Es probable que la lucha contra la injusticia distributiva sea imprescindible porque forma parte del orden natural.
La riqueza y la pobreza dividen a la humanidad y no descarto la hipótesis de que necesitemos esa división para poder vivir.
El íntimo deseo de que todos seamos iguales no está atendido por la naturaleza porque nacemos inevitablemente con distintos talentos, fortalezas, salud.
Según he mencionado en varios artículo reunidos en el Blog titulado Vivir duele, parecería ser que el fenómeno vida depende entre otras cosas de que los beneficiarios de ese fenómeno (los seres vivos) tengamos molestias y placeres que nos estimulen para buscar comida cuando tengamos dolor provocado por el hambre y así con todos los otros padecimientos propios de la existencia y que nos provocan reacciones sin las cuales pereceríamos (alejarnos del fuego, dormir, huir de las inundaciones en las que podríamos ahogarnos).
Por lo tanto, la naturaleza ha creado una mala distribución de dones (fortaleza, inteligencia, belleza, salud) para que conviva con un ser humano cuyos gustos rechazan esta situación.
El cerebro humano creado por la naturaleza incluye la funcionalidad de rechazar ciertos fenómenos naturales.
En otras palabras, para los seres humanos es desagradable que existan enfermos, débiles, pobres y las condiciones naturales están dadas para que nunca falten estos estímulos que agreden (estimulan) nuestra sensibilidad.
Es posible pensar que esta contrariedad es «deliberada», necesitamos estar en desacuerdo con esta despareja asignación de dones.
Por el contrario, si los humanos fuéramos naturalmente felices sabiendo que algunos no tienen comida, que otros están sufriendo dolores corporales muy intensos, que hay madres que mueren en el parto, quedaríamos privados de esas molestias que el fenómeno vida requiere para no detenerse.
En suma: La lucha contra la injusticia distributiva forma parte del orden natural.
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Mi naturaleza ES disconforme. Sé que nadie me aguanta. Inclusive yo estoy buscando reencarnar en otra persona.
ResponderEliminarLa lucha contra la injusticia distributiva forma parte del orden natural.
ResponderEliminarA ver si se suman, che.
Ya tenemos de sobra con las injusticias de la naturaleza. No agreguemos más nosotros con nuestro accionar.
ResponderEliminarNo necesitamos de la riqueza y de la pobreza para hallar estímulos para vivir. Las diferencias en cuanto a salud y talentos, alcanzan y sobran para generarnos molestias.
ResponderEliminarDicen que la costumbre hace que nos parezca natural el sufrimiento ajeno. Incluso nos terminamos acostumbrando al sufrimiento propio.
ResponderEliminarEn facebook tengo muchos amigos abocados a la noble tarea de "estimular" nuestra sensibilidad.
ResponderEliminarEl hecho de que el cerebro humano (creado por la naturaleza) incluya la funcionalidad de rechazar algunos fenómenos naturales, me sirve como argumento para reafirmar lo que para mí está clarísimo: la naturaleza no es perfecta.
ResponderEliminarQué ganamos con decir que la naturaleza no es perfecta? La naturaleza es la realidad que nos tocó, y si estamos en la cancha tenemos que jugar.
ResponderEliminarLa pobreza no es un fenómeno natural. Es un fenómeno cultural.
ResponderEliminarNecesariamente vamos a tener que dividir a la humanidad en un sin fin de categorías.
ResponderEliminarSuperemos la pobreza.
Si todos fuéramos iguales, yo buscaría destacarme para no ser tan igual.
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