Solo se logran productos mejores y más baratos, coordinando el desempeño de los creadores de esos productos.
La hipófisis es una glándula que, al segregar
ciertas hormonas, regula distintos procesos orgánicos. El hipotálamo sería algo
así como el secretario y supervisor de la hipófisis, pues tanto la estimula,
como la inhibe, como supervisa lo que hace.
Lo que se ha escrito sobre estas glándulas es
mucho, muchísimo. Desde un punto de vista poético, son maravillosas.
En la Naturaleza parece que siempre hay algún
jefe, que a su vez debe reportarse a alguna autoridad que lo controla.
La hipófisis es la jefa del funcionamiento de
nuestro cuerpo y se reporta a una autoridad superior: el hipotálamo.
Si hacemos todo lo que hacemos (vivir,
disfrutar, trabajar, luchar), es porque desde una modesta célula hasta el
órgano más encumbrado, obedecen a un orden, a una coordinación, a cierta
armonía, a las leyes naturales.
Todas las creaciones humanas no son otra cosa
que adaptaciones de lo que podemos ir entendiendo de la Naturaleza. No creamos
nada: solo adaptamos, modificamos.
Cuando una fábrica intenta la creación de
nuevos productos, pone a trabajar gente especializada en distintas habilidades.
A esta fábrica podríamos compararla con un
cuerpo humano y a cada especialista podríamos compararlo con algún órgano
(corazón, pulmones, estómago).
Como los fabricantes de nuevos productos
compiten ferozmente por mejorar sus rendimientos económicos, luchan para
optimizar los resultados económicos.
Los organismos también están organizados para
lograr la máxima eficiencia con el menor esfuerzo (aunque los humanos
despilfarremos la energía que en millones de años hemos logrado racionalizar).
Hace unos años se cambió la filosofía para
crear nuevos productos tratando de que cada especialista se sometiera a una
férrea coordinación general, similar a la hipófisis.
Sólo mediante una férrea coordinación general
obtenemos nuevos productos, mejores y más baratos.
Nota: Este artículo
refiere al concepto lean manufacturing. Wikipedia
lo explica muy bien.
(Este es el Artículo Nº 1.787)
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8 comentarios:
El funcionamiento de un equipo, sobre todo si es un equipo cientos de funcionarios o trabajadores, necesita estar bien coordinado. Se deben calcular muy bien los tiempos, cuidar al extremo el buen funcionamiento de cada una de las secciones, desde la que realiza la tarea más simple hasta la más compleja. Y lo fundamental; el resultado del producto final tiene que ser acorde a los objetivos que se plantea la empresa. Por lo tanto es necesario: evaluar para corregir lo que no funciona bien, mantener la disciplina de acatamiento de las órdenes de los supervisores, adaptarse a las exigencias impuestas como meta, desarrollar las habilidades necesarias como para trabajar de manera rápida sin perder la eficacia, y si es posible realizar todo este trabajo en un entorno agradable, lo más distendido posible, para que el producto salga bien, los trabajadores no se cansen, evitar la excesiva rotación de personal (ya que se pierde experiencia con cada funcionario que se va y se pierden también recursos para entrenar a quien lo sustituya). En este modelo, por lo tanto, es fundamental el rol de dirección y supervisión. La contracara fundamental es que cada cual acepte ese rol y se mantenga en su tarea.
Los trabajadores especializados en cada área son las personas indicadas para realizar los aportes que podrían mejorar el producto. Da muy buenos resultados realizar reuniones períodicas de evaluación, como dice Eduardo, para lograr una buena evolución del producto: que sea más barato y de mejor calidad, para poder competir con éxito en el mercado.
En las pequeñas empresas, todo esto de lo que estamos hablando en más difícil de lograr. Hay un trato más cercano y familiar entre los que trabajan, lo que facilita el abuso de discrepancias y la competencia interna. Además no siempre cuentan con una formación previa, se manejan a ensayo y error, ignorando todo el saber acumulado que está a su disposición.
Coordinar el trabajo en equipo cuando se trata de producir bienes tangibles, concretos, es más fácil que cuando se trabaja en salud, violencia doméstica, educación, abuso de sustancias psicoactivas, etc. En estos casos abunda la diferencia de criterios, a menudo irreconciliables. También sucede que los miembros del equipo trabajan en un régimen de mayor horizontalidad, que tiene aspectos positivos a largo plazo, pero complica el día a día.
El hipotálamo
es un secretario
al que no amo.
Inhibe mi comportamiento
e ignora lo que yo siento.
Algunos humanos soñamos con un mundo sin jerarquías, donde cada cual sea respetado por lo que es, no por lo que hace, y por sus particularidades únicas que lo vuelven distinto a los demás.
Tal como están planteadas las cosas, tenés suerte si te respeta y te quiere tal cual sos tu madre, tu padre y algún buen amigo.
Es utópico esperar algo así en el mundo laborar.
El hipotálamo, aunque como sugiere su nombre es un hipopótamo que intenta infructuosamente trepar a un álamo, suele ser muy gentil con la hipófisis. Le obsequia flores el día de la secretaria y ella se emociona tanto que le viene hipo y ganas de hacer pis al mismo tiempo.
Para mí que hay entre ellos algo más que una relación puramente laboral...
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