viernes, 29 de febrero de 2008

No me den consejos que sé cómo equivocarme solo

Hay (por lo menos) dos manera de vincularse con un profesional: 1) Cuándo él es quien determina que es bueno para el cliente (paciente o usuario) y 2) cuando es el cliente (paciente o usuario) quien determina qué es conveniente para sí mismo.

Clásicamente el profesional es alguien que sabe lo que es bueno para todos y que además sabe cómo conseguirlo. Esta postura continúa vigente salvo que ahora ya hay muchas personas que saben lo que les conviene y sólo compran la destreza del profesional para conseguirlo.

Podría decirse que las personas menos capacitadas para saber diferenciar lo conveniente de lo inconveniente (por su escasa información o por su temperamento ávido de paternalismos) es la que aún se aferra al vínculo clásico, mientras que los que están informados (y/o rechazan los paternalismos), compran la destreza del profesional, no compran ni su opinión, ni su consejo, ni su idea de lo que es conveniente o inconveniente.

¿Para qué sirve esto que usted está leyendo? Sirve para explicitar algo que sucede pero que no se menciona. El modelo clásico (paternalista) parece el único posible y los profesionales que adhieren a él ni se cuestionan hasta qué punto están molestando a su cliente-paciente-usuario cuando en lugar de asesorarlo, pretenden dirigirlo, darle órdenes, aconsejarlo.

●●●

jueves, 28 de febrero de 2008

¡Contá conmigo para lo que sea! (Uno, dos, tres, ...)

Una técnica muy usada por gente astuta consiste en pedir favores a cuenta de una reciprocidad maravillosa. «Contá conmigo para lo que sea y cuando sea» dice el astuto. Cuando llega el momento de pedirle un favor, éste suele contestar: «¡Qué mala suerte que tienes! Justo ahora me es imposible ayudarte».

Como es mucha la gente que no sabe distinguir una promesa de una acción concreta, es fácil para el astuto comprar la voluntad de los ilusos pagando con un compromiso cuyo cumplimiento es dudoso.

Sin embargo, ¡cuidado! No debemos pensar que el astuto está haciendo algo innoble. Lo que él hace en realidad es gratificar muy especialmente a quien prefiere disfrutar de una promesa maravillosa a recibir un pago tangible pero mucho menos ideal y romántico.

Por lo tanto, nada debe cambiar. Este artículo sólo pretende explicitar lo que suele suceder, sin criticar negativamente. Cada uno sabe en qué moneda prefiere cobrar lo que entrega.

●●●

miércoles, 27 de febrero de 2008

La gimnasia del capitalismo

No sé si será cierto pero Bill Gates (dueño de la segunda fortuna más grande del mundo) se dedicará a la filantropía a partir de junio de 2008. Como modelo es digno de seguir porque hacer fortuna para poder ayudar es mucho más edificante que aplicar la misma energía en criticar a los ricos.

Conozco cientos de personas cuya misión en la vida parece consistir en luchar contra la riqueza. No pueden ni imaginar que existen formas honestas de tener dinero. Les resulta imposible suponer que el sistema capitalista incluye la atención de los menos favorecidos si bien es cierto que lo hace porque es rentable hacerlo y no porque pretendan demostrar una bondad que es impropia del ser humano.

La riqueza se logra luchando y venciendo la resistencia que imponen los elementos naturales a todas las especies del reino vegetal y animal. Requiere esfuerzo tener una huerta, criar animales, fabricar heladeras, entretener, pero cuando los resultados son satisfactorios, se obtiene más de lo que se invirtió y con esa ganancia es que pacientemente se amasan las fortunas. La resistencia que impone la naturaleza produce una selección natural, fortaleciendo a los más capaces y desplazando a los menos capaces.

Claro que los que se oponen a la riqueza también forman parte de esa resistencia que ejerce la naturaleza para obtener resultados, así que para nada es mi interés opinar en contra de los enemigos del capitalismo. Estos y las resistencias de la naturaleza son los que fortalecen a los más capaces, tonificando así el sistema que pretenden combatir. Si no fuera por los opositores el capitalismo no estaría tan consolidado.

El capitalismo ayuda a los menos favorecidos para que no sean un factor desestabilizador y ayuda a los anticapitalistas así como alguien paga la cuota de un gimnasio para mantenerse en forma.

martes, 26 de febrero de 2008

Hay que estar en ÓPTICAS condiciones

Por vejez espiritual debería entenderse la progresiva incapacidad para entender y adaptarse a los cambios del entorno. La vejez física ya la conocemos demasiado por todo lo que hacemos para neutralizarla o disimularla.

Venimos de una era de apariencias. El eslogan de los últimos milenios podría ser «Si no lo veo no lo creo». El asunto es que cada vez se hace más notoria la influencia que tienen en nuestra calidad de vida aspectos que no son visibles.

Correr en el mismo lugar, desarrollar grandes velocidades en una bicicleta sin ruedas, remar como un esclavo pero en simuladores secos, hacer dietas lo más antipáticas posibles, son la salida inteligente a la era visual, a la era del centímetro y del gramo, en la que la belleza y la salud se controlan desde afuera.

Llegará un día (no sé cuando, por supuesto) en que atenderemos las causas esenciales de nuestros malestares evitables (digo evitables porque estar vivo siempre molesta un poco).

Por ahora la mayoría considera extravagante prestarle la mayor atención a los afectos, la psiquis, el alma, el espíritu y considera inteligente prestarle la mayor atención a los aspectos visibles de la existencia.

●●●

lunes, 25 de febrero de 2008

Los intereses del desinteresado

Hice grandes esfuerzos por ayudar a la gente hasta que en mi análisis apareció la palabra «esclavista». Ahí me di cuenta que lo que trataba de hacer era generar en los otros deudas de gratitud casi imposibles de pagarme.

La otra cara de la luna estuvo milenios sin ser descubierta pero la intención más profunda de los seres humanos parece mucho más cerca y sin embargo es más desconocida.

No solamente la filantropía encierra el secreto deseo de conseguir beneficios especiales para cuando tengamos que hacer el trámite (imaginario) del Purgatorio sino que también somos estimulados por esta ambición mucho más terrenal y con resultados bien concretos.

La solidaridad consiste en un complejo sistema de créditos y débitos, de ayudas (que parecen) desinteresadas y recompensas (que parecen) inesperadas. Cuando alguien da las gracias intuye que ésta no es más que el reconocimiento de su deuda, con vencimiento incierto y que el acreedor procurará cobrar cuando se le antoje y con los intereses que se le plazcan.

Es un turbio sistema de intercambios que sin embargo aporta tantas satisfacciones a los participantes que difícilmente dejará de existir algún día.

Este artículo sólo sirve para tener en cuenta en qué consiste disfrutar de ese placer, no para interrumpirlo sino para poder disfrutarlo a conciencia, como quien fuma o practica sexo casual sin preservativo.

●●●

domingo, 24 de febrero de 2008

¡Feliz bodas de mineral!

— Ya voy por el tercer fracaso matrimonial.
— ¿Fracaso? ¡Fracaso es quedarse atado a la misma persona toda una vida!

El pensamiento oficial (alineado con la conveniencia de quienes detentan el poder) ordena que los ciudadanos debemos mantenernos lo más quietos posible, evolucionar lo menos posible, cambiar lo menos posible, ser lo más previsibles y gobernables posible.

Claro que también necesitan que seamos muy productivos, que paguemos muchos impuestos y otras formas de esclavitud devota.

Los cambios de pareja son indicadores de una dinámica psíquica normal mientras que la pertenencia vitalicia a las mismas ideas, principios, religión, filosofía, partido político, cuadro de fútbol, costumbres, domicilio, vestimenta, trabajo, etc., etc., indican que esa persona (seguramente muy valorada socialmente) está más cerca del reino mineral que del reino animal.

La salud mental se define por la capacidad de cambiar, de reformularse, de ser tolerante con los diferentes, de ser flexible, de adaptarse a las condiciones que no pueden modificarse. Por el contrario, son patológicos el esquematismo, el anquilosamiento, la rigidez, la inmutabilidad, la estereotipia, la rutina. Ahora agrego: las bodas de oro matrimoniales.

sábado, 23 de febrero de 2008

Dentadura guardaespaldas

Si recibiéramos un transplante de nalga de vaca, nuestro organismo lo rechazaría porque el sistema inmunológico está para sacar corriendo a cualquier elemento extraño que pretenda instalarse en nuestro cuerpo.

Sin embargo, si esa nalga de vaca la ingerimos, por ejemplo convertida en una deliciosa milanesa, el organismo tiene todo dispuesto para que aquella vaca que fue tan violentamente expulsada de nuestro cuerpo, ahora se integre, molécula por molécula, convirtiéndose a partir de entonces en parte nuestra.

Así sucede a nivel biológico pero ahora les comentaré cómo esto mismo sucede casi igual a nivel psíquico.

Cuando se nos presenta algún problema muy molesto, inoportuno, peligroso, amenazante, angustiante, reaccionamos de forma parecida al transplante de nalga de vaca. Lo rechazamos con furia, enojándonos, amargándonos, negándolo, quejándonos. Como si nuestra psiquis poseyera un sistema inmunológico que quisiera sacar corriendo a la nueva situación que pretenda perturbar nuestra tranquilidad.

Sin embargo, a veces procuramos enfrentar el problema tratando de comprenderlo, estudiarlo, analizarlo. Consultamos a gente experta, leemos libros, vamos a Wikipedia y otras medidas por el estilo.

Lo que hacemos en este caso es más o menos lo mismo que cuando nos comemos una milanesa de carne de vaca para que pase a formar parte de nosotros pacíficamente.

Cuando tratamos de saber sobre lo que nos dificulta la existencia estamos intentando comernos el problema, digerir la situación, hacer mierda la dificultad, eventualmente amigarnos con ella si es que no podemos vencerla.

●●●

viernes, 22 de febrero de 2008

Medio ocre

Se dice que «El capital es cobarde». ¡Vaya descalificativo! Si el capital fuera un cowboy, le pegaría al detractor un tiro entre ceja y ceja sin desenfundar.

Para comprender al capital hay que ponerse un poco en su lugar. Si bien es cierto que algunas fortunas se amasaron por métodos legal o moralmente reprobables, la mayoría son el resultado de muchos años de esfuerzo permanente, generación tras generación, cuidando el prestigio de sus marcas, ganándose la confianza de los compradores, de los empleados, de los proveedores, de los bancos.

Claro que los mediocres incapaces de generar recursos para su propia subsistencia descalifican a quienes tienen la inteligencia, la fortaleza, el coraje (de afrontar muchos riesgos), la perseverancia, y el saber aprovechar la buena suerte. ¿Por qué pretenden anular los méritos de los ricos? Para no padecer la trágica evidencia de que las personas somos diferentes y que algunas pueden lograr ciertos objetivos que para otros son imposibles.

La censura irrestricta a los ricos proviene de la envidia. Pero ¡¡ATENCIÓN!! La envidia hunde a quienes la rellenan de odio y catapulta a quienes la rellenan de pasión constructiva.

jueves, 21 de febrero de 2008

La matemática es una vieja déspota

Hay muchos motivos por los que las matemáticas son desagradables para el 90% de la gente. Uno de ellos es que se trata de un pensamiento que conduce a una única conclusión y prohíbe cualquier voluntarismo o capricho.

Cuando dije «uno de los motivos» no dije que fuera el más importante. Pero insisto en que este motivo existe y aseguro que prácticamente nadie repara en él.

Las demás disciplinas que habitualmente estudiamos permiten superar las dificultades con un esfuerzo de memoria (historia, geografía, derecho y otras). A partir de la tecnología Windows, se podría decir que se resuelven con las funciones «copiar y pegar». El estudiante dice: «lo leo mil veces, me lo fijo en la memoria, lo repito como un loro y me aprueban».

Los usos de la memoria comprometen escasamente la psiquis del estudiante, mientras que la matemática nos enfrenta (entre otros desafíos) a que nuestro pensamiento llegue a una (y sólo una) única solución. El rigor que se tiene que desarrollar en esta práctica puede condicionar nuestro cerebro para que luego nos informe sobre cosas que nuestro deseo prefiere ignorar.

Un ejemplo burdo: la matemática me obliga a pensar que dos y dos son cuatro, con lo cual después tendré que aceptar también que la suma de todos los gastos que yo desee hacer debe ser igual (o menor) a mis ingresos. Esta maldita condición me prohibirá —cual sádico tirano— que pueda comprarme todo lo que se me antoja.

¿Cómo piensa nuestra cabeza? Estudiaré cualquier cosa que me aleje de este sádico tirano.

miércoles, 20 de febrero de 2008

El erotismo del riesgo

«Hace 31 años que estoy casada con el mejor hombre del mundo pero hace sólo dos años que me di cuenta por qué nos llevamos tan bien cuando me dijo: ‘Nos unen los intereses más sanamente mezquinos’».

¿Para qué sirve esta confesión? Como toda confesión, para acercarnos —aunque sea un poquito—, a la verdad.

El famoso amor romántico es una ilusión que lleva al fracaso de forma casi inevitable. Así como no es duradero el valor energizante de la cocaína, la pasión entre los individuos es una adicción, una fantasía, un sueño, una expresión de deseo.

Esta idea está expuesta a ser negada por los más radicales opositores al realismo, pero ¡cuánto mejoraría su calidad de vida a largo plazo si pudieran aceptarla!

Claro que para muchos es inteligente gastarse todo el sueldo el mismo día de cobro y luego tener la mágica aventura de sobrevivir los 29 días restantes, pero este deporte extremo es gracioso porque cada poco alguien padece un problema grave. El riesgo es muy erótico: no lo olvidemos. El riesgo de tener una desilusión es erótico.

martes, 19 de febrero de 2008

Es decir, o sea, más bien que...

Muchas personas no dicen lo que piensan con claridad sólo porque utilizan palabras dulces temiendo que algún día alguien se las haga tragar.

Otro motivo por el que se dan muchos rodeos para dar una opinión sincera y directa es que uno suele pensar que lo que tiene para decir es algo tan, pero tan trascendente, que la historia universal se clasificará en antes y después de enunciada esa maravillosa opinión.

En general lo que más existe es la autocensura por arrogancia, es decir, que uno trata de suavizar lo que va a decir (al punto inclusive que no se entienda nada) porque se cree tan inteligente como para alterarle el ritmo cardíaco a alguien.

Con esta conducta de ser moderado, indirecto, prudente, usando muchos eufemismos, es posible conservar la ilusión de que eso que se pensó y se dijo, podría haber cambiado el curso de la historia (si se hubiera entendido algo).

Este es un motivo más de por qué es tan complicada la comunicación entre las personas. Lo resumo: también se complica por las fantasías arrogantes de quien tiene algo para decir.

lunes, 18 de febrero de 2008

Apasionado pero tonto

El corazón simboliza el amor, quizá porque es un órgano vital, porque es único (no está repetido como los riñones o los ojos), porque se agita con la pasión. En el Río de la Plata, al corazón también se le dice «el bobo», porque siempre está trabajando.

El mismo símbolo representa dos cosas bastante opuestas. Una prestigiosa y la otra elegida por Dios como forma de castigo a la transgresión del hombre en el Paraíso (el castigo para la mujer fue parir con dolor ¿recuerdan?).

Esto está en consonancia con la escala de valores de nuestra cultura. Es valorado amar con pasión pero demuestra una falta de inteligencia ser trabajador.

Pertenecemos al Tercer Mundo y vivimos bien. Sin riquezas, llenos de esperanza, aguardamos el próximo día de asueto cuando está por terminar el que estamos disfrutando.

No somos «todo bondad» (como podría deducirse de ser «todo corazón»), pero es ciertos que somos afables, buenos amantes, cariñosos, pero no somos muy laboriosos y eso se refleja en nuestro Producto Bruto Interno.

«Pobre pero contento» dice algún lugareño; «Tengo miedo de que me vaya mejor» responde el humorista; «Poco pero mío» dice el conformista. Esta idiosincrasia determina la productividad nacional y sólo el psicoanálisis sabe cómo influir sobre ella para mejorarla por el bien de todos.

●●●

domingo, 17 de febrero de 2008

Neurotransmisores – Gragea Nº 50

¿Porqué muchas personas huyen del psicoanálisis? Por temor a sí mismos. Hay cosas propias que desconocemos y que nos dan miedo.

¿Seré homosexual? ¿Tendré ideas criminales? ¿Podré matarme aunque no me lo proponga? ¿Me habrán violado, por suerte lo olvidé pero el psicoanálisis puede recuperar mi memoria?

Por estos temores (normalmente infundados pero que funcionan como verdades absolutas) la técnica psicoanalítica permite un avance parsimonioso. Nada del tratamiento es traumático aunque pueden haber períodos de angustia tolerable.

Si logramos hacer este recorrido podremos desmontar el miedo a nosotros mismos. Equivaldrá a reconciliarnos con ideas y sentimientos que son perturbadoras por lo desconocidas pero que pueden asociarse con nosotros para aumentarnos la calidad de vida.

sábado, 16 de febrero de 2008

Te amaré por siempre

Hace más de 5 años que soy cliente de una confitería y estoy seguro de que cuando deje de probar otras (porque tengo la manía de observar cómo encaran su negocio los que se ganan la vida sin ser empleados de alguien sino generando empleo), ... cuando deje de probar otras, seguramente les seré totalmente fiel. Porque se lo merecen.

Ayer cometieron un error: prometieron que me harían una entrega después de la hora 16:00 pero a la hora 15:45 recibí una llamada en mi teléfono móvil diciéndome que habían intentado entregar mi pedido pero que yo no había respondido a la puerta. Les dije que su promesa había sido a la hora 16:00 y que a esa hora estaría en mi domicilio para recibirlos. Me pidieron disculpas y a la hora convenida me entregaron la mercadería y me cobraron LOS U$S 19.00 DE MI COMPRA.

Estoy seguro de que en este caso ellos no tuvieron ganancia, pero fue un gesto de amor al trabajo, al profesionalismo, al semejante y a mí, que me impresionó.

Sé que la literatura romántica está desvinculada del marketing pero en la sensibilidad del ser humano esto no está desvinculado.

Hay muy pocos trabajadores que ponen en primer lugar el vínculo con sus clientes y dejan que los resultados económicos sean una consecuencia natural. Y digo trabajadores porque los empleados son proveedores de sus patrones tanto como este confitero provee a sus clientes de su repostería.

Los mejores ajedrecistas son aquellos que saben cómo ganar una partida sin distraerse con la pérdida de algún peón e inclusive de la reina si la ocasión lo justifica.

El hecho de que sean pocos los trabajadores que apuestan a generar vínculos sanos y duraderos antes que asegurarse una ganancia inmediata, hace que por ahora sea relativamente fácil adoptar esta filosofía porque llegará un día en que cada vez más trabajadores hagan suyo este criterio y será más difícil competir por los mejores lugares.

●●●

viernes, 15 de febrero de 2008

Neurotransmisores – Gragea Nº 49

Hacer regalos constituye una acción imperialista de baja intensidad...

... entre otras cosas. También existe el placer de intercambiar sorpresas, el gusto por demostrar nuestro afecto de alguna manera tangible.

Pero no debemos perder de vista que cuando hacemos un obsequio también estamos pretendiendo que el receptor de nuestra ofrenda haga algo con ella (usarla, mostrarla, comentarla), todo lo cual es una forma de gobernar sus actos e interferir con sus gustos.

Muchos beneficiarios de nuestras atenciones hace caso omiso a nuestra secreta intención pero la mayoría cede a nuestra sutil imposición.

Como socialmente es obligatorio interpretar un regalo como un gesto digno de agradecimiento, no podemos esquivar la actitud invasiva que lo acompaña.

jueves, 14 de febrero de 2008

Neurotransmisores – Gragea Nº 48

Los viejos no entendemos a los jóvenes porque ellos sintonizan con la actualidad.

Los viejos creemos que también lo hacemos pero no es así. Lo que sí sucede es que pretendemos hacerlo pero no somos capaces de olvidarnos de nuestra pedagógica experiencia.

Esto lo aprendí cuando me postulé para modificar varios procedimientos en una empresa que se dedicaba a algo que yo conocía al dedillo después de décadas de realizar un cuidadoso desempeño.

¡Cómo me desilusioné cuando me rechazaron! Sin embargo alguien tuvo la gentileza de explicarme: «Usted sabe demasiado de lo que queremos eliminar y —sin quererlo— tratará de defenderlo retrasando el proceso de reestructura».

Con los jóvenes nos pasa algo parecido. Ellos no defienden métodos obsoletos porque ni los conocen ni los aman.

miércoles, 13 de febrero de 2008

Neurotransmisores – Gragea Nº 47

La excesiva lentitud de los procesos judiciales imparte un alto grado de injusticia.

En los países donde aún se conserva la pena de muerte, los ciudadanos más convencidos de la legitimidad de esta sanción igualmente se sienten incómodos cuando se produce la ejecución porque ya nadie recuerda qué la motivó.

El estado de incertidumbre del reo y sus seres queridos ya de por sí constituyen una forma de castigo efectivizado antes de que exista la convicción sobre la culpabilidad.

Los seres humanos tenemos dificultad para hacer justicia y a veces los procesos se extienden por esta incapacidad y no necesariamente por razones burocráticas. Nos creemos muy diestros en diferenciar el bien del mal pero a la hora de juzgar responsablemente estos conceptos tan nítidos, se vuelven borrosos.

Esta gragea puede servir para relativizar serenamente los deseos de juzgar a otros y también para no tomar con demasiado seriedad a quienes nos condenan sumariamente.

martes, 12 de febrero de 2008

Neurotransmisores - Gragea Nº 46

En toda economía se constata que existe una relación directamente proporcional entre el riesgo de las inversiones y su rentabilidad. Cuando sube uno, aumenta la otra y viceversa.

Este hecho es menos perceptible cuando se observa la estabilidad laboral según la cual los trabajadores tienen escaso riesgo de perder su trabajo así como también poseen un salario inferior a otros sectores con mayor incertidumbre.

Los trabajadores del estado suelen tener una gran certeza de que su empleador ni desaparecerá ni los despedirá arbitrariamente pero sus sueldos suelen ser menores a los que reciben aquellos otros que, realizando tareas similares, pertenecen al sector privado.

Aunque como vemos, es razonable que unos trabajadores ganen menos que los otros, las presiones sindicales suelen imponer la injusticia de que los empleados con menor riesgo ganen lo mismo que otros que tienen más incertidumbre.

lunes, 11 de febrero de 2008

Neurotransmisores – Gragea Nº 45

Quienes están en el negocio de pedir limosna no se enriquecen pero sí tienen ingresos iguales o superiores a la mayoría de los trabajadores cuyas profesiones u oficios requieren varios años de estudio.

Esta afirmación surge de una constatación empírica, realizada por varios estudiosos del tema. Si bien parece un dato paradójico, es observable que a igualdad de horario de desempeño semanal, los resultados económicos tienen esta característica.

Lo que le quita el aspecto paradójico tiene que ver con la informalidad de las condiciones laborales (carecen de la cobertura de los organismos del estado que contemplan su salud, licencia, aguinaldo, jubilación; tampoco cuentan con la protección de un sindicato). El bajo prestigio social también disminuye el valor de la mencionada paradoja.

domingo, 10 de febrero de 2008

Neurotransmisores – Gragea Nº 44

Las empresas que venden noticias (por medio de la televisión, la radio, etc.) saben que deben mantenernos preocupados, alarmados y crispados porque este es el estado de ánimo más conveniente para que no dejemos de consumir lo que producen.

Conocer este hecho sirve para tener algún tipo de control sobre sus inevitables consecuencias, así como suele ser imposible evitar un resfrío y es bueno saber cómo contrarrestar sus síntomas molestos.

Cuando uno lee titulares que alteran nuestro ritmo cardíaco, nos erizan, nos provocan miedo, enseguida debemos administrarnos una idea tranquilizante que podría ser: «Están asustándome para que no deje de comprarles. Esto es parte de su trabajo».

sábado, 9 de febrero de 2008

Combatamos el spam

Genéricamente queda elegante estar a favor de los cambios, de las innovaciones, del progreso tecnológico, pero debemos reconocer que algunos salimos perjudicados.

Internet es un ámbito enorme en el que circulan eficientemente millones de mensajes que representan a otras tantas voluntades, personas, agentes económicos.

El negocio de la publicidad y de los medios de comunicación se está enfrentando a un principio de desastre.

Cada minuto de radio o televisión y cada centímetro cuadrado de publicación en papel cuesta mucho dinero y le da trabajo a una enormidad de personas (entre otros a mí).

Cada vez más personas apelan a la mensajería electrónica para hacer llegar la información de lo que ofrecen a quienes potencialmente podrían estar necesitándolo.

El objetivo se sigue cumpliendo: comunicar un ofrecimiento a quienes podrían estar buscándolo. El medio está cambiando: antes era preciso que el que tenía algo para vender, pagara espacios muy onerosos mientras que ahora, haciendo una campaña publicitaria mediante e-mails, sus costos han bajado pero le está erosionando los ingresos a las agencias de publicidad y a las empresas de comunicaciones televisivas, radial y escrita.

Los empresarios cuyos intereses se ven gravemente perjudicados por los spamers, han apelado a sus propias armas para defenderse: las campañas publicitarias anti-spam apuntan precisamente a evitar la caída de sus empresas. A esta altura parece que la lucha la tienen medio perdida. En este caso la propaganda que siempre los tuvo a salvo de todo mal, ahora no está pudiendo salvarlos.

●●●

viernes, 8 de febrero de 2008

Neurotransmisores – Gragea Nº 43

El quejoso es alguien que se presenta como víctima de un perjuicio que (según él) no se lo merece.

Quienes acceden al rol de víctima (o de martir si es muy exagerado), edifica un contexto en el que los demás quedamos como victimarios o incapaces de ofrecer la asistencia que moralmente correspondería.

La queja puede llegar a presentarse con un formato industrial (por lo sistemático de su producción), como logística que procura llevar adelante la estrategia de acceder al mejor posicionamiento social con un mínimo esfuerzo.

Tanto las víctimas como los mártires siempre parecen ser «los buenos» y, por contraste, todos los demás pasarían a ocupar el lugar de «los malos».

Este fenómeno también se presenta a nivel de grandes grupos, étnias, colectividades, naciones, regiones del planeta.

Si en algún aspecto nos viéramos perjudicados por este fenómeno, es útil contar con una buena identificación, descripción, comprensión. No para luchar contra ellos ni para desear su erradicación, sino para vivirlos como un accidente natural más: lluvia, nieve, tsunami, etc. y así poder guarecernos.

jueves, 7 de febrero de 2008

Neurotransmisores – Gragea Nº 42

Quien se queja le pasa una factura a quien escucha esa queja.

Aunque suele negarlo, el quejoso procura disimuladamente que el receptor de su queja la interprete como un reclamo legítimo.

Si el receptor siente que puede o debe hacer algo para que esa queja disminuya o desaparezca, quizá lo haga y el quejoso termina recibiendo algo que en realidad ni se lo ganó ni se lo merece.

En estos casos «se juntan el hambre con las ganas de comer», porque el quejoso intenta recibir un beneficio gratuitamente y el receptor se cree tan protagonista de todo lo que acontece a su alrededor (egocentrismo) que se siente obligado a resolverle los problemas al otro.

miércoles, 6 de febrero de 2008

Neurotransmisores – Gragea Nº 41

Hasta que no me enteré en mi tratamiento psicoanalítico que yo era muy envidioso, no me había dado cuenta de que todo el mundo me hablaba de sus miserias, aún aquellos que gozaban de una inocultable prosperidad.

También existen comunidades envidiosas. Países. Grupo de países. Pueden llegar a ser culturas enteras las que no toleran ver en los otros el progreso material, o la buena salud, o la familia armoniosa, o los títulos alcanzados luego de mucho estudio.

Hasta donde he podido observar la gente que no para de quejarse de los que se quejan, no se detienen ante algún espejo sincero que les informe sobre cómo son ellos los que provocan que todo el mundo les oculte aquello que su envidia podría llegar a estropear.

Este fenómeno se parece al «efecto Rosenthal» que tiene que ver con la influencia que ejerce la expectativa del observador sobre el observado. En este caso, si uno desea lo que el otro tiene, el otro tratará de protegerse disimulando su bienestar.

martes, 5 de febrero de 2008

Neurotransmisores – Gragea Nº 40

Se le oye decir a alguien: «Me va mal por culpa de...» y luego viene la lista de culpables: el gobierno, el empleador, el sindicato, la crisis, la esposa derrochona, el hijo haragán, los familiares pedigüeños, etc., etc.

Esta culpabilidad puede ser verdadera pero nótese que todos los posibles culpables siempre están fuera del control del quejoso. Eso le permite dos cosas: No hacerse cargo de lo que le pasa y segundo (y acá va lo novedoso) asegurarse de que nada cambiará, puesto que el que se queja no tiene control sobre los responsables.

Las personas disfrutamos de algunos placeres que son secretos y que a veces ni el mismo gozador sabe que lo disfruta, pero se puede deducir que lo está pasando muy bien por la poco creíble incapacidad que demuestra para cambiar su situación.

Esta gragea tiene por objetivo señalar algo que suele estar oculto detrás de lo obvio. Lo obvio es que si alguien tiene un presupuesto familiar deficitario, la pequeñez salarial parece ser la única causa de sus lamentaciones, sin embargo detrás puede estar el esfuerzo que inconcientemente hace el quejoso por no cambiar nada.

lunes, 4 de febrero de 2008

Neurotransmisores – Gragea Nº 39

Ser previsor implica no convertirse en enemigo de sí mismo.

Ejemplo 1: Tengo que sacar de acá este televisor que pesa 18 kilos. Lo voy a poner arriba de la máquina de coser que casi no se usa. Abrazo el televisor, y con gran esfuerzo lo cargo hasta el dormitorio donde está la susodicha máquina de coser. Llego a ella y observo con cierto desaliento que está llena de libros. ¿Qué hago ahora con este maldito televisor que ya parece pesar 25 kilos? ¿Dónde lo apoyo ¡que ya no aguanto más!?

Ejemplo 2: Amenazaré a mi empleador con que si no me sube el sueldo, renuncio. ¿Tengo ya otra fuente de ingresos? ¿Poseo ahorros suficientes para solventar mis gastos mientras no tenga un nuevo salario? ¿Habrá otras formas de pedir un ajuste en lo que mi empleador me paga o elijo la primera que se me ocurre?

Ejemplo 3: Si no me muero antes, llegará un momento en mi vida en el que no tendré ganas de trabajar. ¿De qué viviré entonces? ¿Integro algún seguro de vejez? ¿Poseo ahorros suficientes? ¿Dependeré de la lástima que otros me tengan? ¿Cargarán con mi vida otras personas más jóvenes?

domingo, 3 de febrero de 2008

Neurotransmisores – Gragea Nº 38

El tiempo que uno se toma en elegir dónde guardar algo es inversamente proporcional al tiempo que uno deberá tomarse para encontrarlo.

Por ejemplo: la garantía de un nuevo televisor deberá guardarse donde se guardan todas las garantías, pero si no existiera este lugar, habría que guardarlo donde se guardan todas las facturas, pero si no existiera este lugar, habría que guardarlo en algún lugar visible del propio televisor o, en su defecto, pegarle una pequeña etiqueta que diga: «La garantía está en el cajón derecho del aparador de la cocina.»

De no tomarnos estas pequeñas molestias el mismo día en que tomamos la trascendente decisión sobre dónde guardarla, luego perderemos mucho tiempo buscándola o, directamente, daremos por perdida a la referida garantía (junto con todos sus derechos a reclamarle al fabricante).

Conclusión: Si uno gasta menos del tiempo suficiente para tomar una decisión luego gastará más del tiempo suficiente para enmendar las consecuencias.

sábado, 2 de febrero de 2008

Lechuga a las brasas

Mi hija salió a cenar conmigo después de no vernos desde que falleció su madre. Las relaciones habían quedado muy tensas por un increíble mal entendido que no viene al caso que yo cuente ahora. Quizás otro día con más tiempo y otro contexto.

Es una mujer. Es una niña alta, de rostro pequeñito y nariz aún más pequeña, con el pelo rebelde a lo Mafalda, sus deditos flacos y tamborileantes a lo «que lento que sos papá», y ese «no» que alguna vez se estacionó en sus labios como si le hubiesen robado las cuatro ruedas.

Naturalmente que la invité a una parrillada típica de nuestra ciudad de Montevideo y una vez más todo se repite: ella es vegetariana. Aquella leona ahora es una gacela.

¡Qué le pasó a mi chiquita omnívora que ahora se cruzó para la vereda de los herbívoros!

Hablando de plantas, asocio para decir que «los jóvenes son pasto de las modas» y me inclino a pensar que las modas son funcionales al sistema.

Siempre pensé que las dificultades mundiales para aprender matemáticas tiene como causa que a los gobernantes les conviene gobernar gente que no razone. La hipocondría que padecemos respecto a los rayos solares, a la comida chatarra, al cigarrillo, es funcional a la necesidad que tienen los gobernantes de que los gobernados seamos temerosos. Ahora pienso que el creciente número de no-carnívoros está propiciando un descenso en la agresividad de los gobernados, para que no protesten, para que no se quejen, para que sólo pasten y eventualmente rumien, pero que la capacidad de pelear por el sustento como cualquier mamífero superior y de caninos desgarradores, se vaya atrofiando hasta que seamos todos una inmensa majada de personas depredables, como coto de caza de unos pocos gobernadores de rapiña.

Para nada supongo que este fenómeno esté siendo organizado por alguien. Nadie tiene como estrategia este desenlace que yo imagino. Se va dando sólo. Cada vez más personas abandonan la estresante agresividad y lo manifiestan por ejemplo, con su dieta pacífica y típica de las especies que están muy abajo en la cadena alimentaria.

●●●

viernes, 1 de febrero de 2008

Neurotransmisores – Gragea Nº 37

A medida que ciertas tecnologías acortan algunos procesos, nuestra noción de tiempo va cambiando a la baja.

Mejor dicho: Si antes una gripe se curaba con una semana de reposo mientras que viajar de Europa a América tomaba 15 días, hoy que logramos hacer ese recorrido en medio día, nos parece que la gripe no termina más de irse.

Se podría decir también: el aumento de comodidades nos malacostumbran y perdemos tolerancia ante situaciones que antes tolerábamos de buen grado.