestima van contra cualquier declaración de los Derechos Humanos. Son insoportables. Aunque todas las comparaciones sean objetivamente correctas, equivalen a minas antipersona: mutilan pero no matan.

El dinero es un bien que sirve como intermediario de una infinidad de comparaciones. Si comparamos dos bienes que cuestan $ 1.000 (3 sacos cuestan $ 1.000 y un cabra cuesta $ 1.000), estamos obteniendo la conveniencia de poder facilitar la venta y la compra de ambos bienes por el simple hecho de cambiarlos previamente por su equivalente dinero.

Como repito hasta el cansancio en este blog, algunas personas se llevan mal con el dinero y es mi especialización buscar por qué están peleadas con algo que no tendría por qué ser tan irritante disminuyéndoles la calidad de vida innecesariamente.

En este caso, dado que el dinero es un elemento (una herramienta social) que tiene sentido cuando se comparan dos bienes y puesto que —como dije al principio— «las comparaciones son odiosas», entonces puede suceder que en el inconciente de algunas personas esta «herramienta de comparación» también se considere como odiosa.

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miércoles, 23 de julio de 2008

Emigración interna

En mi artículo titulado Las mujeres podrían trabajar argumento sobre porqué las mujeres deberían contar con la opción de realizar tareas remuneradas económicamente, pero que no es razonable que estén obligadas a hacerlo.

La Organización Mundial del Trabajo, en su informe de marzo de este año 2008 indica que ahora son 1.700 millones de mujeres las que están trabajando o buscando trabajar. La cifra más alta en la historia de la humanidad.

También agrega que ellas acceden a puestos de baja productividad, mal remunerados, inseguros, sin protecciones sociales básicas y escasamente sindicalizados.

Estas últimas particularidades tienen una llamativa semejanza con las condiciones laborales a las que acceden la mayoría de los inmigrantes a los países del primer mundo.

Con estas ideas podemos pensar que las mujeres de un país cualquiera están asignadas naturalmente a una tarea que, si bien es la más importante de todas (la conservación de la especie), no están adecuadamente valorizadas. Como la salud mental de cualquier persona depende de que sea valorizada con justicia, ellas se ven compelidas a emigrar (dentro del propio país) al mundo laboral de los hombres y ahí son tratadas como se trata a los emigrantes: asignándoles puestos de baja productividad, mal remunerados, inseguros, sin protecciones sociales básicas y escasamente sindicalizados.

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martes, 22 de julio de 2008

¡Esto es vida!

Sobre gustos no hay nada escrito y los gustos son rasgos importantísimos en cada uno de nosotros. Nuestra flexibilidad puede ser grande, moderada o nula. En algunas preferencias podemos llegar a ser radicales.

El criterio de «dormitorio ordenado» que tiene un niño, un adolescente, un adulto y un adulto mayor pueden llegar a ser muy diferentes y luego está la otra alternativa: el criterio de «dormitorio cómodo (o placentero o hermosamente decorado)» también pueden ser variadísimos según las etapas de la vida.

Y todo esto hablando de la misma persona a lo largo de su vida. Cuando hablamos de dos personas diferentes las variaciones son más grandes todavía.

Habrán observado que muchas personas descansan cambiando de ambiente y algunas lo hacen pasando de una vida saturada de confort a la más precaria existencia y lo más alejado posible de la civilización.

Pues bien, si registramos todos estos gustos tan variados (y respetables), también podemos conjeturar que puede existir un grupo de personas que prefiere todo lo que encuentra (y no encuentra) en la pobreza.

Si bien su situación es vista como carenciada, penosa, merecedora de nuestra colaboración, resulta que esa persona disfruta viviendo en ese escenario, en ese ambiente, con esas carencias, con esa «abundancia de precariedad».

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lunes, 21 de julio de 2008

¡Cuidado con los psicólogos!

Cerca de mi casa están por construir un gran edificio y ya instalaron una oficina de ventas dentro del mismo predio.

Fuimos con mi esposa a interiorizarnos sobre precios, financiación, diseños, terminaciones, plazos, intereses, dimensiones, orientación, fecha de entrega estimada.

El señor que nos atendió, impecablemente vestido y de modales muy profesionales, nos proporcionó todos los datos que habíamos ido a buscar y con ellos destinamos todo el fin de semana a realizar las valoraciones del caso para luego tomar una decisión.

Cuando agotamos nuestras ideas, pasamos al siguiente paso que fue consultar telefónicamente a parientes y amigos.

Las opiniones y consejos recibidos podrían ordenarse según el grado de inteligencia, según el grado de relevancia, según el grado de sentido común y según el grado de extravagancia.

La que no pudimos catalogar ¿quién pudo aportarla? Si, claro, por supuesto, acertaron: La psicóloga (que habíamos dejado para el final con la secreta esperanza de que no tuviéramos tiempo de consultarla). Luego de plantearle todo el negocio y las condiciones, ella le dijo a mi esposa:

— Es todo muy interesante pero tengan en cuenta que la empresa no les está financiando la compra a ustedes sino que son ustedes los que le están financiando la construcción a ellos, ya que empezarán a pagar por algo que recibirán dentro de dos años.

¡Qué desgraciada! ¡Estábamos tan contentos con el negocio que íbamos a hacer y tuvimos que repensar todo de nuevo!

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domingo, 20 de julio de 2008

Sugestión en comprimidos

Frecuentemente incursiono en el tema publicidad porque —de más está decirlo—, es un arte fascinante. Algunas piezas pasarán a la historia como lo han hecho obras de Miguel Ángel, Mozart o Goethe.

Cuando recibimos la recomendación publicitaria estamos recibiendo un trabajo que llevó horas de estudio, ensayo, discusión. Trabajo. Mucho trabajo.

Sabemos que ese trabajo lo pagamos quienes compramos el producto publicitado. Viene incluido en el precio inevitablemente.

Esto podría interpretarse como una especie de engaño ya que en ningún anuncio se nos dice: «Sr. Consumidor: en el acto de adquirir nuestro producto le serán cobrados tantos dólares por concepto de publicidad». Sería correcto que lo hicieran, pero por ahora ésta no es una omisión imperdonable.

Sobre todo porque existe otro beneficio de la publicidad (además de informarnos, recordarnos, divertirnos) y que tiene que ver con nuestra capacidad de sugestión.

Sólo le doy un ejemplo y usted sabrá de qué hablo: la Aspirina quita el dolor de cabeza con mayor rapidez y seguridad porque nos lo están repitiendo varias veces al día. Es decir que las virtudes del producto publicitado aumentan debido a la sugestión que nos genera la publicidad.

Convengamos en que este beneficio por sugestión también tiene un valor que justifica ser pagado por nosotros.

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sábado, 19 de julio de 2008

¿Con mi primita sí?

¿Alguna vez se preguntó por qué no puede tener relaciones sexuales con sus familiares en primer grado (padres, hermanos, etc.)?

Yo sí me lo pregunté y la primera respuesta que recibí fue errónea: Porque la descendencia tendrá taras genéticas (mongolismo, idiocia, etc.). NO ES CIERTO.

Últimamente obtuve de un famoso antropólogo (Claude Levi-Strauss) una explicación más creíble: Cada tribu reservaba a las mujeres para que se unieran a los varones de alguna tribu vecina para establecer vínculos de parentesco que evitaran los conflictos y para propiciar las alianzas de cooperación.

Para reforzar esta estrategia pacificadora y productiva se creó el tabú del incesto que consiste en imaginar consecuencias terribles para los transgresores. Los hechos demuestran que este método de instalar miedo en la mente de los ciudadanos es bastante eficaz porque los casos de incesto son relativamente pocos.

En suma: Para lograr la paz y la cooperación productiva se apeló a generar una exclusión cuyo lema sería: Las mujeres de esta tribu quedan excluidas (prohibidas) para los varones de esta misma tribu y habilitadas para los varones de cualquier otra tribu.

Me pregunto ahora si no sucederá algo parecido con el alimento. Imaginen algo así: Para lograr la paz y la cooperación productiva se apeló a generar una exclusión cuyo lema sería: Cierto grupo de personas del planeta (los pobres) tendrán un acceso restringido a los bienes del planeta al solo efecto de apaciguar la agresividad del resto aumentándole la asignación que recibe.

Usted puede alegar que la pacificación y la cooperación no se han logrado porque siempre existe algún conflicto o gesto de mezquindad entre los pueblos, pero debemos reconocer a su vez que prohibiendo el incesto tampoco se ha logrado que el planeta sea un paraíso. El asunto está en evaluar cómo sería nuestra situación si no existieran ni la prohibición del incesto ni la injusticia distributiva.

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viernes, 18 de julio de 2008

La pobreza fundamentalista

Habemos dos tipos de personas, los afiliados de segundo nivel que somos aquellos que nos gusta algo serenamente y los afiliados de primer nivel que no solamente que gustan de algo sino que sienten un asco feroz por todo lo demás.

Por ejemplo, un vegetariano de segundo nivel es aquel que prefiere las comidas que contengan ingredientes del reino vegetal. Un vegetariano de primer nivel es aquel que no solamente come alimentos del reino vegetal sino que puede recorrerse todas las mesas de un restaurante arengando a los comensales que estuvieran degustando algo del reino animal.

Como ven, son dos categorías bien diferenciadas y que definen características que podemos encontrar en personas que conocemos.

Otro ejemplo: un espiritual de segundo nivel es aquel que prioriza en su vida los valores morales, la ética, las creencias religiosas, tiene facilidad para la filosofía y las artes, posee un gran desarrollo de sus sentimientos, afectos y emociones. Un espiritual de primer nivel hace lo mismo que el de segundo nivel pero le agrega que tiene un rechazo furibundo por los aspectos materiales de la vida (en muchos casos incluyendo a su propio cuerpo), es un encarnizado defensor de la normas morales, posee una ferviente pasión religiosa y desconfía o combate directamente a los ateos y recela de quienes utilizan el raciocinio como la principal funcionalidad intelectual.

Naturalmente que el espiritual de primer nivel rechaza el dinero.

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jueves, 17 de julio de 2008

Cooperación profunda

Si podemos tomar en cuenta todos los sacrificios que hacen las parejas que no pueden tener hijos por causa de algún tipo de esterilidad, es posible suponer que aquellas otras parejas que sí pueden concebir, están suficientemente gratificadas por el simple hecho de haber tenido un hijo.

Cuando la infertilidad no existió como un problema a superar, pueden aparecer entre padres e hijos ciertos sentimientos de gratitud y hasta de deuda económica. En otras palabras, a veces los padres creen que los hijos les deben amor, consideración, respeto, agradecimiento, favores, porque durante el embarazo y el resto de la crianza esos padres hicieron muchas cosas por sus hijos (alimentarlos, sanarlos, vestirlos, etc.).

De hecho los padres tuvieron la suerte de poder concebir y los hijos no tienen ninguna deuda que pagar. Claro que si estos padres entablan con sus hijos un vínculo de amor, de simpatía, de mutua complementación, de solidaridad, entonces las condiciones están dadas para que estos ciudadanos (que además poseen lazos de sangre) estén llamados a disfrutar de un vínculo muy agradable y productivo para todos.

Si estos vínculos de intercambio benéfico se dan entre grupos más grandes dentro de una sociedad, entonces podemos entenderlo mejor gracias a la economía política, ciencia ésta que conjuga varias disciplinas, a saber: economía, sociología, comunicación, derecho y ciencias políticas.

Cuando en los grupos donde predominan las buenas relaciones, cuando se practica el lema «Hoy por ti, mañana por mí», cuando la norma del «toma y daca» está vigente, cuando existe la colaboración por recíproca conveniencia, tanto sea en un grupo familiar como en una comunidad de cualquier tamaño, podemos estudiarla desde la economía política pero eso sí, agregándole el psicoanálisis, porque de lo contrario nos quedaríamos con una comprensión superficial de los fenómenos que allí se verifican.

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miércoles, 16 de julio de 2008

Mi firma vale mucho, poco o nada

Los bancos de cada país son los encargados de poner en circulación los billetes y las monedas con los que se harán las transacciones de compra y venta de bienes y servicios. Más exactamente hay un banco principal que centraliza los controles de emisión y circulación, utilizando a los demás bancos como si fueran sucursales suyas.

Es sustancial para la salud económica de cada país que esta emisión y circulación se hagan con gran precisión y confiabilidad porque de la confianza que todos tengamos de que cada billete o moneda son verdaderos, dependerá que efectivamente puedan cumplir esa función de ser un medio de pago aceptable.

Pero existe otra forma de pago que elude la moneda y son los cheques.

En cada banco comercial algunas personas tienen dinero depositado y luego pueden emitir documentos que también son válidos como instrumento de pago.

Tan es así que si yo recibo un cheque por 1.000 pesos, puedo con él pagarle a otra persona y así podrán seguir usándolo quienes lo hayan recibido hasta que llegue la fecha de vencimiento para ser cobrado en el banco donde está la cuenta corriente que tiene el que lo emitió originalmente.

Como se ve, no sólo los gobiernos pueden emitir dinero sino que también podemos emitirlo los ciudadanos comunes.

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martes, 15 de julio de 2008

«Soy ustedes»

¿Por qué se le debe respeto al presidente de un país? Porque esa persona representa a todos los habitantes.

El presidente es alguien que cumple una doble función: Es un ciudadano más, igual que cualquiera de nosotros, pero además cumple el rol de representarnos a todos. Donde esté él, es como si estuviera la población de su país.

Ese rol de representarnos a todos también hace que posea el máximo poder porque sus decisiones son las decisiones de todo el pueblo al que él representa.

Cuando días atrás comentaba en Vendo chupete usado de gran valor (afectivo) y en Compro cabra urgente que la invención del dinero vino a facilitar las transacciones porque él puede representar a cualquier otro objeto también aparecía el mismo concepto de «representación».

Muchas personas aman a quien posee el poder de un presidente pero también muchas personas rechazan el poder. En este caso el psicoanálisis suele opinar que cualquier persona con poder representa a la figura paterna, esto es, a quien haya tomado las decisiones, impuesto disciplina, juzgado y castigado al niño quién —cuando se convierte en adulto— sigue odiando aquel rol de mando represor.

Y ahora desembocamos en que muchas personas pueden tener un rechazo inconciente a los «representantes con poder», y dentro de esta categoría genérica no solamente se incluyen a los presidentes y a los padres sino también al dinero (en tanto éste representa a cualquier objeto deseado).

Ésta puede ser otra causa de la pobreza patológica.

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lunes, 14 de julio de 2008

«Mami, cómprame un helado»

Los aforismos son sentencias mesuradas, breves y elegantes. Son como los refranes pero que refieren a temas de algún arte o ciencia.

En la niñez suceden cosas muy trascendentes. Tan trascendentes como puede ser la construcción de los cimientos de un gran edificio. Uno de los motivos de su importancia también se puede incluir en una comparación arquitectónica: la forma de los cimientos determina en gran medida la forma del edificio (de la personalidad).

Por razones que no requieren explicación, los niños no trabajan, no ganan dinero, no pueden hacerse responsables de un patrimonio.

La niñez suele ser una época dorada para casi todos, no porque la vida sea un jardín de rosas todo el tiempo, sino porque la enorme capacidad de adaptación les facilita superar las dificultades en las que viven con una actitud que les permite pasarla bien aún en circunstancias críticas.

Un aforismo del psicoanálisis dice lacónicamente: «Repetir para no recordar». Aplicando esto al tema central de este blog, puede postularse que es posible que alguien repita esquemas infantiles —no trabajar, no ganar dinero, no hacerse responsable de un patrimonio— para no recordarlos.

Es necesario «no recordar» que estas son conductas tomadas de la añorada niñez porque si eso sucediera muy probablemente se perderían los beneficios obtenidos por la repetición desmemoriada de algo tan gozoso de aquella etapa.

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domingo, 13 de julio de 2008

Por qué amo a John Lennon

El sentido común habría que prohibirlo con más energía que el tabaco.

La mitad más uno de los pobladores del planeta valoramos más lo que no tenemos. La ausencia glorifica mientras que la presencia descalifica.

La mayoría de los héroes y de la gente extraordinaria están muertos. Los vivos andamos haciendo méritos inútilmente y cada tanto alguno se convierte en la excepción que confirma la regla cuyo lema sería: «Si estás vivo, no me interesas». Otro slogan también verdadero pero que no se usa por lo disparatado sería: «¡Vivan los muertos!»

Pero este contra-sentido-común también funciona con los objetos. Esta patética mitad más uno de la humanidad perdemos el entusiasmo que teníamos para conseguir el auto, la casa, realizar un viaje y mil etcéteras más.

La parte linda es el camino dicen los taoístas. ¡Y tienen razón! ¿Existe algo más divertido que planificar un viaje? ¿Qué hacemos cuando estamos en el avión de regreso? ¡Por supuesto! Planificar la próxima excursión.

¿A qué viene todo esto se preguntará usted? Fácil: Otro de los miles de motivos por los que tantas personas no obtienen el dinero suficiente puede ser que rechazan lo que tienen y sólo desean lo que no tienen. Estas personas sólo valoran el dinero que no tienen y no valoran el dinero que tienen. Quizá hasta amen más a los muertos que a los vivos.

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sábado, 12 de julio de 2008

¿Éxito?

¿Qué es tener éxito? Parece una pregunta fácil pero no lo es tanto.

¿Éxito para quién? ¿Para el interesado? ¿Para los que dependen o se aprovechan del interesado? ¿Para la humanidad?

Si un estudiante desea salvar un examen, tiene éxito si lo salva, si no lo quiere salvar porque eso implicará que los padres le exijan buscar y encontrar trabajo, salvar el examen constituirá un fracaso.

Hasta un suicida puede tener éxito en caso de matarse, aunque un psiquíatra lo evalúe como un fracaso terminal.

Nuestra sociedad tiene más o menos establecido cuál es la definición oficial de éxito y de fracaso. Todos conocemos con relativa certeza qué se espera de cada uno de nosotros.

Llámase patología al desacuerdo entre las expectativas personales y las expectativas oficiales. Es la sociedad la que dice qué está bien y qué está mal pero somos los individuos los que sabemos qué quiere nuestro deseo y que rechaza nuestro deseo.

Llamase éxito a las transacciones gananciosas que puedan lograrse entre las expectativas personales y las expectativas oficiales. Si mi deseo odia el sistema educativo actúo como un incapaz para que me dejen tranquilo y tengo éxito si le creen a mi personaje y me tienen lástima. Si mi deseo es complicarle la vida a los burgueses capitalistas tengo éxito si puedo asumir el rol de dirigente gremial para que mi bronca personal quede enmascarada en una lucha de clases.

Esto no es psicoanálisis, es ciencia psico-económica: El bienestar consiste en negociar con el entorno y conseguir al mejor precio posible lo que mi deseo demanda.

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viernes, 11 de julio de 2008

Pedagogía traumática

Los que me conocen desde hace años saben que tengo algunas anécdotas preferidas.

Esta me ha servido mucho a pesar de su costo.

Cuando era joven tenía un mecánico que había logrado que yo le tuviera confianza. Una verdadera hazaña de su parte. Cuando tenía mi auto en reparación me divertía viéndolo trabajar y además conversábamos de su deporte preferido: el motociclismo.

Cierta vez me invitó a una competencia muy importante y fui. Esa era la primera vez que yo veía la inclinación que le daban a sus motos en cada curva y a una velocidad de vértigo. Para mí desafiaban principios elementales de la física. Con esa inclinación, esa velocidad y esa curva, tendrían que salirse de la pista todas las veces.

Cuando le pregunté cómo lograban esas proezas casi milagrosa él me dijo que sólo se trataba de una cuestión de entrenamiento. ¿Pero cómo lo logran exactamente? —continué indagándole.

El me contestó sin dejar de trabajar: Cada curva la hacemos mil veces, inclinándonos cada vez un poquito más. Cuando nos caemos ahí sabemos que la mejor inclinación era la anterior.

Nunca supo que me había enseñado algo más importante que todo lo aprendido en los cinco años de Universidad.

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jueves, 10 de julio de 2008

Mi talento es vivir en sueños

Cuando el actual presidente de Brasil, (Luiz Inácio Lula Da Silva) era presidente del Partido de los Trabajadores, le hizo la vida imposible a los empresarios pero cuando se convirtió en presidente del país supo cómo beneficiar a sus antiguos enemigos de clase.

Este hombre de casi 63 años comenzó muy abajo y su talento le ha permitido llegar a ser reelecto en uno de los países más poderosos del planeta. Es sabido que carece de algún título universitario y que para llegar al poder recibió el ataque más agresivo y deshonesto de los medios de prensa pertenecientes a sus opositores.

Se trata de un pésimo ejemplo. No es para nada frecuente que una persona pueda migrar de las clases más bajas a la máxima magistratura de su país.

El caso de este hombre es tóxico en la mente de una mayoría de personas que sueña con que «si Lula pudo, ¿por qué no yo?», y a partir de ahí comienza a elaborar su estrategia preocupándose por no tener ningún título universitario, asegurándose de partir de la clase socio-económica más baja y tratando de combatir con la mayor agresividad posible a quienes podrían ser sus empleadores.

También puede pensarse que esta gente está engañándose concientemente. En realidad no tienen ningún interés en progresar, en luchar, en poner su vida en riesgo, en sacrificar horas de sueño, en olvidarse del ocio y —por el contrario— disfrutan soñando con que tienen el talento de personas tan excepcionales como lo fueron Pelé, Maradona o Mozart.

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miércoles, 9 de julio de 2008

Mi amigo el Cuco

En el blog Relatos en clave psicoanalítica rioplatense hoy publico un artículo sobre el mito del hombre de la bolsa (también conocido como Cuco), clásicamente utilizado para amedrentar a los niños.

Para darle realismo a las técnicas pedagógicas basadas en inspirarles terror a los pequeños, es frecuente que se les señale alguna persona pobre de las que vive en la calle, generalmente rodeados de bolsas y de perros, cuyo aspecto es siempre lastimoso.

La psiquis se acomoda a las sobrecargas de angustia apelando a ciertos recursos que en psicoanálisis llamamos mecanismos de defensa. La identificación con el agresor o la formación reactiva son más o menos lo mismo y consisten en ponerse el angustiado en lugar de aquello que lo angustia. Los niños juegan a los doctores, a las maestras o a las madres porque son personajes muy impresionantes y angustiantes en sus vidas.

Siendo que el temible hombre de la bolsa (o Cuco) es una persona muy pobre de aspecto lastimoso y tratando de contrarrestar el miedo que una vez sintió hacia él gracias a las técnicas educativas de los padres, puede pensarse que algunas personas tratan de ser pobres para igualarse con quien una vez les causó terror. De esta forma se le pierde definitivamente el miedo al viejo de la bolsa (Cuco).

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martes, 8 de julio de 2008

Lo prefiero dos talles más chico

Los préstamos hipotecarios suelen concederse a plazos muy largos: 15, 20, 25, 30 años. En algunos casos, cuando la vivienda que se está comprando con esta financiación está suficientemente amortizada, el banco suele ofrecer un nuevo préstamo para comprar otra vivienda más nueva, confortable o adecuada a la conformación actual de quienes la habitarán. De ser aceptado por los deudores, aquel plazo continuará extendiéndose pudiendo inclusive llegar a ser transferido a los herederos.

El gusto por tener una casa propia es muy intenso y difundido. Una mayoría preferimos ser propietarios del lugar que habitamos.

Es un esfuerzo considerable el estar pagando durante tantos años. Un verdadero sacrificio que se hace con satisfacción porque se cumple el sueño de la casa propia.

Algunas personas prefieren hacer otro tipo de sacrificio para lograr una vida eterna. El uso del cilicio por parte de algunos creyentes cristianos consiste en mortificar el cuerpo con vestimentas o accesorio que resultan algo más que incómodos.

También podría pensarse que el tomar un préstamo hipotecario es otra forma de mortificar el cuerpo con el cilicio ya que es compartido por una mayoría el gusto por comprarse una casa pero el compromiso de pagar durante tantos años un dinero cuya obtención cuesta un sacrificio laboral, puede incluir aquella práctica religiosa cuyo objetivo es de más largo plazo (la vida eterna en el paraíso) aunque de resultados más inciertos.

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lunes, 7 de julio de 2008

Fugados de la pobreza

El eje temático de este blog es la pobreza patológica, esto es, aquella escasez de recursos que molesta, ya sea a quien la padece directamente o a quienes se ven perjudicados por ella indirectamente (familia, amigos, sociedad, gobierno).

Existe un punto de equilibrio imaginario en el cual alguien posee los recursos materiales suficientes como para no tener carencias generadoras de esa molestia mencionada en el párrafo anterior.

Quien tiene de menos es el que se define como pobre pero existe también el desequilibrio opuesto. Algunas personas tienen una cantidad de recursos materiales que están por encima de ese punto de equilibrio imaginario y acá también tenemos un fenómeno interesante para ser tenido en cuenta a la hora de encontrar causas (y posibles soluciones) de la pobreza patológica.

Popularmente se dice que los que tienen demasiado se están quedando con recursos que pertenecen a los que tienen de menos. Esta es una postura en la que se omiten las ventajas de la propiedad privada como norma esencial para una convivencia mínimamente pacífica de cualquier comunidad contemporánea.

Asumir una identidad por los rasgos opuestos es muy frecuente entre quienes prefieren un cierto equipo deportivo sólo porque detestan a su tradicional oponente. Por ejemplo, soy fanático del equipo A porque en realidad lo que me interesa es hacerle la vida imposible al equipo B. Lo mismo puede suceder en el plano ideológico político, filosófico, religioso.

Es probable que los que tienen más dinero de lo que necesitan están exhibiendo un rol que genera un fuerte rechazo entre ese grupo de personas que adhieren a la conducta exactamente opuesta sólo para diferenciarse de los primeros.

Esta actitud «exactamente opuesta» también está presente entre quienes podríamos catalogar de «ricos patológicos» porque es posible que algunas personas tengan recursos excesivos por el sólo hecho de no verse pobres.

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domingo, 6 de julio de 2008

El robo por amor al prójimo

En el artículo anterior titulado Que nunca falte la falta terminaba diciendo que es la actitud inconciente de muchas personas —que no confían en que la naturaleza les mantendrá con la energía física y anímica suficiente— ambicionar con desmesura el tener deseos y necesidades.

Con esta lógica llegamos a situaciones coherentes pero que pueden extrañar a quienes no conozcan su funcionamiento.

Si uno procura ayudarlas, seguramente les estará causando un perjuicio. Cuando uno colabora con alguien le está quitando necesidades y si éstas son consideradas como algo tan valioso, entonces llegamos a la insólita situación de que una colaboración es registrada como un hurto.

El que comedidamente trata de quitarle las necesidades a quien hace cosas inconcientemente para que nunca le falten, está teniendo una conducta que socialmente merece el agradecimiento. El que recibe la ayuda sabe que debe estar agradecido pero sin embargo sólo le surgen sentimientos de rechazo y no entiende por qué (recordemos que su estrategia es inconciente y que por lo tanto él tampoco la conoce).

El beneficiario de la ayuda se siente mal y no sabe porqué, aunque una vez conocida cuál es su estrategia de vida podemos entender que el comedido lo está robando y que él no puede evitarlo ya que culturalmente debería estar agradecido.

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sábado, 5 de julio de 2008

Que nunca falte la falta

El deseo (o la necesidad) es un motor que tenemos los seres humanos. Por él hacemos muchas cosas y sin él no podemos hacerlas. Si deseamos (o necesitamos) hablar con cierta persona, podemos llegar a sorprendernos de cuántas cosas somos capaces con tal de lograr la satisfacción. Cuando preferimos evitar a una persona, surgirán en nosotros habilidades nunca imaginada para no encontrarnos con ella.

Si el deseo-necesidad es lo que nos mueve, entonces lo necesitaremos tanto como el aire o como el alimento.

Aceptar que necesitamos el deseo o la necesidad es acceder a un punto de vista que solemos no tener en cuenta.

Si podemos tenerlo en cuenta, estamos a un paso de aceptar que tener deseos y necesidades es tan necesario para nosotros como el aire y el alimento. Apelando a otra comparación: Si tengo un vehículo (mi cuerpo) necesito combustible (aire, alimento).

Es comprensible que algunas personas busquen la pobreza porque ésta les asegura que no les faltarán ni los deseos ni las necesidades.

Aunque suene reñido con la racionalidad, esas personas pueden padecer de una ambición desmedida de energía. Temen quedarse sin ella, sin vitalidad, sin entusiasmo. La estrategia (inconciente) consiste en evitar la ausencia de deseos y necesidades en tanto intuyen que estos son proveedores seguros de energía (vitalidad, entusiasmo, alegría).

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viernes, 4 de julio de 2008

Vientre de alquiler

No soy mujer pero me imagino que tener útero y senos debe ser algo fantástico aunque el sangrado menstrual quizá sea molesto.

A mi me gustaría poder gestar un hijo y tener senos para darle de mamar y sentirme el ser más poderoso de la tierra. Y cuando el niño fuera grande, muy probablemente querría tener otro y otro.

También me gustaría como varón que soy y ya que la naturaleza no me permite acceder a lo máximo, al menos cobrar el segundo premio, teniendo la posibilidad de crear algo que me provoque un sentimiento parecido al que tiene una madre. Por ejemplo hacer una escultura bellísima, pintar un cuadro que emocione a quien lo mire, escribir una novela que haga volar la imaginación de los lectores.

Como pertenezco a esa mayoría de hombres que tampoco accede al segundo premio porque el talento que me tocó es insuficiente, procuré obtener el tercer premio: Trabajar haciendo algo que los demás me lo compren. Hacer algo con mis manos, diseñado por mí, fabricado por mí, llevado al mercado por mí, ofrecido, vendido, entregado y cobrado por mí.

Pero miren que triste historia la mía: Por razones que no vienen al caso, vivo en una gran ciudad y trabajo en una fábrica donde mi participación en el producto es bastante pequeña. Recibo unas piezas que no se parecen a nada concreto, les agrego algunos cables de diferentes colores y según me comentaron los que trabajan conmigo, eso termina siendo un televisor que ni sé qué marca le pondrán en el comercio que lo vendan.

En estas condiciones estoy desmotivado para ganarme el salario, como supongo que cualquier mujer estaría desmotivada para tener hijos que no pudiera conocer después de parirlos.

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jueves, 3 de julio de 2008

Todos tenemos un precio

Como decíamos días atrás, el dinero es un objeto polivalente, comodín (del naipe), que puede representar satisfactoriamente a casi todos los bienes y servicios que uno puede estar interesado en comprar o vender.

Este objeto —el dinero— capaz de sustituir a tanta cantidad de objetos y servicios, es también un símbolo, un representante.

Su capacidad de representación llega a veces a situaciones extremas.

Tomamos con naturalidad que la muerte de una persona pueda llegar a ser pagada con dinero. Es el caso de los accidentes en los que el causante, si es solvente, tendrá que pagar a sus deudos una suma de dinero que estará relacionada con la capacidad productiva del fallecido. No se exige la misma indemnización por la muerte de un gerente que gana U$S 50.000 por mes que por uno de sus empleados que gana U$S 1.000 por mes.

Aunque la lógica que sostiene esta práctica legal está centrada en la pérdida de ingresos de los indemnizados debido a la ausencia definitiva del fallecido, no podemos ignorar que se le está poniendo precio a la vida de una persona.

Tampoco podemos desconocer que cada persona está siendo cotizada, tasada, apreciada por lo que es capaz de producir, de hacer, de generar y no por el sólo hecho de ser un integrante de nuestra especie.

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miércoles, 2 de julio de 2008

No era necesario pero ¡muchas gracias!

Si usted visita a menudo estos blogs habrá constatado que intento mostrar la cara A y la cara B de la moneda sólo en aquellos casos en que la moneda (metáfora por «los hechos de la realidad») suele mostrarse de un sólo lado.

Dar propina es un gesto muy simpático y amable que gratifica a quien nos prestó un servicio. Seguramente que esa persona hará buen uso de ellas y no sería extraño que tuviera organizada su vida contando a este ingreso como infalible así como también habrá desarrollado la destreza de generar nuestro «gesto simpático y amable».

Me llama la atención que las propinas son bienvenidas por ciertos trabajadores y ofensivas para otros trabajadores. Darle una propina al cardiólogo o al abogado seguramente molestará al destinatario. ¿Por qué?

La explicación más sencilla que se me ocurre es la siguiente: los trabajadores que reciben propina de buen grado en realidad están viviendo parcialmente de una limosna porque no son capaces de entregar un servicio tan valioso como para obtener un salario digno. Los que no reciben propina sí son trabajadores cuyo servicio es digno y valioso.

En suma: la propina confirma que el destinatario es incapaz de ganarse el sustento suficiente porque depende de la generosidad ajena. Es un trabajador con rasgos de mendigo.

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martes, 1 de julio de 2008

«Me engaña haciendo lo inevitable»

Pregunta Leonor: — Estimada Luzmarina, tengo un crío de 18 meses y estoy embarazada de 6 semanas. Mi marido está llegando cada vez más tarde y trae olor a un perfume de mujer. Lo seguí y lo vi tomando un café con una rubia. ¿Qué me aconsejas?

Responde Luzmarina: — Querida Leonor, sí que tienes serios problemas. Estas desconfiando de tu marido y han comenzado a atormentarte los celos. Seguramente comenzarás a tratarlo de tal forma que termines creando la situación que quieres evitar: que se desenamore de ti.

Este consultorio sentimental contiene una historia repetida hasta el cansancio. ¿Por qué se repite tanto?

Según mi humilde opinión, hay por lo menos dos motivos.

1) El ser humano —y especialmente el varón—, no es monógamo. La cultura ha impuesto esta norma como si fuera natural pero es totalmente artificial. Existen algunos casos que podrían hacer creer que es posible la monogamia y efectivamente lo es, pero no se han evaluado aún a costa de qué.

2) El predominio del varón —simplemente por su mayor fuerza física— ha establecido en nuestra cultura otra condición artificial y es que la mujer suele no tener independencia económica. Cuando la posee, los problemas como el de Leonor pasan a tener la mitad del dramatismo y quizá se puedan resolver sin consultar a Luzmarina.

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