domingo, 7 de enero de 2007

Si es caro, mejor para todos


Cuando el otro día hablé con mi cuñado se mostraba orgulloso al decirme que el psiquíatra con quien se atiende le está costando $ 500.- por semana, o sea $ 2.000.- por mes.

En su familia siempre tuvieron la costumbre de aludir a los elevados costos como forma de realzar sus anécdotas y protagonismo, pero en esta ocasión a mí me sonó como que (pudiendo pagar) pagando mucho, él se sentía exonerado de realizar cualquier tipo de esfuerzo adicional para mejorar su salud.

Me parece que la lógica en este caso funciona al revés de lo que habitualmente se postula (que honorarios caros imponen al paciente un mayor compromiso con el tratamiento). Creo que en estos casos se produce como una suerte de delegación en el terapeuta. Su discurso sería algo así como: «Le abono lo que usted me cobra y no le pido rebaja, pero eso sí, ¡se me encarga de todo eh! ¡Para eso le pago!»

Si a esta lógica yo la llamara perversa, no estaría mal porque se acostumbra adjetivar de esta forma, pero me gustaría encontrar alguna otra forma menos gastada y —por lo tanto— más eficiente.

A ver, probemos con esto: «esta lógica forma parte del síntoma».

Efectivamente, en tanto que un síntoma es una solución de compromiso, es decir, un fenómeno con el que se conjugan variados intereses y que constituye la solución menos mala que encontró quien lo padece para resolver situaciones que de otra forma serían más graves, entonces cuando se produce este fenómeno de que los elevados honorarios del clínico desestimulan el compromiso del paciente, se logra:

1.- que el paciente conserve su síntoma, (1)
2.- con el alivio de no sentirse tan irresponsable ante los demás porque «está haciendo todo lo posible para curarse...», y
3.- el profesional obtiene interesantes recursos económicos, que si no surge ningún inconveniente, seguirán ingresando por largo tiempo porque a este paciente, así, nunca lo va a curar. (No es una «leyenda urbana». Conozco gente que bautiza a sus pacientes según el destino de sus honorarios: el Sr. Mutualistas, la Sra. Contribución y Patente, el Sr. Colegio de Martín, etc.)

Hace tiempo que vengo postulando la hipótesis de que para tener buenos recursos económicos en la industria de la salud, hay que pasar a formar parte del síntoma de los pacientes. Si bien parece una forma de parasitismo…, bueno, si, en realidad es una forma de parasitismo. Sea como sea, al no estar tipificado como delito dentro del código penal, entonces es legítimo. Aquellos que se pongan nerviosos con este planteo, quizá también deban consultar algún profesional como el mencionado más arriba, para compartir con él sus ingresos y sentir el alivio de que «están haciendo todo lo posible para curar… su afán de lucro», gracias a lo cual podrán conservarlo tanto como la enfermedad de mi cuñado.

………

Cuando mi hija más chica leyó este texto me dijo:
— No me doy cuenta cuando escribís en serio y cuando escribís en broma.
— Te juro que no sé cómo resolverlo. Sólo te pido que me tengas paciencia.

………

(1) Recuerdo a mi abuelo que tenía una silla espantosa y súper incómoda pero que no se la prestaba a nadie porque la había fabricado con sus propias manos.

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reflex1@adinet.com.uy


dinero cobrar pagar honorario

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y si..."la había fabricado con sus propias manos". Por lo tanto, Fernando, me parece que su idea no es tan descabellada; es más, estoy considerando seriamente levantarla como consigna y estandarte. Ya hace más de un siglo ¿no? que Freud descrubrió que la cosa no iba por el lado de eliminar síntomas: el neurótico más sabe por neurótico que por paciente, así que como buenos profesionales, estimado colega, creo que debemos señirnos estrictamente a la consigna de procurar un mayor conocimiento de si mismo en quien nos consulta. Por otro lado, como eso lleva bastante tiempo, nuestro afán de lucro no se vería frustrado.

Roberto Gabriel