Cuando pagamos con dinero estamos marcando, reafirmando, corroborando, nuestra radical separación, (no vinculación), de quien nos cobra.
¿Quienes reciben lo que
produzco, tienen que pagarme o colaborar conmigo para que pueda seguir
produciendo?
Cuando el psicoanálisis funciona
como procedimiento terapéutico, requiere que el analizante le pague honorarios
al analista.
¿Por qué tiene que pagarle?
Una respuesta superficial diría,
(y con mucha razón), que tiene que pagarle porque el analista es alguien que
tiene sus gastos personales y familiares, como cualquier otra persona.
Una respuesta más rebuscada, más
inaccesible ... aunque no por eso más valiosa, puede decir que el dinero que
pasa de las manos del paciente a las manos del analista posee la fuerza
simbólica como para que ambos tengan bien claro de quién son las dificultades
psicológicas que se están analizando.
En otras palabras: cuando el
paciente saca de su bolsillo el dinero con el que pagará los honorarios del
profesional, está siendo consciente de que los problemas psicológicos son
suyos, exclusivamente suyos y de nadie más.
Por su parte, cuando el analista
está recibiendo ese dinero está siendo consciente de que los problemas
psicológicos no le pertenecen, está siendo consciente de que no debe
involucrarse en la situación del analizante, por más ganas que sienta de
ayudarlo como a un hermano.
Repito la pregunta inicial: «¿Quienes reciben lo que produzco, tienen que pagarme o
colaborar conmigo para que pueda seguir produciendo?»
Como vimos en el tratamiento analítico, el dinero separa a las personas:
los circunscribe cada uno a su estricta individualidad.
Cuando el hombre le paga a la prostituta está quedando claro que él no
la ama y cuando ella toma el dinero está quedando claro que ella no lo ama.
Muy diferente sería si ella tuviera sexo con su amigo porque ambos
disfrutan gratificándose mutuamente.
(Este es el Artículo Nº 1.804)
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11 comentarios:
Si seguimos evolucionando capaz que algún día nos damos cuenta de que sólo se trata de colaborar.
Es bien cierto que el dinero separa a las personas. A las personas que lo valoran demasiado.
Escuché el videocomentario y lo único que puedo decirle es que el dinero es necesario pero no lo amo. En cambio a las personas necesarias, aquellas a las que yo necesito, sí las amo.
Me parece que quienes ponen al dinero en la cúspide de su pirámide piensan que aquellos que no lo hacen son tontos.
Al analista hay que pagarle porque el analista vive en un mundo donde los servicios se compran y se venden.
De acuerdo con Javier. Lo demás es puro cuento.
El que pierde un vínculo importante porque pone por encima al dinero, que no le quepa la menor duda, ama más la soledad y el dinero.
Algún día otros seres humanos hablarán espantados de nosotros. Susurrarán: aquellos eran tiempos de barbarie!
Me casé con una prostituta que siempre tomaba el dinero... después de que nos casamos no, obvio.
Nunca tuve que pagar nada, pero siempre me quedó bien claro quién mandaba en casa.
A veces la gente se cura y no paga.
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