sábado, 2 de mayo de 2009

El metro de goma

Estaremos casi de acuerdo en que el dinero funciona como una mercadería con la cual se pueden realizar trueques más variados que con cualquier otra.

Si usted está al tanto de los precios, habrá notado cuánto varían algunos de ellos. Por ejemplo, las frutas y verduras son más baratas en el período de su cosecha.

Como en nuestras economías de mercado la mayoría de los precios se rigen por la oferta y la demanda, cuando algo abunda baja el precio y cuando escasea aumenta.

Como el dinero es una mercadería, también cambia su valor.

Los precios del dinero dependen de muchos factores pero es muy difícil darnos cuenta cuándo cambió y casi imposible saber por qué cambió. A veces podemos pensar que si la cotización de una moneda estable (como el dólar o el euro) cambia es porque en realidad fue nuestra moneda la que modificó su valor.

Como es una mercadería y su precio se modifica por la oferta y la demanda, nuestro dinero pierde valor si abunda y se encarece cuando escasea.

El dinero puede abundar porque el gobierno aumenta la emisión (imprime y hace circular más billetes) y puede escasear porque mucha gente deja de comprar por algún motivo (recesión, temor, estímulo del ahorro).

Si usted se preocupa porque no se da cuenta cuál es el verdadero valor del dinero que tanto trabajo le cuesta conseguirlo, no se preocupe, nadie lo conoce realmente porque en definitiva los mercados tienen comportamientos imprevisibles y pueden cambiar su actitud de un minuto para otro.

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24 comentarios:

Sebastiana C. dijo...

El valor de las peras es el que dice el cartel y el valor del dinero es la cantidad de peras que me darían por un peso.

Cra. Rosaura dijo...

Hay otro precio del dinero (si es que se pudiera hablar así) que es el costo de financiación.

Sería como cuánto cuesta alquilarlo. Cuando el dinero es barato, las tasas de interés son bajas y si escasea, son altas.

Waldemar Cabrera dijo...

Lo que ud quiere decir probablemente es que el mismo dinero tiene diferentes precios y por eso al final no tiene ninguno. No sé si es tan así. Tiene razón en que nadie lo conoce exactamente.

Ernestina Camejo dijo...

El productor que va al mercado nunca sabe cuánto dinero traerá a su casa. Recién cuando logra hacer la venta, ahí sabe cuánto costó su esfuerzo. Antes no. En realidad no se saben ninguno de los dos precios: ni el de su producción ni del dinero. Es decir: con anticipación, nunca se sabe algo.

Copérnico dijo...

Disculpen que les cambie de tema, pero no para mí: Cada día que me levanto mi compañera está diferente. Cuando está absorta en sus pensamientos, no sé si me sigue queriendo o la noche anterior fue la última en que durmió conmigo.

Al productor puede pasarle lo mismo con su mercancía y el amor con que será recibido por los compradores. Debe ser muy triste que nadie le compre nada.

Glauco Ponciolo dijo...

Los gobiernos suelen caer en la tentación de fijarle un precio oficial a su dinero, pero con esto lo único que logran es que se cree un mercado negro donde las transacciones se hacen al verdadero valor de la oferta y la demanda.

María del Pilar dijo...

La tasa de interés tampoco es una referencia confiable porque se aplica según cómo sea calificado el deudor (buen pagador o regular), según las garantías que ofrezca, el plazo que pida para pagar, a qué piensa destinarlo.

Gus dijo...

Usted que vive preocupado por la pobreza psicológica, tenga en cuenta que el manejo del dinero siempre está lleno de dudas, incertidumbres, riesgos, amenazas. Cualquiera que rechaze alguno de estos estados de ánimo, sin duda que tendrá que ser pobre quiera o no quiera.

Chichita dijo...

cómo que no: hay un precio del dinero. Las financieras rápidas (o como se llamen) que préstan sin garantías ni pedir referencias, cobran un poquito menos que la tasa de usura que fije cada banco central. Ese es un precio del dinero para quienes no tienen más remedio que caer en pedirlo así.

Ducatti dijo...

Lo que dice Chichita me hace acordar de algo: Los intereses sólo los pagan los pobres infelices que cumplen con el contrato de préstamo. Los que nunca pagan, recibieron todo gratis. En realidad fueron los cumplidores los que pagaron todo: el dinero y los intereses de los incumplidores (más una ganancia de la financiera). Ser cumplidor es carísimo. Cuídese!

Esteban Capobianco dijo...

Los gobernantes son personas como nosotros que también sufren de ansiedad como todos pero con un empeoramiento: Ellos tienen poder. Cuando fijan precios arbitrariamente, para que la oferta y la demanda no tengan el poder de hacer lo que quieran, seguramente provocarán otro problema. Si el precio es bajo, los productores no producirán y si es alto, los consumidores no consumirán.

Parece que no hay salida posible: Ninguna mercancía puede tener UN precio solo. Ni el dinero ni ninguna otra.

Bum-Bum dijo...

Para que una economía funcione bien, tiene que funcionar como un joven: Gastando todo lo que se gana. El ahorro es nefasto. Es como la circulación sanguínea de un anciano. Alguien dijo una vez que al dinero habría que ponerle fecha de caducidad. Si no se gasta, se vence y hay que tirarlo. Buena idea! Lo voto con las dos manos! Basta de amarretismos, conservadurismo, miedos al futuro, cobardía a vivir!!! Cada viejo ahorrador deprime a diez jóvenes activos.

Ofelia dijo...

De dónde salió este dinamitero? Parenló x favor que nos destroza el planeta!!! Qué locura Dios mío!

Amalia dijo...

La vida vale la pena de ser vivida cuando se convierte en una novela épica o en un largo poema: En ninguno de los dos tiene cabida el dinero, por lo tanto...... me van a perdonar..... pero ese tema debería ser ELIMINADO.

Santángelo dijo...

Voto a Amalia, y citando a Toyos repito: "ya no hay espíritu de aventura"

CHECHU dijo...

EL VERDADERO VALOR DEL DINERO ES EL QUE LE DOY YO.

Sandra Over dijo...

Creía que a mayor desarrollo económico de un país, mayor estabilidad de la moneda.

Leticia Cuore dijo...

No me preocupo, no, desconozco de qué está ud hablando.

la pulga dijo...

El trueque más usado es trabajo por dinero.

Laura Negri dijo...

Los precios por lo general varían en un mismo sentido: hacia las nubes.

Benemérita dijo...

Siguiendo el razonamiento de Sebastiana, mi dinero vale una zanahoria (y con una me alcanza para seguir adelante)

Huracán Travieso dijo...

Levanté mucho los precios ¡y eso que estamos en período de cosecha!

Celeste Gladyolo dijo...

A menudo me parece que mi marido ha cambiado, sin embargo quizás la que haya cambiado sea yo.

Lupita dijo...

¡por eso no quiero tener demasiado dinero! si mi dinero abunda, perderá valor.