
Como vemos, no fueron creativos para darle un nombre, pues se limitaron a juntar dos palabras alusivas. Sumaron foot y ball (pie y pelota), dando por resuelto el asunto.
Claro que los hispanos tampoco hicimos un gran aporte, porque sólo tradujimos literalmente. Sumamos balón más pie y ¡listo!: balompié.
En otro artículo titulado Los descuidistas se llevan el trofeo les comentaba que, en tanto la estrategia principal de este juego consiste en replegarse defensivamente y esperar algún error del contrario para «perjudicarlo» y de esta manera asegurar nuestro éxito, podría pensarse que esa mayoría de fanáticos, ven en esa actitud una teatralización (alegoría) de su filosofía de vida.
Observemos la oposición radical que existe entre esta apasionante exhibición deportiva y lo que habitualmente se propone para mejorar las relaciones de intercambio entre personas o entre países.
La técnica de negociación más elemental consisten en asegurar beneficios recíprocos. El vínculo perdura sólo cuando ambos ganan.
Es probable que el fútbol canalice las frustraciones de varios deseos que no pueden satisfacerse en la vida laboral o comercial.
Nuestra aspiración es tan depredadora como la de otros animales.
La propiedad privada no está en nuestros genes.
Nuestro niño interior cree que todo le pertenece y acepta, con cierta resignación que, por debilidad, no pueda defender más que una pequeña parte del planeta.
Cada uno es dueño de lo que es capaz de conquistar primero y defender después.
Cuando llegamos al mundo, no tenemos nada. Luego vamos haciendo todas las conquistas que podemos y nos quedamos con las que nuestra fuerza nos permite retener.
Igual que en el fútbol.
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Todos saben que vine al mundo con un pan bajo el brazo.
ResponderEliminarTambién en le fútbol nos sacamos las ganas de robar (la pelota) y ser aplaudidos.
ResponderEliminarTodos llevamos un Alejandro Magno en el corazón.
ResponderEliminarEstamos demasiado civilizados. Cada vez se hace más difícil desempatar.
ResponderEliminarPara ser un buen futbolista hay que perjudicar al otro con humildad.
ResponderEliminarEl fútbol combina el combate con la solidaridad. En un mismo juego se pelea contra el otro equipo y se trabaja con el equipo propio para vencer.
ResponderEliminarUna mano lava a la otra y todos contentos.
Amo la danza porque cuando un compañero se equivoca, los demás continuamos como si nada y tratamos de disimular.
ResponderEliminarLa diferencia entre el fútbol y el circo romano es una cuestión de represión de la agresividad.
ResponderEliminarDespués de soportar 8hs a los clientes, dejo la careta y me voy al estadio.
ResponderEliminarEn el fútbol el vínculo perdura porque la competencia es infinita.
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