sábado, 8 de septiembre de 2007

Sr. Gómez: lo ascendemos de necesario a imprescindible

La humanidad se encamina inexorablemente hacia la aceptación unánime del psicoanálisis. Sin embargo, quizá debido a la redondez de la tierra, aún no se lo ve en el horizonte. Yo les aseguro que se viene.

Me explico: Robinson Crusoe es un personaje de ficción y no puede ser verdadero porque la autosuficiencia, en cualquiera de sus formas, siempre es imaginaria, irreal, utópica, ideal, voluntarista.

Los que más tiempo le dedican a estudiar cómo aumentar la riqueza, han llegado a la conclusión de que es más conveniente conservar los clientes que ya se tienen a intentar conseguir nuevos. Es un problema de costos y de resultados. Atraer nuevos clientes es carísimo, aunque algunos no pueden creerlo. Conservar los antiguos es infinitamente más conveniente.

A otra conclusión que han llegado estos expertos en riqueza es que el vínculo entre el proveedor y el cliente es la clave para que se cumpla el enunciado anterior, esto es, que exista una suerte de fidelidad.

Pensaron un poco más (esos que le dedican todo el tiempo a potenciar el enriquecimiento) y concluyeron que es mejor para todos que el proveedor se esfuerce por satisfacerle al cliente la mayor cantidad de necesidades (y deseos) desestimulándolo para que necesite otros proveedores. Al proveedor le conviene esforzarse para que todo lo consiga a través suyo: así es más necesarios y se acerca a la categoría de imprescindible. Esto lleva a que la relación dure más y sea más conveniente para ambos.

¿Qué es lo que reluce cual sol naciente detrás de todos estos intentos por mejorar los vínculos entre dos seres humanos movidos por las necesidades y el deseo? ¡por supuesto! el psicoanálisis.

Acuérdense que yo se los dije antes.

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2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Cómo me cuesta aceptar que no soy imprescindible!


Además...
se me rompió el
teléfono

Anónimo dijo...

Nunca desestimulé a mi gente en la búsqueda de nuevos proveedores, ni en la búsqueda de nuevos clientes. Acepto las verdes y las maduras.

No creo en el sicoanálisis, Sr. Mieres, ni tampoco pienso que el ser humano esté dividido ("divididos", "las pelotas"). Me quedé antes de Descartes, cuando la interpretación del mundo era sanamente unificadora.

Soy un hombre fiel (así como dije que acepto las verdes y las maduras; en la cama, la edad no es lo más importante)y no hago distingos. Si compro un buen coche para mi, elijo la línea utilitaria para mi señora (a cada cual según su necesidad).

Cuando me vence la competencia soy el primero en aceptarlo, Sr. Mieres, aunque convengo con ud. en la importancia de ser fiel a los viejos vínculos. No tiro mi tiempo, ni mi trabajo por la borda.
Ahora lo dejo con mi Sra. que desea transmitirle unas palabras.


Hola Sr. Mieres! Yo soy la Sra. del Sr. Fieles Descartes. No le crea ni una sóla palabra a mi marido. ¡Qué acepta la competencia! ¡Mentira, ruines mentiras! No contrata sicarios porque no le da ... no, no el dinero, ud. sabe a qué me refiero.
Tampoco es cierto lo de los cero k; si le dijo eso le aseguro que los utilitarios que me compra son de 5ªmano y no pagan ni una décima parte de los ríos de lubricante que usé con él.

Ahora sí, nobleza obliga: le confieso que el lubricante al que me refería era el que surtía mi más pura naturaleza latina. ¡Cómo me calienta este tipo! Yo le acepto de buen grado sus incoherencias, infidelidades, las migajas que me tira ... porque ...(y se lo digo después de 20 años)me puede, el flaco me puede!