sábado, 8 de marzo de 2008

¡Qué mal ejemplo de intolerancia!

El ser humano se comió una manzana y Dios condenó al macho a ganarse el pan con el sudor de la frente y a la hembra a parir con dolor. ¡Qué mal ejemplo!

Si bien esto es un mito bíblico, muchos lo aceptan como un dato histórico y los que no, igual piensan que algo parecido debió suceder.

Lo que me parece pésimo es que un ser tan superior tenga esa conducta tan intolerante, agresiva, violenta, vengativa. Todos queremos ser tan perfectos como Dios (a sabiendas que no lo lograremos plenamente), pero lo que sí podremos lograr es adquirir esos rasgos tan antisociales.

Cuando se castiga a un medio de comunicación por «instigación a la violencia, (a la venganza, o a cualquier otra conducta inadecuada)» olvidamos que La Sagrada Biblia nos está convirtiendo en haraganes (porque ¿quién no va a procurar eludir el castigo de trabajar sabiendo que él no hizo nada?); nos está convirtiendo en intolerantes («si Dios se mostró tan irascible, ¿qué puede esperarse de un débil mortal como yo?»); nos está convirtiendo en sádicos (si comer una manzana dio para tanto, ¿qué puede esperarse de mí cuando me entere quién me robó el calzado Nike que aún no terminé de pagar?).

¿Para qué sirve este comentario? Para darnos cuenta de que estamos recibiendo un pésimo ejemplo tan beatificado como para no poder dejar de imitarlo.

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13 comentarios:

Anónimo dijo...

Para mi por lo menos esos de trabajar no es tan grave porque las horas se me pasan volando, claro que si me fuera impuesto como castigo, estaría molesto por la actitud del que me da el trabajo más que por el trabajo en sí.

Anónimo dijo...

Si nos vamos a fijar por lo que se ha hecho en nombre de Dios, no tenemos mucha diferencia con lo que se ha hecho por el nacionalismo alemán, ni por el comunismo de Stalin, ni por la república de Bush. Es probable que donde hay un ser humano hay amor y violencia.

Anónimo dijo...

Me divierto pensando historia como Felipe de Mafalda y pensé que Dios fuera un colectivero que ante una imprudencia de un automovilista, se bajara del camión y como es omnipotente, agarrara al auto entre sus brazos, los comprimiera con sus ocupantes adentro, lo dejara del tamaño de una caja de zapatos, lo depositara sobre la vereda, se sacudiera las manos una contra otra, se subiera al ómnibus y todos los pasajes, vestidos de sotana, lo aplaudieran y mientras Dios retomaba la marcha, los pasajeros de la curia entonaran villancicos y cantos gregorianos, con loas al señor conductor.

Anónimo dijo...

Me gustó la historia del colectivero y ya me imaginé otra en la que Dios es tachero y le pasa algo parecido con un semáforo descompuesto que se le quedó en roja más de la cuenta, entonces se baja y agarra el caño que sostiene al artefacto y lo empieza a doblar hasta convertirlo en una especie de reja rococó o como si fueran esos globlos que usan algunos payaso para formar gorros y muñecos. Terminado el primoroso trenzado, también se sacude una mano con la otra (porque esos caños tan altos siempre están muy llenos de tierra, sobre todo si hace mucho que no llueve), digo, vuelve al taxi y el pasajero le dice que si no podría apurarse porque se le está haciendo tarde, entonces Dios, más calmado después de la cadeneta, se reza a sí mismo, el auto levanta vuelo y mágicamente reaparece en el lugar a donde el pasajero había solicitado. Cuando éste le va a pagar, el tipo de dice "No, no es nada. Que yo me lo pague".

Anónimo dijo...

El Dios que yo quiero inventar es alguien que trabaja en la municipalidad, sección tránsito. Como El está en todos lados y además es un animal sancionando, en menos de 24 horas no queda ningún transgresor. Cualquier falta, por pequeña que sea (ir comiendo manzanas mientras maneja supongo que le haría saltar la térmica). Cuando un conductor o chofera atiende el teléfono sin detenerse, Él estaciona el vehículo con sus super poderes, la hace bajar con sus super poderes, le derrite el celular hasta que se convierte en un charquito negro brillante, le corroe la 4x4 hasta que solo queda un humito con olor a goma quemada y a ella la ata por un día entero al poste más próximo.

Anónimo dijo...

y yo que me quejo de que trabajo en una oficina donde la jefa es menor que yo y está permanentemente mal cogida? Lo que sería Dios como jefe!! Te equivocás en una coma y te suspende por dos años. No te digo nada si llegás a escribir mansana con "s"... Te cuelga de los pulgares por tres generaciones. ja-ja

Anónimo dijo...

Parece que Dios arrancó así y después hubo un grupo de notables que le pidió una entrevista y le dijo algo así como que se le estaba yendo la mano. Después de muchas idas y venidas -porque Dios entiende que no es buena cosa para ser respetado el que la gente no le tenga terror al jefe- llegaron al acuerdo famoso de "Ojo por ojo y diente por diente".
Lo que no se logró -porque Dios estaba muy inflexible-, fue que este retoque a la ley fuera retroactivo a Adan y Eva para que la condena a toda la humanidad no tuviera efecto.
Eran otros tiempos y otros gobiernos.

Anónimo dijo...

Cristo vino y dijo: "No va más eso de que 'Ojo x ojo y diente x diente", ahora hay que dejarse pegar. Si él dijo eso tan suelto de cuerpo, podría pensarse que -aunque la cronología de los hechos no lo acompañe- quizá Dios fue el primer AntiCristo ... ¿No se si me siguieron?

Anónimo dijo...

Voy a participar con una boludez, pero por si alguno no la tiene, el hecho es que el hombre hizo a Dios a su imagen y semejanza y por eso puso en el mito cosas que son propias del mismo que lo inventó.

Anónimo dijo...

Ahora que en el blog se menciona un castigo terrible, estoy pensando que también llegaron a nuestros días como muy buenos tanto La Divina Comedia como las obras de Shakespeare, en las que la truculencia está a la orden del día.
Quizá en nuestra época seamos más delicados que antes, quizás las leyes hayan tratado de crear una violencia igual pero opuesta a la natural en el ser humano y por eso hoy todo lo que era bíblico, dantesco o shakesperiano, figura en la crónica roja.

Anónimo dijo...

Todo esto es inteligente y divertido, pero me gustaría conocer la opinión de un teólogo.

Anónimo dijo...

En el colegio católico al que concurría, en las clases de catequesis sacaban de programa el Antiguo Testamento. Parece que en los tiempos que corren, está difícil encontrarle una interpretación digerible.

Anónimo dijo...

Yo pensaba que todos los dioses eran irascibles menos el dios cristiano. ¡Ya no hay esperanza! Ni en Kung-fu se puede creer, porque la bondad no existe y eso que llamamos bondad es interesada entonces no tiene sentido hablar de bondad o de maldad sino de conductas molestas o agradables. Ta! Lo dije todo! Me leí todo Mieres!
Por casualidad ud. es pariente de Pablo Mieres, el del Partido Independiente?