viernes, 1 de mayo de 2009

The Semen Bank

Está en nuestra naturaleza suponer que no somos animales a pesar de que existen múltiples evidencias que nos llevan a esa conclusión.

No hay duda que somos animales diferentes al resto, pero también es cierto que todos los animales son diferentes entre sí.

Lo que necesito compartir con ustedes es que el único motivo por el que estamos vivos es para mantener nuestra especie. Por eso lo más importante que tenemos que hacer es cuidarnos y reproducirnos. Todo lo demás son formas de hacer esto mismo.

Ayer les proponía la hipótesis de que preferimos recibir dinero de un ente abstracto (el Estado) y que nos cuesta más recibirlo de alguien que tenga cuerpo, de una persona como nosotros (empleador, cliente, paciente).

Una causa posible de esta dificultad puede ser que nuestra psiquis, tan sensible a las metáforas (comparaciones), supone que cuando una persona nos da dinero, de alguna manera nos está inseminando como cuando un pene —al eyacular— descarga el semen dentro del cuerpo que está penetrando.

En esta metáfora tenemos dos matices. Cuando alguien nos da dinero voluntariamente suponemos que es su deseo penetrarnos e intenta fecundarnos, con lo cual no deja de ser un honor que alguien nos seleccione para ser «la madre» de sus hijos. Más difícil es cobrar porque en este caso estamos (siempre metafóricamente) pidiéndole al otro que nos penetre, que nos dé su semen y que sea el padre de nuestros hijos.

Resumiendo: Por lo menos para algunas psiquis, cobrar dinero de alguien de carne y hueso, equivale a recibir semen de quien nos paga. En caso de que esto tenga que ser así (porque no somos empleados públicos), preferimos que nos lo den voluntariamente porque pedir que nos paguen nos da tanta vergüenza como la que siente una mujer cuando desea hacer el amor con un desconocido.

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21 comentarios:

Lic. Belinda Charpantier dijo...

Es probable que esto le suceda a ALGUNAS personas como ud dice pero me interesaba repetirlo porque a veces una lee apurada y se saltea palabras que le cambian totalmente el sentido a la oración.

Feliz día!

Anónimo dijo...

Si comparamos al dinero con el semen yo no tengo prejuicios: QUIERO MUCHO SEMEN.

Chicho dijo...

jaja, la hermanita vio una cánula goteando?

Ruth Xavier dijo...

He oído de dinero productivo pero no de dinero re-productivo.

Perdón, me rectifico, acabo de leerlo. Esta es mi primera vez.

ji

Miguelón dijo...

No abras tanto la bocar hermanita que por ahí no te fecundan. jojo

Lic. Verónica Daloia dijo...

Una paciente mía, se cambió de informática a modista porque según ella le costaba mucho cobrarle a los empresarios a quienes le vendía mantenimiento del software. Ahora pienso que su artículo podría estar dando otra explicación. Pedirle dinero a otra mujer es más fácil que pedírselo a un hombre. Ellas no tienen pene y mucho menos semen. La fantasía de penetración sería más débil.

Gricelda Tambasco dijo...

Compararnos con los animales es el resultado de una percepción gruesa, tosca, insensibles, burda. No comparto para nada esta primera propuesta.

El resto del artículo no hace falta que lo lea.

Cra. Beatriz O. dijo...

Yo que estoy todo el día negociando con mis clientes puedo decir que no es nada fácil, pero he encontrado una forma no muy santa pero efectiva. Contrato chicas lindas que sepan vestirse en forma provocativa y con eso las dificultades son mucho menores.

Arq. Luján Amengual dijo...

En México tenemos el machismo más radical de los hispanoparlantes (creo que a nivel mundial son los árabes) y para una mujer no es difícil cobrar siempre que no tenga tan enredadas las ideas como las que acá dice. Cobro por mis proyectos arquitectónicos, POR NADA MÁS. Si en la cabeza del cliente hay otros asuntos, allá él.

Gonzalo dijo...

O sea que el que se tira a una callejera, le "paga" dos veces?

Antenor Juria dijo...

Sus ideas son muy originales pero lo leería más a menudo si no fuera tan anticlerical.

Águeda Casas dijo...

Ja! que somos animales? Discrepo.
Desde que me separé del bestia de mi marido, convivo con un perro mucho más humano que él. Lo juro por mi vista.

Graciela Buendía dijo...

Los psicoanalistas son como mandados a hacer para bajonear a la gente. Quienes dependemos de sabernos con alguna misión trascendente para seguir levantándonos cada día, quedamos arruinados con esa definición tan castradora.

Carolina dijo...

Soy muy irritable, irascible, suspicaz, perseguida. Mi antena debe ser enorme. Voy a esto: algunas personas, cuando nos van a pagar lo que nos deben, hacen gestos de perdona-vidas, de filántropos, de generosos que esperan agradecimiento infinito.

Con tal de evitar estas actitudes, igual me quedo sin cobrar dinero que necesito para vivir.

el economista dijo...

El semen público a veces cae afuera.

Lady dijo...

Cuando exijo mi dinero siempre voy de guantes.

Eva Glora Stefan dijo...

La compasiva limosna ¿encubre un deseo de penetración?!

Yoel dijo...

Hacer de madre siempre es más fácil que hacer de padre, además ir de vientre es más difícil que orinar parado.

Arturo dijo...

Debe ser por lo que ud plantea que los profesionales más prestigiosos tienen una secretaria para que les cobre (esos tipos no se dejan coger por nadie).

Grisell dijo...

Lo malo de la metáfora es que algunos nunca pasan a la escena real.

Desfleque dijo...

Muchas veces me he preguntado ¿por qué me da vergüenza exigir que me paguen? Es pedir lo justo. Avergonzarse debería la otra parte, la que está en deuda. Claro que quizás el deudor está muy avergonzado y uno no hace mas que exacerbar ese sentimiento tan incómodo. Bueno, capaz que al deudor no le importa nada ¿cómo saverlo? Al final pagan justos por pecadores. Aunque vuelvo a preguntarme ¿si el deudor siente vergüenza, quiere pagar pero no puede? En ese caso si le exigimos es al santo botón, porque si no puede, no puede. Se aplicarán multas, que le vamo hacer. Y entonces, al final termina más endeudado un tipo que ya estaba en rojo. Eso es duro. Bueno, pero quién le manda endeudarse. Lo que pasa es que si el tipo no arriesga no gana, y al final por ser valiente y patriota, por invertir en su país, termina avergonzado, endeudado. Claro que este es otro problema y lo cierto es que las deudas deben pagarse y los cobradores cobrarse.