lunes, 31 de marzo de 2008

Soy matemáticamente budista

¿Adherimos a una cierta ideología por convicción o por necesidad?

Si una persona no puede soportar la idea de que algún día morirá definitivamente y esta constatación la atormenta al punto de volverle la vida insoportable, es probable que adhiera a alguna religión en la cual se promete seriamente que nada termina con la muerte sino que, por el contrario, recién ahí empieza lo mejor.

Si una persona no puede controlar la envidia que siente cuando observa que a otra persona le va mejor que a él, es probable que adhiera a alguna ideología que le asegure que es un error a corregir que algunas personas tengan más que otras.

Si una persona no puede controlar los celos que siente cuando supone que lo que considera de su propiedad está siendo usufructuado por otra persona, es probable que adhiera a alguna filosofía en la cual se considere que el verdadero amor debe incluir los celos como un rasgo saludable ya que su ausencia estaría denotando un desinterés propio de los desamorados.

En general suponemos que luego de sesudas cavilaciones llegamos a la convicción de que la verdad está en tal religión, en determinada filosofía, dentro de cierto partido político, pero el proceso es al revés: Adherimos a la ideología que mejor se lleva con nuestras características inevitables.

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domingo, 30 de marzo de 2008

Algunas ventajas de no pegarle a la madre

Cuando en una cultura se asume inconcientemente que el dinero es lo único que delata los aspectos más vergonzosos de una persona, se apela a evitarlo pensando que de esa forma se ocultarán eficazmente esas características inconfesables.

Un diálogo humorístico muy difundido es aquel en el que uno dice: — Fulano es un buen hombre. Y el interlocutor le responde con ironía: — Si, porque no le pega a la madre.

Muchas personas piensan que son solidarias porque son capaces de hacer favores sin la mediación del dinero pero resulta que esperan o exigen remuneraciones en especies absolutamente abusivas. En alguno de mis artículos ponía el ejemplo de alguien que generosamente se prestó para ayudar «gratuitamente» en la mudanza de unos muebles y luego, como quien no quiere la cosa, le salió pidiendo si no le donaría un riñón porque los propios padecían de una insuficiencia irreversible.

Si alguien cree que el dinero es lo único que envilece una actitud, puede convertirse en el rey de los crápulas pero pasar desapercibido porque en sus transacciones sociales se cuida muy bien de excluir la presencia del dinero.

Este comportamiento puede tener como efecto secundario el que se padezcan verdaderas penurias económicas porque el sujeto que se maneja con estos códigos inconcientes padece una especie de fobia al dinero ya que este lo deja (según él) en evidencia con todas sus vergonzantes mezquindades que, aunque sean universales y nadie esté excluido de ellas, él piensa que es diferente, que es el santo, el generoso, el solidario, el desinteresado, el que está más allá del bien y del mal, el incorruptible, el puro espíritu: Dios.


La imagen corresponde a Mr.Berns, antipático empleador de Homero Simpson, protagonista de la tira televisa Los Simpson.
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sábado, 29 de marzo de 2008

«Es muy difícil pero déjeme ver qué puedo hacer por usted»

Muchas cosas se descubren por casualidad. Uno estaba haciendo una cosa y de repente se encuentra con algo que no buscaba pero que es fabuloso. Anda por ahí una historia sobre lo que le pasó a Alexander Fleming cuando en 1928 estaba cultivando estafilococo dorado e inesperadamente se le murieron todos porque el viento trajo un hongo microscópico del género Penicillium y después vinieron las alegrías, los vítores a pesar de que no faltó quien denunciara que ya antes un médico de Costa Rica había hecho el mismo descubrimiento, pero aún peor, en Arabia curaban las infecciones con un moho que se formaba sobre el cuero húmedo.

Pero no es de estos chimentos científicos que deseaba hablarles. Ayer me pidieron un favor muy pequeño referido a mi profesión. Pero resulta que la persona que lo recibió no pensó lo mismo y supuso que le estaba haciendo un favor enorme y comenzó a describirme todo lo que imaginaba que yo había tenido que hacer para lograr algo tan maravilloso.

Intenté explicarle pero no hubo caso. Mi pequeño favor era para él enorme.

Esta mini anécdota sirve para explicarle por qué tanta gente hace mucho teatro cada vez que realiza alguna tarea para la que se acostumbra dejar una propina y también explica por qué algunos profesionales se toman dilatadísimos plazos para ejecutar nuestra solicitud, descargándose después con una factura absolutamente desproporcionada con el valor real del servicio entregado.

El arte de encarecer el propio trabajo, de inflamar el valor subjetivo de lo que estamos entregando, requiere tanto virtuosismo, estudio y ensayo como el arte teatral pero estoy en condiciones de asegurarles que el primero es muchísimo más productivo económicamente que el segundo.

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viernes, 28 de marzo de 2008

Publicidad subliminal

Estamos de acuerdo en que la palabra concupiscencia no se usa a cada rato, pero mucha gente sabe o tiene idea de lo que significa.

Nada menos que el Diccionario de la Real Academia, en su última versión (no tengo idea sobre las anteriores) la define así:

En la moral católica, deseo de bienes terrenos y, en especial, apetito desordenado de placeres deshonestos.

Lo que quiero resaltar es que en nuestro idioma existe una palabra que pone como sinónimos el «deseo de bienes terrenos» y el «apetito desordenado de placeres deshonestos».

Como el dinero es uno de los bienes terrenos y desearlo, aunque sólo sea para la supervivencia más elemental, nos incluye dentro de la palabra concupiscencia y esta a su vez, está igualada con el «apetito desordenado de placeres deshonestos», entonces puede deducirse, que en algún lugar de nuestro pensamiento compartido entre todos los hispanoparlantes está que desear el dinero es deshonesto.

Me parece interesante que tengamos presente cómo sigilosamente estamos orientados hacia la pobreza por el solo hecho de hablar este idioma.

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jueves, 27 de marzo de 2008

Deseo desear con menos deseo

La astrología fue una ciencia confiable para una mayoría de sabios de la antigüedad. Hoy es una ciencia confiable para una mayoría (ya no de sabios). Los horóscopos los redacta el cadete recién ingresado a una editora y las cosas van de mal en peor para algo que tuvo su época de esplendor.

Pero algo de aquel auge aún se conserva secretamente escondido dentro de nuestro lenguaje.

La palabra sidus en latín significa estrella. La palabra con-siderar originariamente significaba «ser guiado por las estrellas» y de-siderare luego se convirtió en desear y significaba «NO ser guiado por la estrellas».

En su origen fue muy tranquilizador conocer cuál era el camino correcto para seguir en la vida y esto era posible gracias a una correcta lectura de las estrellas usando las técnicas de la astrología. Este conocimiento de cuál era el camino más adecuado implicaba ser con-siderado. Lo contrario era ser deseante (de-siderare o sea de-siderado, o sea, algo así como «carente de la información de las estrellas»), o sea, desnorteado, despistado, desorientado.

El deseo entonces incluye en la propia palabra ese sentimiento tan particular de no saber bien qué es lo que uno quiere, cuando uno hace lo que cree que desea resulta que siempre le queda algo de insatisfacción entonces se pregunta, ¿pero qué es lo que quiero realmente? y padecemos ciertos estados anímicos bastante molestos que se pueden agrupar bajo la categoría de incertidumbre.

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miércoles, 26 de marzo de 2008

El príncipe azul... desteñido

Como en casi todos mis pensamientos, busco hasta en los lugares más insólitos dónde se agazapan los motivos menos sospechados de dificultar la tarea de ganarse el pan de cada día.

En nuestra cultura occidental tenemos tres sectores de actividad, poblados por diferente cantidad de trabajadores: 1) el sector primario (cultivos, ganadería, industrias extractivas, pesca); 2) el sector secundario (industrias en general) y 3) el sector terciario (los servicios en general).

Los países que tienen una cultura bastante desarrollada, con buenos niveles educativos, con escasos porcentajes de indigencia, poseen a la mayor parte de la población desempeñándose en el sector de los servicios (terciario).

Cambio de tema: Muchas mujeres sueñan con ser desposada por un príncipe azul, que le fecunde hijos hermosos y sanos, que posea el don de ganarse la vida con elegancia, sin tener que estar fuera de su casa durante casi todo el día, que tenga la posibilidad de dar órdenes (propietario, gerente, presidente). En suma, si así es su príncipe azul, entonces prefieren a un hombre con escasa vocación de sacrificio, con mucho afán de logro pero nada servicial, ni humilde, ni sacrificado.

Este modelo de galán es el menos apto para triunfar en nuestras economías donde la vocación de servicio, laboriosidad y empeño nos convierten en algo más parecido a un esclavo que a un amo.

Dicho de otro modo: las mujeres deberían buscar hombres que también fueran buscados por el sistema capitalista que tenemos instalado. Si las mujeres buscan un tipo de hombre diferente al que pide el mercado laboral, la sociedad está en un problema de productividad.

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martes, 25 de marzo de 2008

Es más femenino ser pobre

Aunque les parezca extraño, no todo el mundo piensa lo mismo sobre la definición de la palabra falo.

Les comento dos posibles definiciones: una es la que diferencia pene flácido de falo que es pene erecto. La palabra «pene» en su origen significó pincel y también rabo. Otra definición explica que pene es el órgano genital masculino mientras que falo es algo así como el poder (de gobierno, de seducción, de reproducción). En esta definición tenemos un agregado muy importante: la mujer también puede ser fálica sin dejar de ser femenina por eso. Por ejemplo, una mujer carismática es fálica porque tiene poder de liderazgo, pero no por eso deja de ser femenina.

El dinero constituye un rasgo fálico en una sociedad en la que son tan notorias las diferencias de todo tipo entre quienes poseen dinero y quienes no lo poseen.

La falta de definición sobre si falo es poder abstracto o un pene erecto, puede influir para que muchas mujeres, preservando inconcientemente su condición femenina, traten de evitar ganar mucho dinero.

Es constatable que en nuestras culturas ellas ganan menos que ellos, hay más hombres ricos que mujeres ricas, es aceptable que ellos atiendan las necesidades de ellas pero no es tan popular que sean ellas quienes atiendan las necesidades de ellos.

Algunas mujeres que ganan menos de lo que realmente se merecen, quizás estén evitando inconcientemente volverse fálicas para proteger la pureza de su género femenino. ¡Atención! dije algunas mujeres. Ninguna hipótesis sobre los seres humanos puede ser universal.

La imagen pertenece a Hillary Clinton, precandidata del Partido Demócrata de los EEUU (2008)
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lunes, 24 de marzo de 2008

¿Cuánto cuesta? Deme dos.

No sé mucho de zoología pero lo que conozco me da para opinar que el hombre debe ser el único animal capaz de acumular. Es cierto que los perros entierran algún hueso que otro y que las hormigas acarrean hojitas, pero poca cosa más. Ahora bien, lo que se dice guardar hasta porque sí, de puro vicio, sólo el ser humano.

Somos capaces de abstenernos de muchos gastos con tal de que nuestra fortuna crezca, tenemos una heladera a la que desde hace unos años le agregamos un freezer para que el guardado pueda ser por más tiempo, poseemos casas con placares o roperos, cuando se avecina un feriado hacemos compras como para sobrevivir a una guerra atómica. A todo esto deben agregarse los seguros que pagamos permanentemente por si algún día tenemos una sorpresa desagradable, no nos vaya a tomar desprotegidos.

Con estas características, ¿a quién se le puede ocurrir pedirle a un ser humano que le sea fiel a un solo cónyuge? ¿cómo alguien pudo inventar una promesa del tipo «hasta que la muerte los separe»? ¿No son estas pretensiones algo absolutamente descabellado?

Por muchos motivos las personas en pareja coquetean con otras, pero lo que quiero compartir con ustedes es que uno de los motivos es demasiado fuerte como para dejarlo pasar desapercibido como se vino haciendo hasta ahora.

Un animal que tiene el hábito de poseer todo de más, de acaparar, de ser insaciable ¿por qué iba a ser tan austero de conformarse con un solo compañero conyugal? Quiere tener otro u otros, de repuesto, por si el actual se le va, se le muere, se le vuelve desagradable.

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domingo, 23 de marzo de 2008

Sufrimiento tercerizado

La palabra pasión en realidad comenzó significando dolor y sufrimiento recibidos pasivamente (sin hacer mucho por evitarlos, resignadamente). La más famosa es la pasión de Cristo, que vaya si la pasó mal en su momento.

Hoy en día la misma palabra tiene un significado casi opuesto. Los apasionados contemporáneos son muy activos, trabajadores, agresivos, y digo «casi opuesto», porque las endorfinas que generan estos apasionados «siglo XXI» los lleva a no sentir el cansancio o algunos dolores propios del esfuerzo. Su deseo es fuerte, vehemente, los carga de energía vital.

O sea que cuando pensamos en términos de pasión, en nuestra cabeza puede formarse una idea de «gran despliegue de energía» + «un sufrimiento tolerable».

¿Qué pasa por nuestra mente cuando sentimos com-pasión? Cuando sentimos com-pasión por alguien, pensamos: «¡Pobre! ¡Esta persona tiene un sufrimiento que yo no tengo!»

Se las hago corta: Cuando ayudamos a alguien que nos inspira com-pasión (por ejemplo, dándole una limosna), lo que estamos haciendo en realidad es pagándole a alguien que nos hace el trabajo de sufrir en lugar nuestro.

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sábado, 22 de marzo de 2008

Carlos Marx en “cuidados intensivos”

Existen dos posiciones bien opuestas: una dice que el ser humano está compuesto por un cuerpo más un espíritu y la otra dice que esta división no existe, que el ser humano es un todo de materia animada (con vida).

Estas posturas ya cuentan con miles de años así que no son el resultado de una moda pasajera.

Si consideramos que el ser humano es la suma de dos partes bien diferentes (materia y espíritu) estamos en condiciones de fundamentar el deseo más grande que tenemos por ahora: ser inmortales. Si bien constatamos que el cuerpo se descompone, creyendo en la existencia del alma (o espíritu, como quieran), podemos atribuirle a ésta la condiciones de inmortalidad.

Si consideramos que el ser humano es la suma de dos partes bien diferentes, podemos encargarnos de arreglar los desperfectos del cuerpo despreocupándonos de la psiquis (alma o espíritu, como quieran). Esto nos permite prolongar la cantidad de años sea como sea, sin hacernos mucho problema sobre cómo serán vividos. Lo importante es no morir y lo NO importante es cómo será esa sobrevida.

La otra postura, la de que somos una unidad indivisibles, que lo que pasa en la psiquis impacta sobre el cuerpo y viceversa, que si muere uno desaparece la otra, que después de la muerte no pasa más nada, que prolongar los años de vida tiene que ser acompañado del bienestar porque de lo contrario es preferible vivir menos pero bien, es la postura del psicoanálisis.

Este arte científico no llega a más personas porque promete resultados concretos, profundos, sinceros, realistas y mientras exista otro discurso más populista como el de la dualidad cuerpo-alma, no será fácil convencer a una mayoría. El populismo es el opio de los pueblos habría dicho Carlos Marx si hubiera vivido un poco más.

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viernes, 21 de marzo de 2008

¿Cumplidor o terco?

En algunos casos es bueno no tener palabra de honor. Esto es importante tenerlo en cuenta porque se nos ha dicho que siempre hay que mantener la palabra empeñada. Pero esto no es así.

Un ejemplo proverbial es el que dice: «Nunca hay que decir de esta agua no beberé». Popularmente entonces, hay promesas que no se deben hacer. Si alguien da su palabra de que nunca cederá a ciertas tentaciones, está cometiendo un error porque esa tentación puede ser por ejemplo, dar su voto a un partido político con el que nunca estuvo de acuerdo. Pero un día las cosas pueden ser diferentes, usted reconocer que ellos o usted han cambiado, que ahora le gustaría votarlo y si se lo niega, entonces no está cumpliendo su palabra sino que está actuando en base a un capricho, lo cual no es elegante en un adulto.

Alguien muy confiable puede prometerle amor eterno a otra persona y luego, por no traicionar la palabra empeñada, ya no sabe cómo librarse de ese cónyuge con quien hace años que no tiene ningún punto en común.

Puede sentir que es aberrante participar de ciertas prácticas sexuales, pero si las analiza con cabeza fría se entera de que en realidad no son tan dramáticas como usted las veía cuando se juró a sí mismo que eso nunca lo haría. El psicoanálisis le puede dar infinidad de ejemplo de personas que, por no hacer una cierta cosa, hacen otras sustitutivas y muchos más perjudiciales.

En resumen: está bien ser honorable, confiable, previsible, pero si se pasa de la raya y se convierte en obcecado, necio y caprichoso, ahí ya tiene algo para corregir.

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jueves, 20 de marzo de 2008

¡Viva la muerte!


La vida sin la pasión, no sería vida; sería un largo bostezo desde la cuna a la tumba.

¿Y qué caracteriza a la pasión para que sea tan esencial para darle vida a la vida? El rasgo esencial de la pasión es que, dejándonos llevar por ella, tanto podemos tocar el cielo con las manos como sentirnos el gusano más desprestigiado.

Reformulo el párrafo anterior: ¿Y qué caracteriza a la pasión para que sea tan esencial para darle vida a la vida? El rasgo esencial es el riesgo terminal.

La muerte trágica es el gran resorte de la pasión. Los accidentes de tránsito aumentan la venta de automóviles; los desmanes en el fútbol, traen hinchas a las canchas; una infelidad matrimonial es un masaje cardíaco; el sexo casual sin preservativo es un deporte extremo aeróbico; jugársela apoyando a un amigo colorea las posteriores noches de insomnio; si no ganara el toro de vez en cuando, el arte taurino habrían dejado de existir; la posibilidad de una ruina económica, estimula las inversiones más lucrativas.

Sin pasión no hay vida porque no hay vida sin muerte.

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miércoles, 19 de marzo de 2008

La COCA (cola) SARLI

En otro artículo comenté el «efecto halo» (cuando nuestro pensamiento nos lleva a suponer, por ejemplo, que si algo nos gusta entonces es bueno). Por este mismo efecto halo, algunos productos o servicios prometen ventajas que en realidad son inútiles.

Por ejemplo, en la competencia que existe entre las empresas que tratan de retener a los mejores empleados, están ofreciendo el pago de una cirugía para cambio de sexo.

Este beneficio no sólo atraerá a quienes deseen usarlo sino que también, por efecto halo, atraerá a otros que nunca lo aprovecharán, pero que sin darse cuenta están suponiendo que esta es una empresa para la que vale la pena trabajar.

Entre los expertos en publicidad se conoce mucho sobre esta particularidad de nuestra forma de reaccionar. Sin ir más lejos, no es por casualidad que la clásica botella de Coca Cola evoca el cuerpo femenino.

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Hilda Isabel Gorrindo Sarli (Coca) nació en 1935 y fue coronada Miss Argentina a sus 20 años. Protagonizó varias películas eróticas de gran suceso de la mano del extinto director Armando Bó.

martes, 18 de marzo de 2008

Mi mejor esposa fue Marilyn Monroe

El «efecto halo» es un defecto de fábrica que tiene nuestro cerebro y que nos hace suponer que una mujer bonita, por ejemplo, sería una excelente esposa.

El psicoanálisis lacaniano enfoca el tema desde la lingüística y estudia el uso de la metonimia. Esta palabra significa que uno confunde una parte con el todo. Se dicen «se vendieron 500 cabezas de ganado» cuando se quiere decir que se vendieron 500 vacas enteras.

El efecto halo que más me llama la atención es el que nos lleva a suponer que una persona que habla o escribe bien, es un sabio capaz de liderar, de gobernar, de conducir a su pueblo a la felicidad duradera.

Es un defecto cerebral. Así como cuando al ver una persona chiquita sabemos distinguir si es enana o simplemente está lejos, estaría bueno aprender a discernir cuándo estamos siendo engañados por este defecto universal de la psiquis y cuando no.

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lunes, 17 de marzo de 2008

Dos y dos son cuatro... o cinco

Psicológicamente, cuando sumamos los ingresos y los egresos de dinero por separado, siempre nos parece que los valores egresados se suman con más poder acumulativo que los valores ingresados.

Además los conceptos por los cuales tenemos ingresos siempre son muchos menos que los conceptos por los cuales tenemos egresos. Tenemos uno o dos ingresos y quinientos o mil egresos. Ganamos de pocas maneras y gastamos de infinitas maneras.

Otro fenómeno curioso es que las mujeres viven estas sensaciones de forma mucho más atenuada que los varones. Éstos caen en pánico económico mucho más rápidamente que ellas.

Todo el mundo tiene dificultades con las matemáticas, pero parecería ser que a las mujeres les cuesta un poquito más que a los hombres. Quizá acá halla algo de cultural: se espera que la mujer sea más romántica y espiritual mientras que del varón se espera que sea más objetivo y concreto. ¡Puros prejuicios!

Todo esto está dicho acá para dejar claro que las percepciones subjetivas son bastante poco creíbles y que no es tiempo perdido el que se invierta en alcanzar nociones objetivas de la realidad en la que nos tenemos que mover.

Cuando somos pequeños o adolescentes no logramos entender para qué nos enseñan matemática si no nos vamos a dedicar a nada que la incluya, sin embargo, cuando nos hacemos cargo de un hogar, de ganarnos la vida, aparece esta ciencia por todos lados y la falta de conocimientos básicos sobre ella tiene los mismos efectos que una miopía severa y hasta de una ceguera.

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domingo, 16 de marzo de 2008

Acepto cheque sin fondos y dólares falsos

«El asesoramiento que recibí de usted fue incompleto y parcialmente erróneo, así que le voy a abonar la mitad de los honorarios con dólares falsos».

Este parlamento quizá no debería ser real pero la situación sí lo es.

Muchos expertos, asesores, profesionales y vendedores de servicios en general parecen no tener en cuenta que el pago que recibirán por su prestación habrá de ser en dinero de curso legal.

La falta de entrenamiento para exigir del proveedor lo que esté obligado a darnos, permite que a muchos inescrupulosos y abusadores se les facilite el ejercicio de su inconducta.

Cuando se observe quejándose ante terceros por lo mal que lo atendieron, recuerde que el verdadero destinatario de su molestia es quien lo perjudicó, salvo que su verdadera intención sea que lo sigan damnificando.

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sábado, 15 de marzo de 2008

Conjuros mercantiles

«Quiero que el Roberto se decida y se case conmigo».

Esto decía una cartita que el Río de la Plata devolvió a la playa el 3 de febrero de 2008. Los fieles a Iemanjá, la diosa del mar, pertenecen a la religión Umbanda y piden cosas concretas de solución inmediata. Se reúnen a lo largo de la costa uruguaya todos los 2 de febrero en ceremonias muy pintorescas, que convocan a gran cantidad de creyentes y curiosos.

La psiquis humana sigue apegada a la magia. La creencia en las fuerzas sobrenaturales está ahí, quizá un poco más agazapada que hace mil años, pero sigue ahí.

Cuando la existencia se vuelve muy angustiante, el pensamiento mágico aparece como último recurso para traer un poco de paz y de esperanza a un espíritu atormentado.

Las ciencias (psicoanálisis incluido) solucionan (cuando pueden, claro), pero van a las causas, se toman más tiempo del que algunas urgencias pueden esperar.

Es muy saludable que el ser humano sea tan libre como para apelar a recursos que podrían tener mala prensa, no parecer elegantes, asociables con personas incultas, pero que en el fondo sacan de un apuro sin hacerle mal a nadie.

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viernes, 14 de marzo de 2008

Comprender no implica permitir

— No te confundas pequeño: que te comprenda no significa que te tolere.

Una de las principales resistencias que se oponen al aprovechamiento de las valiosísimas herramientas que ofrece el psicoanálisis, es la creencia en que “comprender equivale a tolerar”.

La actitud permisiva (tolerar) es una opción más entre las posibilidades accesibles dentro de un vínculo. Es tan válida como poner límites, negociar, debatir, reglamentar u otras.

Es posible que en una sociedad se conozcan las razones más íntimas por las que un ciudadano le causó un perjuicio a otro, pero de todos modos habrá de ser juzgado y sancionado si correspondiere.

La diferencia entre comprender y no comprender radica en el resultado de la gestión reparadora que la sociedad sea capaz de tomar. Si comprende estará en condiciones de reeducar, sanar, rectificar al ciudadano victimario, así como también colaborar con el ciudadano víctima a que se recupere más rápidamente del daño injustamente recibido. No comprender sólo conduce a reparaciones superficiales auspiciando la reiteración hasta el infinito.

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jueves, 13 de marzo de 2008

Pocos pero buenos

Para poder elegir es imprescindible des-elegir y esto es lo difícil.

Vivo en Montevideo, capital de Uruguay. Es chiquita comparada con otras capitales, pero para nosotros es la ciudad de mayor tamaño.

Una señora conocida decidió comprar un nuevo monitor para su computadora y luego de recorrer los bien provistos comercios de ese ramo, decidió postergar la compra para cuando tuviera que visitar una (aún más) pequeña ciudad del interior.

¿Motivo? En esta ciudad encontró sólo dos modelos de monitor para su PC y no le dio trabajo alguno rechazar el que menos le gustaba. La elección le resultó sencillísima, no se vio abrumada por la necesidad de tener que rechazar todos los que debía rechazar consultando los comercios de Montevideo.

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miércoles, 12 de marzo de 2008

Si pero NO

No estaría mal pensar que nos molesta tanto la mentira porque nos cuesta admitir que la verdad no existe.

Por sinceridad suele entenderse la coincidencia entre lo que uno piensa y lo que uno dice. Pero no hay que ser muy filósofo para darse cuenta que lo que uno piensa cambia con el tiempo, las circunstancias, los estados de ánimo.

Es cierto que para evitarse el disgusto de aceptar que la verdad no existe, uno trata de sostener siempre la misma posición a lo largo de la vida siendo que en su corazón hace tiempo que ya no puede creer en eso (en una religión, en los símbolos patrios, en los postulados de un cierto partido político, y otros.)

Quién dice embargado por la emoción «Te amaré toda mi vida», es sincero porque dice lo que en ese momento está sintiendo y además porque no puede admitir que él no sabe por dónde andarán sus afectos dentro de un tiempo más o menos corto.

Repito: que la verdad no existe puede ser una verdad ... que a su vez no exista.

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martes, 11 de marzo de 2008

Olivia es más temible que Popeye

Es un prejuicio suponer que las personas fuertes son más peligrosas que las débiles.

Las personas fuertes pueden lograr lo que necesitan en forma directa mientras que las personas débiles pueden verse obligadas a usar formas indirectas para conseguir lo que necesitan.

Una empresa fuerte pone los precios a la vista, tiene las balanzas que dan el peso exacto, pueden vender la mejor mercadería (aquella que es más económica porque es toda aprovechable), entrega factura, paga los impuestos, da garantía, tiene servicio postventa y un departamento de atención al cliente.

Una empresa débil puede verse obligada, para poder subsistir, a vender mercadería de segunda calidad pero haciendo creer que es de primera; quizá no tenga más remedio que vender kilos de novecientos gramos; es probable que se vea obligada a correr más riesgos en el terreno legal o tributario.

En general: no es cierto que una persona débil sea más confiable que una fuerte. Ambos lo pueden ser por igual pero el más débil suele tener más necesidad de hacer algunas trampitas para poder subsistir.

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lunes, 10 de marzo de 2008

Casamiento ideológico

“No creo lo que creo porque lo crea sino porque es la única forma que encontré para que mis amigos sean mis amigos.”

Los seres humanos somos animales gregarios y no podemos vivir desvinculados. La necesidad de pertenencia es tan fuerte que prescindir de los demás es una opción casi impracticable. Me rectifico: es imposible.

Una de los recursos utilizados para sentirnos integrados a un grupo, comunidad, club, o la formación social que sea, es la de compartir ciertas creencias (políticas, religiosas, filosóficas).

El fervor con que se defienden suele caer en la necedad pero debemos comprender que el objetivo no es defender la creencia en sí misma sino poder, a través de ella, seguir sintiéndonos afiliados, incluidos, integrados a ese grupo del cual no podemos prescindir.

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domingo, 9 de marzo de 2008

Voluntariado amiguista

Por «amiguismo» se entiende «la costumbre de gobernar haciéndole favores a los amigos en desmedro de los demás ciudadanos».

Todos los gobiernos tienen algún tipo de política destinada a compensar las carencias que tienen algunos ciudadanos para ganarse el sustento.

Todos los seres humanos tendemos a paliar el sufrimiento ajeno cuando éste hiere nuestra sensibilidad. Si el menesteroso nos pide una limosna, nos provoca del deseo de dársela pensando que eso solucionará el problema cuya observación tanto nos molesta.

Con este mínimo comentario quiero decir dos cosas: 1) Que sólo los gobiernos tienen la información de quién realmente necesita ser ayudado y por lo tanto son los únicos en condiciones de no practicar una forma de «amiguismo» (en este caso, ayudar al que veo, conozco, tengo cerca, me chantajea emocionalmente) y 2) Los gobiernos recaudan los impuestos que pagamos para solventar, entre otras cosas, la ayuda a quienes realmente la necesitan. O sea que si pagamos los impuestos, ya estamos contribuyendo sin mezquindades, a solucionar el problema económico de quienes no pueden hacerlo por sí mismos.

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sábado, 8 de marzo de 2008

¡Qué mal ejemplo de intolerancia!

El ser humano se comió una manzana y Dios condenó al macho a ganarse el pan con el sudor de la frente y a la hembra a parir con dolor. ¡Qué mal ejemplo!

Si bien esto es un mito bíblico, muchos lo aceptan como un dato histórico y los que no, igual piensan que algo parecido debió suceder.

Lo que me parece pésimo es que un ser tan superior tenga esa conducta tan intolerante, agresiva, violenta, vengativa. Todos queremos ser tan perfectos como Dios (a sabiendas que no lo lograremos plenamente), pero lo que sí podremos lograr es adquirir esos rasgos tan antisociales.

Cuando se castiga a un medio de comunicación por «instigación a la violencia, (a la venganza, o a cualquier otra conducta inadecuada)» olvidamos que La Sagrada Biblia nos está convirtiendo en haraganes (porque ¿quién no va a procurar eludir el castigo de trabajar sabiendo que él no hizo nada?); nos está convirtiendo en intolerantes («si Dios se mostró tan irascible, ¿qué puede esperarse de un débil mortal como yo?»); nos está convirtiendo en sádicos (si comer una manzana dio para tanto, ¿qué puede esperarse de mí cuando me entere quién me robó el calzado Nike que aún no terminé de pagar?).

¿Para qué sirve este comentario? Para darnos cuenta de que estamos recibiendo un pésimo ejemplo tan beatificado como para no poder dejar de imitarlo.

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viernes, 7 de marzo de 2008

Al caer la aurora

Todos sabemos que los ladrones aprovechan la oscuridad de la noche para robar. Algunas noticias llaman tanto la atención que equivalen a la oscuridad de la noche para que se produzcan hechos que la opinión pública sancionaría.

Las agencias noticiosas ganan dinero para poder comer si existen personas ávidas por comprar su información. Cuando esas noticias escasean, ellos tienen dificultades para ganarse el sustento.

Cuando una cierta noticia se vende muy bien, ellos le sacan todo el provecho posible. La difunden muchas veces, en diferentes medios, con variado dramatismo, con mucho énfasis. Esto acapara toda la atención nuestra. Los que están esperando el mejor momento para perpetrar algún acto inconveniente saben que este encandilamiento es ideal. Igual que el ladrón que entra en la casa cuando los moradores se durmieron.

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jueves, 6 de marzo de 2008

¡Síganme los buenos!

La naturaleza se vale del placer y del dolor para que hagamos cosas en su favor (comer, descansar, beber, fornicar, descargar energías excesivas).

Cual el patético y autoproclamado líder que se ubica adelante de la turba descontrolada para creerse que es él quien los exacerba y conduce, los seres humanos hacemos cosas que en realidad están guiadas y estimuladas por la naturaleza.

Comemos ciertos alimentos creyendo que organizamos nuestra dienta (cuando en realidad ingerimos lo que nos pide el cuerpo), descansamos en un colchón anatómico y ergonómico cuando lo único que exige la naturaleza es que durmamos (aunque sea sentados), bebemos dos litros de agua por día cuando en la realidad la naturaleza expulsa toda la innecesaria como si fuera un vaso que se desborda, y así con todas y cada una de nuestras «decisiones».

Detrás de este infantil deseo de protagonismo tenemos al omnipresente miedo a la muerte. Como no podemos tolerar que ésta aparezca cuando se le ocurra a ella, hacemos toda una aparatosa mímica para poder creernos que la estamos controlando.

Así funciona nuestra ingenua inteligencia. Si será ingenua que nos creemos inteligentes. Incluyéndome, por supuesto.

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miércoles, 5 de marzo de 2008

Un vestido celeste de color gris

La percepción tipo A) se produce cuando un estímulo llega al cerebro desde el exterior, éste lo interpreta y el dueño del cerebro lo registra como un dato. La percepción de tipo B) es cuando el funcionamiento del cerebro produce interpretaciones sin el estímulo exterior y el dueño del cerebro igual lo registra como un dato. La percepción de tipo C) es la combinación (en diferentes proporciones) de la percepción tipo A) y tipo B).

Todos creemos que nuestras percepciones siempre son del tipo A), pero en realidad son de tipo C). Nos resistimos a aceptar esto porque nos demuestra cuan poco confiables son nuestras opiniones sobre lo que nos rodea, ya que nos manejamos con una mezcla de sensaciones reales e imaginarias.

Las percepción del tipo B) se producen durante el sueño y en las alucinaciones (en personas psicóticas y cuando se ingieren sustancias alucinógenas).

La percepción tipo A) es muy poco frecuente (quizá debería decir inexistente, pero no quisiera quedar como un exagerado). Lo que suele suceder es que más de una persona recibe el mismo estímulo y luego se ponen de acuerdo en la descripción verbal. Este consenso es superficial ya que es imposible que ambos hayan registrados exactamente los mismos datos pues sus cerebros, su imaginación y (fundamentalmente) sus deseos, son diferentes.

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martes, 4 de marzo de 2008

Otra historia de mediocres

El mito de Giges cuenta que un humilde pastor encontró un anillo que al hacerlo girar en su dedo, lo convertía en invisible.

La historia sigue como para que surja la inevitable moraleja que tiene cualquier cuento viejo. Cuando el pastor se dio cuenta del poder que había adquirido, mató al rey de su comarca y se casó con la reina.

La enseñanza moral que nos deja este mito es que el poder nos tienta lo suficiente como para que surjan los más bajos instintos.

Luego de emocionarnos con esta tremenda historia (?), la mayoría de nosotros saldremos corriendo de cualquier candidatura a la presidencia que nos ofrezcan, de cualquier ofrecimiento para hacer de juez en un partido de fútbol callejero, de ascender a jefe en el trabajo, de tener que cumplir algún horario, de tener casa propia, de fundar una familia, de casi cualquier cosa.

Esta y otras historias que demonizan el poder, la riqueza y en última instancia cualquier responsabilidad, nos dan legitimidad a los mediocres para facilitarles el trabajo a esos pocos que sí aceptan ser poderosos, ricos y responsables.

Claro que luego olvidaremos prolijamente todo este proceso e integraremos algún partido político cuyo lema sea lograr que «los más infelices sean los más privilegiados».

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lunes, 3 de marzo de 2008

Véndame un helicóptero y medio kilo de tomates

Hay algo que no estamos tomando en cuenta. Me imagino entrando en un gran centro comercial de varios pisos, para comprar solamente un litro de leche.

Es muy fácil diagnosticar que deberán pasar muchos años para que logremos sacarle todo el provecho posible a la cantidad de innovaciones tecnológicas con las que contamos hoy en día.

Estamos rodeados de increíbles soluciones, con las que podemos mejorar infinitamente nuestra calidad de vida, pero sin embargo no las percibimos y por lo tanto no las utilizamos. Como si entráramos a un mega-shopping que vende desde agujas para coser a yates con dos cubiertas, y sólo supiéramos hacer el recorrido que nos lleva hasta la sección de productos panificados, luego a la caja, y luego nos vamos. Todo lo demás no lo percibimos.

Y por supuesto que yo también estoy en la fácil actitud de diagnosticar mi falta de imaginación pero pienso y pienso y no logro darme cuenta cuántas cosas más puedo hacer con toda esta tecnología que se comporta como si hubiéramos vuelto a la época de los esclavos, pero con la diferencia de que estos esclavos son cultos, incansables, no se enferman, todos los días tienen el mismo carácter, no se rebelan, no se agremian, no conspiran, y sobre todo, podemos explotarlos sin sentirnos unos déspotas esclavistas.

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domingo, 2 de marzo de 2008

Escalar el Everest vestido de novia y con tacos altos

¿Conoce usted cuán perjudicial es la escasez de necesidad?

En los tiempos de bonanza las economías crecen por factores ajenos al esfuerzo de los agentes económicos. Si hay grandes cosechas porque el clima es favorable, si las exportaciones crecen porque los precios de nuestros productos suben internacionalmente, todo va bien pero no porque hagamos el esfuerzo sino porque tenemos suerte.

Por el contrario, la rentabilidad que surge del esfuerzo colectivo se produce cuando las economías tienen necesidades dolorosas: hambrunas, guerra, cataclismos, epidemias.

La escasez de necesidad genera apatía, indolencia, depresión, vagancia, desinterés, hedonismo, indisciplina, aburrimiento. Cuando estas particularidades se instalan porque los países disfrutan varios años de auge, cuando surge la época de recesión económica, tiene que pasar mucho tiempo para que aquellos holgazanes «se pongan las pilas».

Es muy razonable el quejarse de las necesidades y de sus molestas consecuencias, pero también debemos tener presente que el temperamento de nuestra especie se caracteriza porque pasa muy fácilmente de la productividad desesperada a la distensión complacida, pero que el recorrido inverso es tan difícil como escalar el Everest.

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sábado, 1 de marzo de 2008

«Me arrastré pero siempre con dignidad»

No es lo mismo decir «Fulano es un viejo» que decir «Fulano tiene un gran pasado». Si bien es exactamente lo mismo, suena muy diferente.

Recuerdo cómo se enojó un diputado cuando lo acusaron de mentir. Con gran convicción exigió que se dijera que había «faltado a al verdad». Es lo mismo, pero él se ofendía sólo si lo trataban de mentiroso.

Cuando una empresa vende computadoras recertificadas está haciendo lo mismo que antiguamente hacían quienes vendían computadoras usadas.

No sólo que la comunicación verbal es bastante ineficiente, porque pocas veces el mensaje del emisor es interpretado correctamente por el receptor, sino que para empeorarla se inventaron los eufemismos.

Una persona de raza negra prefiere que se les diga afrodescendiente, pero además discuten que no son negros sino marrones. Es preferible no-vidente a ciego. Por capacidades diferentes debe entenderse down o mogólico.

La lista es larga. A veces uno tiende a pensar que las palabras, por ser intangibles, tienen poca importancia, pero sólo hace falta ver cómo las eludimos, ocultamos o distorsionamos para concluir que valen más de lo que suponíamos.

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