
Con esta aclaración es posible pensar que un pequeño que tiene una mamá con suficiente leche se forma una idea de lo que es vivir diferente a otro cuya mamá casi no puede darle de mamar.
La complacencia que siente un niño bien alimentado tendría que ser diferente a la de otro que percibe cuánto estrés se forma en torno suyo para hacerlo callar cuando grita de hambre.
Es probable que cuando la madre tiene leche suficiente, sienta que tiene un hijo hermoso y la relación que existe entre ambos sea reconfortante. Por el contrario, cuando la madre no puede alimentarlo adecuadamente, es probable que sienta que el pequeño es «otra boca más para darle de comer».
Por más esfuerzo mental que se haga para descalificar la importancia que tiene en la vida de cada uno de nosotros un aspecto tan materialista como es el alimento que nos aplaca el hambre, en el fondo, tenemos que asumir que no puede haber amor de ningún tipo cuando no han podido satisfacerse las necesidades mínimas de supervivencia.
Dicho de otro modo: Así como el amor madre-hijo es más probable cuando ninguno de los dos siente hambre, el amor entre los ciudadanos es también más probable cuando en la población se han superado las dificultades para conseguir alimentos.
En suma: hay una relación inevitable entre el amor y lo material.
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Aunque no te quedó tan claro, supongo que nos estás "pegando" a los que renegamos de lo material exageradamente para tu gusto.
ResponderEliminarNo creo que haya algún idealista que niegue esta obviedad.
ResponderEliminarDebo reconocer sin embargo que a veces la propia ineficacia para ganarse la vida lleva a muchos a ser despectivos con lo mismo que andan buscando y les cuesta ganarse.
Usted adolece de los rasgos típicos de los lacanianos: Es lo suficientemente confuso como para que los lectores podamos pensar diferentes opciones.
ResponderEliminarEn síntesis, sí, estoy de acuerdo en el remate: El amor es materialista. ¿Está conforme? ¿Nos autoriza a soñar con un mundo mejor o le molesta?
Saludos (sin rencores).
Me desilusionan los hombres porque sólo quieren tener sexo. Reparan en mis senos, en mis piernas, me sugieren que quieren desnudarme y eso me ofende, me quita ganas de perfeccionarme espiritualmente. Son muy importantes ellos para mí pero ¿por qué son tan materialistas?
ResponderEliminarEstamos condenados a vivir cagándonos a mentiras. Lo real es que hay que comer, tener cama para poder dormir, que se nos pare la pija para poder coger. ¿Qué más?
ResponderEliminarMi madre me sobreprotegía porque se sentía culpable de que a los pocos días de mi nacimiento, sus senos dejaron de producir leche. Eso la angustió mucho y cada vez que yo tenía hambre (según me contó no hace mucho), para ella era como un timbre que le indicaba que tenía que empezar a sufrir por no ser una buena madre que diera su leche.
ResponderEliminarDe acuerdo, no podemos hablar de amor si no es teniendo un cuerpo con todas su necesidades y debilidades.
ResponderEliminarTambién es cierto que tenemos que trabajar, ganar DINERO, arroparnos, educarnos, reproducirnos, ahorrar para la vejez.
PERO ADEMÁS, existe un algo inmaterial que es nuestro alma y que pertenece a una categoría diferente.
Una cosa no excluye a la otra.
Creo entender lo que siente.
ResponderEliminarEstá bien que cada uno opte por la riqueza o escasez que quiera, pero lo que sí es condenable es que algunos usen eso para forzar a los demás a darles lo que les falta, imponiendo con sus miserias una especie de generosidad que no es tal porque surge de un chantaje visual.
La vida es una lucha continua contra la escasez: De dinero, de alimento, de abrigo, de tiempo, de amor, de soledad, de intimidad.
ResponderEliminarTodo lo valioso es escaso y todo lo que parece escaso se vuelve valioso.
Es cierto que las personas que creemos en el espíritu tendemos a negar un poco neciamente los aspectos materialistas de la existencia.
ResponderEliminarVale su esfuerzo por reconciliarnos con una parte de la realidad aunque seguramente sea más placentero poner estos temas como si fueran equipos de basquet que compiten por ser los mejores.
Hay un poco de rechazo maniático a lo material.
ResponderEliminarPara mis creencias se debe a que el cuerpo es el que expresa el deseo y al deseo todos le tenemos miedo porque puede llevarnos a la perdición.
Por lo tanto, negar lo material es una forma de negar el deseo y los peligros a que nos expone.
El estrés que se forma en torno al niño cuando llora de hambre también puede producirse cuando la gente que lo rodea es muy ansiosa e intolerante.
ResponderEliminarLo primero y más urgente es sobrevivir, por eso todo cambio social profundo debe comenzar garantizando la supervivencia.
ResponderEliminarAnte las dificultades algunos desarrollan la paranoia y otros una picardía no muy santa.
ResponderEliminarY si...no debe ser lo mismo tener los registros llenos de deudas que con saldo a favor!
ResponderEliminarEn realidad su intención es poner sobre la mesa el problema del desabastecimiento de leche fresca.
ResponderEliminarOtra enseñanza que se desprende de sus palabras es que la belleza está vinculada a la abundancia.
ResponderEliminarPensar con lógica psicoanalítica implica ser medio retorcido.
ResponderEliminarLa comida siempre forma parte de nuestros festejos. El pretexto para reunirnos es siempre alrededor de un asado o "ir a comer una pizza". Desconocerlo es no querer ver la realidad.
ResponderEliminarEl niño que aprende a vincularse con el mundo a partir de experiencias dolorosas, ansiógenas, estresantes, va creando una especie de lente oscura a través de la cual ve la vida.
ResponderEliminarRecuerdo que durante la crisis del 2002 la pasé realmente mal y soñaba a menudo con bocas abiertas que apuntaban hacia arriba exigiéndome alimento.
ResponderEliminarLo que hacía gritar a mis hijos de bebes eran los dolores de panza. Así que me pregunto yo ¿cuál será la incidencia de los trastornos gástricos en la construcción de un mundo mejor?
ResponderEliminarya veo, el cambio climático va a terminar llevándonos a la guerra.
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