domingo, 31 de mayo de 2009

Lo material está primero

En un artículo pasado (La ética como ciencia rentable ) comentaba con ustedes que la palabra ética proviene de ethos que en griego quiere decir «costumbre».

Las costumbres que tienen los pueblos y las personas constituyen en conjunto de prácticas que consideran más convenientes.

Es la evaluación de «conveniencia» lo que no parece tan sencillo porque acá aparecen datos objetivos y subjetivos.

Con los objetivos no hay muchas dudas: tener más confort, esforzarse menos, disminuir la incertidumbre. Pero con los subjetivos hay muchas dudas porque en ese plano nos guiamos por creencias, ilusiones, prejuicios, supersticiones.

Me animaría a decirles que son los datos subjetivos los que más influyen en las costumbres.

A pesar de que el sentido común dice que lo mejor es guiarse por los datos objetivos (los que se pueden comprobar), a la hora de tomar una resolución tendríamos que asumir que pesan más los afectos, sentimientos, deseos, anhelos, esperanzas, fantasías, promesas, intuiciones.

Por lo tanto: Si usted entendiera que mi descripción de los hechos es correcta y teniendo en cuenta que cancelamos nuestras necesidades vitales con la realidad objetiva (comida, abrigo, vivienda), podría ser beneficioso priorizar la atención de nuestra realidad material y postergar la atención de la realidad no material.

●●●

22 comentarios:

Victorica dijo...

Es sensato: sin cuerpo no hay nada que hacer.

Beatriz Galli dijo...

El desprecio por lo material lo tienen personas que por su orgullo se creen por encima de los seres humanos comunes.

Tomás Calvo dijo...

Si estamos vivos es porque estamos atendiendo antes que nada nuestras necesidades objetivas (o más bien de supervivencia, diría yo) Esas necesidades las podés super-atender o apenas darles bolilla, pero si no las tomás aunque sea un poquito en cuenta, es que no estás en este mundo.

Lucila Zipitría dijo...

El que posterga la realidad no material por atender la realidad material, no tiene inteligencia emocional.

el Conde de Caraguatá dijo...

Sería horrible un mundo de gente objetiva, racional, fría; gente que no permite el protagonismo de sus afectos. Que nos ahorraríamos muchos problemas es cierto, pero en un mundo así se nos congelaría el alma.

Esther dijo...

No me casé con el amor de mi vida porque mi religión no me permite casarme con hombres divorciados. Estoy más que arrepentida...y ya es demasiado tarde.

Rafael L. dijo...

Siempre pienso que me convienen las situaciones más complicadas. Al principio no me doy cuenta de que son complicadas, me meto en líos enormes, tengo un imán para estropearme la vida.

Patricia Genta dijo...

Es lo que dicen mis padres: que primero tengo que estudiar, después recibirme, después conseguir un buen trabajo, después casarme y por último tener hijos.
¡Y todavía no soy bachiller y me muero por tener mellizos!

Roberto Carrasco dijo...

Estoy de acuerdo con el licenciado. Si ud quiere curar a un loco que vive en la calle ¿qué hace primero? ¿le da antipsicóticos o comienza por procurarle techo y comida?

Aleluyo Fatal dijo...

Nunca prioricé el cuerpo y hoy me siento desorientado; como un ánima etérea deseando fornicar!

Romualdo Antúnez dijo...

Entiendo que su descripción de los hechos es correcta pero sus conclusiones dejan mucho que desear.

el poeta dijo...

Cuáles serán las costumbres convenientes del afecto

Eugenio Garaggi dijo...

Antes pensaba que quienes carecían de logros en lo material eran ineptos e inútiles. Entonces me preocupé mucho en no parecerme a ellos. Después de mucho esfuerzo lo logré.
Maldita sea!
Ahora me siento inferior por ser un vil materialista!

Grafito Paredes dijo...

Las malas costumbres que tienen los pueblos son un conjunto de prácticas que aportan beneficios sólo a corto plazo.

María Julia dijo...

Se pueden atender ambas realidades a la vez.
Usted no aprende más Lic.

Temesio Diez dijo...

Mientras tenga quien se encargue de las pesadas preocupaciones materiales (mi padre y mi madre en mi caso), seguiré trabajando sobre mis preocupaciones espirituales, que puedo hacerlo desde mi casa y hasta desde mi cama.

G. Cuñarro dijo...

Por haber fracasado en mi profesión (abogado), tuve que salir a recorrer comerciantes ofreciendo un cierto servicio. Todavía no me va como yo necesito, pero estoy maravillado de la sabiduría que está pulverizada en la cabeza de muchas personas a las que sólo hace falta escucharlas y comparten generosamente lo más rico de su sabiduría.

Rosario Pandolfi dijo...

Las señales de cómo tenemos que resolver los pedidos materiales para seguir viviendo sólo hay que hacerlos mientras que los pedidos espirituales dan más trabajo xq llevan tiempo entenderlos, son confusos, se discuten.

Karen Sotolani dijo...

Mi espíritu está pleno cuando tengo un rico y abundante plato de patatas fritas y los leños caldean el aire que me abraza.

Poesía de la mejor!

Walter Benech dijo...

Es probable que yo sea un bruto como me dicen pero sigo convencido de que los espirituales son unos avivados parásitos.

Aniceto Cedeñy dijo...

Me imagino que el cerebro tiene dos formas de funcionar. Cuando de resolver las urgencia materiales se trata, actúa casi solo. Cuando nos duelen cuestiones de los sentimientos, entonces funcionan otras partes y es mucho más trabajoso.

Anónimo dijo...

Los dos en su justa medida, una cosa no existe sin la otra, así como arriba no existe sin abajo o antes no existe sin después, y si no por qué "Dios" necesitaría crear?...