sábado, 27 de octubre de 2007

Dr. Robin Hood

Reconozco que ustedes -los ricos- tienen pocas ganas de entender por qué los beneficia pagar muchos impuestos para ayudar a los más pobres.

Les explico algo por si justo hoy están más lúcidos para este tema. Ustedes son ejemplares de la especie que tienen mayor capacidad productiva que los más pobres. Esta capacidad es tanto intelectual como física. Pero necesitan mucho de la ambición porque les provee la adrenalina que consumen a raudales.

Cuando ustedes desembolsan ese dinero que los gobiernos les arrancan violentamente, generan muchos galones de agresividad productiva que los hace producir mucho más que si no hubieran sido esquilmados.

El dinero que llega a los pobres, dada la estructura económica de los países capitalistas, hará que retorne a ustedes acrecentado pues ellos consumirán más, se endeudarán y quedarán expuesto a entregarle a ustedes (los ricos) más plusvalía de la que le entregaban antes de que el estado se comportara como Robin Hood.

Por el momento, sigan quejándose para que nadie se dé cuenta cómo un gobierno que dice proteger a los pobres, logra enriquecer a los ricos.

reflex1@adinet.com.uy

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sábado, 20 de octubre de 2007

Maquillaje psicoanalítico

Qué busca una persona con el maquillaje: en última instancia procura parecer sana, fuerte, llena de energía. A todo esto junto se le llama genéricamente belleza. ¿Qué se intenta lograr con esta apariencia? Seducir: a los demás y a sí mismo.

Estas cualidades suelen estar asociadas a la juventud y su ausencia a la vejez. Otra diferencia entre jóvenes y viejos es la agilidad, la velocidad, la resistencia, la elegancia. Por eso, en definitiva, el maquillaje procura simular juventud y ocultar vejez.

Todo lo dicho anteriormente se refiere a lo visual, pero hay algo más duradero y efectivo que tiene que ver con la agilidad, la velocidad, la resistencia, la elegancia, la salud, la fuerza y la energía. Me refiero a cómo alguien sabe elegir el camino más recto para llegar antes y más lejos o se complica eligiendo siempre los caminos más llenos de obstáculos.

Este maquillaje no se borra, no hay que retocarlo, no se corre con las lágrimas. Es más: no es un maquillaje, es una forma de ser a la que se accede descubriendo los procedimientos que aprendimos cuando éramos muy pequeños, muy dependientes, muy ignorantes y que afean el desempeño si no son renovados por otros más adecuados a las circunstancias adultas.

sábado, 13 de octubre de 2007

Genocidio silencioso

En Uruguay se inauguró una Reforma Tributaria el 01-07-07. La filosofía del gobierno es procurar vincular la contribución de cada ciudadano a lo que gana y consume, en reemplazo de la filosofía anterior que sólo tomaba en cuenta los consumos.

Si no le queda claro el párrafo anterior, despreocúpese porque igual va a entender lo que le quiero decir.

Ese cambio que introdujo el gobierno provocó fuertes reacciones de gran cantidad de ciudadanos, especialmente de aquellos que tendrán que pagar más de lo que pagaban antes de la Reforma. Esto era previsible, lógico y obvio.

Si pudiéramos entrar en la anatomía de cada uno de esos ciudadanos furiosos, veríamos como esa Reforma Tributaria también es un chequeo de máximo riesgo. Parecido a las comprobaciones que se le hacen a ciertas máquinas para ver si resisten una sobrecarga de exigencia. Si se rompe, sus fabricantes tratan de mejorar aquello que falló y si soporta el maltrato, le dan el vistobueno y la ponen a trabajar.

Nuestro país está demográficamente en riesgo porque tenemos una natalidad bajísima y la edad promedio de sus habitantes es muy alta. Somos un país de viejos y en vías de extinción.

Sin saberlo, inconcientemente, el gobierno está poniendo a prueba la salud de sus habitantes, introduciendo cambios que no serán resistidos por muchos. Los más débiles morirán y eso mejorará la edad promedio de nuestro país, porque la mayoría de los débiles está entre los ancianos.

La naturaleza es sabia y patrocina conductas humanas que aseguran la supervivencia de la especie, aunque (esas conductas humanas) se presentan como cumpliendo objetivos muy diferentes. En nuestro país por ejemplo, el gobierno dice que la Reforma Tributaria procura mejorar la distribución de la riqueza entre los uruguayos. Jamás se le ocurriría pensar que está provocando un genocidio de aquellos agentes económicos que sobreviven gracias a la rutina y que no están biológicamente en condiciones de tolerar los cambios.

Es más: cuando el gobierno responde al clamor desesperado de los que se ven empujados a la muerte, los descalifica diciéndoles que protestan porque son mezquinos, conservadores y avaros.

Claro que el caso particular de la Reforma Tributaria en el Uruguay es generalizable al resto de la humanidad, la que permanentemente está siendo chequeada mediante la introducción de cambios tecnológicos, políticos y culturales.

reflex1@adinet.com.uy

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sábado, 6 de octubre de 2007

¡Mmmm!

— Ahí tenés el dinero que necesitabas.

— ¿Pediste un adelanto de sueldo en el trabajo?

— No, gestioné un adelanto de herencia con mi madre.

— ¿Qué querés decir?

— Que le saqué varios billetes de uno de los tantos escondrijos que tiene en la casa.

— ¡No te puedo creer!

— Necesitás vestirte de pies a cabeza para poder lucirnos en el casamiento de tu hermana. Ahí tenés suficiente para hacer las compras.

— ¡Pero Jorge, vos le robaste a tu propia madre!

— Te repito: gestioné un adelanto de la herencia que me tocará cuando fallezca. Ya tiene setenta y seis años. No creo que quede para semilla.

— ¡No salgo de mi asombro! ¿Cómo pudiste hacer semejante cosa?

— ¡Fácil! Fui al tarro del azúcar donde guarda el café, revolví el café y abajo estaba el importe necesario para que te vistas como una reina. ¿No sentís el olor que tienen los billetes?

— ¡Pero eso es robar!

— Te explico qué es robar. Robar es cuando uno le saca algo a alguien, éste nota la ausencia y está seguro de que no lo perdió por descuido. Si nunca se entera de que le falta lo robado, no hay robo. Si cree que le falta algo pero no está seguro, no hay robo. Si está seguro de que le falta algo pero supone que pudo haberlo perdido por descuido, no hay robo. Sólo hay robo cuando nota la ausencia y tiene la más absoluta certeza de que no lo perdió.

— ¿Eso no fue lo que nos enseñaron las Hermanas Domínicas?

— Claro, lo que no nos dijeron las hermanitas es que ellas cumplen la misión de instalar en los alumnos la conciencia de robo para que los egresados de sus instituciones no pretendamos los bienes que los ricos tienen de más, pero que no quieren perder. Todo lo que tenían de más, se los dejan como donación a quienes publicitaron la idea de pecado. ¿Se entiende?

— Y ¿por qué estás tan interesado en que me vista bien?

— Porque ahora tenés treinta y un años, tu cuerpo es hermosísimo pero dentro de noventa años se lo habrán comido los gusanos... y noventa años se van volando.

— Desde que te estás psicoanalizando has cambiado mucho.

— ¿Para mejor o para peor?

— ¿………?

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reflex1@adinet.com.uy