Según he podido saber en mis múltiples sesiones de análisis lacaniano, yo le temo mucho a la muerte y además soy muy mezquino. No me gusta que otros vivan bien gracias a mí. Las donaciones me parece horribles; una pérdida insoportable. Cada uno tiene que trabajar para ganarse el sustento. Con la única excepción de quienes notoriamente no lo pueden hacer porque son niños, ancianos, o padecen algún tipo de invalidez, todos los demás tienen que ganarse lo suyo.
Mi filosofía egoísta para no morirme funciona así: con tal de no dejarle una herencia a nadie, soy capaz de no morirme.
¡Ya sé que esta estrategia no resiste el menor análisis! Pero eso no importa porque ninguna estrategia de vida la resiste. Todas tienen algo de disparatado. Los invito a que piensen en las suyas, y podrán comprobarlo.
Muchas personas se parecen a mí en esta manera de pensar, aunque todavía no lo sepan porque no se han puesto a pensar.
Para terminar quiero contarles una variante de esta estrategia alocada que muchos tenemos para evadir la muerte. Hay personas que se creen que teniendo pocos bienes para dejar en herencia, no son víctimas predilectas de la parca [la muerte]. Ustedes habrán visto muchas películas en las que se comente un crimen para cobrar un seguro o para recibir una fortuna. Eso que se muestra en la ficción tiene muchos espectadores porque en el fondo uno puede pensar que la muerte es como un castigo, como un crimen, como una injusticia que se comete con nosotros, y que uno de los móviles predilectos de la muerte es el robo de esos bienes nuestros que ella codicia. La pobreza entonces, puede ser una estrategia para no provocar la envidia de la muerte y que se olvide de nosotros, que no nos tenga en su lista.
Estimados: este pensamiento existe ¡créanme! No solamente es tan disparatado como el mío sino que además es generador de lo que podríamos llamar la «pobreza en defensa propia».
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2 comentarios:
Hola, ojeando tu blog parece interesante. Por tu salud mental, te recomiendo usar el correo de gmail en vez de adinet, recibirás mucha menos spam, entre otras muchas mejoras.
Sin duda que ese pensamiento pro-pobreza-anti-parca es muy util para inculcarselo a todos aquellos a quienes queremos empobrecer.
Yo tampoco soy entusiasta de las donaciones, menos de las publicitadas. Y tampoco doy limosna y me parece injusto tener que dar propina en las ocasiones que "se estila". Ya tienen trabajo, para qué darles propina... si ganan poco que busquen otra cosa.
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