
Habitualmente se dice que «los intermediarios siempre se llevan la parte del león».
Carlos Marx (sociólogo, economista, historiador, filósofo alemán que vivió entre los años 1818 y 1883) desarrolló un concepto ya existente llamado plusvalía.
Plusvalía es la diferencia que hay entre lo que vale el trabajo y lo que se paga realmente por él.
En el caso del artículo mencionado, Juan (el vendedor) les paga a los fabricantes de esponjas de alambre una cantidad de dinero muy inferior a la que él cobra cuando las vende.
Marx y sus seguidores condenan la apropiación de esta diferencia y la catalogan de explotación. En el caso del ejemplo, un marxista diría que Juan es un explotador de sus proveedores.
Y acá aparecen una cantidad de interrogantes ¿Por qué los proveedores entregan su trabajo a tan bajo precio? ¿Cuánto vale realmente la habilidad de Juan para encontrar clientes y concretar ventas? ¿Existen trabajos que valen más que otros?
En los hechos, muchos pobres ganan poco dinero porque algo les impide ganar lo suficiente.
Los sociólogos, economistas y filósofos estudian las causas sociales de esa insuficiencia en los ingresos. En este blog —y usando la teoría psicoanalítica—busco causas personales que puedan ser generadoras de lo que llamo pobreza patológica.
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Usted pone el caso de un vendedor que se relaciona con fabricantes, pero el tema suele ser tratado entre patronos y obreros, que es algo diferente.
ResponderEliminarLo lógico sería que todos los fabricantes se dedicaran además a la venta de sus productos ¿por qué no todos lo hacen?
ResponderEliminarSupongo que el valor de los trabajos debe variar de acuerdo al mercado, así como varía el valor de las mercancías.
ResponderEliminarLos orientales se independizaron de España para cobrar ellos la plusvalía generada por la venta de cueros.
ResponderEliminarUsted busca las causas personales de la pobreza p. y no las causas sociales. Muy bien, la aclaración no está demás.
ResponderEliminarEs la desesperación. Siempre aparecen proveedores con precios más bajos.
ResponderEliminarCamejo tiene razón. Muchas veces los que acaban con la competencia están blanqueando dinero.
ResponderEliminarSiempre uno está vendiendo algo, pero hay un montón de trabajos y servicios en donde eso pasa desapercibido.
ResponderEliminarMe pagan $1 por cada cucurucho que relleno con dulce de leche. Luego se venden al público a $ 17. Si yo consiguiera los permisos y organizara la distribución multiplicaría las ganancias. Sólo necesitaría un vehículo. Veré si puedo acceder a un préstamo social, que no me exija ser propietaria o generar determinada renta anual.
ResponderEliminarComprar y vender por "derremate.com" es bruto negoción!
ResponderEliminarAlgunas de las causas personales que generan pobreza son: la falta de iniciativa, la baja tolerancia al estrés, bajo desarrollo intelectual, dificultades en el vínculo con los otros, baja autoestima...y deben haber muchas más.
ResponderEliminarMe parece, Aurora, que el licenciado busca aquellas causas que son poco evidentes. Las causas que determinan que una persona inteligente, sana y creativa no pueda ganarse el sustento.
ResponderEliminarMe parece que los fabricantes de esponjas tienen tanta competencia como la que tiene Juan para encontrar clientes. Por lo tanto los fabricantes de esponjas son unos ineptos. El día que se den cuenta van a empezar a mejorar, siempre y cuando tengan la capacidad de hacerlo.
ResponderEliminarCuando el tema se da entre patrones y obreros, quienes tienen todas las de ganar son los patrones porque ellos son los dueños de la fuente de trabajo.
ResponderEliminarLos obreros sólo poseen su fuerza de trabajo y ahí nadie es imprescindible.
Supongo que si alguien administrara mis ingresos no sería pobre.
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