sábado, 25 de agosto de 2007

Autoayuda hermafrodita

Para que no pierdas el tiempo buscando en el diccionario, hermafrodita significa «que tiene órganos reproductores de los dos sexos».

Algunas especies tienen esta particularidad, pero ese es un tema de Animal Planet o Discovery. Lo interesante es: ¿Te das cuenta cuántos problemas se evitarían si el ser humano fuera hermafrodita y cada uno pudiera fecundarse a sí mismo?

Nada de noviazgos, matrimonios y otras insensateces que te aportan dos o tres momentos de felicidad cada cuatrocientos diecisiete momentos de líos, complicaciones, desentendimientos, suegras, cuñados.

Te hago perder el tiempo leyendo estas estupideces porque quiero que entiendas que la mayoría de los libros de Autoayuda tratan de crearte la ilusión de que podés ser autosuficiente, que «con voluntad todo se puede», que «querer es poder». O sea, que si lees bien ese libro, podés funcionar como un hermafrodita.

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sábado, 18 de agosto de 2007

A veces se gana y a veces se aprende

La principal razón por la cual la mayoría de las personas no somos ricas es que nos aterroriza perder. Los ganadores no se espantan ante la posibilidad de un fracaso; los perdedores sí.

Si hubiéramos tenido este sentimiento al comienzo de nuestras vidas, aún no habríamos aprendido a caminar... y mucho menos a andar en bicicleta o en patines.

El miedo a perder tiene otro aspecto interesante. Como la incertidumbre nos angustia, inventamos la creencia de que podemos adivinar nuestro futuro. Quienes tenemos miedo a perder, hacemos un pronóstico de nuestro fracaso. Como es más importante demostrarnos que somos capaces de adivinar el futuro, procuramos que el vaticinio pesimista se cumpla (cosa que, por otra parte, no es algo tan difícil de lograr).

Termino recordando el proverbio: «Dime con quién andas y te diré quién eres». Los cobardes nos juntamos con cobardes y cuando alguno de los nuestros fracasa, en lugar de alentarlo lo acusamos de incompetente, irresponsable, imprevisor. Evitar que nuestros amados perdedores nos abucheen, es otro poderoso motivo para no arriesgarnos. La aprobación de estos compañeros de fracaso nos cuesta el módico precio de vivir en la indigencia espiritual y económica.

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sábado, 11 de agosto de 2007

Principios básicos de la vida en sociedad

Se dirá en voz alta que «todos somos inocentes hasta que se demuestre lo contrario». Esto es cierto sólo para quienes tienen poder y es falso para quienes no lo tienen.

El cobrador de impuestos es un rufián que intentará apoderarse de todo lo que tiene el ciudadano y es tarea de éste rescatar todo lo que pueda.

La ley determina cuál es la peor conducta que puede tener un ciudadano sin que lo castiguen. Podría representarse con una raya en el piso: Quienes la traspasan son castigados. Algunos se sienten grandes ciudadanos por el solo hecho de vivir al borde de la legalidad mientras que otros —más autoexigentes—, prefieren vivir lejos de esa frontera.

Los trabajadores de la salud tienen trabajo cuando hay enfermos y accidentados y están desocupados cuando todo el mundo está sano y entero. Como todo trabajador inteligente, ellos luchan para mantenerse ocupados.

He buscado el dato concreto, pero no lo encontré. El PBI de un país incluye (repito, no sé en qué proporción) todo lo que se gasta en seguridad (policías, cerrajeros, vallados, armas, etc.). Muchas familias honestas y laboriosas obtienen su sustento gracias a que existen delincuentes.

Los medios de comunicación no le cobran a quienes reciben su información. El amo de los medios de información, lógicamente determina qué informar, cuándo hacerlo, cómo expresarlo, en qué contexto. Si usted no compra la información en base a la cual toma sus decisiones más trascendentes, está en similares condiciones que el menesteroso que tiene que comer lo que otro le da o deshecha. En otras palabras: la información y la comida gratuitas, son generalmente de mala calidad.

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sábado, 4 de agosto de 2007

El Papa tiene prohibido ser judío

Los seres humanos padecemos bastante cuando no tenemos bien ordenada la ideoteca y por eso adoramos el maniqueísmo. Por ejemplo, él le grita a ella, lleno de ira y con el rostro desencajado:

— ¿Me querés decir que hacen estas dos bombachas en el cajón de mis medias?

Confieso que si a mi me pasara que alguien que vive conmigo no tiene claro qué es una cosa y que es la otra, puedo pedir el divorcio de inmediato.

Quien sepa de seres humanos inevitablemente tiene que comprender y justificar la furia de este hombre. Psicoanalíticamente la raíz de esta reacción se hunde en lo más profundo de su ser y llega hasta aquella angustia infantil sobre si lo querían o no lo querían o si era hijo de su mamá o no. Como se puede apreciar, unas bombachas fuera de lugar pueden vincularse perfectamente con la más tierna infancia.

La historia de desencuentros entre judíos y católicos tiene siglos.

Los judíos en el Río de la Plata, son popularmente considerados amantes del dinero y de la riqueza. También son reconocidos como muy laboriosos, estudiosos y ahorrativos.

Entre los católicos es malo ser judío y viceversa.

No sería raro que existan tantos latinoamericanos pobres por la sencilla razón de que necesitan no ser judíos. Para ello, sin saberlo, inconcientemente, adhieren a la escasez de recursos materiales, son poco laboriosos, poco estudiosos y poco ahorrativos, todo lo cual conduce inexorablemente a la pobreza.

Propongo una hipótesis incuestionable: la pasión que despierta el fútbol podría dar lugar a que si los hinchas de un cuadro se identificaran por ser comilones, los hinchas del cuadro contrario estarían obligados a ser inapetentes.

Yo quisiera ser el portavoz de buenas noticias, pero me parece que si seguimos pensando que la pobreza es un problema económico y no psicológico, todo seguirá igual.

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