viernes, 8 de mayo de 2009

Con hambre no hay amor

Pensar con lógica psicoanalítica implica tener en cuenta la influencia que tienen todas las experiencias que pudieron quedar registradas en la psiquis de cada uno y que luego pueden ser evocadas o no, pueden ser conscientes o inconscientes.

Con esta aclaración es posible pensar que un pequeño que tiene una mamá con suficiente leche se forma una idea de lo que es vivir diferente a otro cuya mamá casi no puede darle de mamar.

La complacencia que siente un niño bien alimentado tendría que ser diferente a la de otro que percibe cuánto estrés se forma en torno suyo para hacerlo callar cuando grita de hambre.

Es probable que cuando la madre tiene leche suficiente, sienta que tiene un hijo hermoso y la relación que existe entre ambos sea reconfortante. Por el contrario, cuando la madre no puede alimentarlo adecuadamente, es probable que sienta que el pequeño es «otra boca más para darle de comer».

Por más esfuerzo mental que se haga para descalificar la importancia que tiene en la vida de cada uno de nosotros un aspecto tan materialista como es el alimento que nos aplaca el hambre, en el fondo, tenemos que asumir que no puede haber amor de ningún tipo cuando no han podido satisfacerse las necesidades mínimas de supervivencia.

Dicho de otro modo: Así como el amor madre-hijo es más probable cuando ninguno de los dos siente hambre, el amor entre los ciudadanos es también más probable cuando en la población se han superado las dificultades para conseguir alimentos.

En suma: hay una relación inevitable entre el amor y lo material.

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23 comentarios:

Patricia dijo...

Aunque no te quedó tan claro, supongo que nos estás "pegando" a los que renegamos de lo material exageradamente para tu gusto.

Saúl Cal dijo...

No creo que haya algún idealista que niegue esta obviedad.

Debo reconocer sin embargo que a veces la propia ineficacia para ganarse la vida lleva a muchos a ser despectivos con lo mismo que andan buscando y les cuesta ganarse.

Anónimo dijo...

Usted adolece de los rasgos típicos de los lacanianos: Es lo suficientemente confuso como para que los lectores podamos pensar diferentes opciones.

En síntesis, sí, estoy de acuerdo en el remate: El amor es materialista. ¿Está conforme? ¿Nos autoriza a soñar con un mundo mejor o le molesta?

Saludos (sin rencores).

Doris Mancusso dijo...

Me desilusionan los hombres porque sólo quieren tener sexo. Reparan en mis senos, en mis piernas, me sugieren que quieren desnudarme y eso me ofende, me quita ganas de perfeccionarme espiritualmente. Son muy importantes ellos para mí pero ¿por qué son tan materialistas?

Américo Rímoli dijo...

Estamos condenados a vivir cagándonos a mentiras. Lo real es que hay que comer, tener cama para poder dormir, que se nos pare la pija para poder coger. ¿Qué más?

Raymundo dijo...

Mi madre me sobreprotegía porque se sentía culpable de que a los pocos días de mi nacimiento, sus senos dejaron de producir leche. Eso la angustió mucho y cada vez que yo tenía hambre (según me contó no hace mucho), para ella era como un timbre que le indicaba que tenía que empezar a sufrir por no ser una buena madre que diera su leche.

Eusebio Gomensoro dijo...

De acuerdo, no podemos hablar de amor si no es teniendo un cuerpo con todas su necesidades y debilidades.

También es cierto que tenemos que trabajar, ganar DINERO, arroparnos, educarnos, reproducirnos, ahorrar para la vejez.

PERO ADEMÁS, existe un algo inmaterial que es nuestro alma y que pertenece a una categoría diferente.

Una cosa no excluye a la otra.

Silvia dijo...

Creo entender lo que siente.

Está bien que cada uno opte por la riqueza o escasez que quiera, pero lo que sí es condenable es que algunos usen eso para forzar a los demás a darles lo que les falta, imponiendo con sus miserias una especie de generosidad que no es tal porque surge de un chantaje visual.

Mabel Caplán dijo...

La vida es una lucha continua contra la escasez: De dinero, de alimento, de abrigo, de tiempo, de amor, de soledad, de intimidad.

Todo lo valioso es escaso y todo lo que parece escaso se vuelve valioso.

Julio Semino dijo...

Es cierto que las personas que creemos en el espíritu tendemos a negar un poco neciamente los aspectos materialistas de la existencia.

Vale su esfuerzo por reconciliarnos con una parte de la realidad aunque seguramente sea más placentero poner estos temas como si fueran equipos de basquet que compiten por ser los mejores.

Psic. Marisa Landaburu dijo...

Hay un poco de rechazo maniático a lo material.
Para mis creencias se debe a que el cuerpo es el que expresa el deseo y al deseo todos le tenemos miedo porque puede llevarnos a la perdición.
Por lo tanto, negar lo material es una forma de negar el deseo y los peligros a que nos expone.

Carla dijo...

El estrés que se forma en torno al niño cuando llora de hambre también puede producirse cuando la gente que lo rodea es muy ansiosa e intolerante.

Marcelo Trinidad dijo...

Lo primero y más urgente es sobrevivir, por eso todo cambio social profundo debe comenzar garantizando la supervivencia.

Gloria Zapat dijo...

Ante las dificultades algunos desarrollan la paranoia y otros una picardía no muy santa.

López dijo...

Y si...no debe ser lo mismo tener los registros llenos de deudas que con saldo a favor!

un funcionario de Conaprole dijo...

En realidad su intención es poner sobre la mesa el problema del desabastecimiento de leche fresca.

Sharon Pérez dijo...

Otra enseñanza que se desprende de sus palabras es que la belleza está vinculada a la abundancia.

Aleluyo Fatal dijo...

Pensar con lógica psicoanalítica implica ser medio retorcido.

Juan Catena dijo...

La comida siempre forma parte de nuestros festejos. El pretexto para reunirnos es siempre alrededor de un asado o "ir a comer una pizza". Desconocerlo es no querer ver la realidad.

Mercedes Rupinny dijo...

El niño que aprende a vincularse con el mundo a partir de experiencias dolorosas, ansiógenas, estresantes, va creando una especie de lente oscura a través de la cual ve la vida.

Marina Sotelo dijo...

Recuerdo que durante la crisis del 2002 la pasé realmente mal y soñaba a menudo con bocas abiertas que apuntaban hacia arriba exigiéndome alimento.

Guido dijo...

Lo que hacía gritar a mis hijos de bebes eran los dolores de panza. Así que me pregunto yo ¿cuál será la incidencia de los trastornos gástricos en la construcción de un mundo mejor?

el Talo Paraná dijo...

ya veo, el cambio climático va a terminar llevándonos a la guerra.