miércoles, 29 de febrero de 2012

El capitalismo es un fenómeno natural - (Artículo Nº 1.479)

Si pudiéramos aceptar que los seres humanos somos parte de la naturaleza y no sus amos, podría justificarse la redistribución de la riqueza.

Los desastres naturales, tales como las inundaciones, los huracanes y los sismos, provocan enormes pérdidas materiales que afectan el patrimonio personal de los damnificados.

Aún (año 2012) continúa la reparación de los daños en Estados Unidos, Haití, Chile, Japón.

Las guerras internas o entre países, los conflictos armados por cuestiones políticas, religiosas o económicas, provocan enormes pérdidas materiales que afectan el patrimonio personal de quienes se ven desplazados por los grupos en conflicto.

Aún continúa la reparación de los daños en los Balcanes, Afganistán, Colombia, entre otros.

Es posible pensar que, si bien las inundaciones, huracanes y terremotos son notoriamente fenómenos naturales adversos, algunas acciones humanas son igualmente incontrolables y destructivas.

Es razonable pensar que para ambos «desastres naturales» nos surja la necesidad (el impulso, el deseo) de ayudar a quienes tuvieron la mala fortuna de padecer una pérdida patrimonial por causas ajenas a su voluntad.

A pesar de que con particular frecuencia nos sentimos amos absolutos del planeta, como si nos perteneciera y fuéramos responsable de él (acciones ambientalistas y ecologistas), es posible sostener que los humanos formamos parte de la naturaleza como cualquier otro existente (seres vivos o inertes).

Si podemos aceptar que es oportuna la solidaridad con los damnificados por fenómenos naturales, provocados por agentes humanos o no humanos, entonces podemos dar un paso más y preguntarnos hasta qué punto no es un asunto que también nos concierne a todos compensar solidariamente los efectos indeseables que tiene el mejor sistema de convivencia que hemos encontrado: el capitalismo.

Este razonamiento justifica las políticas sociales redistributivas.

En suma: El capitalismo es un fenómeno natural de origen humano, cuyos efectos y defectos perjudiciales merecen ser atendidos solidariamente.

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martes, 28 de febrero de 2012

¿Corresponde «restituirle» los bienes a los pobres? - (Artículo Nº 1.478)

Según el Socialismo, corresponde que a los pobres se les «restituyan» los bienes que merecen.

No me extrañaría que la siguiente anécdota haya sido traducida a varios idiomas porque tiene un fuerte contenido moral... para quienes detentan ciertos puntos de vista.

Copio y pego de (1):

Cuentan que al cantante argentino Jorge Cafrune (1937-1978), le presentaron una condesa que —según quien los presentó—, acababa de donar unos terrenos de la familia al gobierno de Sevilla, para construir un gran parque.

Fue entonces cuando el «turco» Cafrune, preguntó: «¿donó o devolvió?».

Efectivamente, la propiedad privada instintivamente está flechada: todos tenemos un fanatismo territorial («donde estoy parado, es mío») que coexiste con una fuerte dificultad para entender que los demás también tienen un derecho igual.

Cuando nos organizamos en grandes colectivos, será relativamente fácil ponernos de acuerdo para legalizar el criterio de Robin Hood (robarle a los ricos para repartir entre los pobres).

Como corresponde a nuestra especie sólo podemos esperar que nunca sean repartidos los bienes que los repartidores consideran propios. Como regla (con excepciones) los repartidores sólo repartirán bienes ajenos.

Los únicos que podrían reaccionar airados son aquellos que padecerán alguna expropiación, pero como ya sabemos que el ser humano se niega a repartir lo propio, sabremos comprender (y descalificar) las protestas de los expropiados.

El Socialismo (que propone, junto con el Cristianismo, el reparto compulsivo de las concentraciones de riqueza) utilizan un verbo que yo calificaría de imbatible, de gran poder comunicador y bajísima agresividad explícita: me refiero a «restituir», que la Real Academia Española  define así:

1. Volver algo a quien lo tenía antes.
2. Restablecer o poner algo en el estado que antes tenía.
3. Dicho de una persona: Volver al lugar de donde había salido.

En suma: Según Cafrune, la condesa «restituyó» los terrenos.

(1) Una discreta forma de comprar amor

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lunes, 27 de febrero de 2012

La pobreza divertida - (Artículo Nº 1.477)

La pobreza es patológica cuando quien la exhibe no encuentra en ella una diversión.

Les he comentado anteriormente (1) sobre la diferencia entre la «realidad material» y la «realidad psíquica».

Estas dos ideas se parecen bastante a la diferencia que hay entre la temperatura ambiente que indica el termómetro y la «sensación térmica» que sentimos los humanos porque el viento y/o la humedad nos alteran ese registro mecánico que hace el medidor.

Cuando oímos opiniones sobre la situación general (del país, del mundo), solemos encontrar que algunos ven la vida color de rosa y que, ante los mismos datos, otros auguran un inminente apocalipsis.

También nos encontramos con personas que aman aquellos desafíos que ponen en juego su habilidad, ingenio, inteligencia para solucionar problemas con un mínimo de recursos.

Hace unas décadas atrás tuvo mucho éxito una serial televisiva titulada MacGyver (1985-1992) (2), cuyo personaje principal (Angus MacGyver) poseía esas características.

El personaje nunca utilizó armas de fuego pero combatía a «los malos» con gran eficacia. Sus herramientas eran un cortaplumas y pocas cosas más, todas igualmente precarias.

Siguen existiendo personas que viven con todo confort en ciudades sofisticadas, donde no falta ningún recurso, pero que eligen como forma de «descansar» alojarse en una carpa que instalan en algún lugar muy alejado de todas las comodidades.

Su placer reparador consiste en encontrar maneras de cocinar, higienizarse, entretenerse, con los escasos recursos que puedan encontrar en un bosque silvestre.

Estas variadas formas de reaccionar de nuestra psiquis nos permiten suponer que algunos humanos pasan bien en la abundancia pero también en la escasez.

Las personas que han podido sobreponerse a períodos de fuertes penurias (personales o colectivas) (3), conservan una cierta nostalgia de aquellas peripecias.

En suma: Sólo podemos hablar de pobreza patológica si confirmamos que esa situación no contiene rasgos divertidos.

(1) La apreciable realidad psíquica

(2) Artículo de Wikipedia acerca de la serie televisiva MacGyver

(3) Puede accederse a este interesante artículo sobre la Libreta de Racionamiento usada en Inglaterra durante la 2da. Guerra Mundial.

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domingo, 26 de febrero de 2012

Los gustos complementarios del dinero - (Artículo Nº 1.476)

Por una suerte de complementariedad inconsciente, tendrían más dinero quienes rechacen a los excrementos, a los niños y a los regalos.

En rigor no existen dos personas iguales porque cada una tiene un conjunto de células que no integran el cuerpo de ninguna otra.

Cuando llegamos a este grado de detalle, asumimos entonces que los siete mil millones de seres humanos, somos esencialmente diferentes.

Si comenzamos a buscar características mayores (no tan microscópicas como son las células), podemos empezar a encontrar que de toda esa cantidad de gente, podría ser aislado un grupo que comparte una cierta forma de digerir los alimentos, una cierta forma de soñar, una cierta forma de elegir a sus gobernantes.

Con estas premisas llego al tema que trata este blog y me animo a decir con total certeza:

La causa de la pobreza indeseada no es una sola sino varias, quizá miles.

Por razones prácticas tendremos que negociar a qué grado de perfeccionamiento estamos dispuestos a renunciar. Lo perfecto absoluto es encontrar la causa de la pobreza «caso a caso» (uno por uno, pobre por pobre). En otras palabras, tendremos que ponernos de acuerdo sobre qué grado de imperfección estamos dispuestos a tolerar.

En otros artículos (1) he mencionado que según el psicoanálisis ortodoxo (el primero, el original liderado por Freud y sus colaboradores), se suponía que en nuestro inconsciente están conceptualmente asociadas cuatro ideas: el dinero, las heces, los niños y los regalos.

En un artículo más reciente (2) propuse que además de esa asociación entre los cuatro conceptos también podríamos pensar que actúan en forma complementaria, es decir, si le prestamos mucha atención a uno, le quitamos protagonismo a los otros tres.

Por ejemplo, una persona sin asco por los excrementos y apasionada por los niños y los regalos, quizá tenga poco dinero.

(1) El W.C. purificador

Los profesionales del enema

(2) El dinero y los hábitos higiénicos

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sábado, 25 de febrero de 2012

El dinero y los hábitos higiénicos - (Artículo Nº 1.475)

Para quienes el dinero es «suciedad», es probable que la falta de higiene ambiental les impida aceptar más «suciedad» (dinero).

Los seres humanos fanáticos de la limpieza lo somos por razones culturales pero no por instinto.

Los diferentes pueblos tienen a su vez alguna sub cultura respecto a los hábitos higiénicos. En algunos países el bidé es casi imprescindible pero en otros jamás lo usan.

Expresiones tales como «dinero sucio», «lavado de dinero», «podrido en plata», o «ricos de mierda», son conocidas por todos.

También está muy difundida la costumbre de lavarse las manos después de tocar billetes.

Por su parte, la teoría psicoanalítica original (la propuesta por Freud y sus colaboradores) propone que las fantasías que refieren a dinero, regalos, heces y niños, están inconscientemente asociadas. Estos cuatro elementos tendrían un tronco común: la etapa evacuativa del proceso digestivo.

En mi búsqueda de las miles de causas por las que alguien puede padecer una pobreza económica de la que quiere librarse infructuosamente, les propongo la siguiente hipótesis:

Los humanos tenemos una relación con la suciedad que va desde la pulcritud más obsesiva (lavarse las manos cada pocos minutos) al total abandono que exhiben quienes padecen el síndrome de Diógenes (acumulación de basura en su vivienda).

Estos elementos me permiten suponer que entre quienes el dinero es suciedad, pueden establecerse montos complementarios de uno y otra.

Por ejemplo, una persona que considera al dinero como sucio, puede disponer de gran cantidad de «plata inmunda» si vive en un barrio limpio, pero esa misma persona, si viviera en un barrio lleno de desperdicios, calles polvorientas, agua estancada y otras desprolijidades, no podría tener «además» la suciedad del dinero.

Esta hipótesis parece corroborada porque suele ocurrir que los barrios de indigentes lucen más desaseados que los barrios de familias adineradas.

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viernes, 24 de febrero de 2012

La discapacidad por omnipotencia - (Artículo Nº 1.474)

Los jóvenes sufren cuando no pueden sacarse de la cabeza las fantasías de omnipotencia propias de la niñez.

En las películas de Rambo, el Coronel Samuel Trautmann es el instructor del invencible guerrero y prácticamente al único que obedece.

Rambo debe su éxito a que muchos varones soñamos ser como él: fuertes, inteligentes, insensibles al dolor, afortunados, con gran fuerza y resistencia físicas.

Otra de las fortalezas envidiables del personaje es que siempre anda solo, no tiene jefes, se manda a sí mismo, algo que tanto anhelamos cuando tenemos que soportar las órdenes de nuestro padre, los interrogatorios de nuestra madre, las exigencias de los docentes, las obligaciones para con quien nos paga un sueldo.

Una escena sublime, que recuerdo bien entre otros motivos porque la vi muchas veces, es la siguiente:

En determinado momento Rambo queda acorralado en un monte de espesa vegetación. Los enemigos tienen rodeado el pequeño cerro de tal forma que los espectadores sabemos que esta vez nuestro héroe no podrá salvarse.

Cuando ya estaba todo pronto para que los enemigos de Rambo comenzaran a cerrar el círculo para apresarlo, llega el Coronel Trautmann, el instructor que lo convirtió en un guerrero invencible. El único a quien Rambo oye y casi siembre obedece.

Quien dirigía el operativo de captura se dirigió al Coronel y antes de que este hablara le dijo que no escucharía ninguna súplica para salvar a su alumno.

El coronel, con la serenidad de los grandes, le dijo:

— No vengo a pedir por él, vengo a pedirle a él que los perdone a ustedes.

Como no le creyeron, no pasó mucho tiempo y Rambo comenzó a vencerlos uno por uno, siempre con técnicas diferentes.

Tuve suerte porque imaginarme tan omnipotente («Querer es poder») como Rambo apenas me discapacitó durante menos de diez años.

Nota: El film se titula First blood y se estrenó en 1982.

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jueves, 23 de febrero de 2012

El mérito de no ser judío - (Artículo Nº 1.473)

Algunas personas quizá sean pobres sin quererlo porque inconscientemente necesitan demostrar que no aman el dinero como los judíos.

«Nada es verdad ni es mentira: todo es según el color del cristal con que se mira».

No es posible tratar la relación que pueda existir entre el judaísmo y la riqueza en forma exhaustiva, perfecta, concluyente.

La pretensión es propia de perfeccionistas, que sólo harían algo después de leer y comprender todo lo que se haya publicado sobre el tema. Es decir: NUNCA.

Mi oferta es más modesta: les propongo sacar alguna conclusión ateniéndonos a creencias ampliamente compartidas.

Por lo tanto, no quiero convencer a nadie ni generar, con un artículo de 300 palabras, un antes y un después.

Voy al punto.

— Existe la creencia en que los judíos aman el dinero, el comercio, las finanzas y el lucro.

— Existe la creencia en que los judíos son personas interesadas, materialistas, egoístas.

— Existe la creencia en que los judíos sólo son solidarios entre ellos mismos y que prácticamente no han logrado integrarse al resto de la humanidad.

— Existe la sensación de que puede considerarse un gesto agresivo de parte de los judíos no festejar Noche Buena y Navidad ni adoptar nuestro calendario.

— Suponemos que hay muchos más cristianos que judíos.

— (Más genéricamente) suponemos que las mayorías tienen razón y que las minorías están equivocadas.

— Suponemos que los judíos fueron quienes mataron a Cristo.

— Los que podemos asegurar que somos “no-judíos”, tenemos una actitud ambivalente ante el genocidio que perpetraron los nazis pues estos también eran “no-judíos” igual que nosotros.

Hipótesis: una de las tantas causas por las que algunas personas sufren una pobreza económica indeseada, es que necesitan sentirse radicalmente no-judíos exhibiéndolo con un neurótico rechazo a lo que ellos (los judíos) toleran: el dinero.

Otras menciones de los conceptos «antisemitismo» y «judaísmo»:

El antisemitismo y el rechazo del dinero

El holocausto del dinero, el comercio y el lucro

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miércoles, 22 de febrero de 2012

Ignorarnos es improductivo - (Artículo Nº 1.472)

El psicoanálisis beneficia a cada ciudadano individualmente pero dificulta la tarea de quien los gobierna a todos.

La vida se nos complica (es más costosa de lo que debería) porque la cultura nos impone interpretaciones de la realidad que justifican a la misma cultura para que esta no se vea alterada.

En otras palabras: el sistema educativo nos desinforma de cuáles son nuestros instintos básicos para convencernos de qué debemos hacer, qué está correcto, qué será aceptado y qué será castigado.

Como forma de dominación es eficiente. Los regímenes dictatoriales dependen en gran medida de prohibir la libertad de expresión porque si los ciudadanos supieran sobre sí mismos, sobre sus instintos y deseos, el régimen tendría los días contados.

En regímenes democráticos existe la libertad de expresión, aunque no en estado puro.

Los sistemas educativos de los países más liberales administran el desarrollo intelectual de los ciudadanos ocultando la información de cómo son los instintos realmente.

En otras palabras, los sistemas educativos retacean la información sobre cómo somos en realidad y satura, publicita, impone la información sobre cómo deberemos ser ... para que los gobernantes puedan gobernar más fácilmente.

El psicoanálisis indirectamente modifica este estado de cosas, sin proponérselo y sin apartarse de las leyes de cada país.

Está incluida en la política de los gobernantes «matar con la indiferencia al psicoanálisis», «des-publicitarlo», descalificarlo.

Este política, cuando llega a los ciudadanos que fueron adiestrados para hacer lo que deben y no lo que más les convendría, produce los efectos buscados por quienes necesitan la desnaturalización y obediencia ciudadana.

Sin embargo, cabe recordar que el conflicto entre nuestro instinto y las imposiciones culturales es muy desmotivante y cuando constatamos que no tenemos entusiasmo para las tareas productivas es porque, a mediano plazo, ignorarnos a nosotros mismos no da resultado.

Otras menciones del concepto «desmotivación»:

Los animales no se autodestruyen

El consumismo y la súper población

La mediocridad universitaria

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martes, 21 de febrero de 2012

La «vocación de servicio» y las bajas remuneraciones - (Artículo Nº 1.471)

El mercado laboral pide «vocación de servicio» a los proveedores o empleados para asegurarse buen desempeño a precio bajo.

Tenemos que ganarnos la vida para que sea digna y disminuyan razonablemente las molestias que padecemos por escasez, frustración, pobreza.

Las molestias pueden bajar a un mínimo pero nunca a cero.

Como he mencionado en varios artículos de otro blog (1), el «fenómeno vida» depende de estímulos agradables y desagradables que recibimos de la naturaleza: hambre, saciedad, cansancio, descanso, aburrimiento, diversión.

Para que podamos ganar el dinero que necesitamos tenemos que hacer un esfuerzo para satisfacer a otras personas (clientes o empleadores).

Es un esfuerzo en tanto tendremos que hacerlo sin ganas. Quienes se satisfacen por nuestro esfuerzo nos pagan porque no es nuestra intención beneficiarlos porque sí.

Podemos ayudar a que alguien caído se levante, podemos ayudar a un amigo explicándole matemática, podemos cocinar porque quien lo hace habitualmente está de licencia, pero la continuidad en la realización de un esfuerzo se convierte en un castigo que sólo puede ser aliviado con una remuneración satisfactoria.

El mismo esfuerzo puede hacerse por placer personal. Si tenemos «vocación de servicio», nos sentiremos gratamente remunerados si nos piden ayuda y nos dan la oportunidad de colaborar porque eso nos complace.

En algunas circunstancias quien tiene «vocación de servicio» puede poner dinero de su bolsillo para facilitarse la tarea que redundará en beneficio de terceras personas. En otras palabras, alguien puede pagar para trabajar.

El mercado laboral concentra la mayor cantidad de ofertas en el Sector Servicios: vigilancia, informática, salud, docencia, entretenimiento, comunicación.

Quienes se encargan de reclutar empleados o proveedores para cubrir esas vacantes hacen especial hincapié en la «vocación de servicio» de los candidatos.

De esta forma la tarea no es esforzada sino complaciente, al punto que sería cumplida por una mínima remuneración.

(1) Blog destinado a las molestias que demanda el «fenómeno vida»

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lunes, 20 de febrero de 2012

Adelgazamiento corporal y económico - (Artículo Nº 1.470)

Quienes combaten las reservas corporales (obesidad) suelen combatir también las reservas económicas.

En otros artículos (1) comentaba que los organismos están preparados para acumular reservas alimentarias para el caso de que el ecosistema (hábitat, bosque, mercado) al que pertenecen interrumpa transitoriamente el suministro de alimentos (recesión, sequía, inundaciones).

Por lo tanto la obesidad, gordura, tejido adiposo, grasa corporal, son depósitos, ahorros, reservas que nos protegen (salvaguardan) de las potenciales escaseces que puedan alterar nuestra existencia.

El acaparamiento (sobre stock, acopio, acumulación) de alimentos que ocurre en las poblaciones cuando esa escasez es previsible (feriados prolongados, guerra, inviernos rigurosos) es similar al engrosamiento corporal provocado por la reservas en tejido adiposo (obesidad).

Corresponde comentar algo que ocurre con la acumulación de reservas.

El guardado en almacenes, despensas, sótanos, refrigeradores, genera gastos de mantenimiento, por ejemplo para evitar alimañas, robos, humedad, costo del espacio ocupado (alquiler), electricidad.

El guardado en tejido adiposo también genera gastos de mantenimiento porque la grasa acumulada es un tejido humano como el muscular, óseo o nervioso. Por lo tanto la persona que tiene más tejido (masa corporal) tiene que alimentarse para atender las necesidades vitales de todas y cada una de las células de ese cuerpo aumentado con reservas alimentarias.

Los gastos necesarios para el mantenimiento de las reservas externas en almacenes se parecen a una mayor alimentación que necesitan las personas con más cuerpo, más tejido adiposo, más ahorro orgánico.

Los millones de años de evolución que tiene nuestra especie garantizan que siempre hagamos lo correcto. Nuestro cuerpo no se equivoca, siempre y cuando no se vea alterado neuróticamente por alguna moda de cuerpo delgado, de despilfarro voluntario de alimentos sabiamente acumulados por la naturaleza.

La coherencia que todos tenemos hace que una administración neurótica del volumen corporal esté acompañada de una administración neurótica de la economía.

(1) Somos propensos al ahorro ilimitado

Nuestro cuerpo es un banquito o banquete

Otras menciones del concepto «obesidad»:

El embarazo no reproductivo
Diálogo de gordos

Un cuerpo holgado

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domingo, 19 de febrero de 2012

Nuestro cuerpo es un banquito o banquete - (Artículo Nº 1.469)

En algunas culturas se acostumbra festejar realizando un «banquete», es decir, haciendo del cuerpo anatómico un banquito (del sistema financiero).

Veamos juntos algo que puede estar escondido aunque muy visible.

En Diccionario de la Real academia, dice:

-ete, ta.
(-ete, del fr. -et, y -eta, del fr. -ette).
1. suf. U. para formar diminutivos, despectivos u otras palabras de valor afectivo, a veces de manera no muy explícita, a partir de adjetivos y sustantivos. Regordete, calvete, vejete, amiguete, caballerete. (1)

banquete.
(Del fr. banquet, y este del it. banchetto, dim. de banco).
1. m. Comida a que concurren muchas personas para celebrar algún acontecimiento.
2. m. Comida espléndida. (2)

En otro artículo (3) les comenté que los animales en general y los humanos en particular, estamos en condiciones de soportar un período de hambre y sed cuando los alimentos escasean así como también estamos en condiciones de comer abundantemente, generando un aumento en el volumen y peso corporales, cuando los alimentos abundan.

En ese mismo artículo decía que esta acumulación corporal que hacemos en períodos de auge, podemos complementarla con acumulaciones fuera de nuestro cuerpo, como es guardar alimentos envasados, refrigerados, disecados.

Otra forma de aprovechar los períodos de holgura económica es guardar dinero en un banco. En este caso hablamos de «ahorros depositados».

Si observamos las palabras que reproduje del diccionario, la palabra «banquete» puede significar «banquito», ya sea en forma diminutiva, despectiva o cariñosa.

Cuando festejamos algún acontecimiento (que puede ser la propia abundancia de una cosecha, cobro, lotería) es costumbre en muchos países hacerlo con un «banquete».

La reunión de familiares, amigos y conocidos en torno a una mesa «bien servida» (con muchos alimentos y bebidas), parece ser ese acto por el que los humanos «guardamos en nuestro cuerpo», convirtiendo a nuestra anatomía en una «banquito» (banquete).

(1) Sufijo -ETE en el Diccionario de la Real Academia

(2) Significado de la palabra BANQUETE en el Diccionario de la Real Academia

(3) Somos propensos al ahorro ilimitado

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sábado, 18 de febrero de 2012

El cerebro y la preferencia ideológica - (Artículo Nº 1.468)

La preferencia ideológica por el capitalismo o el socialismo es afectiva y cerebral.

Imaginemos la existencia de dos colectividades vecinas pero con culturas diferentes.

En una tienen la costumbre de realizar una ceremonia cuando los hijos cumplen dieciocho años, en la cual, solemnemente, los padres se reúnen con sus hijos y bajo la mirada testimonial de otros amigos, familiares y conocidos, el padre o la madre pronuncian algunas frases del tipo:

«Queridos hijos: hasta aquí llegamos juntos. Ahora ustedes se van cada uno por su lado y arréglense como puedan. Los ayudamos a desarrollarse como mejor pudimos. Ahora que somos vuestros amigos, queremos decirles que ¡les deseamos los mejor!»

A continuación, se confunden en cariñosos abrazos, familiares, amigos y conocidos.

En la comunidad vecina no realizan esta ceremonia. Los acontecimientos se van desarrollando naturalmente. Cuando los padres envejecen, ayudan en el cuidado de los nietos, dejan de trabajar y son cuidados por los hijos. Las familias cambian de tamaño incorporando yernos, nueras, nietos y sufriendo los fallecimientos.

El capitalismo se basa en la propiedad privada y en la libre competencia mientras que el socialismo se basa en la propiedad colectiva y en la administración de los asuntos económicos monopolizada por el Estado.

A cada habitante del planeta le toca vivir en un territorio que ya tiene una forma de administrar sus asuntos económicos, sin embargo cada uno está determinado orgánicamente (determinismo) para adherir emocionalmente al sistema que más le guste.

Quienes se sentirían cómodos en la primera comunidad, esa en la que los padres y los hijos se divorcian a los dieciocho años, prefieren el capitalismo y quienes se sentirían cómodos en la segunda comunidad, esa en la que el vínculo familiar no se rompe nunca, prefieren el socialismo.

La mayoría de los pueblos adopta y prefiere un sistema mixto.

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viernes, 17 de febrero de 2012

El dinero tiene un valor desconocido - (Artículo Nº 1.467)

Los precios mostrados suelen no ser los de comercialización ni el valor objetivo del bien ofrecido.

En mi matinal lectura de la web encontré un artículo interesante (1).

El autor reflexiona sobre la variabilidad de los precios de comercialización.

Cuando concurrimos al mercado de oferta para comprar algo, encontramos que matemáticamente 100 es igual a 110 ó a 90, porque el valor mostrado (100) puede verse modificado por recargos (110) o descuentos (90) según un amplio menú de posibilidades.

El fenómeno es uno de los principales estímulos que inspiran los artículos de este blog: el pudor (2), recato y perturbación que el dinero les provoca a un amplio sector de la humanidad.

Esos sentimientos alteran la racionalidad provocándonos comportamientos extravagantes, que si no se notan es porque le ocurren a la mayoría.

No podemos olvidar que la compra (o la venta) con dinero sigue siendo un trueque, donde uno de los bienes (el dinero) tiene la particularidad de ser el más canjeable.

Este bien tan permutable, que además es de curso legal y obligatorio en el país donde es moneda oficial, tiene un precio que también surge de la oferta y la demanda global de la economía, pero no de la oferta y la demanda entre particulares.

La legalidad y la obligatoriedad de su poder de cambio no están en discusión, sin embargo, a último momento resulta que no es un bien cuya cotización sea tan confiable como para guiarse por lo que informen las pizarras de los bancos y casas de cambio.

Como decía al principio, el hecho de que un precio ofrecido luego tenga modificaciones dependientes de la forma de pago, de alguna oferta, del regateo, no solamente altera el valor del bien que se comercializa sino también el de su contraparte, el dinero que participa en el trueque (compra-venta).

(1) Madonna y los altos precios sus shows: «Yo lo valgo».

(2) Pudor y asco hacia el dinero

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jueves, 16 de febrero de 2012

El holocausto del dinero, el comercio y el lucro - (Artículo Nº 1.466)

Parte de la humanidad no tolera el dinero, el comercio y el lucro. El antisemitismo es «anti-dinero», «anti-comercio» y «anti-lucro».

Si alguien aspira a un estudio profundo, que incluya los datos importantes que el tema merece, tendríamos que averiguar, antes de empezar a trabajar, si quien hace esa petición quiere realmente saber algo o más bien no quiere saber nada y por eso exige condiciones razonables pero imposibles.

Saber todo sobre el ser humano es imposible, por lo tanto, hasta el estudio más profundo y la colección de enciclopedias más prestigiosa no podrán considerar todo lo que es digno de ser tenido en cuenta.

Por lo tanto, si usted se conforma con tener algo para pensar sin mega-pretensiones y afán perfeccionista, puede concederle unos minutos a esta relación que podría existir entre el judaísmo y la pobreza de los países capitalistas.

En otro artículo (1) comentaba que las personas que por algún motivo rechazan el dinero, el comercio y el afán de lucro, no dedicarán su energía a investigar qué está haciendo su psiquis sino que buscarán un camino más corto: elaborarán alguna teoría pseudo-científica por la cual puedan decir algo así como «el buen ser humano es solidario, desinteresado y espiritual».

Para complementar esta teoría, tendrán que pensar algo así como «el mal ser humano es egoísta, interesado y materialista».

Para que ambas teorías tengan un fundamento, parezcan serias y creíbles, deberán encontrar ejemplos que tengan esas características.

Si esta tarea se le complica porque no podrían denunciar a uno por uno, entonces es una buena táctica elegir a un grupo de personas bien definido para etiquetarlo con esos atributos de lo que no se debe ser.

A partir de ahí se impone perseguir a los malos, apresarlos, y en lo posible provocar un holocausto para exterminarlos.

(1) El antisemitismo y el rechazo del dinero

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miércoles, 15 de febrero de 2012

El antisemitismo y el rechazo del dinero - (Artículo Nº 1.465)

El antisemitismo es en realidad una forma de expresar el rechazo irracional por el dinero, el comercio y el lucro.

La inteligencia está al servicio de nuestra capacidad adaptativa al entorno.

Es un dispositivo de observación, interpretación, elaboración y decisión, por el cual

— observamos el color del cielo;
— interpretamos que esas nubes suelen preceder a la lluvia;
— elaboramos la hipótesis de que lloverá; entonces
— decidimos llevar vestimenta adecuada para un día de lluvia.

Si de este proceso surge algún malestar el proceso podría verse alterado.

En la medida que nos resulte insoportable la idea de que llueva, nuestros sentimientos (desagrado, irritación, frustración) pueden alterar el funcionamiento.

Una forma en que los sentimientos alteran la capacidad adaptativa puede consistir en ignorar lo que observamos y/o interpretarlo mal y/o elaborar una teoría equivocada y/o tomar una decisión inconveniente.

Otra forma en que los sentimientos alteran la capacidad adaptativa puede consistir en hacer exactamente lo contrario a lo que la racionalidad nos impondría. En el ejemplo mencionado, el sujeto se dispone a realizar todo lo que haría un día soleado, veraniego y caluroso.

Podemos proponer entonces que los sentimientos y la inteligencia suelen ir por carriles separados y hasta opuestos entre sí.

El grado de elaboración y complejidad que puede llegar a tener este conflicto entre la racionalidad y la emotividad puede ser tan elevado como es el caso del antisemitismo.

A los judíos se les atribuye llevarse muy bien con el dinero, se los considera con un talento especial para los negocios, las finanzas y el lucro, así como también una casi total desconsideración hacia las dificultades económicas de quienes les deben dinero y no pueden pagarles.

Hipótesis: El antisemitismo (oposición sistemática al pueblo judío) es una actitud de quienes comparten un rechazo irracional hacia el dinero, el comercio y el lucro.

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martes, 14 de febrero de 2012

Somos propensos al ahorro ilimitado - (Artículo Nº 1.464)

Los humanos somos naturalmente capaces de tolerar el hambre y la sed durante un cierto tiempo y también estamos naturalmente condicionados para ahorrar y acumular cuando las circunstancias lo permiten.

Esta mañana desperté con esta idea en la cabeza y no sé si es un recuerdo o un invento. Sea como sea, para algo puede servir.

En economía se dice que «los precios son resistentes a la baja», lo que en lenguaje menos académico quiere decir algo así como: «cuando algo sube de precio, difícilmente baje de precio algún día».

La idea que quiero comentarles es la siguiente:

Es probable que la naturaleza haya desarrollado en los seres vivos la capacidad de tolerar la escasez de lo que ocasionalmente puede escasear (alimentos y líquidos) y no desarrolló esa tolerancia a la escasez para lo que difícilmente vaya a escasear: el aire.

Es probable, decía, que los seres humanos estemos preparados orgánicamente para sobrevivir a ciertos períodos de escasez de alimentos sólidos y líquidos.

Esta particularidad de nuestro organismo nos permite soportar la transitoria ausencia de proteínas, vegetales y líquidos. Corre por cuenta de la suerte de cada uno que la obtención de estos elementos ocurra antes de que esa resistencia se agote (muerte por inanición).

Complementariamente a esta característica corporal, también estamos instintivamente predispuestos a acumular, no solamente dentro del cuerpo en forma de gordura sino también fuera del cuerpo, guardando alimentos salados, refrigerados, envasados.

Nuestra mente está diseñada para que tratemos de acortar los períodos de escasez y para que acumulemos en los períodos de auge.

Por eso es que

— cuando alguien cobra un cierto precio o salario, se resiste tenazmente a rebajarlo (resistencia a la baja);

— también está en nuestra naturaleza tolerar cierta escasez (pobreza); y

— también está en nuestra naturaleza acumular (guardar, ahorrar, enriquecer) ilimitadamente.

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lunes, 13 de febrero de 2012

La jubilación del útero - (Artículo Nº 1.463)

El rol natural de la mujer es conservar la especie. Si la población mundial ya es la suficiente, ellas necesitan conquistar roles que eran masculinos.

¿Qué le ocurre a un trabajador cuando se jubila?

Aunque la palabra «jubilación» deriva del vocablo «júbilo» (alegría, gozo, satisfacción), la situación real tiene muy poco de estos sentimientos placenteros.

La persona jubilada necesita enfrentarse a la elaboración de un duelo, similar (aunque no idéntico) a la pérdida de un ser querido o a la pérdida de alguna función orgánica (caminar, ver, oír).

Es muy frecuente que el jubilado se sienta especialmente molesto porque lingüísticamente su rol afirma todo lo contrario. Entonces, no sólo se siente mal por haber «perdido» su ocupación remunerada sino que además se siente triste cuando los demás esperan que esté muy feliz.

Ahora cambio la dirección de estas ideas para comentarles qué le ocurre a un «útero jubilado».

Las mujeres son felices cuando pueden desempeñar su rol principal para el que son «monopólicamente» aptas: gestar nuevos ejemplares.

Si fuera cierto que la cantidad de ejemplares de nuestra especie ya es la suficiente, entonces aquella imprescindible «tarea» de procrear estaría viéndose limitada.

Cuando los humanos moríamos en cantidades por guerras y pestes, ellas eran esenciales, pero la longevidad actual les resta protagonismo. Sus mentes, diseñadas para detentar el rol más valioso de la especie, deben enfrentar un duelo, como el del jubilado que «se queda sin trabajo remunerado».

Es por ese «útero jubilado» que todo el mercado de trabajo transita un período de confusión, transformación, cambio.

Los varones, que nos sentíamos protagonistas como proveedores de la mujer y sus (nuestros) hijos, ahora ya no somos tan necesarios y hasta compiten con nosotros.

En suma: La «jubilación del útero» provoca la angustiante jubilación anticipada del protagonismo de los varones.

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domingo, 12 de febrero de 2012

El amor no es gratis - (Artículo Nº 1.462)

Los pensamientos «lindos» y las ilusiones infantiles conducen inevitablemente a la ruina económica y afectiva.

Aceptamos de buena gana, aunque no siempre con entusiasmo, que otras personas ganen el dinero que necesitan para darle satisfacción a sus necesidades y deseos.

La diferencia entre «de buena gana» y «no siempre con entusiasmo» está vinculada psicológicamente con nuestra dualidad ante la propiedad privada: la entendemos perfectamente para conservar nuestros bienes aunque tenemos dificultades para respetar esa misma pretensión en otros.

Es por esto que:

— corremos a cobrar pero nos desplazamos en cámara lenta para pagar;

— notamos que alguien se demora en devolvernos un paraguas pero el bibliotecario tiene que llamarnos varias veces la atención para que devolvamos un libro;

— ponemos el grito en el cielo si encontramos que alguien rayó la pintura del automóvil pero si abollamos sin querer un carro estacionado, nos preocupa saber si alguien nos vio para huir sin llamar la atención.

Por lo tanto, las personas ajenas interesadas en que tengamos una fuente segura de ingresos son las que de alguna manera:

— se beneficiarán (vendedores, recaudadores de impuestos, banqueros); o

— dejarán de perjudicarse con nuestra falta de ingresos (padres, esposa e hijos, compañía aseguradora de desempleo).

Aunque después de leída esta descripción parece inútil, les pido un voto de confianza: la sensación de que todos sabemos lo que acabo de escribir no significa que lo tengamos en cuenta las veces que haga falta.

En otras palabras: requiere un esfuerzo bastante significativo no dejarnos gobernar por las ideas placenteras, por las ensoñaciones y fantasías.

Querríamos de corazón que todos estén interesados en nuestro bienestar personal, gratuitamente, desinteresadamente, por puro amor.

Flotar en esta hermosa nube, imaginarnos amados como fuimos amados en nuestra infancia, creernos dignos de un amor desinteresado, sólo nos provocará desilusiones y la ruina económica.

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sábado, 11 de febrero de 2012

La inflación como mentira del Estado - (Artículo Nº 1.461)

La inflación es una forma engañosa de aumentar la contribución de los ciudadanos al Estado.

«Ojos que no ven, corazón que no siente» dice un refrán y es cierto.

Cuando nos preocupamos por las mentiras, engaños, falsedades, que perjudican nuestra existencia, pensamos en quien perpetra la falta de sinceridad pero difícilmente observemos qué participación tuvo la víctima.

Tendemos a ser demasiado condescendientes con las víctimas y excesivamente severos con los victimarios.

En este, como en otros casos, las víctimas pueden ser provocadoras de la mentira que reciben.

Esto es así cuando el engañado, sin querer o voluntariamente, emite señales del tipo «No me digan nada que pueda molestarme».

Las veces que esto ocurre, debemos reconocer que es una injusticia llamar «mentiroso» a quien lo único que hace es no molestar a quien pide que le permitan ignorar las malas noticias. La deferencia, el cuidado, la precaución de no molestar a quien desea permanecer apartado de algunas novedades desagradables, termina incriminándolo por mendacidad, falsedad, disimulo, falacia.

Una de las mentiras más grandes y que nos afecta a todos los habitantes de un país es la devaluación silenciosa de la moneda local.

La inflación es una manera de quitarnos más dinero, de aumentar los impuestos, de exigirnos más esfuerzo para solventar los gastos del Estado.

Los gobernantes que incurren en esta deslealtad lo hacen porque su capacidad de liderazgo no es la suficiente como para lograr que los ciudadanos acepten vivir según la realidad: tienen que aumentar su contribución al Estado, este tiene gastos imprevistos, aumentó la carga salarial de sus funcionarios, no sabe administrar.

Para que los ciudadanos paguen lo que tienen que pagar, es preciso recurrir al refrán «Ojos que no ven, corazón que no siente». Todos verán afectada realmente su economía, pero al no darse cuenta, no se defenderán.

Artículos anteriores que refieren a «inflación» o «devaluación»:

Cuando una moneda se convierte en monedita

Panfleto en no mayor

El burlador burlado

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viernes, 10 de febrero de 2012

Los cubanos también consumen malestar - (Artículo Nº 1.460)

La verdadera situación en Cuba es imposible de entender si no aceptamos que los humanos consumimos «malestar» en ciertas dosis.

No se sabe a ciencia cierta cuál es el origen del nombre del la República de Cuba ni tampoco se tienen datos sobre qué utilidad podría tener saberlo.

Lo que en definitiva parece bastante creíble es que si alguien quiere informarse sobre este país, no podrá saber casi nada.

Usted quizá piense que la dificultad está causada porque el régimen de los hermanos Castro (Fidel y Raúl), líderes del Partido Comunista gobernante, no permite la libertad de prensa. Falso.

No se puede saber casi nada de Cuba porque el sistema de vida impuesto por el gobierno desde hace más de 50 años (estoy redactando este artículo en 2012) es muy controversial, discutible, apasionante.

Claro que aquellos que huyen de la pasión rápidamente la apagarán con abundante agua fría diciendo que «la isla se ha convertido en un Paraíso» o «se ha convertido en un Infierno».

Otra forma de extinguir la polémica es afirmar que los hermanos Castro son dictadores de la peor calaña o futuros santos si el Vaticano no se deja presionar por el capitalismo judío.

En pocas palabras quiero decir que si bien la libertad de prensa no existe bajo este longevo gobierno, el desconocimiento de lo que realmente ocurre no es accesible ni para los nativos adultos.

Un motivo que puede estar haciendo obstáculo para conocer un poco mejor a este pueblo y sus peripecias está brevemente expuesto en otro artículo (1).

En ese artículo comento que los humanos precisamos el dolor, la carencia, el malestar, en ciertas dosis.

Con esta hipótesis nos acercarnos a comprender que vivir en la pobreza colectiva (no individual y solitaria), quizá sea gratificante, estimulante, deseable.

(1) Necesitamos dolor y alimentos

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jueves, 9 de febrero de 2012

Las tarjetas de crédito simulan ser dinero limpio - (Artículo Nº 1.459)

El dinero es valorado hipócritamente por la mayoría de nosotros. Las tarjetas de crédito intentan «vendernos» «dinero limpio».

Para que un hecho se convierta en noticia debe ser raro, insólito, sorprendente, trágico, inesperado.

— El más clásico es el que dice «Un hombre mordió a un perro»;

— Otro que acabo de inventar podría decir: «Un ladrón, varias veces reincidente, devolvió un paquete con cien mil dólares a quienes lo habían extraviado».

— Otro muy famoso, dice «Hay cosas que el dinero no puede comprar».

Precisamente esta «noticia» se convirtió en una frase con la que intenta identificarse la tarjeta de crédito MasterCard.

La frase completa expresa: «Hay cosas que el dinero no puede comprar, para todo lo demás existe MasterCard».

La idea es aportarle glamur, santidad, amor a esa parte tan ambivalente de nuestra psiquis cuando piensa en el dinero.

— Un joven participa con entusiasmo en la compra (con MasterCard) de objetos que necesitan sus padres para irse de viaje, porque él podrá disfrutar de algo que el dinero no paga: la libertad de usar la casa para divertirse con los amigos;

— Un señor utiliza la tarjeta para hacer varias compras vinculadas a su trabajo, pero al final del día obtiene lo que el dinero no puede comprar: divertirse con sus hijos saltando sobre una cama;

— Una voz en off nos va diciendo lo que una pareja de jóvenes compró con la tarjeta (lentes, canasta, calzado), pero la chica hace maravillas «impagables» con una pelota de fútbol que le llega accidentalmente.

A esta campaña publicitaria se la llama «Priceless» (sin precio – ver imagen).

Hipótesis: Quienes quieren vender una forma de dinero (plástico, de MasterCard), tratan de convencernos de que el dinero, culturalmente repelido, hipócritamente repudiado, teatralmente criticado, participa con fuerza en nuestros momentos felices, sobre todo cuando MasterCard limpia su mala imagen.

Nota: Estos anuncios pueden verse accediendo al link de Nuestros anuncios

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miércoles, 8 de febrero de 2012

«Ya lo vamos a atender» - (Artículo Nº 1.458)

Contratamos servicios que pagamos rigurosamente, pero no siempre sabemos qué hemos comprado hasta que llega el momento de utilizarlos.

¡Qué desagradables son las malas noticias! ¿Y las desilusiones? ¡Horribles!

Un amigo está muy desilusionado porque recibió varias malas noticias juntas.

El padre necesita una atención médica con urgencia y la empresa a la que le paga mes-a-mes una cuota para que le asegure la asistencia tan pronto la necesite, está incumpliendo su obligación con variados argumentos: falta de espacio transitorio, próximo reintegro del especialista más adecuado, accidental rotura de un artefacto imprescindible.

El argumento más sólido que estuvo esgrimiendo mi amigo para presionar a la empresa fue el referido a la antigüedad de su papá como afiliado.

Eso fue así hasta que se enfrentó a una mujer particularmente agria, malhumorada y desconsiderada que aparentemente le dijo la verdad.

Pensamos que se trata de «la verdad» porque, como la mayoría de las verdades, contiene una mala noticia.

La mujer le dijo a mi amigo que para ellos es lo mismo un afiliado que tenga tres meses que otro que tenga cincuenta años como socio.

— ¡¿Cooomo?! —, gritó mi amigo en un justificado arranque de ira.

La funcionaria, para terminar su obra destructora de ilusiones, respondió más serenamente.

La explicación tiene una lógica de hierro y nos dejó pasmados, abrumados e impotentes:

— Señor, su papá pagó puntualmente mes-a-mes un dinero que cubría su riesgo de que necesitara atención médica. Al finalizar cada mes, el derecho se extinguía y lo recuperaba pagando otra cuota. Por eso, cada 30 días su papá perdía todos los derechos y los recuperaba al pagar de nuevo. Esto explica por qué una persona con mucha o poca antigüedad da lo mismo, todos están iguales. No insista con los cincuenta años de afiliación. Ya lo vamos a atender.

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martes, 7 de febrero de 2012

La salud depende de la coherencia - (Artículo Nº 1.457)

La salud física y mental depende de la coherencia entre lo que somos, pensamos y hacemos.

Fabrico un jabón para uso humano, especial para la ducha y las manos.

Me fue bien hasta que los competidores empezaron a «golpearme».

Mis ventas fueron muy gratificantes los dos primeros años de ventas en el mercado, pero los otros fabricantes quizá se sintieron perjudicados o desafiados y comenzaron a promocionar sus productos similares al mío con especial agresividad.

Agresividad que se expresaba en dos «frentes»: con mayor publicidad y con menor precio.

Tan fuertes fueron para mí sus «golpes» que me obligaron a pensar seriamente en la creación de otro producto de menor costo para competir con los colegas.

Finalmente opté por hacer una pequeña trampita: disminuí los costos directamente sobre el jabón que ya tenía cierta aprobación en el público. Lo hice de tal forma que nadie se diera cuenta: insumos más baratos, envoltorio más económico y una publicidad un poquito exagerada, para lograr una recuperación en las ventas que le trajera más tranquilidad a los números (gastos, rentabilidad, liquidez).

Cinco años después de haber hecho esta «trampita», estoy viendo que los resultados fueron buenos en los números pero algo fue cambiando en mi vida tan paulatinamente que cuando quise acordar me encontraba negociando con mi esposa cómo nos repartimos los bienes gananciales porque ella quería terminar con el vínculo lo antes posible.

¿Qué habrá ocurrido?, me pregunté con la angustia que todos se imaginan.

La culpa la tiene la, pocas veces reconocida, coherencia humana.

Hoy estoy convencido de que aquella «trampita» con el jabón tuvo que integrarse a mi vida y, sin darme cuenta también hice «trampitas» en otras actividades, inclusive la afectiva.

Nuestra sagrada salud física y mental depende de una coherencia entre lo que somos, pensamos y hacemos.

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lunes, 6 de febrero de 2012

La pobreza como proveedora infalible - (Artículo Nº 1.456)

Que sea difícil de creer es parte de una estrategia natural para que busquemos dosis de dolor necesarias para perpetuar el «fenómeno vida».

No estar enterado de algo puede tener varias causas. Por ejemplo:

— la consecuencia de una falta de oportunidad para acceder a la fuente del conocimiento; o

— la consecuencia de una falta de interés por el asunto que ignoramos; o

— la consecuencia de una estrategia. En este caso, la ignorancia es una acción positiva, enérgica, deliberada.

El verbo «deshacer» significa la acción de romper, desarmar, destruir. El mismo verbo «desarmar» significa la acción contraria a armar. Por eso el verbo «desconocer» no significa solamente «ignorar» como suele interpretarse sino más bien «la acción deliberada de quitar de nuestra mente un saber, un recuerdo, una información».

En psicoanálisis hacemos especial hincapié en el «desconocimiento» pues parte de nuestros problemas está en que no nos escuchamos. El psicoanalista tiene como una de sus tareas señalarle al paciente qué está diciendo sin darse cuenta.

Cuando esto ocurre el paciente suele sorprenderse: «¿Yo dije eso?»

La sorpresa en el caso del desconocimiento está en que el paciente cree que jamás se opondría conscientemente a saber mucho, a estar bien informado, a conocerse profundamente.

En otro artículo (1) les comento que los humanos buscamos el dolor tanto como los alimentos y agrego ahora, como el abrigo, el amor, el placer, el descanso, la seguridad.

Algunas posibles explicaciones de este paradójico fenómeno son, por ejemplo:

— nuestro cerebro reclama múltiples excitaciones para funcionar bien;

— el dolor realza el placer por contraste;

— la naturaleza se vale del dolor para estimular el «fenómeno vida» (2);

— el dolor nos aporta sensaciones de estar vivos, muy sutiles, pero apreciables.

Hipótesis: Para obtener esa dosis saludable de dolor, algunos recurren a la pobreza como proveedora infalible.

(1) Necesitamos dolor y alimentos

(2) El «fenómeno vida» está ampliamente desarrollado en el Blog Vivir duele 

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domingo, 5 de febrero de 2012

El secreto de algunos éxitos - (Artículo Nº 1.455)

Somos educados para ser generosos pero nuestra formación no incluye hasta qué punto es inteligente esa generosidad.

Si ordenamos el precio que tienen las empresas de mayor a menor, nos encontramos con que Google está en la cima: ninguna otra empresa tiene un éxito mayor.

Esto es justificado motivo de orgullo para sus creadores, Larry Page (EEUU -1973 - ) y para Sergey Brin (Rusia – 1973 - ), aunque paradójicamente esta mega empresa no tiene precio porque nadie podría comprarla.

Estos ingenieros usan las matemáticas para potenciar permanentemente el motor de búsqueda que devuelve en segundos millones de posibles respuestas, con un elevadísimo grado de acierto, a las consultas más variadas.

Lograron desarrollar un sistema informático que maneja todos los sitios webs públicos (Facebook, por ejemplo, no es una web pública porque los usuarios protegen sus cuentas con una contraseña).

Tengo la certeza de que este excelente sistema informático perdería valor si sus fórmulas pudieran ser conocidas, pero uno de los motivos por los que Google es la empresa más valiosa es que esas fórmulas son secretas.

El caso se parece a la fórmula química de Coca-Cola, producto que indudablemente es tan popular porque la empresa nunca dejó de publicitarlo y de hacer enormes reinversiones de sus utilidades en auspiciar eventos y en mostrarse, pero parece innegable que si la fórmula del jarabe no fuera secreta, Coca-Cola tendría un éxito menor ... si es que aún existiera.

Aunque ni usted ni yo necesitamos poseer una empresa top para disfrutar dignamente de la vida, puede sí interesarnos considerar estos dos casos para preguntarnos si la generosidad es o no conveniente y en caso afirmativo, hasta qué punto es inteligente compartir nuestros descubrimientos inherentes a nuestro oficio, a nuestras técnicas de comercialización, a nuestras acciones para darnos a conocer.

Otras menciones del concepto «éxito»:

El mercado capitalista y el mercado socialista

Con éxito existo

Otras menciones del concepto «secreto»:

Los agentes secretos

Causa lingüística de la pobreza patológica

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sábado, 4 de febrero de 2012

Lo que falta parece invisible - (Artículo Nº 1.454)

Se gana dinero construyendo «lo que no hay» pero nos educan para conocer «lo que sí hay».

En otro artículo (1) comenté que no es tan importante saber qué dicen las leyes sino que lo importante es saber qué no dicen.

Esto está planteado así porque todas las leyes refieren a obligaciones o a prohibiciones, con las cuales sólo podemos tener gastos, pérdidas, o impedimentos para nuestra actividad económica.

Los humanos somos proclives a pensar que el conocimiento compuesto por abundancia de datos (información, teorías, opiniones) es rentable.

Algo que nadie nos enseña es a «percibir» lo que no está.

En base a esta situación, que pocas veces tomamos en cuenta, es que no podemos desarrollar la capacidad de entender el conjunto para poder luego discernir qué falta a partir de lo que la información nos dice que está.

Por ejemplo, cuando vemos la palabra «dineo» descubrimos que falta la «r» porque conocemos la palabra completa. Lo mismo ocurre con una serie de números: 2-4-6-8-12. Entendemos que es un conjunto de número pares y que falta el «10».

Normalmente nos percatamos de una ausencia, cuando conocemos su existencia y tenemos necesidad de ella. Por ejemplo, nos damos cuenta que en el refrigerador repleto de alimentos no hay leche si vamos en busca de ella y no la encontramos.

Sin embargo, cuando tenemos que conseguir una fuente de ingresos (para autosustentarnos, para fundar una familia), casi seguramente nos prepararemos para conocer todo lo que siempre hay (leyes, teorías económicas, técnicas de mecánica, idiomas extranjeros), pero nadie nos desarrolla la capacidad de «percibir lo que falta».

Estos hechos explican por qué es tan difícil ser innovador, encontrar qué hacer sin ser empleados por un empresario y descubrir cuál es la demanda insatisfecha cuya satisfacción podría darnos ocupación rentable.


Nota: Si nadie te lo informara, sería difícil que vieras al hombre que nos mira desde las semillas de café.

(1) El conocimiento intuitivo y la salud mental

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viernes, 3 de febrero de 2012

El conocimiento intuitivo y la salud mental - (Artículo Nº 1.453)

Es inútil saber de leyes si no desarrollamos la capacidad intelectual para deducir (imaginar, discernir, intuir) qué está permitido.

Conocemos la frase «La ignorancia de la ley no exime su aplicación». (1)

En otras palabras: Estamos sometidos al imperio de la ley independientemente de que sepamos de ella.

Una frase menos famosa pero igualmente conocida, dice: «Quien avisa no traiciona».

En este caso se está diciendo exactamente lo contrario: sería una forma de traición exigir algo sobre lo que no hemos advertido.

Por ejemplo: Si reprendemos a nuestro hijo porque llegó dos días después de haber salido a divertirse,

— sería una forma de traición de nuestra parte si antes no le advertimos que esperábamos su regreso dentro de las 24 horas; y, a su vez,

— él también estaría perpetrando una especie de traición por no haber comentado que desconocía el día y la hora de regreso.

Como vemos, tanto las normas de jurisdicción colectiva como las de jurisdicción hogareña, están indisolublemente vinculadas con la información, ya sea para legitimarlas o para convertirlas en una forma de traición.

Debemos recordar que una ley de alcance colectivo debe ser publicada para que cobre vigencia. Antes de la publicación carece de valor jurídico.

Debemos recordar que los abogados no conocen todas las leyes de jurisdicción colectiva. Por lo tanto, todos estamos expuestos a cometer una infracción y a ser inesperadamente castigados.

Alguien podría pensar que para ganar el dinero necesario tendríamos que poseer la mejor información sobre las leyes que nos gobiernan.

Esto es parcialmente así.

Lo más importante es poseer la salud mental suficiente como para comprender intuitivamente cómo es la cultura (ética, costumbres, tradición, folklore, jurisprudencia) que habitamos.

Las leyes están para prohibir, restringir, evitar y sólo una comprensión profunda de nuestra cultura nos permite saber qué está autorizado, aceptado, tolerado.

(1) La educación aumenta las exigencias

La ignorancia defensiva 

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jueves, 2 de febrero de 2012

Lo que gana Paul McCartney - (Artículo Nº 1.452)

Nuestra disponibilidad de dinero depende de muchos factores no económicos que merecen también toda nuestra observación, dedicación y esmero.

Los varones estamos genéticamente dispuestos a tener actividad sexual con cualquier mujer que nos lo solicite. Las mujeres están genéticamente dispuestas a tener actividad sexual con cualquier hombre que, según su instinto, posea el ADN que le geste los mejores hijos imaginables. (1)

El desenlace de estas dos tendencias tan distintas y, hasta cierto punto opuestas, es que los varones somos esencialmente polígamos y las mujeres esencialmente monógamas.

En este escenario irrumpe la cultura para generar distorsiones tan profundas que nunca terminaremos de crear nuevas actuaciones de celos, desencuentros, infidelidades, corazones rotos, homicidios pasionales, celibatos y demás teatralizaciones que parecen pura ficción.

Una de esas teatralizaciones que parecen más realistas se expresa en nuestra vida laboral.

Efectivamente, los humanos disfrutamos de algunas tareas, toleramos discretamente otras y odiamos al resto.

Nuestra energía, inspiración, resistencia a la fatiga, están naturalmente puestas a disposición de realizar esas tareas preferidas, y rinden mucho menos cuando son destinadas a las meramente toleradas. Asimismo están destinadas con su mayor énfasis a no realizar las insoportables.

Ahora bien, si lo que más nos gusta hacer está bien remunerado por el mercado, entonces tendremos la suerte de no conocer la escasez de dinero, y así sucesivamente con las combinaciones posibles.

Una empresa alemana acaba de pedirle a Paul McCartney (Ex-Beatle. 1942 - ) que le ponga música a un nuevo juego de video.

Este hombre, que si algo no necesita es dinero, no para de mejorar sus ingresos, no porque sea ambicioso, sino porque tiene talento musical, adora lo que hace y justo nació en un lugar y época que paga muy bien lo que él produce por puro placer.

En suma: Nuestra disponibilidad de dinero no siempre depende de factores económicos.

(1) La violación metafórica

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miércoles, 1 de febrero de 2012

El auge de las psicopatías en tiempos de crisis - (Artículo Nº 1.451)

La psicopatía es propia de muchos seres humanos «normales» pero se vuelve problemática en períodos de crisis económica.

El cerebro humano quizá sea el único que padece de incertidumbre. Para compensar esta característica perjudicial, quizá sea el único que puede creer en Dios

Son ‘acción y re-acción’ complementarias: primero sufrimos con la incertidumbre y después creamos la existencia de Dios para aliviar la ansiedad resultante.

En el terreno de la salud mental, por un lado observamos que algunas personas hacen cosas insólitas que nos inspiran temor, para tranquilizarnos salimos a buscar explicaciones, la ciencia nos satura con datos, estadísticas, teorías, opiniones, pero si a alguien se le ocurre profundizar apenas un poquito, descubrirá lleno de pavor que la ciencia no está segura de nada.

Lo único que nos queda entonces es aferrarnos a una ilusión, a una fantasía que en definitiva nos ayuda. Las religiones aportan la compañía de otros creyentes igualmente angustiados y entre todos nos consolamos, nos damos ánimo y hasta nos olvidamos de los problemas.

Muchos pueblos están padeciendo una profunda crisis económica desde hace varios años.

En épocas como esta la angustia y la desesperación se convierten en campo propicio para que emerjan con su mayor esplendor nuestros clientes, competidores, jefes y compañeros de trabajo psicópatas.

Por supuesto que la ciencia nos dirá que la psicopatía es un trastorno de personalidad que se manifiesta por una pérdida de escrúpulos y las religiones nos dirán que son «ovejas descarriadas que Dios pone en nuestro camino para probarnos», pero ¿qué hacemos con un acosador, con una brillante manipuladora, frente a un competidor que no reconoce los riesgos, con una compañera de trabajo que sólo respeta sus códigos personales?

Lo que hacemos con ellos es lo mismo que hacemos con cualquier otro fenómeno natural adverso: guarecernos para sobrevivirlo.

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