«¡La historia la escriben los vencedores!»
«¡Todos somos hijos del rigor!»
«¡La letra con sangre entra!»
Supongo que con tres ejemplos alcanza para consignar que la fuerza bruta, la violencia y el poder, son los dueños naturales del planeta. Son los que sacan a patadas a los moradores habituales, se instalan y luego se enojan muchísimo si alguien pretende cuestionarles la legitimidad de su asentamiento.
Pero además tenemos que reconocer que la mayoría de nosotros termina aplaudiendo a los ganadores y abucheando a los perdedores. La fidelidad a una determinada causa tiene que estar muy vinculada a nuestros intereses para que subsista después de las primeras derrotas.
Ahora pensemos por un momento en una pulseada entre la pobreza y la riqueza. ¿Cuál de ambas saldrá vencedora? ¿Cuál es la más fuerte y la más resistente?
Si hacemos el censo de cuántas personas hay en uno y otro bando, rápidamente tenemos que concluir que la pobreza posee un ejército infinitamente más populoso que la riqueza.
¿Qué esfuerzo enorme hay que hacer para llegar a la riqueza? ¿Qué fácil es llegar a la pobreza? ¿Con qué facilidad se puede pasar de la riqueza a la pobreza y con cuánta dificultad se puede hacer el recorrido inverso?
La economía de energía humana [esfuerzo] indica en forma contundente que es mucho menos cansador hacerse pobre que hacerse rico y termina reafirmando: es mucho más fácil perder una fortuna que ganarla.
Conclusión: según la economía de energía humana [esfuerzo], es inteligente ser pobre.
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1 comentario:
Gran artículo y excelente reflexión sobre la pobreza.
Aunque no sirve de consuelo cuando se es.
Saludos.
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