
La humanidad ha tenido épocas en las que las guerras han sido casi continuas, en las que murieron millones de personas.
El arte de la guerra y el militarismo son temas de moda durante esos períodos.
Los grandes protagonistas son los generales, los ministros de defensa, los medios de prensa.
Los generales tienen que enfrentarse a nada menos que tres enemigos.
1) Al que se imaginan y para el que se preparan como si fuera real;
2) Al que realmente es y para el que tendrán que adaptarse cuando lo tengan enfrente;
3) A los colaboradores inmediatos que no comparten sus puntos de vista.
Todo esto sucede de forma muy parecida en tiempos de crisis económica cuando grandes riquezas cambian de mano y a veces también de país.
Los gerentes de marketing pasan a ser los personajes más importantes. Su rol se parece al de los generales y los tres enemigos a los que tienen que enfrentarse también tienen similares características (el imaginario, el real y los colaboradores desconformes).
El estado de ánimo colectivo de la guerra y de la crisis es el mismo: la incertidumbre.
Los generales militares y gerentes de marketing tienen que mentir, disimular, delirar: «todo está bajo control», «¡ganaremos!», «organicen los festejos del triunfo».
Para no caer en crisis de angustia, pánico o psicosis, estos profesionales recurren sin darse cuenta a ciertas estrategias compensatorias de apoyo y reorientación.
Así como los equilibristas usan una barra o una sombrilla o abren los brazos para contrapesarse, estos comandantes tienen una idea fija: «todo al final se resuelve de alguna manera »... lo cual es verdadero, real, empíricamente demostrado.
Nota: La imagen muestra al norteamericano Steve Job (1955 - ) en una de sus populares presentaciones promotoras de su empresa Apple Inc. y la marca Mac.
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La angustia es por si acaso todo se resuelve de la peor manera.
ResponderEliminarMi madre es una optimista a ultranza, por eso odio a los gerentes de marketing.
ResponderEliminarAdemás están los miedos más subjetivos, los de no estar a la altura de las circunstancias.
ResponderEliminarLa incertidumbre es de las emociones más feas; para peor, si nos concentramos en ella, es una constante.
ResponderEliminarY el faro, en fija, alguna vez fue una idea.
ResponderEliminarTengo muchos colaboradores que dicen compartir mis puntos de vista pero en realidad son mis enemigos.
ResponderEliminarNunca llegué a hacer cosas tan importantes como para tener enemigos... no, miento, sí tuve un enemigo y algo importante hice con él: tuve un hijo.
ResponderEliminarAhora buena parte del mundo desarrollado está en crisis y la riqueza anda vagando por ahí.
ResponderEliminarEs una lástima que las verdades más irrefutables pocas veces aporten cosas interesantes.
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