sábado, 9 de junio de 2007

Un Pro$ac cada seis horas...

Desde que apareció el Prozac en 1986 hasta ahora, pasamos de la euforia a la duda científica. De la creencia a pie juntillas en que este antidepresivo era realmente eficaz, a la suposición de que más bien mejora por sugestión, que sólo es un excelente placebo.

El hecho es que la humanidad vivió más de una década con la alegría esperanzadora de que se había sacado de sus vidas la insoportable depresión.

Lo que sí parece un antidepresivo milenario, que sigue dando buenos resultados a una mayoría de personas, es el dinero.

Efectivamente, no le produce el mismo resultado terapéutico a todo el mundo, pero a una mayoría lo saca del grupo de riesgo de contraer ese penoso desarreglo anímico.

El dinero no produce euforia, excepto cuando se recibe una gran dosis toda junta, en un momento en el que se estaba cursando un síndrome de privación económica (pobreza extrema, insolvencia, quiebra traumática, anorexia monetaria, disfunción eréctil financiera y otros). Cuando se produce un brusco ingreso de dinero en el transcurso de estos períodos, es probable que aparezcan fenómenos de euforia. Pero en general, quienes están acostumbrados a una dosis razonable durante períodos prolongados, suelen disfrutar de una estado de cierta beatitud, paz, serenidad, buen dormir, sexualidad reproductiva y recreativa.

Muchas personas no quieren consultar al psiquíatra. Es una especialidad que genera grandes resistencias en muchas personas. Parece que aprovechar sus aportes al bienestar, implica reconocer una debilidad muy descalificante. Sin embargo, es aún más numeroso el grupo de renuentes a reconocer que el dinero contribuye a la felicidad. Piensan que aprovechar el bienestar que aporta la riqueza demuestra que uno es amigo del deseo y esto, para muchas instituciones moralistas, es un pecado mortal.

●●●
Fin de Un Pro$ac cada seis horas...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estimado Fernando, me parece muy bueno el artículo y realmente concuerdo contigo. Sobretodo en ese estado similar a la beatitud que las dosis regulares y ciertamente suficientes de dinero produce en las personas; así como la histeria similar al hipertirioidismo que produce la falta de dosis y la insuficiencia de esta. Saludos y seguí.