viernes, 21 de diciembre de 2007

Licencia neuro-dactilar

Me tomo un pequeño descanso pero no se abstengan de agregar o leer comentarios, pues algunos están muy buenos. No tardo en volver. Un abrazo.

jueves, 20 de diciembre de 2007

Neurotransmisores - Gragea Nº 34

Denomínasespam’ a la publicidad no solicitada. ¿Existe alguna publicidad que sí lo sea?

Es curiosa la reacción alérgica que padecen algunos servidores de correo electrónico, así como también el estado de crispación que invade a ciertos usuarios. Siendo que la publicidad está presente en cualquier parte del mundo civilizado, esta molestia señala una incapacidad adaptativa que quizá sólo sea la punta de un iceberg, es decir, que ella sólo representa otras muchas dificultades para vivir sin dramatizar la existencia.

Es innegable que para una mayoría es preferible pensar que saben lo que quieren y que también saben dónde conseguirlo en condiciones ventajosas. A esto se le llama "pensar con sentido común". Algo diferente es la realidad cuando se constata que no siempre sabemos lo que queremos, que en caso de saberlo no siempre sabemos cómo satisfacernos, que es casi imposible estar enterado sobre cuáles son las ofertas más convenientes porque habría que recorren cientos de kilómetros diariamente y hacer decenas de preguntas. La publicidad, desagradable y todo, nos evita muchas más molestias de las que nos provoca.

Para que no quede como olvidado, cabe mencionar que lo que llamamos "sentido común" no es otra cosa que un saber colectivo, que tanto puede ser acertado como erróneo.

miércoles, 19 de diciembre de 2007

Neurotransmisores - Gragea Nº 33

Quien estudia el pensamiento humano, puede interesarse sobré cómo funcionaba la psiquis de un cierto autor, puede averiguar qué ideas aportó éste en la rama de su especialidad, puede analizarse a sí mismo a la luz de esa teoría y también puede buscar cómo el aporte del referido autor sirve para mejorar la calidad de vida de los demás.

¿Para qué sirven las ocurrencias que tienen los grandes pensadores? La utilidad que parece más importante es la de aumentar la calidad de vida de las personas. Sin embargo algunas otras personas se divierten tratando de averiguar cómo fue que el "genio" llegó al descubrimiento. O si no pueden divertirse imaginando que si descubren cómo fue que llegó a ser famoso, copiándolo también podrían tener igual suerte.

Nuestro primer método de aprendizaje es la imitación. De ahí que después la sigamos utilizando aunque ya no estemos en edad para hacerlo. Muchos respetables estudiosos se afanan por descubrir cómo fue que su ídolo hizo para obtener eso que a ellos también les gustaría lograr.

martes, 18 de diciembre de 2007

Neurotransmisores - Gragea Nº 32

La cotización en el mercado matrimonial sube cuanto más logros estudiantiles, laborales y sociales uno tiene.

Todos queremos ser valiosos de alguna manera. Aquello de que "Dime con quien andas y te diré quien eres" sigue vigente y se manifiesta en que preferimos a nuestro lado la persona más valiosa que podamos conseguir.

Aunque en el fondo todos desearíamos que la humanidad fuera más uniforme, con menos desniveles entre las capacidades, posibilidades y oportunidades de las personas, el hecho es que éstas siguen existiendo. Y ya que están y que no es tan fácil la igualdad, cada uno hará su mejor esfuerzo por ser querido, valorado, reconocido y también intentará tener a su lado alguien que no desentone.

¿Para qué sirve esta gragea? Sirve para que una vez enunciada, usted sepa qué posición tiene ante un tema tan importante; sirve para que pueda estar de acuerdo o en desacuerdo (pero no distrído/a) sobre su actitud al respecto.

lunes, 17 de diciembre de 2007

Neurotransmisores - Gragea Nº 31

Soy tan pobre que no me puedo permitir el lujo de comprar cosas baratas.

Lo mismo sería repetir el proverbio "Lo barato sale caro" y, por lo tanto, si soy pobre, no puedo comprar cosas que salgan caras, costosas, honerosas.

La mayoría de las veces no razonamos mucho para algo tan importante como es administrar los recursos escasos. A veces cuanto menos dinero tenemos, más torpes somos a la hora de usarlo. La propia angustia que nos provoca la pobreza, nos desorienta, no nos deja pensar con tranquilidad. Es un verdadero círculo vicioso.

Otro fenómeno que se asocia con éste es que los comerciantes inescrupulosos, aprovechándose de la vulnerabilidad a la que nos expone la escasez, nos venden productos inservibles por muy poco dinero, aunque en realidad ese precio es altísimo si consideramos que el valor de algo inservible es cero.

La falta de discernimiento que suele convivir con la pobreza, alienta la esperanza de que uno inspirará lástima, solidaridad, ternura, amor, protección y que los demás lo ayudarán desinteresadamente. La Iglesia Católica llegó a decir que cada pobre es como "un templo viviente".

domingo, 16 de diciembre de 2007

Neurotransmisores - Gragea Nº 30

Las personas autosuficientes siempre hacen el inventario de lo que poseen (aunque sea poco) mientras que las personas dependientes siempre hacen el inventario de lo que no tienen (aunque sea poco).

Podría hablarse de "medio vaso vacío" y de "medio vaso lleno". Lo que parece importante es la actitud ante los desafíos que nos impone la vida (¡qué expresión tan repetida!). Quienes buscan resolver sus propios problemas sin pedir ayuda, se las ingenian para hacer mucho con poco. Los parásitos vocacionales pueden estar nadando en la abundancia que siempre necesitarán que alguien los ayude ... aunque sea a atarse los zapatos porque la barriga los inhibe.

Claro que autosuficiencia no significa aislarse, vivir en una torre de cristal, apartarse del resto de los semejantes. Que no pidan ayuda permanentemente no significa que no estén dispuestos a dar una mano cuando las circunstancias lo justifican. Existen miles de ocasiones en las que alguien necesita colaboración sin que esto implique ser abusador, cómodo, irresponsable o dependiente.

Es muy posible que alguien autosuficiente disfrute mucho ayudando a quien se lo merece. Es más, me animo a decir categóricamente que hasta pagaría los impuestos con verdadero placer si el gobierno hiciera una administración criteriosa de los recursos que recibe del pueblo.

sábado, 15 de diciembre de 2007

La víctima condenada

Uno de los resortes del cuento del tío consiste en que el estafador le hace creer a su víctima que por muy poco dinero está dispuesto a entregarle una gran fortuna porque existen para el victimario otras urgencias impostergables. Un billete de lotería premiado puede venderse un día domingo por el 10% de su valor de cambio «debido a que su tenedor tiene que viajar urgentemente al interior porque un pariente cercano está gravemente enfermo».

La víctima ve la oportunidad de aprovechar el infortunio de este sujeto y accede a comprarle el billete premiado por la décima parte de su valor. Naturalmente que el billete no tiene ningún premio y que el exitoso comprador perdió el importe completo de su inversión.

Cuando nos afiliamos a ciertos organismos, instituciones, servicios, mutualistas, compañía de seguro, puede pasar algo parecido. El comprador es alguien que se ve tentado a comprar algo que vale mucho por un valor irrisorio. En realidad accede a esa compra porque su ambición lo compele a aprovechar la oportunidad. En este estado de cosas, un afiliado a un servicio de medicina prepago puede estar abonando mensualmente una pequeña cantidad porque tiene la expectativa de que algún día se ahorrará una increíble cantidad de dinero.

Tanto en la estafa como en la afiliación referida, el cliente cae porque se siente un ganador abusivo, está comprando algo por mucho menos de su valor.

Acontece con los servicios prepagos que el día que se tienen que usar, surgen dificultades que la ciega ambición del afiliado nunca llegó ni a imaginar.

¿Corresponde reclamar contra los administradores del servicio prepago o sus omisiones quedarían eximidas de sanción dado que la intención del socio fue aprovechar abusivamente con esa transacción? En realidad hizo un contrato leonino en la esperanza de que finalmente pudiera obtener jugosas ganancias y no consideró si la contraprestación era razonable o no. Sólo fue movido por su deseo de estafar.

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viernes, 14 de diciembre de 2007

Neurotransmisores - Gragea Nº 30


Para ganarse la vida hay que entregar el doble de lo que se recibe, tratando de que lo que entregamos nos haya costado la cuarta parte de lo que vale para quien lo recibe.

Siempre, siempre habremos de ganar, aunque no sea en cada una de las oportunidades. Así como se puede perder una batalla pero ganar la guerra, algunas transacciones pueden dar pérdida pero lo que al final debe ocurrir es que salgamos ganando. Este objetivo no podría perderse de vista, aunque decirlo parece demasiado de Perogrullo.

Quien nos compra tiene que tener la sensación de estar haciendo un gran negocio, debe quedar conforme, contento, con ganas de repetir la experiencia. Para poder conciliar esta segunda premisa con la primera, se hace necesario que podamos comprar muy bien y que podamos ayudar con nuestra actitud a que la valoración que hace nuestro cliente sea especialmente alta.

La publicidad, el elogio, el entusiasmo, la convicción plena, la sinceridad, la energía y el oficio de vendedor son particularidades casi imprescindibles para que el fenómeno se de una y otra vez, como para que nuestros ingresos sean tan permanentes como las necesidades que nos obligan a trabajar.

jueves, 13 de diciembre de 2007

Neurotransmisores - Gragea Nº 29

Una mala idea sigue siéndolo aún cuando obtenga consenso.

A veces parecería ser que la inteligencia es una sola y que se divide entre quienes se ponen a pensar juntos. Ya sé que parece un disparate pero los grupos cometen errores muy graves y cuando se ponen a pensar, discuten, se pelean, empiezan a influir asuntos de poder, de hacerse oír, de prestigios, de tener la última palabra, de defender la idea propia en vez de defender la mejor.

Algo que disimula mucho los errores colectivos es que luego también se ponen de acuerdo para llegar a la conclusión de que en realidad no se equivocaron sino que algún factor externo fue el culpable del fracaso. La misma fuerza que aplicaron para imponer la idea original la utilizan para justificarse.

En asuntos de tendencias, muchos individuos exitosos opinan en voz baja que lo mejor es ir contra la corriente. Si todos compran dólares, entonces es mejor no comprarlos... al menos por ahora. Si todos compran inmuebles, entonces es mejor no comprar ahora y en todo caso vender el que se tenga.

La calidad de las ideas muchas veces se mide la por cantidad de adherentes que tiene y existe el prejuicio de que "los pueblos no se equivocan". Si aparece el que inventó este disparate habría que juzgarlo y mandarlo preso.

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miércoles, 12 de diciembre de 2007

Neurotransmisores - Gragea Nº 28

Estudié mucho. Trabajé mucho. Ahorré mucho. Ahora que tengo lo que tanto ambicioné me encuentro con que el fisco me ataca porque me califica de privilegiado.

No es agradable pagar impuestos. Por algo en ninguna legislación del mundo se permiten plebiscitar los asuntos tributarios. Pero el hecho es que no hay más remedio porque la atención de las necesidades básicas de los ciudadanos que permanente o transitoriamente están incapacitados para autosolventar sus gastos de supervivencia, alguien tiene que resolverlos para evitar daños mayores y también por razones humanitarias ya que, quien más quien menos, se conduele de ver a un semejante padeciendo.

El gobierno debe ser despótico en cuanto a exigir el pago de esos tributos y parece razonable que se haga en función de la capacidad contributiva de cada uno. Cuando digo razonable no estoy diciendo que es absolutamente justo. Esto sería exagerar. Quienes más tienen han hecho un gran esfuerzo para lograrlo y no es absolutamente justo exigirles que contribuyan más que otros que quizás no nos hemos sacrificado tanto, pero como la perfección no existe, la solución menos mala es la de cobrar según la posibilidades y ayudar según las necesidades. Algún día podrán aparecer soluciones más equilibradas y entonces este criterio podrá ser modificado.

martes, 11 de diciembre de 2007

Neurotransmisores - Gragea Nº 27

La publicidad registra una escalada de falsedades de tal magnitud que ya comenzó a desarrollarse el hábito en los consumidores de probar aquello que sea menos publicitado para luego juzgar por sí mismos.

lunes, 10 de diciembre de 2007

Neurotransmisores - Gragea Nº 26

Quienes se tienen confianza para autosustentarse apoyan las ideologías liberales, los que no se tienen esa confianza apoyan las ideologías estatizadoras.

domingo, 9 de diciembre de 2007

Neurotransmisores - Gragea Nº 25

Él primero promete que va a hacer tal o cual cosa. Si su promesa genera entusiasmo entre quienes lo escuchan, se conforma con eso e incumple la promesa. Si no genera entusiasmo, tampoco la cumple.

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sábado, 8 de diciembre de 2007

La audacia de Lady Godiva (1)

En la conferencia número 16 del 29/11/1916 (incluida en el libro Las primeras 32 conferencias psicoanalíticas para enfermos (del Dr. Georg Groddeck —Editorial Paidós – 1ª edición 1983), este original y precoz psicoanalista nos informa sobre algunas fantasías inconcientes, de una manera llana y audaz ... aún para hoy en día. Los médicos de hoy en día son sujetos muy sujetados a su corporación y sólo están dispuestos a reelaborar lo que alguien ya publicó sin ganarse el repudio sectorial por eso.

El mencionado autor decía, por ejemplo, que todas las mujeres tienen la fantasía de ser violadas. Llegó a postular que la forma de correr de ellas es explícitamente estimulante para el varón que desee darles caza para fornicar con ellas y luego abandonarla a su suerte.

Realmente ellas corren de una manera diferente a los varones, salvo que estén entrenadas para una competencia muy exigente, en cuyo caso ambos géneros no se distinguen.

Desde mi punto de vista varonil, hay muy pocas cosas que haga una mujer que no resulten estimulantes para un hombre. Para Groddeck, el huir en particular es muy excitante y yo estoy de acuerdo porque es una de las miles de cosas que hacen las mujeres que me resultan atractivas.

Inspirado por esa focalización que hizo el autor, pienso que la cabellera femenina tiene un largo especial para ser dominada por quien hiciera las veces de un jinete sobre el caballo.

Hay cabelleras realmente muy bellas y pensar que seducen porque sugieren ese gesto dominante no es extraño porque a la mayoría de ellas les gusta sentirse tomadas con cierto rigor, fuerza, apremio, firmeza, seguridad, siempre que con estas prácticas no lleguen a provocársele algún tipo de molestia.

Pero ahora tengo un problema: ¿cómo hago cerrar esta teoría con los hombres que lucen cabello largo? Ya se me ocurrirá algo, porque no creo estar equivocado con lo que ya propuse hasta que me detuvo este pequeño escollo.

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(1) Copio y pego de Wikipedia: [según la leyenda] …cuando la ambición se apoderó de su esposo, ella le pidió que rebajara sus impuestos. El conde accedió, pero con la condición de que Lady Godiva recorriese Coventry a caballo, sin más vestidura que su largos cabellos. La dama así lo hizo, no sin antes acordar con sus vecinos que estos se encerrarían en sus casas para no perturbarla en su desnudez. El día elegido Lady Godiva se paseó desnuda por el pueblo, montada en su caballo, mientras todos los vecinos de Coventry permanecían en sus casas encerrados y con las ventanas cerradas. (Siglo XI-Gran Bretaña)

viernes, 7 de diciembre de 2007

Neurotransmisores - Gragea Nº 24

Mis profesores de comercialización siempre me criticaron que yo desaprovechara los velatorios y las reuniones de caridad para, al menos, entregar mi Tarjeta de Visita.

jueves, 6 de diciembre de 2007

Neurotransmisores - Gragea Nº 23

Un gurú en ventas me confesó que él se lee los obituarios y busca el teléfono del recién fallecido. Tres meses después llama «como por casualidad» y pregunta: ¿Es ahí que se vende un inmueble (o lo que esté interesado en comprar a buen precio)?

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Neurotransmisores - Gragea Nº 22

Cuando en el presente nos dedicamos a pensar en el pasado, hacemos algo que no tiene futuro.

martes, 4 de diciembre de 2007

Neurotransmisores - Gragea Nº 21

La consigna «querer es poder» es la madre de toda la ciencia ficción y la tía de todas las desilusiones.

lunes, 3 de diciembre de 2007

Neurotransmisores - Gragea Nº 20

A los pobres indígenas americanos les cambiaban el oro y la plata por espejitos de colores. A los actuales sudamericanos les cambian toda su producción por papelitos verdes llenos de dibujos. Para mí siempre tuvo más valor un metro de espejo que un metro de papel.

domingo, 2 de diciembre de 2007

Neurotransmisores - Gragea Nº 19

El paciente de la sala VIP está acompañado por enfermería contratada porque es tan indigente que sólo recibe asistencia a cambio de dinero.

sábado, 1 de diciembre de 2007

Punto de vista

Quien domina al otro tiene poder, pero quien se domina a sí mismo tiene valentía. Esto lo dijo alguien cuyo nombre no puedo recordar.

Cuando uno se siente mal, angustiado, ansioso, insomne, ¿tiene la valentía de consultar al psiquíatra o al psicólogo para buscar ayuda o sigue aguantando el malestar porque su vulnerabilidad lo avergüenza?

Si una persona tiene deseos sexuales hacia una prostituta o hacia un taxi boy ¿tiene el coraje de comprar sus servicios sexuales o eso menoscabaría su capacidad de seducción?

En los casos en que el varón está destrozado por el estrés, el cansancio físico o mental y tiene un encuentro amoroso que le haría tanto bien ¿acepta compensarse tomando Viagra o piensa que tomar ese medicamento es un camino sin retorno hacia la impotencia sexual definitiva?

¿Tiene muchos inconvenientes en masturbarse? ¿Piensa que la autocomplacencia es nociva como se decía en el siglo XIX y aún no se actualizó? ¿Entiende que esa es una evidencia de que no es capaz de tener relaciones sexuales así como tampoco puede relacionarse de cualquier otra manera?

¿Qué entiende usted por fidelidad? ¿Cumplir sus compromisos con la sociedad, con otra persona, con alguna creencia, con cierta ideología? ¿Obedecer en cualquier circunstancia respetando ciegamente algún tipo de cadena de mando que lo mantiene como eterno subordinado?

¿Alguna vez pensó que la mayor infidelidad es la de no respetar a su propio deseo? ¿Puede entender que si bien está encarcelado dentro del planeta, tiene ciertas libertades irrenunciables dentro de esta celda?

Y reescribo la frase inicial, ahora con los retoques correspondientes. Donde decía « Quien domina al otro tiene poder, pero quien se domina a sí mismo tiene valentía. » debería leerse «Quien es dominado por sus propios prejuicios es un esclavo, pero quien respeta a su deseo sin dañar a los otros, es un amo».

reflex1@adinet.com.uy

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viernes, 30 de noviembre de 2007

Neurotransmisores - Gragea Nº 18

— Cuatro cosas es necesario extinguir en su principio: las deudas, el fuego, los enemigos y la enfermedad. (Confucio – Filósofo chino)
— Oigo y olvido. Veo y recuerdo. Hago y entiendo. (Proverbio chino)
— Las frases célebres son inúltiles. Lo único que sirve son las acciones célebres. (Jessica (la China) Rodríguez - Crió a cuatro niños)

jueves, 29 de noviembre de 2007

Neurotransmisores - Gragea Nº 17

Axioma: La condición necesaria y suficiente para morir, es estar vivo.
Comparada con ésta, el resto de las causas de muerte son infinitamente menos probables.

miércoles, 28 de noviembre de 2007

Neurotransmisores - Gragea Nº 16

La consigna que propone: «De cada uno según su posibilidad y a cada uno según su necesidad», no admite discusión alguna. Es lo que hace la naturaleza todo el tiempo. Por ejemplo, un piojo parasita a un niño pero jamás un niño parasita a un piojo.

martes, 27 de noviembre de 2007

Neurotransmisores - Gragea Nº 15

Lo que me contás de tu jefe es grave pero me gustaría conocerlo porque tu versión sólo me permite conocerte a vos mismo y no a él.

lunes, 26 de noviembre de 2007

Neurotransmisores - Gragea Nº 14

La Ley del Talión (“Ojo por ojo y diente por diente”) tiene mala prensa pero la usamos a diario en nuestro hogar, en los institutos de enseñanza, en el ámbito laboral, en el político. La reciprocidad, el ‘toma y daca’, el intercambio, la permuta, el canje, la compra-venta, la justa remuneración, los premios y castigos, las calificaciones, los rankings ... por todos lados está presente esta Ley tan censurada. Quizá no sea tan criticable. ¿O estamos transgrediendo permanentemente?

reflex1@adinet.com.uy

domingo, 25 de noviembre de 2007

sábado, 24 de noviembre de 2007

Hoy - Gran Baile - Hoy

Caballeros: $ 100.-; Damas: $ 50.-; Mujeres: Gratis.

¿Por qué los psicólogos nos resistimos a cobrarle los honorarios a nuestros pacientes?

A poco de recibido una paciente enojadísima me dijo: «¡Ustedes estudian psicología para curarse y como no lo logran, pretenden curar a los demás!»

Si hubiera contado con veinticuatro horas para darle una respuesta, seguramente no me hubiera quedado cayado como me quedé. ¡Tenía razón!

Esa irritada señora me ayudó a pensar que cada uno estudia para desangustiarse. Por ejemplo, estoy convencido de que la mayoría de los médicos son hipocondríacos. Cuando alguien me hace una consulta me siento habilitado para suponer que yo estoy sano, que poseo la verdad, que sé bien cómo es esto de vivir y otros delirios.

Si esta creencia es muy fuerte, podemos suponer que en el análisis personal del psicólogo aún no se trabajaron estas fantasías y por eso se da por suficientemente pagado con la actitud consultante del paciente.

Efectivamente, quien me hace una consulta y me permite creer tan enorme y gratificante disparate, no merece que le cobre. Es más: podría dejarme tan contento que tendría ganas de pagarle yo a él.

En suma:

Querido psicólogo/a: Si no sabes cómo cobrarle a tu paciente, es porque tu natural honestidad te indica que es él quien te está dando algo que tu necesitas. Cuando dejes de ser cliente de tus pacientes (relee esto de «ser cliente de tus pacientes»), verás cómo ya no tendrás más motivo para realizar un trabajo tan valioso «al bajo precio de la necesidad». ¡Te lo aseguro!

reflex1@adinet.com.uy
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viernes, 23 de noviembre de 2007

Neurotransmisores - Gragea Nº 12

El Estado es el intermediario oficial entre ricos y pobres. Aplica una justicia distributiva votada por todos los ciudadanos. Cualquier otro que pretenda realizar esta tarea, es un comedido distorsionante.

Neurotransmisores - Gragea Nº 12

Los que exageran la humildad desmereciendo sus cualidades, también devalúan a quienes le han cedido parte de su corazón o de su pensamiento. Nadie es tan dueño de sí mismo como para tomar decisiones inconsultas sobre su imagen pública.

jueves, 22 de noviembre de 2007

Neurotransmisores - Gragea Nº 11

El ser humano generoso está en el futuro de la humanidad... y siempre lo estará. En el presente, ¡jamás!

miércoles, 21 de noviembre de 2007

Neurotransmisores - Gragea Nº 10

Prescindimos del uso de la fuerza por principios y porque no contamos con ella.

martes, 20 de noviembre de 2007

Neurotransmisores - Gragea Nº 9

Siempre nos mantuvimos dentro del marco de lo legal, o sea, en el borde mismo.

lunes, 19 de noviembre de 2007

Neurotransmisores - Gragea Nº 8

Si eres niño o adolescente y un adulto te pregunta a qué te dedicarás cuando crezcas, no se lo digas porque te robará la idea.

domingo, 18 de noviembre de 2007

Neurotransmisores - Gragea Nº 7

Estudiar matemáticas sirve por lo menos para dos cosas:

1) Para constatar que existe una demora natural del cerebro en encontrar soluciones y —lo más importante—,

2) para no abandonar la búsqueda de soluciones prematuramente.

sábado, 17 de noviembre de 2007

Te amo al cuadrado

¡No huyas cobarde! Lo que te voy a decir se entiende enseguida. ¡Lo verás!

Piensa que al deseo le llamamos simplemente D, que a los inconvenientes que te trae satisfacer el deseo le llamamos G (por gasto) y que un momento de felicidad es cuando puedes gozar sin sentirte mal por lo que te está costando, esto es «cero» (0).

Te lo digo con un ejemplo: estás perdidamente enamorada de un chico precioso, simpático, inteligente, etc. y, como es lógico, quieres tenerlo para ti sola. Todo esto es tu deseo (D). Pero —como siempre sucede—, tus amigas te lo miran y eso te pone celosa, además él a veces quiere salir con sus amigos y eso te deja sola un domingo cuando hay fútbol y él se va a la cancha, además tu mamá te insiste con que «ese muchacho, como ni trabaja ni estudia, no te conviene». A todos estos inconvenientes sumados les llamaremos G (gasto). Tú eres feliz cuando el placer de estar con él neutraliza a todo el esfuerzo que te cuesta conservarlo. En términos algebraicos esto sería así:

DG = 0 (Deseo menos Gasto igual Cero)

En esta situación maravillosa, tú sientes que tocas el cielo con las manos y no tienes en cuenta todos los inconvenientes que te trajo y que te traerá. Por eso digo que la felicidad puede representarse por cero, aunque tu corazón te diga que habría que representarla por un millón, por cien mil millones. Vista de afuera, tu situación es que estás en perfecto equilibrio y es este equilibrio el que te provoca la sensación de felicidad. El equilibrio se logra porque tu deseo pesa lo mismo que tu esfuerzo por lograrlo o conservarlo.

Tu puedes decir: «¡Y a mí qué me importa cómo se ve mi situación de afuera!» Te importa porque cuando no estés logrando satisfacer tu deseo, te sentirás frustrada y si no fuera porque puedes verte a ti misma de afuera y darte cuenta que la relación pasa por momentos de sublime equilibrio y que por eso vale la pena soportar los malos ratos (cuando G es mayor que D, es decir, cuando los inconvenientes de estar con el precioso se vuelven dolorosos), esperando o procurando que lleguen esos momentos increíbles.

Ya sé que no te gusta la matemática. Créeme que con ella se puede entender mejor nada menos que al escurridizo deseo humano. No te imaginas cómo gracias a conocerla puedes mejorar tu calidad de vida afectiva así como aprender a cocinar te puede salvar del hambre.

reflex1@adinet.com.uy

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viernes, 16 de noviembre de 2007

Neurotransmisores - Gragea Nº 6

¡Qué harto me tiene la mediocridad de los infalibles! ¡Cuándo van a decir «me equivoqué» o «me olvidé»!

jueves, 15 de noviembre de 2007

Neurotransmisores - Gragea Nº 5

Tengo que estudiar un poco más el tema para disimular que no me animo a tomar una decisión ahora.

miércoles, 14 de noviembre de 2007

Neurotransmisores - Gragea Nº 4

Es un economista de amplio espectro ya que dispone de un diván para los clientes que padecen angustia económica.

martes, 13 de noviembre de 2007

Neurotransmisores - Gragea Nº 3

El el siglo XIX y en el Río de la Plata, a los pobres se los definía como «Templos vivos del Señor» [Jesucristo].

¿Podéis encontrar mejor estímulo para ser menesteroso, vivir de la caridad pública, mendigar, huir del trabajo y del dinero?

No quiero decir que el cristianismo sea culpable de la pobreza, pero colabora para conservarla.

lunes, 12 de noviembre de 2007

Neurotransmisores - Gragea Nº 2

Quien cuenta sus fracasos y sus equivocaciones es definitivamente más confiable que aquellos que solamente hablan de sus aciertos.

domingo, 11 de noviembre de 2007

Neurotransmisores - Gragea Nº 1

Casi ningún tema posee un grado de obviedad suficiente como para lanzar opiniones contundentes... excepto éste.

sábado, 10 de noviembre de 2007

Psicoanálisis de un esquimal

¿Usted quería saber de una buena vez qué es el psicoanálisis? Se lo voy a explicar.

Un esquimal de 18 años le dice al padre:

— Papá, estoy harto de comer carne de foca y del frío. ¡Me voy!

El padre le responde con su característica frialdad filosófica:

— ¡Bueno!

Este hombrecito de casi dos décadas de vida en el Ártico decide radicarse en la Ciudad de Bahía, en pleno nordeste de Brasil.

Al poco tiempo empiezan los problemas: Cuando el viento sopla del norte, cierra su casa en lugar de abrirla; cuando compra carne y la deja en el fondo de su casa, o desaparece porque se la come un gato o se le pudre por el intenso calor, y así cosas por el estilo. Ni qué hablar de cómo se avergüenza al ver la vestimenta que usan todos menos él.

Si bien somos moderadamente inteligentes como para darnos cuenta de los errores adaptativos que está cometiendo nuestro antihéroe, no somos tan eficientes para descubrir cómo repetimos conductas que perdieron vigencia, que sólo fueron adecuadas cuando las aprendimos pero que ahora son un verdadero obstáculo para tener una calidad de vida aceptable.

El psicoanálisis es un detector de inadecuaciones. Utilizando sus infinitos recursos, es posible darnos cuenta de todo eso que nos está complicando la existencia, angustiándonos, quitándonos ganas de vivir, energía, creatividad, coraje, capacidad para tomar decisiones, así como también agregándonos miedos, fobias, insomnio, estrés exagerado, eczema, gastritis (¿hace falta que siga con esta lista?).

reflex1@adinet.com.uy

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sábado, 3 de noviembre de 2007

Amor capilar

Así como hay gente que colecciona estampillas o sellos de correo (filatelia), monedas, billetes y medallas (numismática) o enemigos (antipatía), yo colecciono teorías (alpedismo).

Una de las últimas que me arrimaron tiene que ver con el dinero, el amor y el brillo del pelo.

La idea es la siguiente: Todos pensamos que cuando uno usa un buen champú y la mejor crema de enjuague, genera las condiciones como para que el cabello luzca vital, hermoso, seductor, atractivo.

Sin embargo, esta idea tan llena de sentido común tropieza con el caso de muchas personas que se lavan la cabeza con jabón común e igualmente poseen ese atractivo.

Luego de aplicarle al estudio del tema extensas y profundas investigaciones, se habría llegado a la conclusión de que lo que realmente provoca ese maravilloso efecto no son los productos cosméticos especializados, sino el mucho dinero que cuestan.

Cuando alguien dispone de dinero suficiente como para comprarse los más costosos productos para el tratamiento capilar, seguramente siente que es amado por quien le da el dinero, ya sea éste quien se encargue de pagar sus cuentas, o el empleador que le abona el salario o los clientes que lo prefieren como proveedor. En suma: para que haya un efecto positivo en el embellecimiento del cabello, la persona se tiene que sentir amada.

Esta teoría se creó porque el éxito de quienes utilizan con excelentes resultados el jabón común, coinciden estrictamente con la sensación que estas personas tienen de ser amados por alguien significativo para ellas.

Reconozco que es muy difícil de aceptar esta propuesta, pero para ayudarlos, supongan que ustedes están en aquel bar de Londres, hace muchísimos años, cuando llegó uno de los parroquianos más creativos y dijo que había inventado un juego que movería millones de dólares. ¡Se imaginan cómo se rieron de él cuando tuvo que explicar el golf!

reflex1@adinet.com.uy

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sábado, 27 de octubre de 2007

Dr. Robin Hood

Reconozco que ustedes -los ricos- tienen pocas ganas de entender por qué los beneficia pagar muchos impuestos para ayudar a los más pobres.

Les explico algo por si justo hoy están más lúcidos para este tema. Ustedes son ejemplares de la especie que tienen mayor capacidad productiva que los más pobres. Esta capacidad es tanto intelectual como física. Pero necesitan mucho de la ambición porque les provee la adrenalina que consumen a raudales.

Cuando ustedes desembolsan ese dinero que los gobiernos les arrancan violentamente, generan muchos galones de agresividad productiva que los hace producir mucho más que si no hubieran sido esquilmados.

El dinero que llega a los pobres, dada la estructura económica de los países capitalistas, hará que retorne a ustedes acrecentado pues ellos consumirán más, se endeudarán y quedarán expuesto a entregarle a ustedes (los ricos) más plusvalía de la que le entregaban antes de que el estado se comportara como Robin Hood.

Por el momento, sigan quejándose para que nadie se dé cuenta cómo un gobierno que dice proteger a los pobres, logra enriquecer a los ricos.

reflex1@adinet.com.uy

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sábado, 20 de octubre de 2007

Maquillaje psicoanalítico

Qué busca una persona con el maquillaje: en última instancia procura parecer sana, fuerte, llena de energía. A todo esto junto se le llama genéricamente belleza. ¿Qué se intenta lograr con esta apariencia? Seducir: a los demás y a sí mismo.

Estas cualidades suelen estar asociadas a la juventud y su ausencia a la vejez. Otra diferencia entre jóvenes y viejos es la agilidad, la velocidad, la resistencia, la elegancia. Por eso, en definitiva, el maquillaje procura simular juventud y ocultar vejez.

Todo lo dicho anteriormente se refiere a lo visual, pero hay algo más duradero y efectivo que tiene que ver con la agilidad, la velocidad, la resistencia, la elegancia, la salud, la fuerza y la energía. Me refiero a cómo alguien sabe elegir el camino más recto para llegar antes y más lejos o se complica eligiendo siempre los caminos más llenos de obstáculos.

Este maquillaje no se borra, no hay que retocarlo, no se corre con las lágrimas. Es más: no es un maquillaje, es una forma de ser a la que se accede descubriendo los procedimientos que aprendimos cuando éramos muy pequeños, muy dependientes, muy ignorantes y que afean el desempeño si no son renovados por otros más adecuados a las circunstancias adultas.

sábado, 13 de octubre de 2007

Genocidio silencioso

En Uruguay se inauguró una Reforma Tributaria el 01-07-07. La filosofía del gobierno es procurar vincular la contribución de cada ciudadano a lo que gana y consume, en reemplazo de la filosofía anterior que sólo tomaba en cuenta los consumos.

Si no le queda claro el párrafo anterior, despreocúpese porque igual va a entender lo que le quiero decir.

Ese cambio que introdujo el gobierno provocó fuertes reacciones de gran cantidad de ciudadanos, especialmente de aquellos que tendrán que pagar más de lo que pagaban antes de la Reforma. Esto era previsible, lógico y obvio.

Si pudiéramos entrar en la anatomía de cada uno de esos ciudadanos furiosos, veríamos como esa Reforma Tributaria también es un chequeo de máximo riesgo. Parecido a las comprobaciones que se le hacen a ciertas máquinas para ver si resisten una sobrecarga de exigencia. Si se rompe, sus fabricantes tratan de mejorar aquello que falló y si soporta el maltrato, le dan el vistobueno y la ponen a trabajar.

Nuestro país está demográficamente en riesgo porque tenemos una natalidad bajísima y la edad promedio de sus habitantes es muy alta. Somos un país de viejos y en vías de extinción.

Sin saberlo, inconcientemente, el gobierno está poniendo a prueba la salud de sus habitantes, introduciendo cambios que no serán resistidos por muchos. Los más débiles morirán y eso mejorará la edad promedio de nuestro país, porque la mayoría de los débiles está entre los ancianos.

La naturaleza es sabia y patrocina conductas humanas que aseguran la supervivencia de la especie, aunque (esas conductas humanas) se presentan como cumpliendo objetivos muy diferentes. En nuestro país por ejemplo, el gobierno dice que la Reforma Tributaria procura mejorar la distribución de la riqueza entre los uruguayos. Jamás se le ocurriría pensar que está provocando un genocidio de aquellos agentes económicos que sobreviven gracias a la rutina y que no están biológicamente en condiciones de tolerar los cambios.

Es más: cuando el gobierno responde al clamor desesperado de los que se ven empujados a la muerte, los descalifica diciéndoles que protestan porque son mezquinos, conservadores y avaros.

Claro que el caso particular de la Reforma Tributaria en el Uruguay es generalizable al resto de la humanidad, la que permanentemente está siendo chequeada mediante la introducción de cambios tecnológicos, políticos y culturales.

reflex1@adinet.com.uy

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sábado, 6 de octubre de 2007

¡Mmmm!

— Ahí tenés el dinero que necesitabas.

— ¿Pediste un adelanto de sueldo en el trabajo?

— No, gestioné un adelanto de herencia con mi madre.

— ¿Qué querés decir?

— Que le saqué varios billetes de uno de los tantos escondrijos que tiene en la casa.

— ¡No te puedo creer!

— Necesitás vestirte de pies a cabeza para poder lucirnos en el casamiento de tu hermana. Ahí tenés suficiente para hacer las compras.

— ¡Pero Jorge, vos le robaste a tu propia madre!

— Te repito: gestioné un adelanto de la herencia que me tocará cuando fallezca. Ya tiene setenta y seis años. No creo que quede para semilla.

— ¡No salgo de mi asombro! ¿Cómo pudiste hacer semejante cosa?

— ¡Fácil! Fui al tarro del azúcar donde guarda el café, revolví el café y abajo estaba el importe necesario para que te vistas como una reina. ¿No sentís el olor que tienen los billetes?

— ¡Pero eso es robar!

— Te explico qué es robar. Robar es cuando uno le saca algo a alguien, éste nota la ausencia y está seguro de que no lo perdió por descuido. Si nunca se entera de que le falta lo robado, no hay robo. Si cree que le falta algo pero no está seguro, no hay robo. Si está seguro de que le falta algo pero supone que pudo haberlo perdido por descuido, no hay robo. Sólo hay robo cuando nota la ausencia y tiene la más absoluta certeza de que no lo perdió.

— ¿Eso no fue lo que nos enseñaron las Hermanas Domínicas?

— Claro, lo que no nos dijeron las hermanitas es que ellas cumplen la misión de instalar en los alumnos la conciencia de robo para que los egresados de sus instituciones no pretendamos los bienes que los ricos tienen de más, pero que no quieren perder. Todo lo que tenían de más, se los dejan como donación a quienes publicitaron la idea de pecado. ¿Se entiende?

— Y ¿por qué estás tan interesado en que me vista bien?

— Porque ahora tenés treinta y un años, tu cuerpo es hermosísimo pero dentro de noventa años se lo habrán comido los gusanos... y noventa años se van volando.

— Desde que te estás psicoanalizando has cambiado mucho.

— ¿Para mejor o para peor?

— ¿………?

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reflex1@adinet.com.uy

sábado, 29 de septiembre de 2007

¡Cuidado con los autos!

Esto era lo que me declamaban cuando era niño, adolescente, adulto joven y también ahora que ya soy otra cosa.

El problema de algunos miedos es que le hacen sombra u ocultan (¿eclipsan?) otras amenazas tanto o más peligrosas.

Cuando compré mi primer auto hice muchas consultas a quienes ya tenían uno y me hicieron ver que no sólo hay que tener el dinero suficiente para comprarlo sino que también aparecen otros gastos importantes, inevitables e impostergables.

Sin embargo, esta recomendación que escuché cuando era adolescente viejo recién la entiendo ahora que soy un anciano joven.

En muchas ocasiones sucede que los ingresos son menores que los egresos y para equilibrarlos uno toma decisiones sin darse cuenta de su verdadero costo.

El auto nos cobrar un sueldo. Aunque le suene descabellado, es así. El auto, a pesar de que no hable y de que no sea ni una persona ni un animal, tiene su salario. Me refiero concretamente a que tenemos que pagar impuestos, comprarle combustible y hacerle gastos de mantenimiento.

Claro que, como no habla ni es una persona ni es un animal, nos creemos que él tolerará pacíficamente que nosotros usemos el dinero de su salario para cubrir nuestros déficits presupuestales. ¡Ahí está el error! Así como lo ven, el auto tiene un comportamiento despótico.

Esos préstamos que uno se toma con total desparpajo postergándole el pago de los impuestos, luego se nos vienen encima como un bumerang afilado, porque el estado nos cobra lo que no pagamos en fecha más multas, recargos e intereses que ningún prestamista inescrupuloso y usurero nos cobraría.

Cuando nos tomamos prestado el dinero que deberíamos destinarle al mantenimiento que él necesita, luego se nos vuelve como un toro enfurecido y nos embiste dejándonos tirados en la carretera más solitaria, empacándose como una mula histérica, haciéndonos gastar en servicios de auxilio impiadosos, en mecánicos infames que siempre incluyen en la factura el alquiler mensual del taller donde nos atienden.

Ahora que ya peino canas, respeto devotamente el pago puntual del salario de mi auto, gracias a lo cual hace unos años que ni siquiera se me desinfla un neumático. Además, no me siento tan mal cuando tengo que pagar los depredadores intereses de la tarjeta de crédito, porque ahora me parecen baratos.

reflex1@adinet.com.uy

sábado, 22 de septiembre de 2007

Test sobre la riqueza

A quienes estén por dedicarse a la psicología, déjenme decirles que es una profesión muy ingrata, para la que hay que estudiar muchos años, estar uno mismo en análisis casi permanentemente y que sobre todo exige mucha dedicación a cambio de una cantidad de frustraciones.

Hace más de cinco años recibí a un señor de unos treinta años, con aspecto saludable, de hablar pausado, sereno, y que estaba muy disgustado porque no podía obtener el dinero suficiente como para cambiar su viejo Fiat 850, el que por otra parte, pude conocer asomándome por la ventana y efectivamente, daba lástima.

Como les digo, comencé a trabajar intensamente con él para poner a su disposición la mayor cantidad posible de los conocimientos que aporta el psicoanálisis.

Confeccioné especialmente para su caso la siguiente batería de preguntas, que me contestó sinceramente aunque reconozco que al final terminamos muy cansados los dos:

Diga que haría si recibiera un millón de dólares: ¿lo cobraría? ¿lo quemaría? ¿lo tiraría a la basura sin que nadie lo viera? ¿lo tiraría por la ventana sin que nadie lo viera? ¿lo tiraría por la ventana justo el día en que pasa mucha gente frente a ella? ¿lo tiraría al mar? ¿lo enterraría en un lugar secreto? ¿lo donaría anónimamente? ¿lo donaría dándose a conocer? ¿le daría un billete a cada transeúnte como si fueran panfletos? ¿cobraría el premio personalmente o en secreto? ¿con quiénes lo comentaría? ¿cómo sería su estado de ánimo en el preciso momento en que se entera de que recibirá esa fortuna? ¿tendría excitación, ansiedad, miedo, angustia, tristeza, preocupación? En el caso de sentir miedo, ¿a quién le temería? ¿a los amigos? ¿a los familiares? ¿a los pobres? ¿a los estafadores? ¿a los ladrones? ¿al gobierno? ¿a los inversores que seducen con maravillosas ganancias? ¿a su deseo largamente postergado de tener placeres que la pobreza le tenía prohibidos? ¿al aburrimiento? ¿a un exceso de alternativas que provocan dudas mortificantes? ¿a quienes lo seduzcan con supuesto amor? ¿a la pérdida de una rutina que, después de todo, no es tan mala? ¿a la independencia, a la autonomía? ¿al poder para tomar decisiones? ¿al aumento de responsabilidad? ¿a descubrir que la felicidad no depende de la fortuna material? ¿a darse cuenta que con dinero no es tan solidario como creía cuando era pobre? ¿a las múltiples opiniones sobre cuál es la mejor manera de administrarlo? ¿a tener pérdidas y sentirse ineficiente, incapaz, torpe? ¿a quedarse sin el pretexto de la falta de recursos para hacer las cosas maravillosas que, según usted, los ricos no hacen porque son tontos, egoístas, incapaces? ¿al vértigo que provoca tener que pensar en grande (grandes pérdidas y grandes ganancias)? ¿al miedo que provoca tener que pensar como adulto (y no como niño)? ¿a no poder seguir siendo empleado y tener que pasar a ser dueño, jefe, patrón, capataz, comandante, responsable, encargado, empresario?

Con todas sus respuestas en mi poder, lo cité para el día siguiente. Trabajé hasta altas hora de la noche para poder hacerle una devolución completa y ¿qué sucedió? Nunca más vino.

Un domingo de tarde estaba lavando mi auto en la vereda cuando desde un Mercedes Benz Clase A último modelo, me toca bocina y me saluda muy afablemente aquel paciente que no regresó. ¿Pueden creer que se lo compró plateado, con lo cursi que es ese color?

reflex1@adinet.com.uy

sábado, 15 de septiembre de 2007

Usted es un emperador

Para comprender lo que habré de explicarle, sería conveniente que usted se sometiera a una breve prueba de admisión. Se trata de un ejercicio de cálculo mental. Deberá calcular 16.712 x 1. (El resultado está al final de este artículo).

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¡Bienvenido! Le informaré sobre dos conceptos científicos. Uno pertenece a la Ingeniería Psíquica y el otro a la Economía Psicoanalítica.

Para que usted aproveche al máximo lo que leerá a continuación, sería bueno que supiera que ningún psicoanalista en el mundo sabe todo lo que yo sé y que, antiguamente, esta sabiduría sólo circulaba dentro de grupos cerrados (logias, sectas, cofradías), pero hoy, gracias a la maravilla de Internet, fluye libremente.

Concepto 1 (de Ingeniería Psíquica): El ser humano disfruta sintiéndose culpable porque ésta es una forma indirecta de sentirse protagonista. Exagerando mucho (sólo para ser más breve y claro) alguien podría decir: «Me duele mucho reconocer que no hice todo lo que estuvo a mi alcance para evitar la invasión a Irak».

Esta persona podría llegar a padecer insomnio de lo mal que se siente, sólo para imaginarse capaz de influir sobre algo tan importante (y acá está su placer).

Concepto 2 (de Economía Psicoanalítica): El ser humano sabe (o intuye) que el afán de protagonismo (ver concepto 1) de los demás podría aprovecharlo si le hiciera creer al imaginario héroe sufriente, que su pobreza se mantiene porque no lo ayuda como debería.

Una forma de lograr este objetivo consiste en mostrarle esa pobreza e insinuarle que él (el héroe sufriente) posee la capacidad y la bondad suficientes para sacarlo de ese estado. Por ejemplo, Fulanito (menesteroso insinuante) le dice a Menganito (héroe sufriente con afán de protagonismo): — ¡Qué poco dinero que tengo! No puedo darle a mis hijos todo lo que éstos necesitan ... Si Menganito es como lo definimos, se convertirá rápidamente en Superman, Batman, el Hombre Araña o cualquier otro súper-amigo.

Al haber superado la prueba de admisión, usted puede entender estos dos conceptos tan importantes sobre el aquí y ahora de la humanidad. También está en condiciones de reconocer que el hecho de haber recibido esta información en forma gratuita, no indica que la misma carece de valor sino que usted es un privilegiado porque, una ofrenda de esta categoría —hace unos pocos siglos atrás—, sólo la recibían los emperadores.

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Respuesta = 16.712.

sábado, 8 de septiembre de 2007

Sr. Gómez: lo ascendemos de necesario a imprescindible

La humanidad se encamina inexorablemente hacia la aceptación unánime del psicoanálisis. Sin embargo, quizá debido a la redondez de la tierra, aún no se lo ve en el horizonte. Yo les aseguro que se viene.

Me explico: Robinson Crusoe es un personaje de ficción y no puede ser verdadero porque la autosuficiencia, en cualquiera de sus formas, siempre es imaginaria, irreal, utópica, ideal, voluntarista.

Los que más tiempo le dedican a estudiar cómo aumentar la riqueza, han llegado a la conclusión de que es más conveniente conservar los clientes que ya se tienen a intentar conseguir nuevos. Es un problema de costos y de resultados. Atraer nuevos clientes es carísimo, aunque algunos no pueden creerlo. Conservar los antiguos es infinitamente más conveniente.

A otra conclusión que han llegado estos expertos en riqueza es que el vínculo entre el proveedor y el cliente es la clave para que se cumpla el enunciado anterior, esto es, que exista una suerte de fidelidad.

Pensaron un poco más (esos que le dedican todo el tiempo a potenciar el enriquecimiento) y concluyeron que es mejor para todos que el proveedor se esfuerce por satisfacerle al cliente la mayor cantidad de necesidades (y deseos) desestimulándolo para que necesite otros proveedores. Al proveedor le conviene esforzarse para que todo lo consiga a través suyo: así es más necesarios y se acerca a la categoría de imprescindible. Esto lleva a que la relación dure más y sea más conveniente para ambos.

¿Qué es lo que reluce cual sol naciente detrás de todos estos intentos por mejorar los vínculos entre dos seres humanos movidos por las necesidades y el deseo? ¡por supuesto! el psicoanálisis.

Acuérdense que yo se los dije antes.

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sábado, 1 de septiembre de 2007

Cómo llegar antes usando el freno y la marcha atrás

Naturalmente que no me estoy refiriendo a su vehículo, sino a su desempeño como ciudadano del mundo, como integrante de esta modesta especie que orgullosamente denominamos «humana».

La idea (¿receta?) es la siguiente: uno tiene que avanzar todo lo que pueda, a una velocidad tan alta como para que el freno opere instantáneamente cuando las circunstancias lo impongan.

Por ejemplo: a usted le gusta una compañera de trabajo y desea fervientemente fornicar con ella. Aplicando mi receta usted le dice: «Fulana, me gusta mucho tu cuerpo, tu manera de caminar, tu forma de vestirte e imagino que yo disfrutaría mucho conociéndote mucho más. Vos me entendés porque además sos muy inteligente».

Ella puede reaccionar con enojo, indiferencia o satisfacción.

Si usted tiene buenos frenos y marcha atrás, se detendrá o se rectificará en el caso que ella tenga una reacción de fuerte rechazo. Si se termina acostando con usted, sólo deberá usar el acelerador y olvidarse de las otras funciones.

La idea es aplicable con los negocios, con los pedidos de aumento de sueldo, con los reclamos, y con cualquier tipo de propuesta que esté acompañada por un gran deseo suyo.

Cuando uno desea intensamente algo, se pone nervioso porque vislumbra un peligro. A todos nos da miedo y nos ponemos conservadores restringiendo la exposición al riesgo. Esto está perfectamente bien porque de lo contrario sería un intento de suicidio tras otro. Lo que sí digo es: vayamos a la máxima velocidad permitida por la eficacia de nuestro freno e incursionemos en las zonas ajenas y desconocidas, siempre dispuestos a usar la marcha atrás para retirarnos con absoluta prolijidad.

Alguien con mayor capacidad de síntesis que yo, dijo: «Aprendamos a disculparnos para no tener que pedir permiso».

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sábado, 25 de agosto de 2007

Autoayuda hermafrodita

Para que no pierdas el tiempo buscando en el diccionario, hermafrodita significa «que tiene órganos reproductores de los dos sexos».

Algunas especies tienen esta particularidad, pero ese es un tema de Animal Planet o Discovery. Lo interesante es: ¿Te das cuenta cuántos problemas se evitarían si el ser humano fuera hermafrodita y cada uno pudiera fecundarse a sí mismo?

Nada de noviazgos, matrimonios y otras insensateces que te aportan dos o tres momentos de felicidad cada cuatrocientos diecisiete momentos de líos, complicaciones, desentendimientos, suegras, cuñados.

Te hago perder el tiempo leyendo estas estupideces porque quiero que entiendas que la mayoría de los libros de Autoayuda tratan de crearte la ilusión de que podés ser autosuficiente, que «con voluntad todo se puede», que «querer es poder». O sea, que si lees bien ese libro, podés funcionar como un hermafrodita.

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sábado, 18 de agosto de 2007

A veces se gana y a veces se aprende

La principal razón por la cual la mayoría de las personas no somos ricas es que nos aterroriza perder. Los ganadores no se espantan ante la posibilidad de un fracaso; los perdedores sí.

Si hubiéramos tenido este sentimiento al comienzo de nuestras vidas, aún no habríamos aprendido a caminar... y mucho menos a andar en bicicleta o en patines.

El miedo a perder tiene otro aspecto interesante. Como la incertidumbre nos angustia, inventamos la creencia de que podemos adivinar nuestro futuro. Quienes tenemos miedo a perder, hacemos un pronóstico de nuestro fracaso. Como es más importante demostrarnos que somos capaces de adivinar el futuro, procuramos que el vaticinio pesimista se cumpla (cosa que, por otra parte, no es algo tan difícil de lograr).

Termino recordando el proverbio: «Dime con quién andas y te diré quién eres». Los cobardes nos juntamos con cobardes y cuando alguno de los nuestros fracasa, en lugar de alentarlo lo acusamos de incompetente, irresponsable, imprevisor. Evitar que nuestros amados perdedores nos abucheen, es otro poderoso motivo para no arriesgarnos. La aprobación de estos compañeros de fracaso nos cuesta el módico precio de vivir en la indigencia espiritual y económica.

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sábado, 11 de agosto de 2007

Principios básicos de la vida en sociedad

Se dirá en voz alta que «todos somos inocentes hasta que se demuestre lo contrario». Esto es cierto sólo para quienes tienen poder y es falso para quienes no lo tienen.

El cobrador de impuestos es un rufián que intentará apoderarse de todo lo que tiene el ciudadano y es tarea de éste rescatar todo lo que pueda.

La ley determina cuál es la peor conducta que puede tener un ciudadano sin que lo castiguen. Podría representarse con una raya en el piso: Quienes la traspasan son castigados. Algunos se sienten grandes ciudadanos por el solo hecho de vivir al borde de la legalidad mientras que otros —más autoexigentes—, prefieren vivir lejos de esa frontera.

Los trabajadores de la salud tienen trabajo cuando hay enfermos y accidentados y están desocupados cuando todo el mundo está sano y entero. Como todo trabajador inteligente, ellos luchan para mantenerse ocupados.

He buscado el dato concreto, pero no lo encontré. El PBI de un país incluye (repito, no sé en qué proporción) todo lo que se gasta en seguridad (policías, cerrajeros, vallados, armas, etc.). Muchas familias honestas y laboriosas obtienen su sustento gracias a que existen delincuentes.

Los medios de comunicación no le cobran a quienes reciben su información. El amo de los medios de información, lógicamente determina qué informar, cuándo hacerlo, cómo expresarlo, en qué contexto. Si usted no compra la información en base a la cual toma sus decisiones más trascendentes, está en similares condiciones que el menesteroso que tiene que comer lo que otro le da o deshecha. En otras palabras: la información y la comida gratuitas, son generalmente de mala calidad.

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sábado, 4 de agosto de 2007

El Papa tiene prohibido ser judío

Los seres humanos padecemos bastante cuando no tenemos bien ordenada la ideoteca y por eso adoramos el maniqueísmo. Por ejemplo, él le grita a ella, lleno de ira y con el rostro desencajado:

— ¿Me querés decir que hacen estas dos bombachas en el cajón de mis medias?

Confieso que si a mi me pasara que alguien que vive conmigo no tiene claro qué es una cosa y que es la otra, puedo pedir el divorcio de inmediato.

Quien sepa de seres humanos inevitablemente tiene que comprender y justificar la furia de este hombre. Psicoanalíticamente la raíz de esta reacción se hunde en lo más profundo de su ser y llega hasta aquella angustia infantil sobre si lo querían o no lo querían o si era hijo de su mamá o no. Como se puede apreciar, unas bombachas fuera de lugar pueden vincularse perfectamente con la más tierna infancia.

La historia de desencuentros entre judíos y católicos tiene siglos.

Los judíos en el Río de la Plata, son popularmente considerados amantes del dinero y de la riqueza. También son reconocidos como muy laboriosos, estudiosos y ahorrativos.

Entre los católicos es malo ser judío y viceversa.

No sería raro que existan tantos latinoamericanos pobres por la sencilla razón de que necesitan no ser judíos. Para ello, sin saberlo, inconcientemente, adhieren a la escasez de recursos materiales, son poco laboriosos, poco estudiosos y poco ahorrativos, todo lo cual conduce inexorablemente a la pobreza.

Propongo una hipótesis incuestionable: la pasión que despierta el fútbol podría dar lugar a que si los hinchas de un cuadro se identificaran por ser comilones, los hinchas del cuadro contrario estarían obligados a ser inapetentes.

Yo quisiera ser el portavoz de buenas noticias, pero me parece que si seguimos pensando que la pobreza es un problema económico y no psicológico, todo seguirá igual.

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lunes, 30 de julio de 2007

El chiste es un destello del inconciente

La multitudinaria asamblea de mujeres iba a empezar. No había más que un punto en el orden del día. ...Sonó una campanilla y se hizo el silencio. Desde el estrado, la presidenta, con gesto severo pero a la vez mostrando algo de complicidad interna, se dirigió a la concurrencia:

—¡Buen día, compañeras! Estamos reunidas en forma extraordinaria para cambiarle el nombre al aparato reproductor masculino.

(Gritos, muchos gritos, y aplausos de todas las asistentes).
— …¿Por qué decirle "pito" si no suena? (gritos y aplausos...) ¿Por qué decirle "pájaro" si no vuela? (gritos y muchos aplausos..) ¿Por qué decirle "palo" si no es de madera? (más gritos y más aplausos...) ¿Por qué decirle "pistola" si no mata? (aumenta el griterío...) ¿Por qué decirle "banano" o "plátano" si no es una fruta? (ruido ensordecedor por los gritos...) ¿Por qué decirle "polla" si no pía ni come maíz? (se redoblan los gritos y los aplausos...) ¿Por qué decirle "miembro" si no pertenece a ningún club? (estruendosos aplausos...) ...Desde hoy, queridas amigas y asambleístas, lo llamaremos "BILL"...¡sí! Bill Gates"(¡Silencio total en la sala! Todas se miran con asombro).

Transcurridos unos interminables segundos, una mujer levanta su mano y pregunta:

—Señora Presidenta: ¿por qué ese nombre...?

La presidenta, con una sonrisa de satisfacción, responde con voz grave y sonora:

—Muy simple, compañeras: ... ¡porque es asquerosamente rico!

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Emulando el estilo que utilizara Freud, la precedente transcripción de un chiste no pretende causar gracia sino mostrar la relación que existe entre la riqueza económica, el inconciente y por supuesto, la infaltable represión psíquica.

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sábado, 21 de julio de 2007

Recibí una revelación

Desde que me enteré que las campañas publicitarias —que cuestan muchísimo dinero—, las pagan los mismos que fabrican o venden lo publicitado, mi vida cambió radicalmente.

Cuando era niño, mis padres, maestros y demás tutores me decían desde su imponente estatura, con gesto muy serio y convincente:

— Tú no debes decir que eres el mejor niño del mundo. ¡Eso queda muy feo!

Escuchen ésto:

— « ¡Mi producto es maravilloso!»,
— « ¡No pierda la oportunidad de comprarme ahora esto que estoy vendiendo!»,
— « ¡Todo va mejor si beben la gaseosa que yo fabrico!» …

Antes de tener esta revelación, estaba convencido de que había que ser modesto, humilde y conservar un perfil bajo.

Pero la sorpresa fue aún mayor cuando constaté que los candidatos a gobernar un país no son patrocinados por una legión de seguidores sino que ¡son ellos mismos los que se postulan y dejan la vida en campañas electorales realmente agotadoras!

Con este material me fui al baño (que es donde pienso mejor porque mi casa está llena de gente, inclusive que no conozco) y llegué a la siguiente conclusión:

«Esto es competencia desleal. Yo cumplí siendo humilde y resulta que todo el mundo presume, se vanagloria, es vanidoso, petulante, inmodesto, engreído, suficiente, orgulloso, soberbio, altanero, arrogante. ¡Estoy quedando como un estúpido!».

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sábado, 14 de julio de 2007

Sinagoga S.A.

El siguiente relato quiere señalar la diferencia que existe entre quienes creen que deben recibir dinero de la sociedad porque son psicólogos y los que, por el contrario, asumen que para recibir dinero deben entregar un servicio tan verdadero como aquel dinero.

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Los neuróticos nos angustiamos pensando que el mundo está equivocado y no nos comprende. Estamos convencidos de que poseemos la verdad pero no nos creen. Esta existencia a contrapelo es dolorosa, llena de sinsabores y nos impone el sacrificio de tener que luchar para vivir.

Una de las principales discrepancia que sostenemos con este inhóspito entorno es que no nos valoran por lo que somos sino por lo que tenemos.

Por lo menos a mí, el paraíso se me terminó cuando mamá comenzó a tener otras ocupaciones, a prestarle más atención a mi papá, a mis hermanos, a su trabajo, a sus comedias. Ella no sólo me abandonó ostensiblemente sino que se volvió agresiva al extremo, pidiéndome primero, exigiéndome después y finalmente coaccionándome para que modificara mis hábitos, para que aprendiera destrezas que la independizaran a ella de la ayuda que hasta ese entonces me daba de muy buen grado.

¿Qué la llevó a perder el interés por mí? ¿Por qué ya no me quiere porque soy su hijo sino que me quiere porque tengo buena conducta y obtengo buenas notas en la escuela? Alguna vez fui valioso sólo por existir ( por “ser”) pero ahora me valoran por lo que pueda dar. ¡He caído dolorosamente y tengo nostalgia de aquella etapa! Es más: reniego de esta nueva realidad e insisto en que valgo por lo que soy y no por lo que tengo y puedo dar.

El otro día escuché en un programa de chimentos de la televisión argentina, cómo una vedette decía, —con total desparpajo—, que ella sólo se vinculaba con hombres adinerados que estuvieran dispuestos a ofrecerle un buen nivel de vida. Sentí vergüenza ajena por ella y lástima ajena por los pobres incautos que se dejaran seducir por alguien tan materialista.

Con estas preocupaciones en mi cabeza, fui a charlar con mi rabino de confianza, quien me escuchó con mucha atención.

Comenzó mirándome a los ojos. Cuando captó que había terminado de desarrollar mi pregunta, siguió en la misma posición pero su mirada ya convergía en algún lugar lejano detrás de mí.

Amagó una respuesta, ... pero no. Repentinamente arrancó, hablando bajito, lentamente, balbuceando quizá.

— Mirá Jaimito, me estás haciendo preguntas que no son propias de tu edad. Se me ocurren algunas ideas pero no sé cómo decírtelas para que sean comprensibles y puedas seguir confiando en mí. ¿Por dónde empiezo? A ver ... intentemos por acá: Esa vedette fue muy sincera y quizá eso es lo más sorprendente. Todos intentamos reeditar aquella etapa en la que pudimos pensar que nos amaban por el solo hecho de existir y también todos lamentamos que aquella etapa no vuelva nunca más.

¿De qué vivimos mi familia y yo? Vivimos fundamentalmente de lo que ustedes nos dan, pero ¿por qué nos dan lo que nos dan? Porque las necesidades espirituales son tan importantes como las necesidades materiales y saben que yo vivo trabajando permanentemente para no fallarles nunca, para estar siempre en el momento que me necesitan, para estar al día con mis conocimientos de las Sagradas Escrituras y de cuanta solución exista que algún día pueda sacarlos de una dificultad.

Ustedes no me dan dinero real a cambio de palabras huecas, sino que todos cuentan conmigo para recibir soluciones tangibles en el momento oportuno: ni antes —porque no es bueno para ustedes que alguien les esté augurando peligros—, ni después —porque cuando me consultan necesitan la solución enseguida.

También saben que el dinero efectivo, real, verdaderamente útil que ustedes me entregan tiene que ser a cambio de mi trabajo efectivo, real y verdaderamente útil que yo habré de entregarles. No estoy aquí porque sea un hombre que merece amor graciosamente, sino que soy un religioso que trabaja incansablemente para ganarse minuto a minuto el amor y el respeto de todos mis hijos espirituales.

Pero a mi no me quieren por lo que soy sino que me quieren por lo que doy, y para poder dar, primero tengo que conseguir, trabajar, estudiar, luchar, pelear por la vida. Me cuesta confesártelo pero te debo respeto, consideración y esfuerzo. Esa vedette vende su glamour así como yo vendo mis conocimientos y una conducta ejemplar para todos ustedes.

— ¡Es mucha información Jacobo! Dame tiempo para digerir todo eso.

— ¿Le digo a Rebeca que te prepare un tecito de boldo, marcela, menta, manzanilla, mixto?

— No, no, lo de "digerir" era una metáfora.

— Entendí. Te dije una broma para distendernos.

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sábado, 7 de julio de 2007

Voto para que siempre haya pobres

Mi abuela sabía más por bruja que por vieja. Era una mujer terrible, divorciada dos veces y dos veces viuda, pero ¡qué lindos regalos que me hacía! Su visita el día de mi cumpleaños era la más importante y los zapatos que dejaba en su casa el cinco de enero eran los más rentables y milagrosos. ¡Y no vayan a pensar que ella gastaba mucho dinero! Su ingeniosidad también era terrible. ¡Cómo captaba el deseo de los demás! Este talento lo usaba indistintamente para el bien o para el mal. Todo dependía de que uno tuviera buena o mala suerte con ella.

Pero lo que les quería contar era un dicho que ella usaba a menudo: «Si lo querés: andá; si no lo querés, mandá».

Fuera de contexto requiere una explicación: ella quería decir que cuando uno tiene un deseo muy importante, tiene que satisfacérselo sin esperar que otros colaboren, y cuando uno tiene un deseo poco importante, puede pedir ayuda porque si el otro no cumple, no importa demasiado.

Esta fórmula también sirve para darse cuenta cuán importante es un deseo para alguien. Si la persona lucha personalmente por satisfacerlo, entonces el deseo es importante, pero si le pide a otros que se lo satisfagan, entonces el deseo no es importante.

Cuando observo el tratamiento que la mayoría de los pueblos le dan al problema de la pobreza, me convenzo de que el deseo de erradicarla no es importante, porque permiten que cualquiera ayude al menesteroso. Dejar que cualquiera se haga el bondadoso como misión de vida o por el tiempo que le dure la filantropía, autorizar que actúen organizaciones que voluntariamente «hacen lo que pueden» (cuando tienen ganas), permitir la mendicidad, son formas clarísimas de que esos pueblos no tienen el deseo ferviente de erradicar la pobreza. Si lo tuvieran impondrían a sus gobernantes la obligación indelegable de solucionarla.

¿Existe algún país que deje librado a los impulsos individuales la administración de justicia, o la economía nacional, o la seguridad interna y territorial, o el control de las epidemias? Claro que no, porque el deseo de preservar estos valores jamás se dejaría en manos de comedidos bienintencionados.

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sábado, 30 de junio de 2007

Don Salomón Stalin

En algún momento a alguien se le ocurrió la idea de que estaría bien donarle a la iglesia un 10% de las pertenencias. Por esto lo llamaron diezmo. No me extrañaría que la ocurrencia haya surgido de la misma iglesia porque esta integrada por gente muy inteligente.

Según me comentaron, los donativos se hacían con gran beneplácito de los amables donantes, porque no solamente entendían que con eso pagaban un servicio de intermediación con Dios muy confiable sino que además servía para demostrarle a los demás cuán rico uno era. Como nunca faltan los avivados, había gente que donaba más del diez por ciento para que todos imaginaran un poder económico mayor.

Las cosas han cambiado. La lógica actual nos lleva a que procuremos pagar de menos y además mejora nuestra imagen social cuanto menos riqueza exhibamos.

Para agravar aún más las cosas, aquel salomónico diezmo que automáticamente hacía que pagaran más quienes más tuvieran y viceversa, hoy se ha transformado en el stalinista «porcentaje progresivo»: a mayor fortuna mayor porcentaje.

Este estímulo fiscal al empobrecimiento es como un palo en la rueda para cualquier intento progresista.

Esta política de estado hacia la anemia económica es patológica y por eso insisto en que el psicoanálisis es una herramienta más idónea que la economía para sacarnos del subdesarrollo.

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Fue un toro hasta que...

Pensemos en las palabras YUGO y BUEY.

El yugo es una madera que une a dos bueyes que tiran de un arado o carreta, y popularmente también significa TRABAJO. Por otro lado, un buey es un toro castrado, es decir, al que le fueron extirpados los testículos.

Es habitual imaginarse a uno mismo, unido a los compañeros de trabajo, tirando como un buey. Esta escena sugiere que existe una forma de esclavitud y también, aunque más indirectamente, una castración.

El ser humano huye despavorido de la castración. Es una expectativa terrible.

Concluyo: En la medida que la referida «imagen rural» habite en nuestras cabezas, seguramente tendremos fobia a trabajar. Esta fobia a veces se diagnostica como haraganería, otras veces como apatía, otras como falta de ambición. Sin embargo, no es más que una fobia; una de las patologías neuróticas mejor tratadas por el psicoanálisis.

Este es un argumento más de por qué algunas formas de pobreza son tratables por un psicoanalista y no por un economista.

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domingo, 24 de junio de 2007

Es inteligente ser pobre

«¡La historia la escriben los vencedores!»
«¡Todos somos hijos del rigor!»
«¡La letra con sangre entra!»

Supongo que con tres ejemplos alcanza para consignar que la fuerza bruta, la violencia y el poder, son los dueños naturales del planeta. Son los que sacan a patadas a los moradores habituales, se instalan y luego se enojan muchísimo si alguien pretende cuestionarles la legitimidad de su asentamiento.

Pero además tenemos que reconocer que la mayoría de nosotros termina aplaudiendo a los ganadores y abucheando a los perdedores. La fidelidad a una determinada causa tiene que estar muy vinculada a nuestros intereses para que subsista después de las primeras derrotas.

Ahora pensemos por un momento en una pulseada entre la pobreza y la riqueza. ¿Cuál de ambas saldrá vencedora? ¿Cuál es la más fuerte y la más resistente?

Si hacemos el censo de cuántas personas hay en uno y otro bando, rápidamente tenemos que concluir que la pobreza posee un ejército infinitamente más populoso que la riqueza.

¿Qué esfuerzo enorme hay que hacer para llegar a la riqueza? ¿Qué fácil es llegar a la pobreza? ¿Con qué facilidad se puede pasar de la riqueza a la pobreza y con cuánta dificultad se puede hacer el recorrido inverso?

La economía de energía humana [esfuerzo] indica en forma contundente que es mucho menos cansador hacerse pobre que hacerse rico y termina reafirmando: es mucho más fácil perder una fortuna que ganarla.

Conclusión: según la economía de energía humana [esfuerzo], es inteligente ser pobre.

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sábado, 16 de junio de 2007

Pobreza en defensa propia

Según he podido saber en mis múltiples sesiones de análisis lacaniano, yo le temo mucho a la muerte y además soy muy mezquino. No me gusta que otros vivan bien gracias a mí. Las donaciones me parece horribles; una pérdida insoportable. Cada uno tiene que trabajar para ganarse el sustento. Con la única excepción de quienes notoriamente no lo pueden hacer porque son niños, ancianos, o padecen algún tipo de invalidez, todos los demás tienen que ganarse lo suyo.

Mi filosofía egoísta para no morirme funciona así: con tal de no dejarle una herencia a nadie, soy capaz de no morirme.

¡Ya sé que esta estrategia no resiste el menor análisis! Pero eso no importa porque ninguna estrategia de vida la resiste. Todas tienen algo de disparatado. Los invito a que piensen en las suyas, y podrán comprobarlo.

Muchas personas se parecen a mí en esta manera de pensar, aunque todavía no lo sepan porque no se han puesto a pensar.

Para terminar quiero contarles una variante de esta estrategia alocada que muchos tenemos para evadir la muerte. Hay personas que se creen que teniendo pocos bienes para dejar en herencia, no son víctimas predilectas de la parca [la muerte]. Ustedes habrán visto muchas películas en las que se comente un crimen para cobrar un seguro o para recibir una fortuna. Eso que se muestra en la ficción tiene muchos espectadores porque en el fondo uno puede pensar que la muerte es como un castigo, como un crimen, como una injusticia que se comete con nosotros, y que uno de los móviles predilectos de la muerte es el robo de esos bienes nuestros que ella codicia. La pobreza entonces, puede ser una estrategia para no provocar la envidia de la muerte y que se olvide de nosotros, que no nos tenga en su lista.

Estimados: este pensamiento existe ¡créanme! No solamente es tan disparatado como el mío sino que además es generador de lo que podríamos llamar la «pobreza en defensa propia».

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sábado, 9 de junio de 2007

Un Pro$ac cada seis horas...

Desde que apareció el Prozac en 1986 hasta ahora, pasamos de la euforia a la duda científica. De la creencia a pie juntillas en que este antidepresivo era realmente eficaz, a la suposición de que más bien mejora por sugestión, que sólo es un excelente placebo.

El hecho es que la humanidad vivió más de una década con la alegría esperanzadora de que se había sacado de sus vidas la insoportable depresión.

Lo que sí parece un antidepresivo milenario, que sigue dando buenos resultados a una mayoría de personas, es el dinero.

Efectivamente, no le produce el mismo resultado terapéutico a todo el mundo, pero a una mayoría lo saca del grupo de riesgo de contraer ese penoso desarreglo anímico.

El dinero no produce euforia, excepto cuando se recibe una gran dosis toda junta, en un momento en el que se estaba cursando un síndrome de privación económica (pobreza extrema, insolvencia, quiebra traumática, anorexia monetaria, disfunción eréctil financiera y otros). Cuando se produce un brusco ingreso de dinero en el transcurso de estos períodos, es probable que aparezcan fenómenos de euforia. Pero en general, quienes están acostumbrados a una dosis razonable durante períodos prolongados, suelen disfrutar de una estado de cierta beatitud, paz, serenidad, buen dormir, sexualidad reproductiva y recreativa.

Muchas personas no quieren consultar al psiquíatra. Es una especialidad que genera grandes resistencias en muchas personas. Parece que aprovechar sus aportes al bienestar, implica reconocer una debilidad muy descalificante. Sin embargo, es aún más numeroso el grupo de renuentes a reconocer que el dinero contribuye a la felicidad. Piensan que aprovechar el bienestar que aporta la riqueza demuestra que uno es amigo del deseo y esto, para muchas instituciones moralistas, es un pecado mortal.

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Fin de Un Pro$ac cada seis horas...

sábado, 2 de junio de 2007

Un litro de angustia vale lo que cuesta

La cabeza de un psicoanalista suele estar mucho más desarmada que la cabeza de sus pacientes.

La mayoría de las personas piensa que estar desestructurado es un inconveniente, cuando en realidad, puede ser todo lo contrario.

Una psiquis (cabeza, mente, como ustedes quieran) en estado gaseoso (imaginemos que cada idea o sentimiento es una molécula que se mueve libremente dentro de un envase) estaría dispuesta a acomodarse a la forma de cualquier continente: botella, damajuana, frasquito, tarro, ánfora.

Una psiquis en estado líquido también puede adaptarse a cualquier tipo de envase, siempre y cuando no sea más chico, porque el líquido no se comprime como el gas. O sea que el líquido es maleable pero no tanto.

Una psiquis en estado sólido no se adapta a nada. O tiene un envase a la medida o queda desajustada. Una psiquis en estado sólido (estructurada, con todas las piecitas en su lugar, rígida, inamovible) sólo puede estar cómoda en un único y exclusivo envase (contexto, situación, circunstancia).

Fíjese qué curioso: popularmente es preferible una mente rígida, con escasas posibilidades de adaptación y que casi nada le viene bien. Son psiquis tan dependientes del entorno, como un pie lo es de su zapato preferido.

¿Sabe por qué popularmente es más valorada una personalidad rígida que una flexible? Porque es previsible. Una persona imprevisible nos produce miedo, incertidumbre y angustia. Uno mismo se siente más seguro cuando se maneja dentro de un dogma que lo explica todo, cuando vive dentro de una rutina inmutable. Entonces, todos queremos de los demás (y también de nosotros mismos), la más absoluta inalterabilidad.

El psicoanalista tiene prohibido ser inalterable. Debe tener su mente en estado gaseoso para poder entender a los variadísimos moldes rígidos que le vienen a pedir que por favor lo rescaten de ese estado inmutable y mineral, tan falto de vida y tan lleno de muerte. Por eso cobran tan caro.

Fin de Un litro de angustia vale lo que cuesta

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sábado, 26 de mayo de 2007

¡Derogar el tabú del incesto ya!

Es probable que una pareja de novios se lleve bien hasta que una vez concretada la unión intenten hacer realidad la fantasía que los llevó a ese estado de cosas, esto es, retomar la vida familiar que tenían con sus padres y hermanos, pero ahora incluyendo las relaciones sexuales que antes estuvieron vedadas.

«Matrimoniarse» es la meta de un gran número de personas, pero —según las estadísticas— fracasa demasiadas veces.

Pensando en términos muy elementales, todo comienza con un formato exogámico. Ambos se muestran lo mejor posible ante el otro, intentan seducirse y hacen todo lo posible para que el otro se enamore, se fascine. Ahí tenemos entonces maquillaje, delgadeces, vestimenta atractiva, perfumes, adornos, gentilezas, y otros gestos prenupciales.

El inicio de la unión de tipo matrimonial permite imaginar que ahora sí está permitido el incesto, sólo que el pariente deseado está representado por una persona ajena a la familia. Para mejorar la puesta en escena de esta fantasía incestuosa, comienzan las conductas que los padres toleran solamente a sus hijos y a nadie más: desprolijidad, desconsideración, irresponsabilidad, inestabilidad emocional, berrinches, etc. Ante estas circunstancias, el no-familiar representante del consanguíneo deseado, trata de traer a la realidad al incestuoso desubicado... y aparecen las famosas «riñas y disputas».

El psicoanálisis propone que el ser humano haga siempre lo que desee, siempre y cuando sepa qué desea, porque si no lo sabe, se animaliza.

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sábado, 19 de mayo de 2007

Caput, capital, capitalismo


Para esos adeptos a las fundamentaciones etimológicas, con los cuales no comulgo en absoluto pero a quienes quiero tanto como a mis hermanos, tengo algo para comentarles.

La palabra capitalismo deriva de capital y ésta del latín caput = cabeza.

La cabeza está asociada con el razonamiento mientras que los sentimientos están ubicados imaginariamente en el corazón.

Nada peor para un psicólogo que el razonamiento. Los psicólogos nos preciamos de ser sensibles, y muchos de nosotros estamos a un paso de pasarnos a la parapsicología si es que ya no estamos adentro.

El sufijo ismo se asocia con el sustantivo capital para agregarle un sentido de doctrina, sistema o partido. En otras palabras, el capitalismo es la doctrina, sistema o partido que respeta las decisiones basadas en el razonamiento, el pensamiento formal, la matemática, las ciencias duras y descalifica, desautoriza o desprecia las decisiones emocionales.

Para los psicólogos el razonamiento es como un músculo capaz de hacer el trabajo rudo, mientras que el sentimiento es como un instrumento musical que puede interpretar las armonías más sublimes. (Puse interpretar en negrita porque es el verbo que más usamos en nuestra profesión).

Pregunta: ¿Cómo hace un sublime psicólogo para vivir en una sociedad en la que las decisiones se toman con la cabeza y en la que se descalifican las propuestas que provengan del corazón?

Respuesta: Hace lo mismo que hacen las plantas tropicales para desarrollarse y reproducirse en Alaska: Unas pocas lo logran, otras se quedan enanas y no se reproducen; la mayoría desaparece.

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sábado, 12 de mayo de 2007

La conspiración más grande de la historia

En un país que no merece ser mencionado, se reunieron hace muchos años un grupo de personas de gran poder político. En ese cónclave deliberaron y tomaron decisiones que aún nos afectan.

Lo llamativo del hecho es el hermetismo con el que todos ellos se manejaron cuando el periodismo los asedió a la salida del histórico recinto.

Unos pocos trascendidos fueron apareciendo a lo largo del tiempo y dada la importancia de aquellas decisiones, los he ido juntando para publicarlos ahora en este blog.

La idea central era procurar que una mayoría de personas estuviera dispuesta a renunciar a la cuota parte de los bienes del planeta que matemáticamente le correspondería. «La torta» —como llaman los economistas a la producción global— tenía que repartirse en forma desigual para que los participantes del cónclave tuvieran mucho y todos los demás poco. Pero el objetivo —que finalmente se alcanzó— era que esa mayoría de pobres abandonara voluntaria o negligentemente lo que le tocaba en el reparto igualitario.

Este objetivo se logró a través del sistema educativo y de la religión. En el primero se difundieron noticias sobre héroes magníficos que entregaron su vida desinteresadamente para que los actuales ciudadanos gozaran de libertad y la religión se encargó de instalar la creencia en que la pobreza equivale a un pasaporte a la vida eterna en el paraíso.

El sistema educativo agregó comedidamente densos cursos de matemática para que esa mayoría asumiera que su inteligencia es tan escasa que no está capacitada para administrar la fortuna que le correspondería. Además, observen ustedes que el signo más importante en esa ciencia es el que representa a la igualdad (=), que es lo que precisamente se quiere evitar. Es decir: quienes terminan aborreciendo las matemáticas, combaten —sin saberlo— la igualdad.

Las ideas en sí fueron muy sencillas pero lo más inteligente viene siendo el sigilo de su implementación. Los herederos de aquellos participantes del cónclave, actúan como si efectivamente estuvieran decididos a revertir la pobreza. El sistema educativo revé los planes de estudio, aplica nuevas metodologías pedagógicas, aumenta la carga horaria de los cursos y la religión parece desvelarse por compensar en algo la miseria a la que están condenados tantos feligreses.

Por su parte los pobres se han adaptado de tal forma, que lo vienen tomando como un estilo de vida. Así como un camellero del Sahara difícilmente se adapte a vivir en un apartamento de Pocitos (1), la inmensa mayoría de pobres ya no hace nada por cambiar su situación y vive relativamente feliz recordando viejas glorias deportivas y con la esperanza de un futuro mejor.

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(1) Populoso barrio de clase media en Montevideo.

sábado, 5 de mayo de 2007

¿Señor Drácula? ¡Mucho gusto!

Es bastante popular la frase «el dinero es la sangre del sistema capitalista». Esta metáfora se refuerza cuando se habla de «dinero circulante».

El vampirismo es algo así como un deseo tan mortífero que no nos dan las manos para controlarlo. No hay peor miedo que el miedo que uno siente de sí mismo, del disparate que uno puede llegar a cometer impulsado por un deseo siniestro. El vértigo por ejemplo es algo así como el miedo que tenemos a que un impulso irracional nos lleve a tirarnos al vacío.

Cuando el deseo es muy grande, provoca miedo y éste tiene el mérito de salvarnos de una cantidad de problemas.

Usted tiene que haber sentido alguna vez las ganas enormes de comerse a un ser vivo, por ejemplo un niño o un amante. Felizmente terminamos «comiéndolos con los ojos» que es mucho más benigno.

Todo lo que uno haga para controlar estos impulsos asesinos tan llenos de amor, es bueno: nos salva a nosotros y lo salva al apetecible.

El vampirismo es divertido para quienes sienten placer con el miedo a sus propios impulsos destructivos. Por el contrario, una mayoría optamos por no jugar con fuego y preferimos una comedia, un programa de entretenimientos, una telenovela, ...

El dinero, «la sangre del sistema capitalista», puede provocarnos miedo, precisamente porque lo deseamos demasiado. Por eso algunos optan por ser pobres para vivir tranquilos.

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sábado, 28 de abril de 2007

Mamá, ¿San Pedro tiene balanza?

Está de moda la delgadez, una escasez razonable de peso. Ser gordo es antiestético y patológico.

Como en el Río de la Plata tenemos el Peso Uruguayo y el Peso Argentino como denominación de los respectivos signos monetarios, podría pensarse que algunas personas «no quieren ganar peso» porque inconcientemente sienten que se convierten en gordas.

Reconozco que el argumento suena como un gran disparate, pero Lacan no pensaba lo mismo y estoy en condiciones de asegurar que él estaba loco, pero no tanto.

………

Lo que determina el peso de cada uno es la relación que existe entre su cuerpo (masa) y la Ley de gravedad.

Esta «Ley» no genera mucha paranoia, pero nuestro inconciente sabe que sin embargo «es grave».

Todo lo que implique ganar peso puede resonar en muchos inconcientes (me refiero a la instancia psíquica y no a la cualidad de algunos ciudadanos) como que se produce un agravamiento, la persona con más peso-dinero, está más grave. Esto sí que es terrible y persecutorio.

Usted tiene que haber observado cómo algunas personas utilizan un tono alegre para decir «no tengo un peso». Esto podría ser muy disonante si no existiera la intuición de que es bueno carecer de peso. Ser pobre equivale a estar liviano. No olvidemos que el premio mayor para muchos es «ir al cielo» y esto no será posible si se tiene mucho peso-dinero.

Como si estas intuiciones populares no fueran suficientes, la biblia lo puso por escrito: «Pasará más fácil un camello por el ojo de una aguja que un rico por la puerta del cielo». ¿Qué duda puede quedar?

Estas asociaciones (que si están en mi cabeza, potencialmente están en la de todos), pueden estar determinando una ingobernable resistencia a ganar dinero-peso, engordar, enriquecer… ¡para poder ir al cielo!

Nota: Queda para más adelante hacer algún comentario sobre la «Ley de la gravedad».

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sábado, 21 de abril de 2007

¿Esa? ¡Es una mantenida!

Dicen que cuando el hombre no tiene capital, no despierta el interés de las mujeres.

Esta sentencia financiera es cuestionada enfáticamente por una legión de románticas negadoras. Sin embargo, ... sin embargo.

La sabia naturaleza ha dotado a las mujeres de un criterio fenomenal, infalible podría decir si ustedes admitieran que es normal equivocarse en algunos detalles, como para tener que divorciarse por ejemplo.

Intuitivamente ellas buscan que su prole sea sana y bella, que no le falte nada, que se críe con alegría y que lleguen a ser hombres y mujeres de bien. Todo el riesgo y esfuerzo que invierte una mujer no es gratuito: ellas razonablemente esperan resultados tangibles. Que a la hora de describirlo se pongan espirituales y hagan hincapié en aspectos afectivos, no es más que un estilo literario. No es más que una forma de expresarse.

Desde hace algunas décadas ellas descubrieron que la dependencia de un hombre no es tan segura y cómoda como la dependencia de sí mismas y ahí apareció Simone de Beauvoir liderando el feminismo.

Esta nueva mujer tuvo que trabajar duro para autoabastecerse, por lo cual tuvo que dejar mucho rato solos a sus hijos con lo cual el ciclo se retroalimentó: las nuevas generaciones necesitan también ser autosuficientes y por eso el vínculo con el género opuesto también tiene por objetivo ceder de la manera más honrosa posible al instinto de reproducción y nada más.

Pero, es muy difícil para la mujer encargarse de todo. Lo sería también para un hombre. Este error fatal —que algún día se corregirá—, impone a las psicólogas el terrible conflicto de tener que autoabastecerse económicamente contrariando su sentido de justicia cuando les dice que el esfuerzo por conservar la especie debería repartirse entre ambos géneros y no sobrecargándolas a ellas como sucede ahora.

Ahí encontramos entonces a las psicólogas con terribles dificultades para ganar dinero, fundamentalmente porque en su naturaleza predomina la vocación de servicio, que es tan importante como la de ganar dinero pero muy diferente porque requiere la gratuidad. Para mí que tendrían que tener a alguien que las banque, que las apoye económicamente. Un marido no sirve: eso ya lo probamos y no funcionó. Un mecenas. ¡Ahí está! ¡Eso necesitan las psicólogas: Un mecenas! (En este texto, psicóloga = mujer)

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reflex1@adinet.com.uy

sábado, 14 de abril de 2007

Dr. Procedimiento

Cuando somos atendidos por un médico, lo que en realidad sucede es que un funcionario responsable de aplicar ciertos procedimientos, es capaz de determinar cuáles son esos ciertos procedimientos (capacidad de observación, evaluación, diagnóstico) y luego efectivamente los aplica (responsabilidad civil y profesional).

Sin embargo, los que usamos al sistema médico aspiramos a que esa persona que nos atiende sea lo más parecido a mamá. Que se encariñe inmediatamente con nosotros y que, como ella decía, padezcan más que nosotros con el mal que nos aqueja.

Esta fantasía no es desalentada por los médicos porque seguramente favorece y facilita su tarea. El niño es dócil, amoroso, y —sobre todo— no piensa. Apenas es un poco caprichoso, pero en ese caso el médico apela al adulto que hay detrás de ese niño y le impone su rigor a fuerza de una información amenazante.

Entonces, cuando vamos al médico, no estamos siendo tratados por una persona sino por un procedimiento. El médico sabe que para cada caso en particular, debe aplicar un procedimiento específico y no otro. Este funcionario debe ser capaz de determinar correctamente cuál es el procedimiento que deberá aplicar para cada caso en particular. Si se equivoca puede ser severamente sancionado por la justicia civil o penal. Por lo tanto, deberá aplicar el procedimiento correspondiente en el momento adecuado, siguiendo estrictamente cada uno de los pasos. Todo está rigurosamente previsto. Prácticamente nada queda librado a las facultades discrecionales de este funcionario. Debe observar bien y proceder bien. Igual que el comandante de un avión. Todo lo que debe hacer es leer los cientos de manómetros que tiene delante de la vista y aplicar los procedimientos que le fueron enseñados antes de autorizarlo a volar. Si se equivoca en alguno de estos dos pasos, se cae el avión y se muere él junto con el resto de los pasajeros y tripulantes. Los pilotos, en lugar de ser juzgados y sancionados por la ley de los hombres, están sometidos a la ley de la gravedad.

Este es el modelo de salud al que todos pretendemos: absolutamente controlado, pero que nos permita soñar con que se trata de un acto de amor y que si hay un error, exista un castigo.

Si esto es lo que aspiramos mínimamente para cuando atendemos nuestra salud orgánica, también lo esperamos para cuando atendemos nuestra salud psíquica, pero ¿qué nos sucede? Que los psicólogos y los psicoanalistas parece que siempre están aplicando sus facultades discrecionales, que hacen lo que quieren y que luego no pueden ser sancionados porque no existe para ellos un procedimiento que deban aplicar. Por lo tanto ¿cuál es la única opción que nos queda? Huir de los psicólogos. En una cultura en la que el riesgo se presenta como algo terrible de soportar, en la que todos nos pusimos de acuerdo en contratar seguros y servicios prepagos contra casi cualquier contingencia natural de la existencia, no tenemos coraje de consultar a un profesional que puede hacer lo que se le antoja.

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reflex1@adinet.com.uy

sábado, 31 de marzo de 2007

Rambo(1) o Perry Mason (2)

Cuando uno consulta al médico porque le «duele acá», muy probablemente tenga un deseo parecido al que tendría cualquiera de nosotros cuando el vecino hace ruidos molestos: contratar a Rambo o cualquier otro agente bélico influyente y agredirlo hasta que se mude, enmudezca o muera. Efectivamente, en nuestra fantasía el médico es un Rambo que posee armas maravillosas y que con ellas combatirá lo que nos provoca el padecimiento. La actitud que esperamos de un médico es bélica, drástica, violenta, radical, sin concesiones al enemigo, nada de andar con chiquitas: «Quiero que me saque esto ya». Imagino que mi cuerpo fue invadido por un agente absolutamente atrevido, desvergonzado, insolente, indigno de tenerle cualquier tipo de contemplación. Cuando estamos enfermos nos sentimos como un iraquí respecto a Estados Unidos y esa curiosa doctrina de la «guerra preventiva».

Pero cuando el dolor es psicológico la actitud es totalmente diferente. Me siento mal porque los otros no hacen lo que tienen que hacer. El enemigo está afuera y no adentro como cuando el dolor es somático. Ahí necesitaría alguien que juzgue a los demás, que los condene, los castigue y que me indemnicen como corresponde: reivindicando mi prestigio, que me pidan perdón públicamente, difundiendo que yo estaba en lo cierto.

Resumo: cuando me duele el cuerpo me siento invadido y pido que un mercenario venga y liquide al invasor pero cuando me duele el alma siento que la sociedad no me comprende. Ya habrán entendido que les estoy pidiendo que sean flexibles con mi propuesta, porque para simplificar tuve que «hablar en número redondos», haciendo descripciones genéricas y salteándome lo que correspondería a cualquier caso concreto. Pero me arriesgo porque «A buen entendedor, pocas palabras bastan».

De esta dicotomía se desprenden muchas consecuencias significativas; una de ellas es que no podemos tener los psicólogos y psicoanalistas la misma actitud ante nuestros pacientes que la que tiene un médico, porque ellos vienen a buscar cosas diferentes: del psicólogo esperan un juez defensor y del médico esperan a un guerrero. Ambos muy agresivos, muy eficaces: ¡sin duda! Pero con roles diferentes. A no confundirnos, porque como la medicina es más vieja que la psicología, muchos psicólogos procuran identificarse con ella y ahí se equivocan porque “su majestad el paciente” pide cosas muy distintas.

Sobre las muchas otras consecuencias significativas, hablaremos más adelante.

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(1) Personaje creado por David Morrell e interpretado en tres películas (1982-1985-1988) por Sylvester Stallone.
(2) Abogado con dotes detectivescas, protagonista de más de cincuenta novelas escritas por el norteamericano Erle Stanley Gardner (1989-1970).

sábado, 24 de marzo de 2007

Edipo universal

A veces elegimos la vocación para sabernos ubicados del otro lado del mostrador.

Esto me lo iluminó un analista que tuve hace mucho tiempo y me demostró con hechos que en mi fantasía, estudiar sobre el complejo de Edipo me permitía pensar que yo estaba eximido de él, que no lo padecía. Estudiando psicología podría llegar a pensar que sólo mis pacientes padecen del complejo de Edipo.

Esta creencia está resumida en el proverbio «En casa de herrero cuchillo de palo». Si bien esta sentencia parece muy simple, hace falta pensarla un poquito más para darse cuenta que no alude a una ridícula contradicción en la conducta humana sino que además nos puede alertar sobre cómo nos valemos de esa supuesta incongruencia para calmar nuestras ansiedades. Podría asegurar que además de un proverbio, también es un mecanismo de defensa.

Si doy por sabido que el herrero no tiene en su casa artículos de metal —cuando la lógica podría indicar que sería su metal predilecto por excelencia—, entonces puedo permitirme pensar que en casa de psicólogo no hay complejo de Edipo, ni neurosis, ni psicosis, ni angustia: nada que sea su objeto de trabajo cotidiano.

La vocación puede ser una formación reactiva. Todo aquello que más temo, eso mismo, maníacamente podría decir, es lo que voy a encarar.

Hay otra sentencia popular que dice «Si no puedes con ellos, úneteles». Quienes tenemos horror a perder el juicio, a perder la razón, podemos entrar en análisis sin fecha de vencimiento, o sea, para toda la vida, o más sencillamente, podemos estudiar para psiquíatras o psicólogos, con lo cual nuestro simpático inconciente puede hacernos creer que está todo arreglado.

Esto también se parece al fenómeno Estocolmo, según el cual el raptado termina aliándose con su raptor y poniéndose en contra de quienes lo quieren rescatar. O sea, si estudio para combatir el complejo de Edipo, seguramente que yo no lo padeceré. (¿?)

Estas reflexiones vienen a cuento porque muchas veces he escuchado a colegas que refieren al complejo de Edipo con una ajenidad y extrañamiento que sólo puede explicarse con que no se sienten alcanzados por él.

Quizá valga la pena recordarlo una vez más: todos pasamos por una etapa de deseos incestuosos. Lean mis labios: TODOS.

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