sábado, 30 de julio de 2011

Los costos de algunos temores

Quienes temen ser acusados de incumplidores o morosos suelen convertirse en víctimas de aquellos que nunca devuelven lo que reciben.

Los organismos funcionan porque están permanentemente buscando un equilibrio que una vez logrado vuelve a perderse.

En los seres humanos la sensación subjetiva de desequilibrio se manifiesta a través de algún malestar: dolor, angustia, náusea, etc.

Cuando estos malestares son insufribles, ya sea por su intensidad o por la baja tolerancia de quien los padece, se disparan acciones automáticas de compensación que son tan exageradas como la hipersensibilidad del afectado por el desequilibrio.

Lo digo de otra forma: la sensibilidad al dolor varía de una persona a otra. Por ejemplo, quienes practican boxeo la tienen muy baja. Con uno solo de los golpes que recibe un boxeador, un adulto hipersensible necesitaría una semana de recuperación a máxima quietud.

Este adulto muy impresionable quizá sólo necesita reposar una hora para recuperarse del mencionado golpe pero sin embargo el exceso de sensibilidad lo obliga a exagerar el tiempo de recuperación y lo extiende a siete días.

En situaciones menos tangibles que un golpe de puño, esta reacción exagerada puede convertirse en una virtud.

Por ejemplo, un joven con fuerte amor propio (exceso de sensibilidad) pierde un examen de biología. Como es la primera vez que le ocurre una «tragedia» de tal magnitud, el joven exagera la reacción y veinte años después recibe un premio nacional de medicina.

Quienes temen endeudarse y les horroriza imaginar que alguien les reclame un pago, se compensan dando, regalando, prestando preferentemente a quienes tienen fama de malos pagadores.

Estas personas logran cierta paz interior cuando se aseguran de que «los demás» les deben (aunque nunca recuperen lo que prestaron).

El reequilibrio exagerado del temor a ser acusado de moroso o incumplidor genera pobreza patológica.

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10 comentarios:

Asexual dijo...

Al que me diga moroso yo le respondo: "de ninguna manera, yo soy Amoroso!".

Osvaldo dijo...

Los incumplidores generan un brioso estado de indignación hiperestimulante.

Lola dijo...

Quienes practican boxeo la tienen muy baja?!
Siempre se aprende algo nuevo.

Morgana dijo...

Alguien me dijo que los adultos hipersensibles padecen pobreza patológica.

Valeria dijo...

No es como dice Morgana. Los que tienen amor propio salen de la pobreza (si tienen un poquito de suerte).

el poeta dijo...

Dicen que lo encontraron
en el fondo del pantano,
por el temor exagerado
de ser acusado moroso.
Había tomado el bufoso
bien caliente y calibrado,
apuntó fiero el fulano
y lanzó artillería plena,
dejándonos a todos la pena
de haberlo perdido tan mozo.

Lucas dijo...

Yo puedo ayudar al que necesite equilibrarse con un préstamo.

Adela dijo...

Entiendo. La forma de sacarse el miedo a ser considerado incumplidor es constatando una y otra vez, que los incumplidores son otros.

Rulo dijo...

Los que tienen fama de malos pagadores a veces son pobres. Pero tienen fama.

Magdalena dijo...

El que tiene miedo de endeudarse, tolera al que le debe dinero porque se pone en su lugar y se imagina lo horrible que se debe sentir. Hace esa estupidez porque piensa que el otro es igual a él.