
Seguramente tienen razón porque esta creencia constituye para esas personas un valioso aporte a su calidad de vida.
En mi investigación sobre las posibles causas de la pobreza patológica creo haber detectado que la creencia en Dios y la ideología católica en particular pueden ser factores que para ciertas personas son perjudiciales.
Por otro motivo decía en otro artículo (¿Quién ocultó las causas? ) que el azúcar es un excelente alimento pero que a los diabéticos les hace daño.
Conozco católicos muy prósperos que hacen una interpretación del credo cristiano (rechazo de la riqueza, confiar en que Dios proveerá) que no los desmotiva sino todo lo contrario (son honestos, generosos y ganan lo suficiente como para demostrarlo con hechos).
A quienes se sientan incómodos con mis señalamientos de que la creencia en Dios y la religión católica son factores que agravan la natural dificultad para ganarse el sustento de algunas personas, va entonces esta precisión: algunas personalidades se ven perjudicadas (así como el azúcar le hace daño a los diabéticos) y otras se ven beneficiadas.
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Lo ayudo con otro ejemplo: Algunas personas no pueden ingerir harina de trigo porque son celíacas.
ResponderEliminarLa religión y Dios son un alivio para los pesares. Quizá usted entienda que usar un calmante nos permite no curarnos.
ResponderEliminarLos dietistas conocen una lista interminable de alimentos nutritivos que también "son venenosos".
ResponderEliminarAl fin encontró una solución para quedar bien con dios y con el diablo.
ResponderEliminarYo me quedo con esos bombones.
La riqueza/pobreza y la religión están practicamente disociados, ese pensamiento es casi tan arcaico como decir que las moscas nacen de la carne... si bien están relacionados en algún punto, la cuestión de fondo es otra.
ResponderEliminarLo que no tienen en cuenta Naty & Sergio, es que a veces las cosas están muy claras en el discurso consciente, pero muy confusas en el inconsciente.
ResponderEliminar¡Esos bombones sí tienen que ver con Dios!!
ResponderEliminarLos diabéticos endulzamos las comidas con sustitutos del azúcar. Quizás los católicos puedan endulzar su vida con la solidaridad. Y si son católicos posta, o sea, católicos solidarios, todo bien, porque en esto nunca mucho es demasiado.
ResponderEliminarA mí nunca me pareció que ud estuviese encabezando una campaña en contra de las religiones ¡qué persecuta tienen algunos!
ResponderEliminarSe puede ser generoso en los hechos dando otras cosas además del dinero; dando tu tiempo, por ej.
ResponderEliminarMi fenotipo se ve perjudicado por las harinas, las grasas y los dulces, mas no pienso abdicar.
ResponderEliminarLos lectores que se quejan no son demócratas, no creen en la libertad de expresión y no se merecen disfrutar de la libertad del ciber-espacio.
ResponderEliminarMire que el azúcar no es tan excelente, mejor use miel.
ResponderEliminarLos señalamientos siempre me ponen incómodo. No sea mal educado ¿no le enseñaron de chico que no se debe señalar?
ResponderEliminarYo pienso "Dios proveerá" para tranquilizarme, pero no por eso dejo de hacer cosas por mi bien. Si vos no te ayudás nadie te ayuda, ni siquiera Dios.
ResponderEliminarHoy no puedo opinar. Mis ojos se quedan en los bombones y se niegan a abordar el texto.
ResponderEliminarAlgunos católicos muy prósperos hacen una interpretación del credo cristiano un tanto chiclosa.
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