Puede ser interesante confirmar que el máximo
bienestar depende del amor y de la salud, que no dependen del dinero.
La mitología griega ocupa un
lugar prestigioso entre los referentes de la intelectualidad de los pueblos
occidentales.
En muchas ocasiones, sin
darnos cuenta, parece que intentamos justificar algunas ideas contemporáneas
porque algún hecho mitológico las valida.
Tienen un prestigio similar
las ideas de filósofos, también griegos, tales como Aristóteles, Platón y
Sócrates.
Sin embargo, si quitamos la
fuerte idealización que hacemos de esas referencias, nos encontraremos con que
estamos siendo influidos por creencias, teorías y posturas filosóficas tan
valederas como cualquier otra que podamos pensar.
Porque ninguna idea es
verdadera todas pueden serlo, independientemente de cuánta simpatía o fama
hayan logrado.
Una creencia muy difundida es
aquella que nos lleva a suponer que la capacidad de gozar que tenemos los
humanos es enorme, casi infinita y que si no alcanzamos esos niveles de placer
es porque no tenemos el dinero suficiente.
Quienes sostienen esta
creencia piensan que si no viven mejor es porque no disponen de los recursos
económicos suficientes.
Quienes sostienen esta
creencia también piensan que es posible disponer de los recursos económicos
suficientes como para disfrutar de la vida en esos niveles supuestamente
infinitos.
Quienes sostienen esta
creencia también piensan que algunas personas disponen de los recursos
económicos suficientes como para disfrutar de la vida en niveles imaginariamente
ilimitados.
Puede ser oportuno poner en
duda la validez de la mitología griega en cuanto a los modelos de conducta que
nos sugiere, así como también puede ser oportuno poner en duda la importancia
que tienen hoy en día las ideas de los grandes pensadores griegos anteriores a
Cristo.
También puede ser interesante
confirmar que el máximo bienestar depende del amor y de la salud, que no
dependen del dinero.
(Este es el Artículo Nº 1.812)
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11 comentarios:
El amor y la salud, o la salud y el amor, son los principales factores de bienestar para nuestra vida. Esa es una de mis pocas certezas. Prefiero poner en primer lugar la salud - entendiéndola como bienestar biopsicosocial- porque pienso que sin esa base es imposible amar; al menos es necesario cierto grado de bienestar para poder amar. Pero no necesariamente bienestar económico, aunque no podemos olvidar que este influye en nuestra salud de forma global.
Me gusta la afirmación de que toda idea puede ser valedera. No siempre lo será, pero puede serlo aunque no goce de la fama y la aceptación suficiente.
La capacidad de gozar de los humanos, creo yo, NO es ilimitada. Eso porque nuestro tiempo no es ilimitado y porque nuestras emociones no pueden acumularse en el día de una manera infinita. Demasiadas emociones nos perturban de distintas formas. Pueden sobreexitarnos o agotarnos. En un mismo día no tenemos capacidad para velar a un ser querido, asistir al trabajo y ver a nuestro sobrinito que acaba de nacer.
El Licenciado habla exclusivamente de la capacidad de gozar.
Bueno, refiriéndome más específicamente a la capacidad de gozar, te diría que tampoco. Supongamos que en 12 hs sucede que obtenemos nuestro título profesional, se casa nuestro hermano, ganamos un auto. Ya por ese día... cartón lleno. Otra alegría más y no tendremos más remedio que irnos a dormir o pasar la noche sin poder cerrar un ojo. El goce también nos cansa, tenemos un límite. Es un cansancio lindo, pero de todos modos es imposible gozar de forma ilimitada porque nuestro cuerpo -me refiero a nuestro cerebro y nuestro corazón, fundamentalmente- tiene un límite.
Opino que para el amor no hay un límite. Para el goce, la salud y el dinero sí. Para el amor no porque siempre se puede amar un poco mejor, que no es exactamente lo mismo que un poco más. Como somos tan imperfectos, tenemos toda la vida para mejorar la calidad de nuestro amor.
¿Qué opinaban los grandes pensadores griegos respecto de estos temas?
Busca en Wikipedia, es gratis. (si de verdad te interesa el tema)
Tenía más que los recursos suficientes para vivir bien, muy bien. Pero terminé enfermándome y esos recursos no me sirvieron de mucho. Debo reconocer que me ayudaron porque pude consultar de forma particular a los mejores médicos. De todos modos estaba muy cansado, mi trabajo era muy estresante, y creo que ese cansancio me generó, entre otras cosas, dificultad para ponerle ganas a mi recuperación.
El placer pasa en gran medida por el desarrollo de nuestros sentidos y la capacidad para apreciar la belleza existente a nuestro alrededor. Si no somos capaces de disfrutar los colores de un conjunto de árboles, el sonido de un riachuelo, el tacto áspero de las rocas, la sonrisa de un ser querido... entonces la capacidad de disfrutar se verá muy limitada.
Quienes consideran el placer como el centro de la vida, como los epicuros, a veces olvidan que éstos consideran que esa búsqueda del placer debe hacerse con prudencia, es decir, una búsqueda del placer orientada por la racionalidad.
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