jueves, 6 de marzo de 2008

¡Síganme los buenos!

La naturaleza se vale del placer y del dolor para que hagamos cosas en su favor (comer, descansar, beber, fornicar, descargar energías excesivas).

Cual el patético y autoproclamado líder que se ubica adelante de la turba descontrolada para creerse que es él quien los exacerba y conduce, los seres humanos hacemos cosas que en realidad están guiadas y estimuladas por la naturaleza.

Comemos ciertos alimentos creyendo que organizamos nuestra dienta (cuando en realidad ingerimos lo que nos pide el cuerpo), descansamos en un colchón anatómico y ergonómico cuando lo único que exige la naturaleza es que durmamos (aunque sea sentados), bebemos dos litros de agua por día cuando en la realidad la naturaleza expulsa toda la innecesaria como si fuera un vaso que se desborda, y así con todas y cada una de nuestras «decisiones».

Detrás de este infantil deseo de protagonismo tenemos al omnipresente miedo a la muerte. Como no podemos tolerar que ésta aparezca cuando se le ocurra a ella, hacemos toda una aparatosa mímica para poder creernos que la estamos controlando.

Así funciona nuestra ingenua inteligencia. Si será ingenua que nos creemos inteligentes. Incluyéndome, por supuesto.

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11 comentarios:

Anónimo dijo...

Esto querría decir que los cosejos de los dietistas y los médicos están de más. ¿Entendí bien?

Anónimo dijo...

Creo tener mucho mas control sobre como manejar mi salud.

Anónimo dijo...

Eso de "descargar la energia excesiva" quiza sea el asunto del juego de los niños.

Anónimo dijo...

fornicar es una de las maneras en que los adultos descargan sus energías excesivas, muchas veces hasta con un espíritu juguetón; incluso algunos llegan a tentarse y te dicen cualquiera para disimular.

Anónimo dijo...

Es cierto que el grupo guía al líder, pero no cualquiera sirve para lider.

Anónimo dijo...

cada cual tiene su peculiar estilo para sentir que controla su existencia; a mí me parece que más allá de que algunos pongan el acento en lo que comen, en la energía que gastan, el dinero que ganan, la belleza, la erudicción y tantas cosas, lo que usamos todos para controlar y controlarnos es el lenguaje.

Anónimo dijo...

¿por qué no nos descanzamos en la naturaleza entonces?

Anónimo dijo...

No se vaya a los blancos y negros, hay un montón de cosas que aprendemos a controlar, es cierto que las controlamos y menos mal! (como los esfínteres por ej.)

Anónimo dijo...

Durante mi infancia mis progenitores se esmeraron en controlar mi dieta para que fuese equilibrada. ¡Qué macana! al llegar a la adolescencia justo se me ocurrió descontrolarme por ese lado.

Anónimo dijo...

No sea malo, por lo menos tolere que nos sintamos protagonistas de nuestra propia vida...aunque nos prohiban fumar, usemos casco y cinturón, condón para coger, poca sal y poca carne, no más de una copa por día, evitemos las grasas y realicemos ejercicios aeróbicos.

Anónimo dijo...

si la mímica es aparatosa será porque es necesaria, nadie usa o inventa aparatos porque si.