domingo, 31 de mayo de 2009

Lo material está primero

En un artículo pasado (La ética como ciencia rentable ) comentaba con ustedes que la palabra ética proviene de ethos que en griego quiere decir «costumbre».

Las costumbres que tienen los pueblos y las personas constituyen en conjunto de prácticas que consideran más convenientes.

Es la evaluación de «conveniencia» lo que no parece tan sencillo porque acá aparecen datos objetivos y subjetivos.

Con los objetivos no hay muchas dudas: tener más confort, esforzarse menos, disminuir la incertidumbre. Pero con los subjetivos hay muchas dudas porque en ese plano nos guiamos por creencias, ilusiones, prejuicios, supersticiones.

Me animaría a decirles que son los datos subjetivos los que más influyen en las costumbres.

A pesar de que el sentido común dice que lo mejor es guiarse por los datos objetivos (los que se pueden comprobar), a la hora de tomar una resolución tendríamos que asumir que pesan más los afectos, sentimientos, deseos, anhelos, esperanzas, fantasías, promesas, intuiciones.

Por lo tanto: Si usted entendiera que mi descripción de los hechos es correcta y teniendo en cuenta que cancelamos nuestras necesidades vitales con la realidad objetiva (comida, abrigo, vivienda), podría ser beneficioso priorizar la atención de nuestra realidad material y postergar la atención de la realidad no material.

●●●

sábado, 30 de mayo de 2009

El dinero cristiano

El trágico final de Jesús de Nazaret es usado para crear un variado tipo de leyendas. Todas a gusto de quien las inventa.

Aunque esas historias disten mucho de ser reales, quienes creen en ellas organizan toda su vida y escala de valores suponiendo que son verdaderas.

Por lo tanto, lo que realmente importa es lo que alguien pueda creer. La veracidad histórica es secundaria.

Una versión bastante difundida cuenta que Jesús era hijo de Dios, quien fecundó a María milagrosamente (y por eso ella no perdió la virginidad).

Este hijo de Dios predicaría ciertas verdades inspiradas directamente por Dios y luego sería sacrificado como forma de pagar los pecados del ser humano.

Es propio de nuestra especie hacer sacrificios como forma de pago. Hay quienes hacen una promesa: «Si salvo el examen de matemáticas, iré caminando a la iglesia que dista diez kilómetros».

Si un ser humano piensa que existe un Dios que sacrifica a su hijo (Jesús) para salvarlo a él (al ser humano creador de la leyenda), es porque se siente muy amado por el Dios que imagina y además porque tiene un criterio de pago mediante la inmolación, la muerte, el sacrificio.

Les propongo pensar que algunos pobres patológicos podrían serlo porque piensan que Jesús es una forma de dinero que se utilizó para pagar por su salvación (la del pobre patológico que así piensa). Por lo tanto, no puede aceptar el dinero-Jesús y mucho menos usarlo para pagar algo que necesita. Semejante cosa sólo podría hacerla Dios. Emularlo sería una falta de respeto merecedora del peor castigo divino.

●●●

viernes, 29 de mayo de 2009

«¡Qué lindo es ser cristiano!»

Los judíos son personas que llaman la atención y hasta diría que muchos de ellos es lo que pretenden.

Tengo la sensación de que existen pocos judíos pobres y que —por el contrario— más bien son de clase media y alta.

Otra creencia que tengo es que son trabajadores y no rechazan el dinero.

Judas para los cristianos fue un traidor y actualmente existe una competencia entre los católicos y los judíos que se plantea en reconocer o no a Cristo como mesías (sin importar mucho qué quiere decir «mesías»).

Es probable que algunas personas opten por la pobreza para demostrar que no son judíos.

Podría expresarlo de otra forma: En la lucha contra los enemigos de Cristo, algunos trabajan como anti-judíos (rechazando el dinero y el trabajo) por lo cual consideran legítimo que el estado tenga que ayudarlos económicamente (como también se les paga a los militares y policías).

En suma: Tener la conducta opuesta a los judíos (ser pobre y haragán) es una forma militante de defender a Cristo. Es digno ser llamado «cristiano» e indigno ser considerado «un judío» (materialista, anti-Cristo, trabajador).

●●●

jueves, 28 de mayo de 2009

«Me avergüenza trabajar por el vil dinero»

La eficacia de cualquier maquinaria o sistema dependen en gran medida de cómo se logren eliminar o neutralizar los obstáculos que pudieran existir en su funcionamiento.

Un ejemplo en maquinaria: los aviones tienen una forma aerodinámica (parecida a la de los pájaros y peces) para que se neutralice al máximo la oposición al desplazamiento que hace el aire.

Un ejemplo en sistema: Si queremos mejorar la recaudación fiscal, procuremos que la política tributaria sea justa, aceptable, exigible en el momento del mes o del año en que los contribuyentes tienen dinero, que el cálculo sea sencillo, que los formularios sean muy accesibles, que no haya que hacer un gran esfuerzo para efectuar el pago (colas, desplazamientos, riesgos).

Si en un país, colectivo o nación queremos tener una calidad de vida digna, necesitamos del esfuerzo de la mayor cantidad posible de ciudadanos.

Todos sabemos por experiencia qué diferente es trabajar con entusiasmo que con desgano. Con cuánta energía hacemos lo que nos gusta y qué esfuerzo tremendo nos cuesta hacer lo que no tenemos ganas de hacer.

Si en un país, colectivo o nación predomina la creencia, prejuicio o moda de que trabajar es vergonzoso o denigrante, el entusiasmo por producir será casi nulo.

Si en ese país, colectivo o nación predomina la creencia, prejuicio o moda de que el dinero es vil, sucio, pecaminoso, todo lo que esté asociado a él será igualmente condenable.

Por lo tanto: Como en el régimen capitalista en el que vivimos casi todos los hispanoparlantes el trabajo se paga con dinero, si tenemos un sentimiento desfavorable hacia alguno de los dos, estaremos en problemas, pero si lo tenemos hacia los dos, entonces la situación no podría ser más grave.

●●●

miércoles, 27 de mayo de 2009

Le ética como ciencia rentable

En dos artículos recientes (1) comento con ustedes que para muchas personas bueno es aquello que prefieren y malo es lo que no prefieren. Estas personas están aisladas de la realidad porque la interpretan a su antojo. Imaginan que las cosas están hechas y funcionan a su imagen y semejanza.

La ética es una parte de la filosofía que estudia cuál es la conducta adecuada de acuerdo a cómo la realidad es percibida por muchas personas de reconocida independencia de criterio, esto es, que no se dejan engañar con que la realidad es como a ellos les gustaría que fuera.

Por supuesto que la ética no es una ciencia exacta, pero tiene el respaldo de varios siglos de estudio, de acuerdo, de coincidencia y sobre todo de resultados: los preceptos éticos de las ideologías más antiguas han guiado exitosamente a muchas generaciones.

El reconocimiento a los pensadores más famosos obedece a que han podido describir con mayor acierto cómo es la conducta que ha dado mejores resultados a lo largo de la historia.

La palabra ética proviene del griego (ethos) y significa «costumbre».

En el ambiente empresarial —donde se está permanentemente estudiando cómo mejorar los resultados de sus actividades—, le han dado un nombre diferente: análisis de las mejores prácticas. Es sólo un cambio de nombre porque consiste en lo mismo: observar y describir objetivamente qué conducta es más beneficiosa. Ética pura.

(1) – Si no me gusta entonces es malo y La realidad me obedece

●●●

martes, 26 de mayo de 2009

La segunda niñez

Lo que importa es ser feliz, estar contento, conforme, satisfecho, alegre, de buen ánimo, sin tristeza, sin dolor, sin angustia, sin culpa.

Por lo que nuestra memoria puede evocar, todo esto estuvo en nuestra niñez. Esto es lo que preferimos recordar. Los malos momentos de la niñez casi nadie los recuerda (¡por suerte!).

En ese momento de nuestras vidas tenemos una madre generosa y rica, con glándulas mamarias repletas de rica leche que nos calma el dolor del hambre y nos da sueño para que podamos dormir pacíficamente.

En ese momento de nuestras vidas tenemos un padre grande y poderoso, que nos cuida de todo lo malo que nos pueda pasar. Si somos obedientes y tenemos buena conducta, él siempre estará de nuestro lado para protegernos.

Pasan los años, la deliciosa niñez queda atrás, la extrañamos, tenemos nostalgia de ella pero algo maravilloso ocurre en nuestras vidas.

Descubrimos que aquella madre rica y generosa está representada por una iglesia llena de oro, colores, luces, lujo y estatuas de hombres y mujeres con cara de sufrimiento o con mirada bondadosa y gestos de paz.

Nos hablan de que tenemos un padre celestial que vive en esa madre-iglesia. Él es grande y poderoso, nos cuida de todo lo malo si somos obedientes y tenemos buena conducta.

El papá Dios y la mamá Iglesia me dicen que tengo que darles todo lo que pueda, que no debo tener ambiciones materiales, que no me querrán si me convierto en rico.

Todo esto me permite vivir nuevamente como cuando era un niño feliz, alegre, sin angustia y sin culpas. Si soy un adulto pobre, podré revivir los dulces tiempos de la niñez.

●●●

lunes, 25 de mayo de 2009

Pasaporte a la eternidad

Las religiones son un fenómeno que no puede menospreciarse a la hora de buscar formas de aumentar nuestra calidad de vida en el plano material. Si existieran sindicatos de neuróticos tampoco podríamos olvidarlos. Las religiones existen y su presencia influye en el funcionamiento de cualquier sociedad.

Por otro lado, estar o no de acuerdo con una creencia es algo tan personal como cualquier gusto o preferencia (gastronómica, musical, literaria), siempre y cuando la satisfacción de esos deseos no perjudiquen el bienestar ajeno.

Por ejemplo, si los hispanoparlantes de América y Europa vivimos en economías capitalistas donde predominan las creencias católicas, ahí tenemos un problema porque el capitalismo nos da bienestar en un régimen de competencia y afán de lucro mientras que el catolicismo nos amenaza con que la vida eterna será terrible si tenemos éxitos económicos.

No les sucede lo mismo a los capitalistas del primer mundo donde las mismas economías capitalistas se asociaron con religiones protestantes.

Éstos creen que la salvación divina será para unos pocos y que los demás serán condenados. Sin embargo, como si fuera un trascendido, un rumor que se escapó de quienes saben las intenciones de Dios (religiosos protestantes), la riqueza terrenal sería una señal «no oficial» de estar entre los privilegiados con la salvación eterna.

Esta es una explicación creíble de por qué en el primer mundo viven mejor que los del tercer mundo. Ellos tienen una creencia religiosa que los beneficia y nosotros tenemos una creencia religiosa que nos perjudica. ¡Vaya si será importante el fenómeno religioso!

●●●

domingo, 24 de mayo de 2009

El ocio productivo

Existen el ocio productivo y el improductivo. Éste es el más conocido porque es el que suele condenarse cuando se lo asocia a la indolencia, a la irresponsabilidad, a la haraganería, aunque también puede estar causado por razones de salud mal diagnosticadas.

El ocio productivo tiene menos fama porque suelen practicarlo personas que han logrado independizarse del sentido común.

Sin profundizar en exceso, tenemos dos formas de ocio productivo.

1) El más común es el descanso, la recuperación de fuerzas, las vacaciones periódicas porque permite que la capacidad de trabajo se mantenga en su máximo nivel a lo largo de los años.

2) El menos común es el ocio reflexivo que utilizamos para confirmar que continuamos en el camino previsto, el que nos confirma que la estrategia trazada sigue vigente y que no necesita retoques por cambios en las circunstancias, el que nos permite revisar los métodos para cerciorarnos de que no habrían otros más eficaces.

Entre las clases sociales menos favorecidas suele prevalecer el criterio de que no hay más remedio que «trabajar y trabajar», con lo cual queda desperdiciada nada menos que la inteligencia.

Es desventajoso delegar la función de pensar.

Cuando las personas desisten de usar su inteligencia en beneficio propio y prefieren darle esa tarea a los empleadores, gobernantes, líderes sindicales o religiosos, se exponen a ser explotados por los inescrupulosos (que lamentablemente, nunca faltan).

●●●

sábado, 23 de mayo de 2009

Cambio de ruta

Un subsidio existe cuando alguien paga algo sin disfrutarlo. Por ejemplo, el estado paga una parte del costo de litro de leche de vaca para que los consumidores finales paguen menos por ella.

Es una forma de administrar el reparto de la riqueza, pero también es usado para resolver problemas comerciales.

Por ejemplo, si un frigorífico faena una vaca obtendrá carnes más solicitadas que otras, entonces los carniceros aumentan el precio de las más solicitadas para abaratar las menos solicitadas, de tal forma que finalmente todo encuentre compradores. En este caso, los compradores de la carne costosa subsidian a los compradores de la carne menos solicitada.

En este caso se le llama «subsidio cruzado» porque en un mismo proceso de comercialización, los compradores se ayudan entre ellos sin saberlo ni conocerse. El carnicero discretamente hace que unos colaboren con los otros y con esa mediación él logra vender toda su mercadería.

El subsidio pude ser tan grande que lleve el costo a cero.

Efectivamente, ya existen muchos bienes que se regalan porque otros pagan por él (esponsorización). Aunque ya escuchábamos interesantes programas radiales sin abonar por ellos, ahora está sucediendo lo mismo con publicaciones. Existen diarios y revistas que han dejado de cobrarse.

Aún más llamativo es el fenómeno de Internet. Desde su aparición en la década del ’80, cada vez más a menudo podemos obtener software, música, videos, películas y libros sin tener que pagar por ellos.

Si era complejo ganar dinero, estos trabajos que (aparentemente) nadie cobra modifican el escenario de forma radical.

Conclusión: Si usted es partidario de apelar a la experiencia, a lo que siempre se hizo, a repetir los métodos de sus padres, quizá va por mal camino.

●●●

viernes, 22 de mayo de 2009

¡Regalamos todo!

Habrán observado que la publicidad muchas veces intenta estimular nuestro deseo de comprar avisándonos que en cierto comercio «se volvieron locos», que «están regalando todo», que «sus precios son de locura».

Lo que nos está diciendo es que nos aprovechemos de la enfermedad de alguien. Quizá no sería muy estimulante si nos dijeran que el dueño del comercio publicitado está paralítico en una silla de ruedas y que podríamos ir a saquearlo.

Por supuesto que los que concurren a realizar sus compras no lo hacen pensando que se aprovecharán cruelmente de un semejante; concurren suponiendo que no es más que una exageración publicitaria, una broma, … aunque de todos modos, si no fuera porque pueden obtener una ventaja especial del comerciante, no irían a su comercio.

Hay un solo caso en el que alguien puede prescindir de los demás por un cierto tiempo y es aquel que vive de lo que produce en su parcela y se arregla con lo que fabrica con sus manos. Y subrayo «por un cierto tiempo» porque tarde o temprano necesitará conseguir algo de los demás.

Excepto este raro caso de autosuficiencia, todos los demás vivimos gracias a la interacción con nuestros semejantes. Permanentemente estamos tratando de obtener lo mejor a cambio de nuestro menor esfuerzo.

Una clave esencial para poder negociar con los demás es empezar por aquel famoso «conócete a ti mismo»: Aceptar que nos gusta aprovecharnos de la debilidad ajena nos permite saber que los demás procurarán aprovecharse de nuestra debilidad. Con estos dos datos (lamentables pero realistas) podremos negociar con mejores resultados.

●●●

jueves, 21 de mayo de 2009

La informática es inútil

La desconfianza es un sentimiento que recibe publicidad negativa. Al menos quienes tienen poder (ricos, medios de comunicación, gobierno), invierten parte de su esfuerzo en estimularnos para que seamos confiados en lo que dicen y en lo que hacen.

Por lo tanto, como la mayoría de la población está compuesta por «buenos ciudadanos», esa mayoría confía en lo que le dicen los que tienen algún título habilitante: médico, abogado, noticiero, libro, entrevistado, gobernante.

Sin embargo, algo tan prestigioso como es la ciencia, depende de la desconfianza.

Para poder buscar nuevas soluciones, es imprescindible pensar que las actuales no están del todo bien.

Copérnico puso en duda que la Tierra fuera el centro del sistema planetario; Darwin puso en duda que el ser humano fuera una creatura de Dios; Freud puso en duda que fuéramos conscientes de todo lo que nos pasa.

Alguno puso en duda que un microbio nos enferma si nos invade e inventó las vacunas; otros pusieron en duda la imposibilidad de enviar señales audiovisuales a distancia e inventaron la televisión; otros inventaron el celular a pesar de que la mayoría suponía que eso no le interesaría a nadie.

En suma: Quizá usted aún no agotó todas las posibilidades que lo rodean para estar mejor. Sin dejar de ser un buen ciudadano que confía en los poderosos y en las autoridades, podría permitirse dudar sobre si ya habrá hecho todo lo que le conviene.

●●●

miércoles, 20 de mayo de 2009

Einstein hay uno solo

¿Cuántos años hace que padecemos una mala distribución de la riqueza? ¿Usted ha sacado la cuenta? Comparto con un usted el dato que tengo: Siempre ha sido así. Jamás el ser humano pudo evitar que hubieran ricos y pobres.

Con este antecedente tan dramático ¿a quién se le ocurriría que de un blog pueda surgir una idea que revierta algo tan antiguo?

Para bien o para mal, no creo en la existencia de los genios sino en la existencia de los emergentes.

Me explico: La aparición de grandes ideas no depende de que la especie tenga la suerte de generar un ejemplar excepcional. Depende de que alguien —inteligente pero no necesariamente superdotado— esté en el momento y lugar adecuados para imaginar una solución revolucionaria. Este es el emergente de toda la cultura que lo precedió (sin la cual, no podría imaginar esa solución).

Este ejemplar afortunado podemos ser usted y/o yo.

La creencia en que existen seres superdotados es agradable porque nos permite idealizarlo, tomarlo como un modelo, identificarnos con él, pero sobre todo, nos da el placer de suponer que no tendremos que complicarnos la existencia con un protagonismo abrumador. Los inteligentes son los demás, mis ocurrencias son impresentables, lo mío es la mediocridad, el segundo plano, el vivir a la sombra de los grandes.

Psicoanalíticamente, el gran placer de no creerse capaz de hacer algo significativo está en que podemos alentar la fantasía de que seguimos siendo aquel pequeño niño que sólo tenía que jugar y divertirse porque los padres se encargaban de todo. La mediocridad es una consecuencia de la nostalgia.

●●●

martes, 19 de mayo de 2009

¿En quién piensa cuando se masturba?

Si usted es presidente de su país y nota que algunas de sus mejores ideas no son aceptadas como deberían, asegúrese de que no esté importunando intereses económicos.

Uno de los motivos por los cuales existe este blog es que entre los hispanoparlantes «de dinero no se habla». Podemos comentarnos que nos masturbamos fantaseando con Angelina Jolie o con Brad Pitt, pero hablar de dinero nos da vergüenza.

El tema de salud personal y pública es muy sensible y los actores principales son los médicos. Ellos tienen muchas dificultades para reconocer que necesitan ganar dinero para vivir, que su trabajo vale, que el humanitarismo está muy bien para limitar deseos de lucro desmedidos pero que sus hijos tienen que recibir la mejor educación posible, que necesita un buen auto que no lo deje varado en medio de una carretera, que necesita pagar la asistencia a congresos.

Si usted como presidente plantea una solución maravillosa para mejorar la distribución de los servicios de salud en su país y nota que le hacen críticas superfluas, que agitan fantasmas insólitos, que descalifican sus mejores intenciones, quizá esté tocando intereses económicos de los trabajadores de la salud, quienes pueden hablar de su masturbación pero no de dinero.

El tema de la delincuencia también es de gran sensibilidad y le ahorro todo el razonamiento porque seguramente usted ya me entendió y comprende que la inseguridad es una fuente de trabajo para muchas personas que hablan con más facilidad del autoerotismo personal que de su razonable afán de lucro.

●●●

lunes, 18 de mayo de 2009

La pobreza consciente

Existe una pobreza real (cuando no tenemos los insumos necesarios para tener una calidad de vida digna: alimentos, abrigo, casa, salud, educación, diversión) y una pobreza psicológica ... cuya descripción no cabe entre dos paréntesis.

La percepción de pobreza psicológica tiene mucho que ver con nuestras fantasías conscientes e inconscientes.

Las fantasías conscientes son las que tienen directa relación con la autoestima. Si nos sentimos menoscabados porque este año no pudimos cambiar nuestro coche, si nos sentimos angustiados porque la ropa que podemos comprar hace que sintamos lástima de nosotros mismos, si nos avergüenza que no podamos pagar una reunión para festejar el día de nuestro cumpleaños.

Las fantasías inconscientes son las que sólo puede ser conocidas mediante un tratamiento psicoanalítico y se manifiestan por la difusa sensación de que nunca podemos estar conformes con lo que tenemos porque en el fondo tratamos de recuperar aquel estado de plena saciedad que disfrutamos en nuestros primeros días de vida. Es un estado que ciertas religiones representan con el Paraíso, el Nirvana, la Gloria, el Edén.

Tener en cuenta estos motivos por los cuales padecemos una pobreza mortificante (las fantasías conscientes e inconscientes), puede ser el principio de una solución.

Con frecuencia consideramos que la filosofía es una rama de saber casi inútil, pero tiene sorpresas para darnos. Las fantasías conscientes suelen volverse indoloras cuando logramos comprenderlas filosóficamente, pero además, entender nuestra existencia de forma inteligente, también puede moderar la frustración que nos producen algunas fantasías inconscientes.

●●●

domingo, 17 de mayo de 2009

Economía médica

Un reconocido historiador de la medicina (Pedro Laín Entralgo – España: 1908-2001), decía que «la antropología médica es un conocimiento científico del hombre en tanto que sujeto sano, enfermable, enfermo, sanable y mortal

Esta definición del ser humano parece muy realista aunque no es muy agradable porque pone el énfasis en nuestra vulnerabilidad (enfermable, enfermo, mortal) si bien nos alivia con la noticia de que el ser humano es «sano» y «sanable».

Como este blog está dedicado a la hipótesis de que la pobreza puede ser una enfermedad, vale la pena observar al ser humano en su desempeño económico con un criterio que proviene de la antropología médica.

De la combinación de ambas nociones podría surgir lo siguiente:

El ser humano nace sin necesidades económicas porque los padres se encargan de satisfacerlo por varios años. Cuando nuestras necesidades son canceladas por los otros, no somos ni pobres ni ricos. Esta etapa correspondería a la condición de «sano» según la visión médica.

Luego viene una etapa en la que deberíamos ganarnos la vida y es entonces cuando algunos pueden definirse como pobres porque algo les impide cancelar sus necesidades por sí mismos. Esta etapa correspondería a la condición de «enfermable, enfermo».

Podemos afirmar que todos los que no padezcan alguna discapacidad (parálisis, idiocia), pueden ganarse el sustento. Esta condición correspondería a «sanable».

Naturalmente que en la etapa final (la muerte) no hay problemas económicos.

●●●

sábado, 16 de mayo de 2009

«Vendo disfraz de Batman sin uso»

Todos habremos admirado al protagonista de una obra de ficción (novela, película), que finalmente logra su objetivo, pero habiendo comenzado muy mal y luego de superar muchos obstáculos.

En algo se parece a la emoción que nos provoca un certamen en el que nuestro preferido comienza y transcurre con una situación notoriamente desventajosa, pero que en el último minuto logra imponerse.

No es lo mismo ser el más poderoso y estar siempre en el pedestal de la fama que ser un oscuro personaje que aplicando ciertas técnicas llega a superar a todos los demás, incluidos los campeones indiscutidos.

Admiramos al personaje, al deportista, al equipo que logra una trayectoria en sorprendente ascenso. Y quien dice «admiramos» también dice «amamos».

Las obras de ficción más entretenidas nos permiten suponer que podríamos ser el héroe y los deportistas que alentamos nos permiten decir «ganamos» cuando en realidad son ellos los dueños indiscutibles de mérito.

Este método de empezar muy mal, terminar con el máximo éxito y obtener el amor de mucha gente puede considerarse un modelo a ser aplicado en la vida real.

Quienes planifican su vida con esta estrategia suelen acceder a la primera etapa (el fracaso, la pérdida, la escasez) pero les cuesta pasar a la segunda y a la tercera (triunfar y ser amados) porque todos sabemos cómo fracasar pero muy pocos saben cómo triunfar y ser amados.

●●●

viernes, 15 de mayo de 2009

La ideología genética

En un intento de simplificación, podría decir que hay dos formas de ser: O nos preocupa exclusivamente la aprobación de los demás o ésta nos tiene sin cuidado. Casi seguro que la mayoría de nosotros optamos por alguna actitud intermedia, en algunos casos más cerca del socialismo y en otros casos más cerca del individualismo.

¿Por qué usted o yo optamos por una y no por la otra? No lo sé y me atrevo a afirmar que nadie lo sabe, aunque todos podemos tener alguna idea. En este caso comparto con usted cuál es la mía.

En dos artículos anteriores (1), comento que es probable que en nuestra especie también sean las mujeres las que, cuando sus hormonas las inducen a buscar un varón, sean sus genes los que las inducen a elegirlo con determinadas características.

Esta suposición explicaría el enamoramiento: Amamos a quien nos daría los mejores hijos. De este sentimiento se vale la naturaleza para el mejoramiento de nuestra especie. En otras apela a una lucha entre los machos para que el ganador (y supuestamente mejor dotado genéticamente) copule con la hembra en celo.

No podría descartarse la hipótesis de que somos socialistas o individualistas, ateos o creyentes, idealistas o materialistas, porque así se expresa nuestra naturaleza en la cultura y época en la que nacemos y nos criamos.

Si esto fuera así, entonces nuestras posturas ideológicas pasarían a formar parte de nuestra naturaleza, en la misma categoría que nuestra complexión física, que nuestra salud, que nuestra resistencia al cansancio.

Conclusión: Tratar de argumentar en defensa de nuestra ideología sería tan poco razonable como fundamentar nuestra estatura o el color de nuestra piel.


(1) Los artículos son: «Son celosa con quien estoy en celo» y Amor por conveniencia

●●●

jueves, 14 de mayo de 2009

Amor por conveniencia

En el artículo titulado «Soy celosa con quien estoy en celo» propongo la suposición de que en nuestra especie también son las hembras las que atraen a los machos poseedores de la mejor dotación genética.

Entre los demás mamíferos ellas tienen un período de celo que convoca a los machos potencialmente capaces de fecundarlas y estos pelearán para demostrar cuál está mejor dotado genéticamente.

El procedimiento de luchar para determinar cuál es el mejor ejemplar puede existir entre los humanos cuando la mujer propicia algún tipo de competencia entre ellos. Algunas poseen la habilidad de enfrentarlos emulando el procedimiento de los felinos, siervos, jirafas.

La riqueza puede ser un rasgo que —para algunas mujeres— identifica al mejor candidato para fecundarla. El poder económico es decodificado por estas mujeres como una señal inequívoca de que ese hombre posee la mejor dotación genética para que la descendencia mejore la especie.

No me extrañaría que esa particularidad forme parte también de la propia mujer que prefiere esta forma de elegir al padre de sus hijos. Si esta propuesta fuera correcta (no existen pruebas de que no lo sea), la mujer que elije a los hombres ricos poseen una dotación genética que mejoraría la especie si se combina con la dotación genética de esos hombres.

De manera similar, las que rechazan a los hombres ricos estarían condicionadas por su propia dotación genética que sólo mejora la especie si entra en combinación con los genes de varones que, en el plano económico, son pobres.

●●●

miércoles, 13 de mayo de 2009

La imperfección productiva

Dicen que «Lo perfecto es enemigo de lo bueno» y quizá sea cierto.

En economía se ha estudiado que a partir de cierto punto, cada mejora que se agrega genera un costo que no se justifica por lo elevado.

Imaginemos a un fabricante de equipos de audio (Sony, Panasonic, Philips). Los técnicos saben que un aparato con una fidelidad de sonido aceptable se puede vender a un precio accesible para muchas personas pero también saben que hacerlo apenas un poquito mejor aumentarían los costos como para tener que venderlo al doble de precio.

Otro ejemplo: usted tiene una parcela de tierra y contrata a un agricultor para que la trabaje y obtiene una cierta ganancia. Al tiempo contrata a otro y observa que la ganancia sube a más del doble. Agrega un tercero y la ganancia aumenta a más del triple, pero cuando contrata al cuarto observa que ya la ganancia no se cuadruplicó porque los trabajadores no tienen espacio suficiente donde plantar... y si contratara a un quito las cosas iría peor aún.

En la ciencia económica existe la Ley de los rendimientos decrecientes que explica este fenómeno: hasta cierto punto, todo puede ser mejorable pero intentar mejoras mayores da pérdidas.

Este fenómeno —que se constata por los resultados objetivos— también sirve para detectar algunas actitudes (conductas, criterios, filosofías de vida) que plantean un propósito falso: Me refiero a quienes sólo hacen algo si es perfecto o de lo contrario no lo hacen.

Los perfeccionistas suelen ser personas que (consciente o inconscientemente) no desean hacer algo pero que no quieren o no pueden confesarlo.

●●●

martes, 12 de mayo de 2009

«Dame ahora que algún día te premiaré»

Varias veces he mencionado el hecho de que los que fuimos colonias españolas, recibimos también la influencia de la Iglesia Católica.

Es probable que una mayoría de hispanoparlantes tenga la sensación de que es bueno ser pobre y virtuoso para que después de la muerte, un imaginario tribunal (o el propio Dios) nos beneficie con una vida eterna en un lugar paradisíaco y en condiciones ideales.

Por su parte el comunismo es una ideología que se expresa a través de diversos partidos políticos. La propuesta consiste en terminar con la existencia de las clases sociales y con la propiedad privada.

La promesa del comunismo es que si la lucha es perseverante, inevitablemente terminará en una meta en la que los trabajadores tomarán el poder absoluto de las naciones.

Para ello los trabajadores deberán tener conciencia de que lo son, deberán entender quién es el enemigo (la burguesía, los ricos, los empresarios) y tendrán que luchar sin tregua para lograr ese objetivo.

La historia del cristianismo cuenta con muchos siglos y la del comunismo con varias décadas, pero me parece ver que en ambos casos la propuesta es «sacrifícate ahora que en el futuro serás premiado».

Salvo que algún día se cumplan esas promesas, hasta ahora tenemos todo el derecho a pensar que bien puede ser una estafa y que muchas personas padecen la pobreza porque alguien (cristiano o comunista) está abusándose de su credulidad, inocencia, ingenuidad, inmadurez.

●●●

lunes, 11 de mayo de 2009

El agua de lluvia es anticaspa

En el artículo titulado Si es Bayer, es bueno, no menciono la palabra placebo pero sí lo hacen los lectores.

Efectivamente, el artículo refiere a que la publicidad de un medicamento influye en su poder curativo porque la fe y las creencias son determinantes para las personas sugestionables.

El fenómeno placebo se incorporó a la medicina en el siglo 18 cuando a dos enfermas que no podían dormir se les suministró un remedio que las hizo dormir, aunque en la realidad sólo una lo recibió. A la otra le suministraron una sustancia neutra.

La sugestión es algo muy emparentado con el hipnotismo. Hasta hace unos años todos habremos visto espectáculos en los que un hipnotizador lograba conductas extrañas entre personas comunes.

Todos somos un poco sugestionables aunque pueden ser hipnotizadas las personas que están particularmente expuestas a serlo. Sólo algunas personas pueden ser afectadas por un placebo, es decir por un medicamento neutro pero con fama de muy efectivo.

Las recetas para tener éxito que pertenecen a la categoría «querer es poder» están dirigidas exclusivamente a las personas sugestionables y que se curarían de insomnio tanto con un psicofármaco como con agua destilada.

Como los demás sólo somos parcialmente sugestionables, seguramente nos beneficiará rodearnos de gente positiva, emprendedora, optimista, trabajadora, ambiciosa, que no postergue el buen pasar para una vida posterior a la muerte.

En suma: querer es querer y poder es poder, pero la combinación («querer es poder») sólo es verdadero para las personas muy sugestionables.

●●●

domingo, 10 de mayo de 2009

«¿Quién será la madre esta vez?»

Tengo muy poca memoria para los números y presiento que en algún lugar de mi cerebro deben estar alojadas las miles de direcciones telefónicas a las que he llamado alguna vez.

El mismo día en que me integré a un grupo de trabajo un compañero preguntó a viva voz si alguien conocía el teléfono de Fulano. A ese teléfono lo recordaba porque es casi igual al de una persona muy importante para mí. Al poco rato otro hizo una pregunta similar y pude responder porque acababa de usarlo.

A estos dos aciertos siguieron bromas muy afectuosas sobre mi increíble memoria para los números. No pude rectificar el error que se estaba cometiendo porque era muy halagador.

Para mi sorpresa, muchos de esos miles de números que estarían alojados en mi cerebro pudieron ser evocados mientras integré ese equipo. Ahora sólo recuerdo cuatro o cinco, dos de los cuales son míos.

La teoría de los roles ha estudiado profundamente cómo los juegos infantiles contribuyen a que encontremos qué lugar ocuparemos en la vida adulta.

Los roles asignados son aquellos que nos da el grupo y que —cuando los niños se llevan bien— suelen ser rotativos y los roles asumidos son los que preferimos actuar, los que nos divierten más, en los que nos sentimos cómodos.

Como ya habrá imaginado, este artículo termina diciendo que la pobreza o la riqueza también son roles que alguien nos asigna y que nosotros asumimos (o no).

Nota: El psicodrama es una técnica terapéutica que trabaja con las disconformidades que en este sentido presentan sus consultantes.

●●●

sábado, 9 de mayo de 2009

«Soy fanático de la pobreza»

Hoy juntaré tres ideas para llegar a una conclusión.

1) En el artículo titulado «Felizmente existen los feos» les comento que nuestra percepción percibe por contrastes, tanto sensoriales (blanco sobre negro) como conceptuales (bueno sobre malo).

2) En el artículo titulado «Obama y yo somos diferentes» les comento que esa forma de percibir —y con las facultades psíquicas propias de un adulto—, nos lleva a hacer comparaciones y a discriminar, es decir, podemos reconocer que somos individuos separados del resto, únicos, independientes.

3) En el artículo titulado «Dos gotas de agua» les comento que originalmente los seres humanos somos idénticos (por pertenecer a la misma especie), pero que una acumulación de detalles (dotación genética, experiencias, cultura) nos hacen aparentemente distintos.

Conclusión: Según esta acumulación de detalles que nos hacen distintos (3), por nuestra necesidad de compararnos y discriminarnos para sentirnos individuos únicos (2) y así poder percibirnos por contraste con el resto (1), es muy probable que algunas personas utilicen el rasgo de su relación con el dinero (buena o mala, riqueza o pobreza, materialista o idealista) para sentirse diferentes y poder percibirse.

Dicho de otra forma: quienes rechazan el dinero pueden hacerlo inconscientemente para discriminarse de los que lo aceptan de buen grado. De forma similar algunos adoptan el ateísmo para discriminarse de los religiosos y así con todos los rasgos que puedan reforzar nuestra identidad.

●●●

viernes, 8 de mayo de 2009

Con hambre no hay amor

Pensar con lógica psicoanalítica implica tener en cuenta la influencia que tienen todas las experiencias que pudieron quedar registradas en la psiquis de cada uno y que luego pueden ser evocadas o no, pueden ser conscientes o inconscientes.

Con esta aclaración es posible pensar que un pequeño que tiene una mamá con suficiente leche se forma una idea de lo que es vivir diferente a otro cuya mamá casi no puede darle de mamar.

La complacencia que siente un niño bien alimentado tendría que ser diferente a la de otro que percibe cuánto estrés se forma en torno suyo para hacerlo callar cuando grita de hambre.

Es probable que cuando la madre tiene leche suficiente, sienta que tiene un hijo hermoso y la relación que existe entre ambos sea reconfortante. Por el contrario, cuando la madre no puede alimentarlo adecuadamente, es probable que sienta que el pequeño es «otra boca más para darle de comer».

Por más esfuerzo mental que se haga para descalificar la importancia que tiene en la vida de cada uno de nosotros un aspecto tan materialista como es el alimento que nos aplaca el hambre, en el fondo, tenemos que asumir que no puede haber amor de ningún tipo cuando no han podido satisfacerse las necesidades mínimas de supervivencia.

Dicho de otro modo: Así como el amor madre-hijo es más probable cuando ninguno de los dos siente hambre, el amor entre los ciudadanos es también más probable cuando en la población se han superado las dificultades para conseguir alimentos.

En suma: hay una relación inevitable entre el amor y lo material.

●●●

jueves, 7 de mayo de 2009

Tu cerebro y mi cuerpo

Somos animales diferentes al resto aunque no superiores. Esta categoría es autoproclamada pero no tiene mucho fundamento.

Los animales tienen muy desarrollado el instinto, casi todo lo hacen automáticamente y no les va del todo mal.

Los humanos tenemos instintos muy escasos. Casi todo lo tenemos que pensar desde cero. Necesitamos aprender a percibir el entorno, tenemos que razonar, buscar información, desarrollar destrezas. Un ave construye su nido sin complicarse mucho.

La ventaja de esta pobreza instintiva es que podemos ser más creativos, adaptarnos mejor a casi cualquier lugar, adecuarnos más rápidamente a los cambios.

Sin embargo, es cada vez más frecuente la sub-utilización de la inteligencia humana. Por ejemplo, muchas personas copian a los animales de la siguiente manera:

1) Reaccionan automáticamente ante los estímulos, impensadamente, podría decir.

2) Viven al día, solucionan el problema que tienen en el presente y nada más. Cuentan con que el instinto les dirá qué hacer en cada ocasión.

3) Siempre aplican la misma solución para el mismo problema, sin buscar perfeccionarse. Son esquemáticos, repetitivos, rutinarios, estereotipados.

Para compensar esta desactivación de la inteligencia, nos organizamos de tal manera que unos pocos se encargan de pensar y con el poder que les damos (a los gobernantes, técnicos, profesionales, intelectuales), nos ordenan qué tenemos qué hacer y cuándo.

●●●

miércoles, 6 de mayo de 2009

«No sé mucho pero me conocen»

Si usted tuviera la responsabilidad de resolver la incorporación a su empresa de un nuevo colaborador, comprendería qué cantidad de cosas deben tenerse en cuenta.

El contratante debe lograr el objetivo buscado (que alguien se encargue de realizar una cierta tarea), dentro de un marco legal que reglamenta esa relación, cuidando que la convivencia sea satisfactoria, con la esperanza de que la relación dure el mayor tiempo posible, que el precio del salario pueda ser pagado por la empresa sin poner en riesgo su existencia. La lista podría seguir.

Además de las entrevistas personales y los test psicológicos que puedan ser utilizados para tener una idea de cómo son realmente los candidatos a llenar una vacante, existe una referencia plena de datos interesantes.

El desempeño registrado en los institutos de enseñanza es comparable a una relación laboral.

Muchas veces se cree que lo importante de un título universitario es el conocimiento que se haya obtenido, pero este no deja de ser un dato menor si lo comparamos con las otras referencias.

De una trayectoria estudiantil pueden saberse datos tales como: asiduidad, puntualidad, capacidad de escuchar, entender y repetir lo que se nos dice, perseverancia, excelencia, responsabilidad, regularidad, nivel intelectual, sociabilidad.

Los profesionales tienen cierta facilidad para encontrar trabajo, en parte por lo que saben, pero sobre todo por las referencias estudiantiles que pueden aportar.

●●●

martes, 5 de mayo de 2009

La felicidad bajo control

Trataré de unir algunas ideas que parecen desconectadas para terminar en una hipótesis que nos ayude a solucionar la pobreza patológica.

La Iglesia Católica estimula a sus creyentes para que disminuyan su riqueza ayudando a los pobres y haciéndole donaciones a ella misma como una forma de mejorar el tratamiento que al morir recibirá el alma cuando sea juzgada por las instituciones celestiales.

Existe otra creencia según la cual algunas enfermedades son causadas por la «mala sangre» que tiene (o se hace) el enfermo. Las sangrías (cortes que provocan una pérdida de sangre) son consideradas la solución más lógica.

La preocupación por la irregularidad intestinal ha llevado a que muchas personas ingieran laxantes o purgantes para forzar la defecación. Aunque son menos, otras personas toman diuréticos (o sobredosis de agua) para orinar más.

Por todos lados vemos gente corriendo, transpirando y tomando agua. De hecho también están consumiendo (evacuando) energías, calorías.

La evacuación del dinero que propone la Iglesia Católica y la evacuación de sangre, heces, orina y calorías podrían tener un tema en común: el dinero y el cuerpo. El dinero en si mismo se consideraría enfermante y además sería conveniente presionar al cuerpo para que se desprenda de sus componentes tóxicos («mala sangre», heces, orín, calorías).

En todo esto sobrevuela una idea de purificación. Probablemente se suponga que el malestar propio de estar vivos está provocado, no porque la vida funciona así (estimulándonos con las molestias y los alivios) sino por un proceso que se puede evitar mediante los mencionados procedimientos de purificación.

●●●

lunes, 4 de mayo de 2009

La pobreza estratégica

Cuando un ciudadano transgrede una norma se dice que está en deuda con la sociedad. Ésta se la cobra privándolo de libertad, imponiéndole trabajos comunitarios o cobrándole una multa.

La pregunta que me hago es: si pagar una multa es una sanción, ¿por qué algunas personas no parecen interesadas en tener dinero? ¿Se auto-castigan acaso?

Es bien conocido el caso de quienes ponen todos sus bienes a nombre de terceras personas para que ante el Estado figuren como si fueran pobres, insolventes, incapaces de pagar una multa.

Observando la conducta de quienes prefieren no tener dinero y los que ponen sus bienes a nombre de terceros para mostrarse como si no tuvieran dinero, podríamos pensar que, tratándose en ambos casos de personas de inteligencia normal, ambos están haciendo lo mismo: Quitándole a la sociedad la posibilidad de cobrarse las deudas que sus transgresiones pudieran generar.

La pobreza puede ser una estrategia para evitar ser castigados en caso de cometer una falta. De alguna forma los pobres e insolventes son inimputables, no pueden ser castigados, como si fueran menores de edad o mentalmente incapaces.

En este caso, no deberíamos hablar de pobreza patológica sino de pobreza estratégica.

●●●

domingo, 3 de mayo de 2009

«Todos para uno y uno para todos»

En un artículo recientemente publicado con el título «Obama y yo somos diferentes» les decía lo que a continuación transcribo:

«Comparar y discriminar son dos acciones imprescindibles para poder actuar según la percepción de que somos individuos aislados (aunque formamos parte de una sociedad, de un grupo, de una familia). »

La necesidad que todos tenemos de ser amados y de pertenecer a una familia, una colectividad, una congregación, una nación, no requiere que los intereses comunes se mezclen con los intereses particulares.

A quienes no saben diferenciar (comparar y discriminar) los intereses del vecino de los suyos propios, le dará lo mismo comprar comida para su familia o para la familia del vecino; dedicarle una tarde a reparar el techo ajeno será lo mismo que reparar el techo propio.

Este fenómeno podría llamarse «miopía afectiva»: es no saber diferenciar al otro de sí mismo. La billetera del otro es igual a la billetera propia. Trabajar para los demás es idéntico a trabajar para la propia familia.

La «miopía afectiva» cuenta con una multitud de adherentes. Su atractivo no está tanto en el placer que brinda sino en el alivio de tensiones, de preocupaciones, de responsabilidades.

●●●

sábado, 2 de mayo de 2009

El metro de goma

Estaremos casi de acuerdo en que el dinero funciona como una mercadería con la cual se pueden realizar trueques más variados que con cualquier otra.

Si usted está al tanto de los precios, habrá notado cuánto varían algunos de ellos. Por ejemplo, las frutas y verduras son más baratas en el período de su cosecha.

Como en nuestras economías de mercado la mayoría de los precios se rigen por la oferta y la demanda, cuando algo abunda baja el precio y cuando escasea aumenta.

Como el dinero es una mercadería, también cambia su valor.

Los precios del dinero dependen de muchos factores pero es muy difícil darnos cuenta cuándo cambió y casi imposible saber por qué cambió. A veces podemos pensar que si la cotización de una moneda estable (como el dólar o el euro) cambia es porque en realidad fue nuestra moneda la que modificó su valor.

Como es una mercadería y su precio se modifica por la oferta y la demanda, nuestro dinero pierde valor si abunda y se encarece cuando escasea.

El dinero puede abundar porque el gobierno aumenta la emisión (imprime y hace circular más billetes) y puede escasear porque mucha gente deja de comprar por algún motivo (recesión, temor, estímulo del ahorro).

Si usted se preocupa porque no se da cuenta cuál es el verdadero valor del dinero que tanto trabajo le cuesta conseguirlo, no se preocupe, nadie lo conoce realmente porque en definitiva los mercados tienen comportamientos imprevisibles y pueden cambiar su actitud de un minuto para otro.

●●●

viernes, 1 de mayo de 2009

The Semen Bank

Está en nuestra naturaleza suponer que no somos animales a pesar de que existen múltiples evidencias que nos llevan a esa conclusión.

No hay duda que somos animales diferentes al resto, pero también es cierto que todos los animales son diferentes entre sí.

Lo que necesito compartir con ustedes es que el único motivo por el que estamos vivos es para mantener nuestra especie. Por eso lo más importante que tenemos que hacer es cuidarnos y reproducirnos. Todo lo demás son formas de hacer esto mismo.

Ayer les proponía la hipótesis de que preferimos recibir dinero de un ente abstracto (el Estado) y que nos cuesta más recibirlo de alguien que tenga cuerpo, de una persona como nosotros (empleador, cliente, paciente).

Una causa posible de esta dificultad puede ser que nuestra psiquis, tan sensible a las metáforas (comparaciones), supone que cuando una persona nos da dinero, de alguna manera nos está inseminando como cuando un pene —al eyacular— descarga el semen dentro del cuerpo que está penetrando.

En esta metáfora tenemos dos matices. Cuando alguien nos da dinero voluntariamente suponemos que es su deseo penetrarnos e intenta fecundarnos, con lo cual no deja de ser un honor que alguien nos seleccione para ser «la madre» de sus hijos. Más difícil es cobrar porque en este caso estamos (siempre metafóricamente) pidiéndole al otro que nos penetre, que nos dé su semen y que sea el padre de nuestros hijos.

Resumiendo: Por lo menos para algunas psiquis, cobrar dinero de alguien de carne y hueso, equivale a recibir semen de quien nos paga. En caso de que esto tenga que ser así (porque no somos empleados públicos), preferimos que nos lo den voluntariamente porque pedir que nos paguen nos da tanta vergüenza como la que siente una mujer cuando desea hacer el amor con un desconocido.

●●●