Es probable que la oposición entre judíos y cristianos estimule la oposición entre ricos y pobres.
Existen algunas señales,
escasamente comentadas, según las cuales es posible pensar que ser pobre es
mucho mejor que ser rico.
Esas sutiles señales son por ejemplo,
que si lo normal es aquello que abunda y puesto que los pobres son mayoría
absoluta, entonces es posible intuir que ser pobre es ser normal.
El concepto de normalidad
refiere a la norma, a la regla, a lo que debe ser según los dictados de la naturaleza.
Cuando hablamos de salud normal estamos hablando de una buena salud.
Por supuesto que esta salud
normal es un ingrediente imprescindible en el bienestar.
El cristianismo, entre los
hispanoparlantes, es el dogma mayoritario. Si esto es así podríamos pensar que
existe alguna relación entre el cristianismo y la pobreza en tanto ambos son
mayoritarios.
La denominación de «judíos», deriva de
Judas, aquel triste personaje que fue un factor decisivo en la muerte de
Cristo.
Los judíos han sido ferozmente perseguidos durante siglos y muy
especialmente durante el régimen nazi. A su vez, parece cierto que los judíos
son personas de buen nivel económico, muy productivas, trabajadoras,
esforzadas, ahorrativas y que se llevan muy bien con el dinero.
De la descripción anterior puede interpretarse como una señal sutil, que
los opositores de Cristo terminan siendo muy perseguidos pero adinerados
mientras que los seguidores de Cristo terminan siendo pobres.
Los humanos somos esencialmente vengativos y no es descabellado pensar
que en el inconsciente de todo cristiano anida un deseo de venganza hacia los
judíos, sin descartar que, también inconscientemente, hayan visto con buenos
ojos al régimen de Hitler y su objetivo de exterminar a los enemigos del líder
cristiano.
Es probable que la oposición
entre judíos y cristianos estimule la oposición entre ricos y pobres.
Nota: La
imagen muestra a Jesús (izquierda) cuando Judas lo besa para que los
perseguidores pudieran reconocerlo, capturarlo y condenarlo.
(Este es el
Artículo Nº 1.718)
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9 comentarios:
Las oposiciones entre distintas religiones, se debe en parte a que cada una de ella promueve escalas de valores distintas. A veces las diferencias son sutiles y otras veces notorias. A esto se suma que las religiones monoteístas proclaman la existencia de un solo Dios verdadero.
Además está la historia de los pueblos, sus enfrentamientos, sus heridas abiertas. Cuando están en guerra pueblos que poseen religiones diferentes, los problemas económicos y políticos se amalgaman a los religiosos.
Por todos estos motivos, no sería de extrañar que la oposición entre ricos y pobres, sea estimulada por motivos religiosos y viceversa.
Evaristo concluye que las asimetrías económicas pueden ser estimuladas por las creencias religiosas, y que lo mismo puede suceder en sentido contrario, es decir, el orden, que está primero y qué después, es aleatrorio. Fernando sostiene que primero estarían las diferencias religiosas y luego serían estas las que estimularían la oposiciòn entre ricos y pobres.
Pensando como marxista, yo pondría en primer lugar las diferencias económicas. Estás serían las que luego echarían a andar la súper-estructura ideológica. Es decir, primero está la vivencia tangible: él tiene más, yo tengo menos. A esta realidad se le busca una explicación racional; ya sea para perpetuar esa realidad o para cambiarla.
Lo que hace la mayoría es considerado lo normal porque se corresponde a la norma estadística. Coincido con Fernando en que entonces lo normal sería ser pobre y lo anormal ser rico.
Nadie quiere ser anormal. Existe un grupo de personas, sobre todo jóvenes, que desean salirse de la norma y se juntan creando una tribu o grupo de vanguardia. Para ser anormal es mejor juntarse, porque los diferentes son atacados, por eso necesitan la protección del grupo. Es más fácil que se junten las personas que pertenecen a grupos minoritarios que quienes forman parte de la mayoría. ¿De qué tendríamos que defendernos si formamos parte de la mayoría?. Esta es una falsa creencia. Quienes detentan el poder son una minoría. Es necesario defenderse de los poderosos, porque sus intereses no siempre coincidirán con los de la mayoría. Muchos de los trabajadores asalariados tienen esto bien claro, dado que se los ha enseñado la experiencia.
Trabajar y ser pobre puede ser considerado síntoma de buena salud. Ganarse el pan con el sudor de la frente, connota un valor positivo.
Muchos ricos se ganan su dinero con el sudor de su frente, pero para ganarse el pan, para sustentarse, no necesitarían sudar. Alcanzaría con que vivieran de lo que ya han generado. Pero eso podría equivaler a la muerte. Quedarse estancado y quieto en los logros obtenidos, puede sentirse como una forma de renunciar a la vida. Supongo que muchos de los ricos, lo que mejor saben es hacer dinero. Por eso siguen haciendo lo que mejor saben hacer. Existen personas ricas que disfrutan más otras tareas u ocupaciones diferentes a las de hacer dinero. Es posible entonces, que esos ricos detengan su carrera de enriquecimiento y se dediquen a disfrutar de otra de sus pasiones; del arte, la ciencia, la investigación, la religión, la política, el deporte, etc.
Como ser pobre es lo normal, nos sentiremos más cómodos y seguros en esa situación. Por nada del mundo querremos salir de ella, aunque andemos quejándonos por los rincones.
Así como algunas veces tenemos la buena suerte de seguir los dictados de la naturaleza, otras veces tenemos la mala suerte de seguir los culturales dictados de la moda.
Uno de los signos culturales de nuestro tiempo es la lógica del consumo. Consumir mantiene saludable al sistema organizativo que nos hemos dado: el sistema capitalista. Para consumir necesitamos tener dinero, pero no necesariamente ser ricos. Si todos nos pusiéramos de acuerdo en consumir sólo lo que de verdad necesitamos y deseamos, el sistema capitalista dejaría de funcionar.
¿Es el sistema capitalista el responsable de que existan ricos y pobres?
No, somos las personas que vivimos inmersas en ese sistema y lo sostenemos con nuestro estilo de vida, los responsables.
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