
Los testículos generan semen rico en espermatozoides y cada cierto tiempo tengo un intenso deseo de fornicar y volcarlo en una vagina.
Yo (como si fuera un testículo económico) trabajo para generar dinero y cada cierto tiempo tengo un intenso deseo de usarlo haciendo cosas productivas con él.
El volcar el semen en una vagina puede disparar un proceso reproductivo que genere un nuevo ser (embarazar).
El gastar dinero en actividades productivas puede producirme un alivio de mis necesidades (comer, abrigarme, etc.), de mis deseos (divertirme, ayudar, etc.) y hasta propiciar nuevas oportunidades de ganar más dinero (invertir, crear una empresa productiva de algo que me dé nuevas ganancias, etc.).
Esta comparación me alegra porque disfruto fornicando como todo el mundo y disfruto gastando dinero en forma productiva.
Mi actividad económica está asociada a la sexualidad y se complementan mutuamente: En ambos casos me siento productivo y reproductivo.
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Yo comparo a la actividad sexual con la actividad sexual. La del lunes con la del martes, etc.
ResponderEliminarEs obvio que los hombres y las mujeres nunca podemos pensar parecido. Yo acepto la sexualidad como parte del intercambio amoroso y ellos sólo quieren mi cuerpo y no se interesan en ningún tema que yo pueda plantearles.
ResponderEliminarLos hombres muy productivos suelen ser también insaciables sexualmente. Me parece que eso fue lo que entendieron de Clinton para tolerarlo cuando tuvo el affaire con Mónica Lubisnki.
ResponderEliminarMe sucede lo mismo que a ti Raquel y pasé mucho tiempo asqueada por este estado de cosas, pero ahora renuncié: ¡Qué hagan lo que quieran conmigo! No puedo prescindir de esos malditos.
ResponderEliminarQuizá yo también tenga asociadas la sexualidad y el dinero pero los tengo separados en la semana: domingos de tarde una y el resto de la semana el otro.
ResponderEliminar¿Estoy un poco desbalanceado verdad?
Este artículo me hizo pensar en otra cosa. Me gusta mucho la ruleta y cuando desparramo las fichas sobre la carpeta siento que estoy eyaculando arriba de una hermosa mujer como hacen los tipos en las películas eróticas.
ResponderEliminar¡Oh casualidad! Cuando teníamos 12 0 13 años en el colegio, nos reuníamos los más amigos y a veces jugábamos a la arrimadita con tapitas de coca-cola y otras jugábamos a ver quién lograba que el semen mojara más lejos.
ResponderEliminarUna fantasía que aún no pude realizar es que un hombre eyacule en mi recto. Ahora con el asunto del Sida será casi imposible.
ResponderEliminarLos espermatozoides son monedas pero cuando le entran al óvulo, estalla la vida.
ResponderEliminarEl semen volcado en una vagina siempre genera vida, aunque no siempre un nuevo ser (por suerte!)
ResponderEliminar¿Dónde enseñan a gastar el dinero en forma productiva?
ResponderEliminarMi actividad económica siempre estuvo indisolublemente ligada a la sexualidad.
ResponderEliminarCuando llego a casa, después de trabajar, fornico con amor.
Desde que me operaron de la próstata, ya no me siento tan reproductivo como antes pero sí mucho más libre y creativo.
ResponderEliminarNo es lo mismo quemarse con leche que volcarse la leche.
ResponderEliminarEstá bueno encontrar una comparación que a uno lo alegre.
ResponderEliminarNo la vuelques afuera, menso!
ResponderEliminarUna vagina puede ser cualquier vagina, o puede ser la vagina o esta vagina o la vagina que no está o la que vino o la que se fue.
ResponderEliminarUd. disfruta fornicando como todo el mundo y yo con todo el mundo. Somos casi iguales, nos separa una patita en la n y una o.
ResponderEliminarDe por última el sexo me jode. La vieja dice que me hicieron un trabajo. Además estoy sin laburo...
ResponderEliminarLa vieja dice que me invente un trabajo.
Si comparo mi billetera con mi escroto, para serle sincero, está mejor la primera.
ResponderEliminar¡No sé cómo hacer para gastar el dinero en actividades improductivas!
ResponderEliminarSi comparo mi billetera con mi escroto, me vienen ganas de llenar a la primera y vaciar al segundo.
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