
Éstas —y otras— estrellas son las que nos confirman la creencia en que es posible recibir todo ese amor que anhelamos.
Una vez confirmada nuestra creencia en que es posible ser infinitamente amados, pasamos al mundo real y observamos que nuestras reservas se están agotando porque no paramos de consumir alimentos, luz, teléfono, artículos de limpieza, etc.
Reconocer que aún no ha llegado nuestro momento de ser mantenidos por alguien para quien somos imprescindibles es algo muy doloroso. Es como si la sociedad entera —nuestros semejantes—, nos despreciaran, nos ignoraran, nos trataran con una indiferencia homicida.
Cuando nos resignamos a que las cosas son así —al menos por ahora—, compramos el diario y salimos a buscar compradores de lo que tenemos para vender: espíritu de colaboración, actitud servicial, humildad, modestia, puntualidad, perfil bajo, simpatía, honestidad, buen humor, productividad.

El dolor (herida narcisista) de tener que caer en esta situación puede llevarnos inclusive a pensar si será cierto que las cosas siempre fueron tan fáciles para Jennifer y Benicio o —por el contrario— alguna vez habrán tenido que empezar de abajo como lo estamos haciendo nosotros.
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Lo de Jennifer es una moda pasajera. Hace un tiempo que venimos admirando los mejores culos y ella posee uno de los mejores.
ResponderEliminarDe acuerdo Raquel, vivimos en una época gay. Lo único que tenemos iguales es el pompis y es lo único que admiramos.
ResponderEliminarBenicio es impresionante, es como magnético. Me gusta tanto que me daría miedo que se me acercara.
ResponderEliminarUno nunca sabe qué hay de cierto en las biografías que se muestran en la tele o en las revistas porque todos quieren vender y nos dicen lo que queremos que nos digan. Para mí que es gente con una suerte loca y que no tienen que pasar por los calvarios que pasamos los demás mortales. Así de fácil.
ResponderEliminarConsumo muchas audiciones de chimentos porque la mala suerte de mis ídolos me trae paz, me deja contenta.
ResponderEliminarEstá equivocado licenciado, Jennifer está casada con Marc Anthony y no con Benicio.
ResponderEliminarEstos ídolos valen lo que pesan en oro. A mi me alegran la existencia porque me hacen soñar, me hacen creer que otra realidad es posible. Son como una anestesia para la vía crucis.
ResponderEliminarEstos tipos tienen mucho éxito pero se de buena fuente que pasan una vida de mierda, así que estamos todos iguales, o casi.
ResponderEliminarMi madre me enseñó algo muy importante:"sé independiente m´hija, que no sea el dinero lo que te ate a otro"
ResponderEliminar¿Quiénes son esas personas que tienen todo eso para vender?
ResponderEliminarNo entiendo el criterio de Dios para el reparto de la salud, la inteligencia, la belleza, el talento...igual me resigno y creo. Dicen que Él no puede ser apresado por nuestro entendimiento.
ResponderEliminarCreo que ellos más que amados son admirados y envidiados.
ResponderEliminarSí, estar sin trabajo es como sentir que nadie te necesita. Nadie te mantiene (retribuye tu trabajo) porque estás demás.
ResponderEliminarEl mundo del espectáculo genera estrellas inalcanzables, en cambio los grandes de las ciencias y las artes pueden pasar totalmente desapercibidos.
ResponderEliminarNunca pude vivir de mi arte porque siempre quise mantener un perfil bajo.
ResponderEliminarLo que tengo para vender es espíritu de competencia. Mi mejor arma es el serrucho y la adulación mi técnica.
ResponderEliminarEstoy en esa edad en que las miradas masculinas dejan de posarse en mis caderas.
ResponderEliminarNo paro de consumir alimentos, así mis reservas no se agotan. Igual no logro ser infinitamente amado, ni reforzando la parrilla de la cama...
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