sábado, 31 de mayo de 2008

Ni bueno ni malo sino todo lo contrario

En el artículo de ayer titulado ¡Gane poco! - ¡Gaste poco! - ¡Viva poco! comentaba sobre algunas particulariades del escenario capitalista casi-neoliberal en el que vivimos la mayor parte de la población hispanoparlante (a quien va dirigido este blog).

Varios lectores comentaron o enviaron sus e-mail entendiendo que yo estaba demonizando esta forma de organización de nuestras economías.

En realidad no es mi intención estar ni en contra ni a favor, sino simplemente definir, describir, interpretar, ponerle palabras a los acontecimientos en los que estamos inmersos.

Genéricamente considero que cualquier cosa que suceda a un individuo o a una sociedad, es el resultado de un conjunto de causas que se organizaron espontáneamente para lograr esa situación y que, por lo tanto, la misma posee un equilibrio que la hace sustentable. Simultáneamente, quienes participamos de alguna manera en esa situación (como protagonistas o como simples observadores) es muy probable que adjudiquemos ideas de valor (bueno, malo, peor, mejor, etc.) pero estas opiniones no son más que simples sensaciones personales del tipo «me gusta» o «no me gusta».

Lo que puede eventualmente tener alguna consecuencia es lo siguiente: Si los participantes de una cierta situación ven escrita una descripción que ellos consideren correcta (que es lo que intento hacer todos los días con estos artículos) es probable (no es seguro) que su postura ante las adversidades les resulte menos penosa y hasta quizá reaccionen de algún modo como para modificarlas a su favor.

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viernes, 30 de mayo de 2008

¡Gane poco! – ¡Gaste poco! – ¡Viva poco!

Premisa 1 – La publicidad nos educa y condiciona tanto como la enseñanza formal.

Premisa 2 – El presupuesto familiar se equilibra de tres maneras posibles:

1) Gastando lo mismo o menos que el dinero que nos ingresa mensualmente;
2) Ganando lo mismo o más que el dinero que necesitamos mensualmente;
3) Combinando las dos anteriores (ganar más gastando menos).

Desarrollando un poquito la Premisa 1, estoy en condiciones de asegurarles que el 99% de la publicidad está orientada a que nosotros compremos bienes y servicios más baratos y jamás nos sugieren que tratemos de ganar la cantidad de dinero suficiente como para cubrir todas las necesidades de la familia.

Así como es conveniente usar tapaboca cuando hay una epidemia que se contagia por el aire, o que es necesario tomar precauciones suficientes cuando aumentan los atentados contra la propiedad, también debemos saber que no estamos siendo educados para ganar lo suficiente sino que estamos educados para restringir nuestras necesidades, para perder calidad de vida, para ajustar nuestras compras a lo que ganemos. Nadie nos estimula para que ganemos más. Siempre nos recomiendan que gastemos menos.

Conclusión: La publicidad es muy buena, muy convincente y nos sugiere que seamos poco eficientes a la hora de ganar dinero.

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jueves, 29 de mayo de 2008

Capitalismo sustentable

En el sistema capitalista son precisas algunas condiciones para que exista un equilibrio mínimo que lo perpetúe:

• siempre debe haber un grupo de desocupados que impida una escalada en el precio de los salarios;
• siempre debe haber un grupo de locos para que los demás se crean cuerdos;
• siempre debe haber gente en la cárcel para que los demás se crean honestos;
• los médicos deberán ser agresivos vendedores de la industria farmacéutica;
• las religiones deberán instalar la esperanza en un feliz más allá para que los creyentes no pujen por las riquezas en el más acá;
• el sistema educativo primario debe ser gratuito y obligatorio para que la ideología dominante se trasmita de generación en generación, etc.

Ahora creo haberme dado cuenta de otra condición. Antes el conocimiento estaba concentrado en las clases económicamente ricas; recientemente este valor se ha democratizado y con ello creció el peligro de que más personas accedieran a las capas privilegiadas.

La tendencia al equilibrio del sistema ha recurrido a crear entre los nuevos profesionales o trabajadores calificados, una personalidad que les impide elaborar y/o participar en estrategias de mediano y largo plazo.

Por ejemplo, son personas que viven al día, prefieren comprar a crédito (pagando costos financieros) en lugar de generar el ahorro en base a ciertas privaciones, se desaniman con mucha facilidad, desconfían de sus pares porque comienzan por no tener mucha confianza en sus propios escrúpulos (ya que la ansiedad debilita la moral) y de esa forma no pueden realizar emprendimientos en asociación con otros, etc.

En conclusión: ahora hay más personas mejor preparadas desde un punto de vista de sus aptitudes operativas pero sus personalidades se han debilitado como para que el resultado sea un ciudadano

1. poco productivo,
2. poco arriesgado,
3. individualista,
4. desconfiado hasta de sí mismo,
5. ansioso,
6. debilitado y por lo tanto (que era lo que el sistema buscaba)
7. pobre.

¿Siempre algo tiene que cambiar para que todo siga igual?

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miércoles, 28 de mayo de 2008

¡Buen chico!

Ayer insinué que el supermercadismo es una técnica que ha desarrollado un gran conocimiento de la psicología y seguramente que esta disciplina le viene aportando grandes resultados económicos.

También es cierto que el autoservicio cuenta con otras particularidades que son propias de nuestra época. Estoy pensando concretamente en nuestra preferencia por no informar sobre nuestro deseo.

Si bien es cierto que el deseo funciona mejor cuando tiene un componente inconciente, más personas hoy en día prefieren que no se sepa cómo gastan su dinero.

El autoservicio permite que cada consumidor tome por sí mismo lo que prefiere sin tener que sentirse observado por un vendedor. En todo caso deberá pasar por un puesto de cobranza donde un cajero podrá observar cuál es la compra, pero se ha logrado que estos funcionarios actúen de una manera tan automática que no parecen indiscretos.

Podríamos concluir entonces que en la actualidad muchas personas prefieren no dar a conocer cuáles son sus preferencias de forma explícita, porque no escapa a la comprensión de nadie que ahora no solamente que se sabe más que antes qué preferimos sino que los vendedores guardan un registro de todas nuestras compras. Por lo menos de quienes compramos con dinero plástico o adherimos a las promociones permanentes registrándonos como compradores habituales para que cada vez que realicemos una compra se nos acumulen puntos meritorios para que la empresa nos premie por nuestra fidelidad e indiscreción.

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martes, 27 de mayo de 2008

Mi amor ¡Deprédame!

En el artículo titulado Dime lo que te digo que me digas hago referencia a que los seres humanos también tenemos algún grado de previsibilidad.

Quienes no hacen otra cosa que preocuparse por mejorar sus ganancias, están muy atentos a cuáles son nuestras conductas porque en ello les va la vida. Si no nos comprenden lo suficiente, no podrán tomar aquellas decisiones que mejoren sus ventas.

A tal punto se han ampliado y profundizado estos estudios que ya podríamos decir que existe una técnica que hasta nombre tiene: Supermercadismo.

Estos genios de la psicología práctica saben mucho sobre nosotros. Por supuesto que más que nosotros mismos.

Si los productos de consumo diario se ubican en el lugar más distante de la puerta de acceso, seguramente el comprador deberá hacer un recorrido sin poder ignorar todas las seductoras invitaciones que encontrará a su paso.

El tiempo que perdemos para poder pagar nuestras compras, no es perdido para los supermercadistas porque ahí están aquellas pequeñas adquisiciones que nadie pensó en realizar (golosinas, bolígrafos, llaveros, etc.).

Si tendrán habilidad que despluman a cuanto ser humano entra a su madriguera de tal forma que luego retorna para ser despojado nuevamente y así todos los días.

Quizás estas personas aún no han sido reconocidas con justicia. Propongo que se incluya esta categoría en la Fundación Premio Nobel.

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lunes, 26 de mayo de 2008

Aspiraciones con aire suficiente

Las personas que no tienen problemas respiratorios, casi no tienen noción de que el aire existe. Sin embargo, los asmáticos, por ejemplo, siempre tienen presente algo que los demás ignoran.

La mayoría de las personas no tiene problemas respiratorios —y por lo tanto una mayoría de personas— no tiene noción de que el aire existe.


Cambiemos ahora la palabra «aire» por la palabra «dinero» y tratemos de seguir la misma descripción anterior.

Las personas que no tienen problemas económicos, casi no tienen noción de que el dinero existe. Sin embargo, los pobres, por ejemplo, siempre tienen presente algo que los demás ignoran.

Una minoría de personas no tienen problemas económicos y por lo tanto una minoría de personas no tiene noción de que el dinero existe.

Es tan normal y frecuente que existan personas con dificultades económicas que no podemos imaginar que alguien no tenga escasez de dinero. Quizá el asmático llega un momento en que también puede pensar que el aire es algo muy notorio para todas las personas. Sin embargo no es así.

Ya sé que es una fantasía bastante descabellada la que planteo. Estoy comparando dos situaciones muy alejadas en la realidad cotidiana. Pero me parece bueno que estas ideas pasen por su cabeza. Aunque después sigan de largo porque su raciocinio le indique que no deben estacionarse mucho tiempo en su pensamiento. Aunque —déjeme insistir— podría ser productivo que podamos creer en que el aire y el dinero deberían ser igualmente abundantes para la mayoría.

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domingo, 25 de mayo de 2008

La luna gira alrededor de la Tierra...por ahora

En el artículo de ayer titulado Cazadores que pescan a los agricultores menciono una posible categorización del hombre primitivo y su eventual correlato con el hombre actual. Agrego ahí algunos pocos rasgos de sus respectivos perfiles psicológicos.

En un resumen muy resumido, me animo a decir ahora que una rasgo esencial en lo que el psicoanálisis lacaniano entiende por salud mental incluye la aceptación de las pérdidas. Esto es como una actitud de resignación pero jamás de perdedor. Deben pensar en alguien activo, trabajador, que toma riesgos, que acepta que puede perder pero que hace todo lo posible por ganar y que después, cuando tiene los resultados, ni salta como un muñeco de goma por todos los éxitos que consiguió, ni se tira en un rincón a llorar por todos los fracasos que padeció.

Algo que hace falta para poder acceder a ese tipo de salud mental es poseer una buena relación con la duda, con la incertidumbre. La duda saludable es aquella por la cual se supone que existen verdades pero que no necesariamente son las que hoy conocemos y que por lo tanto, cada verdad es un escalón de una larga escalera. Una «verdad» siempre está entre comillas y quizá puede ser sustituida por otra «verdad». Esta duda lo anima a seguir buscando y a no echarse a dormir cuando algo se da por solucionado: siempre puede hacerse algo mejor, corriendo riesgos, apostando a que saldrá bien, pero sin alharacas por los éxitos ni lágrimas por los fracasos.

Probablemente una mayoría de los «sanos» según el psicoanálisis lacaniano están entre los cazadores. Pero, recuerden, ésta no es la verdad definitiva.

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sábado, 24 de mayo de 2008

Cazadores que pescan a los agricultores

Los seres humanos somos cazadores, pescadores, agricultores o sus posibles combinaciones.

Cada actividad se corresponde con una actitud psicológica predominante.

Los cazadores son nómades, agresivos, arriesgados.

Los pescadores son sedentarios, tranquilos, pacientes.

Los agricultores son sedentarios, laboriosos, escasamente agresivos.

Los tres están de parte de la ecología porque saben que llevarse bien con la naturaleza es esencial para la supervivencia.

Si tuviera que elegir responsablemente cuál es el perfil preferente para los emprendedores contemporáneos, elegiría a los cazadores. Los pescadores podrían ser aquellos que viven de lo que van consiguiendo, quizá con algo de astucia pero sobre todo sabiendo esperar. Los agricultores actuales son esa gran masa de trabajadores que aplican más esfuerzo que creatividad.

Si tuviera que suponer qué disponibilidad económica tiene hoy cada uno, diría que los «cazadores» son los ricos; los «agricultores» son la clase media y los «pescadores» son los pobres.

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viernes, 23 de mayo de 2008

Malabaristas con fuego

Para muchas personas es lindo suponer que es posible tener muchas destrezas a la vez y ejercerlas todas con mucha eficiencia, pero eso no es así. A lo sumo podremos hacer una cosa bien. A veces ni siquiera eso.

Si un hombre pretende ser muy bueno en su profesión u oficio, tendrán que abandonar otras expectativas y no por eso habrá de ser tachado de mediocre. Una sola especialidad puede desempeñarse bien, dos pueden desempeñarse medio bien y cuando son tres mejor no mirar los resultados para evitarse la vergüenza ajena.

Ser madre es una profesión muy complicada. Que se viene haciendo desde hace tiempo es cierto. Que no se estudia en ninguna universidad de renombre, también es cierto. Que las cosas al final se arreglan de alguna manera, es probable.

La mujer que quiere trabajar, atender a sus hijos y ser una buena ama de casa, que se olvide de ser una profesional destacada. Si prefiere ser una profesional destacada, que se olvide de ser una buena madre y ama de casa. Una tarea bien hecha, es posible. Representar dos roles correctamente es poco posible.

Sería lindísimo poder decir que una excelente abogada puede ser una gran madre y ama de casa, pero nos estaríamos mintiendo: una de las cosas las hará mal en el mejor de los casos. Lo más probable es que haga las dos cosas mal.

La naturaleza parece injusta porque a la mujer le impone el rol de madre mientras que al hombre parecería ser que lo deja más libre. Es cierto, pero ¿cómo lo solucionamos?

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jueves, 22 de mayo de 2008

Todo lo lindo es bueno. O no.

Quienes accedan a este link podrán ver un espectáculo único que ha generado fortunas incalculables para todo un pueblo.

Efectivamente el baile en estilo tap que hicieron Fred Astaire y Eleanor Powell en 1930 ha fascinado a varias generaciones pero sobre todo ha apoyado indirectamente, discretamente, mágicamente la idea de que Estados Unidos es un gran país, es una gran nación o es un pueblo excepcional.

Todas estas creencias que se han construido en torno a ese país pueden ser falsas pero en el fondo del corazón es probable que pensemos: «Si en Estados Unidos alguien fue capaz de hacerme disfrutar tanto, todos los que allí vivan también podrán hacerlo».

Esto se llama metonimia: confundir el todo con una parte del todo. Vivimos haciéndolo en forma continua y no nos damos cuenta. Tanto funciona al derecho como al revés. Suponemos que algo bueno pertenece a algo bueno y también suponemos que algo malo pertenece a algo malo.

Es una falla muy significativa de nuestro cerebro. Nuestra capacidad intelectiva tiene este defecto.

Se requieren largos años de estudio para poder superarla. Por ejemplo, los abogados se toman años para llegar a la conclusión de que alguien que haya cometido un crimen puede o no ser un criminal. Si se dejara llevar por la metonimia diría: Quien mata una vez matará todas las veces.

Por ejemplo los médicos, podrá pensar que cierta enfermedad es hereditaria pero se cuidarán de no creérselo de forma radical. Averiguarán si alguien heredó o no una dolencia.

Es interesante disfrutar de la escena que les recomendé con el link y también es interesante compensar este defecto de fábrica que tiene nuestro cerebro.

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miércoles, 21 de mayo de 2008

Un telescopio para observar microbios

En el artículo anterior titulado Doce bombachas o una Toyota 4x4 digo en el último párrafo que es difícil de entender sobre todo para quienes sólo cuentan con el razonamiento como única herramienta de comprensión.

Siempre pienso que el razonamiento aplicado a la psicología da tanta utilidad como un destornillador para reparar un submarino atómico.

Estos últimos días he venido insistiendo sobre nuestra relación ambivalente respecto a esa fuerza interior que nos da órdenes que muchas veces nos mete en problemas, nos irrita, nos hace sentir incómodos y que hasta tenemos que tomar alguna droga que nos de coraje para enfrentarlo: el deseo.

El gran apego al razonamiento, no solamente que cuenta con una defensa cultural indudable sino que además cada uno de nosotros tiene un interés personal en que esa herramienta tan prestigiosa y precaria sea la única disponible.

Como muchas personas se llevan mal con su deseo, precisamente se aferran a la herramienta perceptiva menos útil para asegurarse que podrán saber poco de su amigo-enemigo tan perturbador. Se vincularán con él ignorándolo dentro de lo posible.

De ahí que desarrollar el razonamiento tiene dos ventajas: Quedamos como buenos ciudadanos en una cultura que lo tiene endiosado y simultáneamente nos evitamos una peligrosa aproximación al atemorizante deseo.

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martes, 20 de mayo de 2008

Doce bombachas o una Toyota 4x4

Este artículo quedó un poco más entreverado que la mayoría porque tengo que hacer participar al dinero como símbolo de dos cosas: de la caca y del deseo. Los dos son correctos, pero presentarlos juntos le quita claridad al texto.

Razono de atrás para adelante y digo: 3) La publicidad de los laxantes está invariablemente dirigida a las mujeres. 2) El marketing se basa en serios estudios de mercado, en muchos casos más cuidadosos que los utilizados para aplicaciones científicas menos rentables que el marketing. 1) Por lo tanto puedo asegurar que el «estreñimiento femenino» existe.

Vuelvo al psicoanálisis y pienso: ¿Qué es el estreñimiento? Respuesta: una somatización del ahorro. ¿Por qué? Porque para la mayoría de la población el dinero es un símbolo de los excrementos fecales.

Es muy importante tener en cuenta que la mujer puede tener muchos orgasmos en poco tiempo mientras que el hombre tiene un orgasmo cada tanto.

Podemos confiar también en que ellas disfrutan mucho haciendo compras. Aparentemente más que ellos. Les gusta hacer muchas compras (pluriorgasmia) mientras que ellos más bien hacen pocas compras pero gastando más dinero (monoorgasmia extenuante).
Si existe el «estreñimiento femenino» es porque ellas prefieren «ahorrar» el dinero-caca para no tener que ahorrar el dinero destinado a las compras. Se les pide que sean ahorrativas y ellas aceptan a medias: son estreñidas.

Como ven, este artículo contiene un entramado de conceptos escasamente concretos y por eso digo al principio que no es tan fácil de entender. Al menos para los que sólo cuentan con la razón como única herramienta de comprensión.

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lunes, 19 de mayo de 2008

La costosa castidad

En la adolescencia suele pensarse que cualquier deterioro en el rendimiento (físico o mental) puede ser causado por el despilfarro de energía que se produce con la masturbación. Este dato lo tengo sólo para los varones. No sé qué sienten las chicas.

Tiene muy pocos años la moda cultural de trivializar la masturbación. Antes generaba burla y sanción. No estaba bien vista. Debía practicarse con mucha discreción.

La noción espermatozoides-monedas es muy frecuente. De acá a suponer que el despilfarro masturbatorio es también un despilfarro económico, hay un pequeño paso.

La manera más sencilla de evitar un deseo es no tenerlo. Todos sabemos que la tentación es una fuerza muy difícil de controlar. Hace falta mucha fuerza de voluntad para dominar un pequeño deseo.

Quienes se sienten culpables, viciosos, perversos o degenerados porque no pueden controlar ese pequeño deseo de masturbarse y siempre que en su inconciente tengan asociado espermatozoides con monedas, pueden apelar al ilógico recurso de tener pocas monedas (ganar poco dinero) para ver si así logran evitar el vergonzoso acto de masturbarse.

Parece no haber mejor forma de evitar el derroche (léase: el deseo) que siendo pobre.

Nota importante: Los intelectuales científicos monopolizados por la razón y la lógica, se privan de conocer las conductas (propias y ajenas) más trascendentes e incontrolables.

Nota poco importante: La asociación espermatozoides-monedas se refuerza con la idea de que esas monedas puestas en la ranura vaginal (como si ésta fuera una alcancía) pueden ser realmente productivas. Es decir re-productivas.

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domingo, 18 de mayo de 2008

La pobreza romántica

En el artículo de ayer titulado Pobres pero abundantes, comentaba una posible causa del aumento de los fracasos matrimoniales respecto a décadas anteriores.

La competencia entre el hombre y la mujer, muchas veces fundamentada en la búsqueda de una justiciera equiparación entre los derechos de uno y otro género, hace que perdamos estabilidad en la convivencia.

Señalaba al final que entre las clases de menor formación académica y mayor escasez de recursos materiales, se mantiene una mayor cantidad de parejas cooperativas.

¿Qué suponen ustedes que desea nuestro perseverante deseo? Naturalmente que deseamos reproducirnos. Lo tenemos designado a nivel de instinto de conservación, lo cual es como decir que estamos sometidos a un imperativo de muy difícil evasión.

Por lo tanto, es probable que aquellas personas que peor resistan el impulso reproductivo, busquen instalarse entre las clases sociales donde sí es posible reproducirse. La búsqueda de la pobreza por razones reproductivas es un muy buen argumento para entender algunas ineficacias económicas que de otra manera no tendrían explicación.

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sábado, 17 de mayo de 2008

Pobres pero abundantes

En el artículo Planeta chico, infierno grande publicado el jueves pasado hacía referencia a la teoría malthusiana sobre el desequilibrio esperado entre la cantidad de seres humanos y los recursos planetarios suficientes para alimentarlos.

Mencionaba también que algunos fenómenos sociales podrían estar provocados por la intuición de que debemos enlentecer la generación de nuevos ejemplares.

Además de mencionar hoy la conocida política de China de frenar sus índices demográficos como política de estado agrego que la pareja hace algo para ser inestable, menos reproductiva y más productiva.

La hipótesis que comparto con ustedes es que aún pensamos que entre el hombre y la mujer de la pareja debe existir un espíritu de cooperación. Sin embargo, hoy encontramos que más bien predomina la competencia.

Ambos luchan por tener el mismo tipo de protagonismo social y laboral, se miden recíprocamente por su capacidad para generar recursos materiales, por los éxitos académicos, laborales y empresariales.

Esto ha transformado a muchas parejas en dos amigos que compiten amablemente en contradicción con aquel modelo según el cual dos personas se apoyan mutuamente para tener hijos, alimentarlos, cuidarlos, ayudarlos a crecer.

Pero hay excepciones y estas se encuentran preferentemente entre las personas de menores ingresos —que además poseen escasa formación educativa—, donde aún continúa existiendo una alta tasa de natalidad.

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viernes, 16 de mayo de 2008

«No tengo tiempo de tener ganas»

Es tan alta la censura al deseo propio que tenemos que mentir muy a menudo para no sentirnos mal.

Alguien nos invita a participar en cualquier evento poco atractivo y en lugar de responder cómodamente «No me gusta ir ahí; prefiero quedarme mirando un partido de cricket por televisión» le decimos «¡Ay, que lástima, no tengo tiempo. Ya me comprometí con Fulanito para hacer tal otra cosa...!»

Los argumentos evasivos que más he escuchado son: «No tengo tiempo»; «No tengo dinero»; «Me duele mucho acá».

Para un razonamiento adiestrado en psicoanálisis es posible deducir que el concepto “deseo” es equiparable al tiempo, al dinero y a la salud, porque veíamos en el párrafo anterior que el personaje sustituía el autocensurado «No tengo deseos» por la falta de tiempo, de dinero o de salud.

Esto demuestra que no nos autorizamos a tener un deseo que no sea el oficial, el «políticamente correcto», el esperado por los demás. El temor a ofender, a que nos dejen de querer, al abandono, nos restringe nuestra capacidad de satisfacer nuestros deseos y nos pone en el compromiso de satisfacer el deseo ajeno.

Este mínimo razonamiento podría resumirse en que respetamos menos nuestro deseo que el deseo ajeno y que esta selección adversa la realizamos por cobardía.

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jueves, 15 de mayo de 2008

Planeta chico, infierno grande

Hay un concepto muy académico pero sencillo que se denomina «capacidad de carga». En poquísimas palabras significa algo así como «cuántos habitantes de las diferentes especies pueden convivir en un ecosistema sin que éste se resienta».

Thomas Robert Malthus fue un economista inglés que en 1798 publicó un libro titulado Ensayo sobre el principio de la población donde postulaba que la población mundial crece mucho más rápido que los recursos naturales necesarios para alimentarla.

Claro que semejante profecía fue radicalmente aplastada por quienes no podía soportar un pronóstico tan negativo. Es más, ser malthusiano equivale a ser una mala persona.

Pero lamentablemente hay indicios de que aquellas ideas horrorosas podrían ser ciertas si observamos cómo el petróleo se está agotando, los alimentos se encarecen, y otras señales que podrían inscribirse en aquella profecía.

Otras señales que para mí podrían inscribirse en aquella profecía son el aumento de los divorcios, la disminución de la tasa de natalidad y el aumento de la homosexualidad (en tanto es un tipo de convivencia no reproductiva). Ustedes podrán agregar que el temor al SIDA evita algunos coitos que podrían terminar en concepción, también hay interés en legalizar el aborto, y quizá existan otras señales que ahora no tengo presente.

Es probable que sin darnos cuenta estemos propiciando un enlentecimiento en la expansión demográfica porque nuestra intuición nos está indicando que el planeta tiene fatiga, parece escaso, se está quedando sin comida suficiente.

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miércoles, 14 de mayo de 2008

«Este trabajo no me apetece»

Hace más de 50 años un científico (Harriman) hizo un experimento muy interesante. Como se sabe, la operación de las glándulas suprarrenales (adrenalectomía) hace aumentar la necesidad de ingerir sal. Antes de llevar a cabo esa operación, el experimentador adiestró a unos ratones y los acostumbró a que prefirieran una solución azucarada a una salina.

Esa preferencia por el azúcar persistió aun después de practicada la operación hasta el punto de que muchos animales murieron y todos experimentaron una grave pérdida de peso.

Por más que todos los humanos deseamos fervientemente no tener algún parecido con otras especies, las similitudes existen. En general podríamos decir que sólo tenemos el honor de ser los únicos que hablamos (por su parte los perros se ufanan diciendo que son los únicos que ladran, pero bueno, quizá no deberíamos irnos del tema.)

Si usted se anima a seguirme dos párrafos más, le digo que si a un ser humano lo educan (adiestran) para que sólo se encargue de aprender lo que le enseñan en el colegio y a portarse bien, puede llegar un momento en que la vida lo deje sin su fuente de recursos como suelen ser los padres (¿padrectomía?) y el jovencito no sepa como ganarse la vida porque sólo sabe estudiar y portarse bien.

Sólo para concederle el beneficio de la duda a esta hipótesis, suponga que es probable que los seres humanos pertenezcamos a una determinada clase económica por aprendizaje y que por más políticas sociales redistributivas que los intenten beneficiar, se comportarán como los ratoncitos que estaban adiestrados para tomar agua azucarada y preferían morir antes que tomar la que su cuerpo necesitaba.

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martes, 13 de mayo de 2008

El temor de los poderosos

Sobrellevar el reconocimiento público por lo que uno hace es una especialidad que requiere un talento que no todos tienen.

Convivir con la fama, el aplauso, el prestigio, pone a la persona en una exigencia para la cual hay que disponer de una gran fortaleza y resistencia de espíritu.

Un deportista puede ser maravilloso en su barrio o en su club, pero en escenarios multitudinarios deja de serlo por que siente que la exigencia es mayor a la que él podría cumplir. El temor a defraudar lo estrangula. El miedo a perder el placer de la fama local lo lleva a funcionar mal.

En muchas ocasiones observamos cuán ineficientes son aquellos profesionales a los que concurrimos precisamente por su reconocida idoneidad. Por supuesto que le pagamos honorarios proporcionales a su buen nombre, pero cuando tenemos que esperar para recibir su trabajo, vemos que se toma tiempos demasiado extensos para alguien tan capaz.

Es que no es fácil para alguien que tiene tanto para perder, actuar con celeridad porque para esa persona la respuesta rápida significa precipitación, descontrol, irresponsabilidad, apresuramiento.

Pero estos dignos ejemplares de la especie no dirán jamás que tienen terror a equivocarse y perder lo que tanto placer les proporciona. Por eso es que alegan siempre falta de tiempo, exceso de trabajo, dicen estar abrumadoramente solicitados.

Esta es una mentira piadosa. No para quien la recibe sino para quien la dice. El maravilloso profesional no tiene más remedio que mentir porque está aterrado.

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lunes, 12 de mayo de 2008

Amar = aceptar el deseo

En los dos artículos anteriores me refiero a cómo la aceptación (sincera, amplia, generosa, sin restricciones) del propio deseo, es un acto que nos abre un acceso a un yacimiento energético personal de inestimable valor.

Algunos lo dicen de otra manera: «El amor todo lo puede». Pues sí, podemos expresarlo así ¡Pero atención! Esta consigna en el contexto que estoy desarrollando significaría que: «Te acepto tal cual tu eres». Esto equivale a decir: 1) Conozco tu verdadero deseo; 2) Lo acepto sinceramente 3) Deseo que puedas lograr su plenitud.

La diferencia radical con la interpretación popular de la consigna «El amor todo lo puede» es que ésta se viene utilizando para expresar que

1) Conozco tu deseo;

2) Conozco cuál es el deseo ideal que deberías tener;

3) Lucharé para que tu deseo real se convierta en mi deseo ideal.

Por el contrario yo les propongo otra forma de interpretar el sentido de «El amor todo lo puede»:

1) Conozco tu deseo;

2) Asumo que no existe ningún otro deseo mejor para ti;

3) Lucharé para que tu auténtico deseo tenga oportunidad de desarrollarse en todas sus potencialidades.

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domingo, 11 de mayo de 2008

Domesticación de los empleados

Otro aporte que podemos utilizar sobre el estudio que el marketing realiza sobre los homosexuales tiene que ver con su fidelidad a las marcas que «hablan su mismo idioma», «respetan su identidad», «se esfuerzan por atenderlos».

¿Por qué alguien es infiel? Una posible explicación a la luz de las conclusiones precedentes es que 1) Una persona que no respeta su propio deseo, no respeta el de nadie y 2) Una persona no puede ser fiel con quienes no respetan su deseo.

Hago centro en la homosexualidad porque fue un estudio de marketing el que me hizo ver la relación que existe entre la capacidad de generar dinero y la aceptación personal y pública de deseo tal cual es.

Ahora generalizo el concepto y puedo decir que cualquier deseo aceptado y respetado es liberador de energía. También esto puede decirse al revés: La no aceptación del deseo funciona como un freno, como un lastre, como un encarcelamiento.

Estas ideas no son nuevas. Ustedes podrán encontrar algo semejante cuando se habla de los estudios de la motivación. En lo que sí creo aportar un modificador es en: 1) El énfasis que pongo en la intervención del deseo como funcionamiento inconciente; 2) En la certeza de que las recetas para provocar entusiasmo son superficiales y por tanto de efectos breves o con gran consumo de refuerzos permanentes para que no decaigan los resultados. 3) Otro aspecto que me diferencia de los estudios motivacionales tradicionales es que apunto a la autodeterminación, a la independencia del sujeto para tomar sus propias opciones. En general las prácticas conocidas implican algún grado de alienación porque el destinatario de esa metodología deja de actuar por sí mismo y adquiere ciertos rasgos de autómata, en desmedro de su realización personal que generalmente desemboca en algún cuadro depresivo que se compensará por medio de fármacos.

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sábado, 10 de mayo de 2008

Mi deseo y yo somos amantes

Muchos estudiosos del mercado aseguran que los homosexuales constituyen un grupo de clientes muy valorado por su alto grado de consumo.

Desde un punto de vista que parece superficial, algunos de estos teóricos informan que esa mayor potencialidad de compra obedece a que son personas que tienen dos grandes grupos de pertenencia: los propios gays y los heterosexuales.

Otro aspecto que se da por sabido es que el homosexual es un gran consumidor a partir del momento que hizo pública su opción. Mientras la mantiene en secreto o comunicada a muy pocas personas, es un consumidor normal.

Mi conclusión afín a la línea de pensamiento que expreso en este blog es la siguiente: Si estas personas compran más es porque tienen más dinero. Si tienen más dinero es porque producen más. Si producen más es porque tienen un deseo más intenso, fuerte, enérgico.

No olvidemos que ese (supuesto) deseo más intenso tiene que ser de público conocimiento. En el caso del gay, debe ser conocido por la familia, por los amigos y por todos quienes se interesen en conocerlo.

En suma: Tener un deseo confesable lo potencia o al menos no está constreñido por el secreto o el ocultamiento. Para que sea confesable es preciso que el mismo deseo incluya el deseo de compartirlo, de informarlo, de socializarlo.

Desde mi punto de vista, el psicoanálisis es una herramienta idónea para lograr que nuestros deseos más auténticos puedan incluir su aceptación primero y la libertad de poder comunicarlo. Ahí es donde comienza la vida plena.

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viernes, 9 de mayo de 2008

Reflex se refleja

Porque a veces me miro en el espejo y a partir de varios mensajes recibidos de ustedes, me parece oportuno confesar que la energía que aplico a tratar de encontrar soluciones a la pobreza surge del dolor que me produce su existencia.

Esto se parece a las alergias como expresión psicosomática. Algo de la pobreza me cae muy mal y me perturba que existan personas que no cuenten con lo que ellos consideran que es lo mínimo que necesitan para vivir dignamente.

Acepto que es una deficiencia mía y que si encontrara el antialérgico adecuado dejaría de esforzarme en buscar soluciones psicoanalíticas que resuelvan los problemas económicos.

Tampoco dejo de entender que no estoy solo en esto, que cada vez más personas encuentran en el psicoanálisis respuestas a preguntas que para ellos también son angustiantes.

Cuando alguien se dedica a algo lo hace para aliviar un dolor que padece o para conseguir un placer que mejora su calidad de vida.

Elegí este momento para confesar que me mueve un dolor personal o la búsqueda de un placer también personal, porque en gran medida encuentro que las causas de la pobreza no estarían precisamente ni en los ricos ni en los gobernantes sino en quienes eligieron esa opción de vida, aunque luego se quejen como si estuvieran padeciendo injustamente.

No soy tan claro como debiera porque cuando me miro a mi mismo, me angustio aún más que cuando veo la pobreza.

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jueves, 8 de mayo de 2008

«Creced y multiplicaos»

Días pasados comentaba que los bancos no prestan su dinero a quienes les falta sino a quienes lo tienen.

Una posible explicación de esta aparente paradoja es que los banqueros son intermediarios entre quienes tienen economías excedentarias y quienes tienen economías deficitarias. En palabras más coloquiales: entre quienes tienen dinero de más y quienes tienen dinero de menos.

El dinero es un bien particular y a veces su ausencia no significa pobreza sino iliquidez, esto es, la falta de efectivo, billetes, papel moneda. Es un bien como cualquier otro (mercadería, edificios, combustible, etc.) que cuando escasea se traban ciertos procesos del mismo modo que la escasez de trigo dificulta la producción de harina.

Los banqueros prestan este bien tan especial a quienes tienen una carencia transitoria y que se revertirá en un plazo más o menos previsible. Además debe cumplirse la condición de que esa recuperación de efectivo incluirá una ganancia que le permita a quien recibió el préstamo pagar los intereses que le cobra el banco.

En suma: los banqueros sólo hacen préstamos en lugares donde el dinero crece, se multiplica y no hacen préstamos en lugares donde el dinero sólo se consume.

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miércoles, 7 de mayo de 2008

¡Agendame mamá!

Si una persona se convierte en madre abnegada y para ello abandona su propia vida personal, su vida intelectual, su vida artística, su vida laboral, está haciendo una mala inversión y quizá esa abnegación sea la que la convierta en una mala madre.

De diferentes maneras propongo que no descuidemos nuestros deseos por cumplir las órdenes que recibimos de la sociedad. Y en la sociedad debo incluir a muchos seres queridos que, por nuestro bien, con la mejor buena voluntad, nos dicen qué debemos hacer y qué no debemos hacer, sin tener en cuenta qué opina nuestra naturaleza personal, singular, exclusiva.

En muchas cultura se presiona a la mujer para que tenga hijos, para que luego los cuide con devoción, postergando sus propios intereses, siendo abnegada, disminuyendo al mínimo su natural egoísmo.

Estas presiones parecen muy razonables pero no están siendo evaluadas con algunos costos que por ahora son escasamente visibles. Me refiero a que una madre frustrada en su realización personal, podrá ser muy amorosa pero también no podrá evitar ser hipócrita en la expresión de un amor que en realidad no siente sino que la obligan a demostrar.

Si alguien considera que es importante la salud de una embarazada para una buena gestación del feto, quizá esté en condiciones de suponer que es importante que una mujer se sienta plena, realizada y razonablemente feliz para poder establecer con sus hijos un vínculo sinceramente amoroso.

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martes, 6 de mayo de 2008

Vendo cafetal en el Ártico

Si admitimos que delirio significa: Confusión mental caracterizada por alucinaciones, reiteración de pensamientos absurdos e incoherencia, pensemos por un momento hasta qué punto no estamos delirando.

A veces confundimos lo que percibimos con lo que deseamos percibir. En la materia que me especializo (las dificultades psicológicas para ganar dinero, ...) es para mi frecuente encontrar personas que tienen una ideología socialista y que viven en países de organización notoriamente capitalistas con rasgos de neoliberalismo, pero se comportan como si estuvieran en un contexto socialista.

Más concretamente: en un país donde corresponde ser competitivo y corporativista, ellos son solidarios y cooperativistas.

Uno de los pensamientos absurdos que expresan es: «... si todos hicieran lo que yo hago, todos viviríamos mejor». Otro por el estilo es: «... si todos fueran a mi imagen y semejanza, no habría ni pobres ni desdichados...».

Estas posturas poseen incoherencia inevitable porque en muchos aspectos no tienen más remedio que adoptar conductas capitalistas neoliberales porque la realidad arrasa con los desajustes más gruesos.

A estas personas (que son muchas, muy capacitadas e inteligentes), hacen lo mismo que haría un empresario instalado en las proximidades de un casquete polar y se dedicara al cultivo de vegetales nativos de las zonas tropicales: bananas, ananá, orquídeas.

Seguramente ustedes diagnosticarían que este empresario es un delirante.

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lunes, 5 de mayo de 2008

Es mejor ser rico y saludable

¿Cuando se gana más dinero? ¿Cuando uno trabaja esforzándose o cuando trabaja divirtiéndose?

Nuestra cultura cristiana debe responder que se gana más dinero haciendo un sacrificio. Peor aún, aconseja no ganar dinero de ninguna manera porque el dinero es demoníaco (salvo que lo tengan los ricos capaces de hacer buenas donaciones a la iglesia).

Debemos darnos cuenta que así como es difícil para muchos hacer esfuerzos físicos a más de dos mil metros por encima del nivel del mar porque la atmósfera tiene menos oxígeno y nos fatigamos enseguida, es muy difícil tener calidad de vida donde la altura moral es tal que nos impone vivir en la austeridad, trabajar por amor y no por dinero, desinteresarnos por las cosas materiales y sólo tener en cuenta la vida espiritual.

El apunamiento psíquico surge entonces cuando nuestra cultura sostiene que debemos ser desinteresados, que debemos pensar solamente en lo que vendrá después de nuestra muerte, que la pobreza es maravillosa y que el confort es maligno.

Suponer que es razonable pensar cotidianamente con esa altura moral es de una arrogancia patológica por lo omnipotente y delirante. Es omnipotente porque pretende convencer a los no religiosos de que hagamos vida monástica y es delirante porque las promesas de un más allá carecen de un mínimo realismo.

Con todo igualmente estamos influidos porque las amenazas que se nos formulan desde instituciones que saben ornamentarse como para parecer serias llegan a nuestra zona más primaria, aquella en la cual conservamos las supersticiones y donde aún late el pensamiento mágico.

Quizá el tenerlo en cuenta modere en algo su nefasta influencia.

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domingo, 4 de mayo de 2008

La reina de la chatarra

La trampa es muy efectiva y no es fácil escapar de ella. Si vamos a nuestro querido diccionario nos dice que chantaje es lo mismo que extorsión y significan: Presión que, mediante amenazas, se ejerce sobre alguien para obligarle a obrar en determinado sentido.

Si usted trabaja encerrada en una fábrica o en una oficina o en un aljibe, realmente no importa mucho cómo se vista, como se presente, como se exhiba. Si por el contrario usted es alguien que está en contacto con la gente, si trabaja para la gente, si presta un servicio a la gente, tiene que ser agradable, lo más linda posible, elegante, demostrar que le va bien, demostrar que se respeta y se ama lo suficiente como para gastar lo necesario en ropa, calzados, peluquería y otros accesorios que usted sepa que van bien con su profesión y con su figura. Siempre lo mejor que pueda. Los pacientes o clientes le pagarán sólo para estar igual o mejor que usted. Acuérdese que usted representa al producto o servicio que promete.

Si sus colegas son envidiosas, si la critican cuando usted se muestra bien, lo que debe hacer es resistirlas con su mayor esfuerzo porque eso que hacen sus colegas se llama lisa y llanamente chantaje o extorsión. Que la ley no lo condene expresamente no le quita ninguna de las consecuencias.

Si usted no entiende que debe sobreponerse al chantaje o extorsión que le hacen sus colegas estimuladas por la mediocridad y la envidia, entonces debe conseguirse un trabajo en una fábrica, en una oficina o en un aljibe.

No me voy por las ramas si le agrego la otra definición de chantaje o extorsión: Amenaza de pública difamación o daño semejante que se hace contra alguien, a fin de obtener de él dinero u otro provecho. En el caso que comentamos, el dinero u otro provecho que obtienen de usted cuando la critican públicamente surge de lo que usted pierde de ganar por ser tan débil e impresentable.

Nota: La imagen pertenece a Marta Stewart. Hay tanto sobre ella en Internet que es imposible de resumir acá.

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sábado, 3 de mayo de 2008

¡Qué pena que no tenga más pene!

En algún artículo ya publicado hice alusión al concepto falo. Decía que en sí es un símbolo cuyo ícono más común es un pene erecto, pero también pueden serlo otras formas similares, como por ejemplo un obelisco.

Lo que me importa resaltar en este caso es que el falo, como símbolo, puede representar el poder. A su vez, como el dinero en nuestras cultura da poder, entonces podemos simplificar y decir que el dinero es un instrumento de comercialización de índole fálica.

Recordemos que el ícono más popular es el pene erecto y ahora que tenemos todos los ingredientes vamos directamente a lo que quiero postular.

Una obsesión de —supongo yo— todos los hombres, es la de tener un pene bien grande y grueso. Aunque si lo tuviéramos después no tendríamos asegurada una genitalidad exitosa (por ejemplo porque las mujeres buscan en los hombres algo más que su pene). De todos modos los hombres soñamos con estar dotados de un gran y poderoso pene.

En muchos hombres, la falta de este órgano hiperdesarrollado, nos lleva a buscar sustitutos fálicos, como por ejemplo es el de tener la mayor cantidad de dinero posible, tener mucho poder, tener mucho reconocimiento social, tener mucha fama, tener muchos amigos, tener mucho cualquier cosa que en nuestras cabezas puedan asociarse con la grandiosidad fálica. No aspiren encontrar en estas asociaciones algún rasgo de cordura porque pierden el tiempo: no lo encontrarán.

El afán de logro del macho de la especie suele estar muy vinculado con el deseo inconciente de poseer ese pene impresionante.

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viernes, 2 de mayo de 2008

¿Los ricos orinan oro?

No tardé mucho en recordar una posible asociación entre el pene y el dinero como proponía en el artículo de anteayer titulado «Hay una aguja en el pajar».

La idea viene porque la palabra «orín» significa no solamente el excremento líquido que sale por la uretra del pene sino que también puede ser una forma diminutiva de «oro».

Se agrega a esto que el color ámbar del líquido es semejante al amarillo del referido metal.

Naturalmente que el oro es un metal usado con especial frecuencia en la creación de dinero, así como también lo es la plata.

Se dice que estos son metales nobles porque no solamente que son maleables sino que además tienen un valor en sí mismos que puede ser igual al valor de cambio. Las monedas de oro y de plata tienen la nobleza de que valen tanto como metal como lo que dicen valer en su nominación (hay una diferencia por concepto de trabajo de acuñación, transporte y seguridad que podríamos desestimarla al efecto que nos interesa tratar ahora).

Podrá alegarse de que por la uretra de la mujer también sale orín, pero éste no puede ser dirigido tanto como el que sale del pene dada la forma tubular que éste posee.

El orín que orina el hombre se parece al dinero por su nombre (oro-orín) y porque puede direccionarse voluntariamente (gastarse en lo que se desee).

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jueves, 1 de mayo de 2008

Luto

Confieso que lamento que exista un día de los trabajadores porque eso me da la pauta de que todos los demás días no lo son y además que ellos, al conmemorarlo, están de acuerdo con este estado de cosas.

Si la fecha se eligió como evocación de «los mártires de Chicago» entonces también debo pensar que los trabajadores no la pasan bien trabajando y que el hecho de pertenecer a la clase obrera los convierte en víctimas de algo o de alguien.

Son todas malas noticias para mi forma de ver. También me apena que exista un día de la mujer y así sucesivamente con todos los «el días de».

Expreso mi más sentido pésame.