lunes, 11 de febrero de 2013

El empleador es el enemigo equivocado



 
Los asalariados atacan su fuente laboral pues creen que el empleador es el único responsable de sus penurias economías.

El estado de ánimo predominante cuando tenemos problemas económicos forma parte del problema.

Parecería ser que los sentimientos próximos a la desesperación se confabulan, conspiran, impidiéndonos salir de tan penosas circunstancias.

La habitual inteligencia con la que contamos para resolver problemas ajenos, se ausenta justamente cuando la necesitamos para resolver dificultades propias.

No solamente nos sentimos preocupados sino también alarmados porque observamos confundidos que aquella facilidad que teníamos para gastar dinero no funciona al revés: ganar dinero es realmente difícil.

La falta de simetría entre las acciones de gastar y las de ganar nos confunden, nos debilitan, nos refuerzan los sentimientos de inseguridad porque nuestra cabeza deja de funcionar en el peor momento, cuando más la necesitamos.

Este tipo de dificultades las padecen tanto los asalariados como quienes se ganan el sustento laborando por cuenta propia, trabajando solos o con personal contratado.

Todos padecemos estas dificultades, todos tenemos un cerebro más o menos parecido, todos gastamos con facilidad y ganamos dinero con increíbles dificultades.

Empleados y empleadores se angustian, sufren, buscan soluciones para aliviar estos dolores.

Lo que pueden ser diferentes son las circunstancias, pues no es lo mismo buscar soluciones enfrentándose al mercado, (como tienen que hacerlo los empleadores), a buscar soluciones que solo parecen estar en manos del empresario empleador.

Cuando el empresario-empleador se enfrenta a un mercado compuesto por múltiples agentes económicos, no puede contar con el alivio de culpabilizar a otros de sus problemas, en tanto estos son muchos y muy variados: competidores, políticas de gobierno, oficinas recaudadoras de impuestos, sindicatos, baja productividad de los trabajadores.

Los empleados, al culpabilizar de su infortunio a una sola persona (el empleador), se perjudican atacando a su fuente de trabajo.

(Este es el Artículo Nº 1.788)

13 comentarios:

Carolina dijo...

Me pareció muy razonable lo que plantea en el videocomentario, Doc.

Marina dijo...

La otra vez iba en el bus y escuché la conversación de los que estaban sentados detrás de mí. Decían que el sindicato, sin darse cuenta estaba perjudicándose porque acorralaba a los dueños de la empresa de forma tal, que iba a terminar siéndoles más conveniente establecerse en otro lado.

Sandra39 dijo...

Lo que sucede Marina, es que los dueños del negocio tienen la facilidad de invertir su capital en otro lado o en otra cosa y seguir creciendo, seguir ganando dinero. En cambio el trabajador está en una situación más vulnerable, porque en general se le hará bastante difícil conseguir una nueva fuente laboral.

Ernesto dijo...

Es verdad que el empresario no puede contar con el alivio de culpabilizar a otros de sus problemas... aunque convengámoslo, puede culpabilizar al gremio.

Ingrid dijo...

Sí, Ernesto, pero el gremio forma parte de la empresa. Es un asunto propio que el empresario debe atender, así como atiende a sus proveedores.

Rafael dijo...

Mentira Ingrid. A menudo ni siquiera negocian, toman nuevo personal.

Analía dijo...

El tema está en que es improductivo culpabilizar a otros de los problemas que nos competen.

Margarita dijo...

De acuerdo con Analía. Tenemos que encarar lo que nos pasa. ¿Quién lo hará por nosotros?

Cecilia dijo...

Una forma de encarar lo que nos pasa es formando parte de un gremio negociador que haga respetar los intereses del trabajador.

Roque dijo...

Perdemos humanidad cuando se trata de juzgar a quienes son más poderosos. Por más que ellos tengan la sartén por el mango, no es fácil sostener esa sartén cuando hierve el aceite.

Amelia dijo...

Para mí la solución es fácil. Si no quiero dejar gente en la calle, tampoco me pongo en la situación de brindar fuentes de trabajo.

Lucas dijo...

Tu solución deja mucho que desear. Tal como estamos organizados es inconcebible funcionar sin esas personas que brindan fuentes de trabajo. Claro que no lo hacen de buenos que son, lo hacen para llevar adelante su emprendimiento. Si pueden sustituirlos por máquinas tanto mejor.

Celina dijo...

Entoneces, si en el sistema que nos hemos dado para organizarnos, Lucas, la gente es tratada como objeto, centremos nuestra energía en buscar un sistema mejor. ¿Por qué adaptarse a lo que no sirve?