Para esos adeptos a las fundamentaciones etimológicas, con los cuales no comulgo en absoluto pero a quienes quiero tanto como a mis hermanos, tengo algo para comentarles.
La palabra capitalismo deriva de capital y ésta del latín caput = cabeza.
La cabeza está asociada con el razonamiento mientras que los sentimientos están ubicados imaginariamente en el corazón.
Nada peor para un psicólogo que el razonamiento. Los psicólogos nos preciamos de ser sensibles, y muchos de nosotros estamos a un paso de pasarnos a la parapsicología si es que ya no estamos adentro.
El sufijo ismo se asocia con el sustantivo capital para agregarle un sentido de doctrina, sistema o partido. En otras palabras, el capitalismo es la doctrina, sistema o partido que respeta las decisiones basadas en el razonamiento, el pensamiento formal, la matemática, las ciencias duras y descalifica, desautoriza o desprecia las decisiones emocionales.
Para los psicólogos el razonamiento es como un músculo capaz de hacer el trabajo rudo, mientras que el sentimiento es como un instrumento musical que puede interpretar las armonías más sublimes. (Puse interpretar en negrita porque es el verbo que más usamos en nuestra profesión).
Pregunta: ¿Cómo hace un sublime psicólogo para vivir en una sociedad en la que las decisiones se toman con la cabeza y en la que se descalifican las propuestas que provengan del corazón?
Respuesta: Hace lo mismo que hacen las plantas tropicales para desarrollarse y reproducirse en Alaska: Unas pocas lo logran, otras se quedan enanas y no se reproducen; la mayoría desaparece.
●●●
No hay comentarios:
Publicar un comentario