Entre los seres humanos siempre han existido
personas con un gran poder de liderazgo. En mis 50 años de trabajo he tenido la
suerte de conocer algunos jefes con los que me he sentido muy estimulado para
cumplir sus órdenes. Los otros no fueron de mi agrado.
El dinero es fuerza laboral acumulada. Con él
podemos lograr que alguien trabaje para nosotros si le pagamos. Cuando fui
joven guardé parte de mi salario y hoy puedo pagarle a una persona para que
haga lo que yo no puedo hacer. O sea que mi trabajo antiguo se convierte en
trabajo actual gracias a la existencia del dinero.
Los pocos ricos que conocemos seguramente son
jefes capaces de lograr que otros cumplan sus órdenes, lo cual, al final, se
convierte en dinero que lo enriquece.
CONCLUSIÓN: hay pocos ricos porque también hay pocos
jefes estimulantes. Sólo pueden enriquecer quienes saben dar órdenes, conducir,
liderar.
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