viernes, 22 de mayo de 2009

¡Regalamos todo!

Habrán observado que la publicidad muchas veces intenta estimular nuestro deseo de comprar avisándonos que en cierto comercio «se volvieron locos», que «están regalando todo», que «sus precios son de locura».

Lo que nos está diciendo es que nos aprovechemos de la enfermedad de alguien. Quizá no sería muy estimulante si nos dijeran que el dueño del comercio publicitado está paralítico en una silla de ruedas y que podríamos ir a saquearlo.

Por supuesto que los que concurren a realizar sus compras no lo hacen pensando que se aprovecharán cruelmente de un semejante; concurren suponiendo que no es más que una exageración publicitaria, una broma, … aunque de todos modos, si no fuera porque pueden obtener una ventaja especial del comerciante, no irían a su comercio.

Hay un solo caso en el que alguien puede prescindir de los demás por un cierto tiempo y es aquel que vive de lo que produce en su parcela y se arregla con lo que fabrica con sus manos. Y subrayo «por un cierto tiempo» porque tarde o temprano necesitará conseguir algo de los demás.

Excepto este raro caso de autosuficiencia, todos los demás vivimos gracias a la interacción con nuestros semejantes. Permanentemente estamos tratando de obtener lo mejor a cambio de nuestro menor esfuerzo.

Una clave esencial para poder negociar con los demás es empezar por aquel famoso «conócete a ti mismo»: Aceptar que nos gusta aprovecharnos de la debilidad ajena nos permite saber que los demás procurarán aprovecharse de nuestra debilidad. Con estos dos datos (lamentables pero realistas) podremos negociar con mejores resultados.

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15 comentarios:

Laura E. dijo...

Me gustó mucho su artículo y ahora que apredí como se hace pongo lo que más me gustó: "Permanentemente estamos tratando de obtener lo mejor a cambio de nuestro menor esfuerzo."

Esto podría haberlo escrito yo misma.

Saludos

Karen Zapatero dijo...

¿... y por qué se creen que nos gustan tanto los osos? Porque son ladrones, avivados, les gusta revolver por todos lados en busca de comida, curiosos, incansables, humanos.

Anónimo dijo...

a mi no deja de llamarme la atención la canción del disco "por eso quiero subir de nivel... oh... ir sumando día a día" subir de nivel, sumar... me da la impresión de que fue ordinariamente programada para quedarle en la cabeza a las clases medio-bajas... como que ellos son su público objetivo.
alexis
buen blog el suyo dr!
viche el mío si quiere
blogs.montevideo.com.uy/finisterre

CHECHU dijo...

YO NO HAGO LEÑA DEL ÁRBOL CAÍDO

Pocha dijo...

Me tenían loca todas las porquerías que venía acumulando en el bazar, entonces hice una liquidación fenomenal, tiré la casa por la ventana, pero no en sentido metafórico: cuando se acercaba un cliente a la puerta le tiraba por la cabeza un florerito de porcelana o similar.

Dorys dijo...

Para esta sociedad no soy más que una consumidora anónima, por eso trato de ejercer mi rol de la mejor manera posible, nunca me aprovecho de una liquidación. Asalto las tiendas que tienen los precios más caros.

Magela dijo...

Las relaciones comerciales buscan sólo la conveniencia, en esto se diferencian de las relaciones afectivas.

Venusina dijo...

Cuando un comerciante liquida por quiebra debería dejar su número de cuenta para que sus clientes podamos apoyarlo solidariamente.

el pibe chorro dijo...

Para saquearlo no necesita que el dueño esté paralítico, alcanza con que no esté armado. Y aún así nosotros vamos padelante!

el Robinson pampeano dijo...

A pesar de esta tremenda soledad, por ahora mas o menos me arreglo. El mar me brinda sus peces, los árboles me regalan sus frutos y estas tiernas ovejitas me hacen compañía.

el papo dijo...

No insista en tratar de convencernos de que todos somos mala gente. Laburamos con ahínco preparando a los chicos y ellos también reciben su paga.

Adán dijo...

...es cierto, me arreglo con las manos ¡por un corto tiempo!

el hincha dijo...

¡Con razón le va tan mal a la celeste! Bien dicen que "el que quiere celeste que le cueste"

Etelvina Pitaluga dijo...

Los mejores negociantes son los que parecen muy cofiados pero no le creen ni a la madre.

Luisa Saralegui dijo...

Tenés razón sicópata: apelan a nuestra hijoputez! Somos todos una cagada. Hasta las monjas aprovechan de las liquidaciones.