martes, 13 de diciembre de 2011

La inadaptación al «maldito» dinero y la pobreza

Las leyes a las que nos oponemos porque restringen nuestra libertad, son inconscientemente simbolizadas por la figura paterna.

Según opinan muchos expertos en literatura, el género policial reedita de mil maneras diferentes el homicidio del padre.

De más está decir que todos estos expertos opinan así porque están contaminados (lo sepan ellos o no) por el psicoanálisis.

La mayoría de estas obras literarias están redactadas (voz del narrador) por alguien que está por fuera de los acontecimientos. Casi todas comienzan cuando algún crimen misterioso ya ha ocurrido.

Fundamentalmente el texto está destinado a descubrir cómo se las ingenió el asesino para perpetrar su acto delictivo sin ser descubierto ... hasta que el detective diseñado por el escritor lo descubre en el último párrafo de la novela, mostrándole al lector que todas las hipótesis que había creado estaban equivocadas. Cabe destacar que si hubiera acertado, nunca más leerá otra novela de ese estúpido escritor.

Pero el eje de este artículo no es la novela negra (como se le ha llamado porque los ambientes descriptos son mayoritariamente nocturnos) sino qué puede provocar la pobreza patológica y cómo resolverla (curarla).

Como les decía más arriba el resorte inconsciente tensado por las novelas en las que alguien comete un crimen tratando de no ser penado por la ley, refiere inconscientemente al deseo que tuvo o tiene el lector de matar al padre en particular pero sobre todo, de acabar con todas las leyes que le imponen prohibiciones.

Aunque el psicoanálisis es muy explícito cuando dice que los niños de ambos sexos son homicidas imaginarios (1) de ese grandote malo que viene a quitarles la madre, debemos comprender que toda esa furia termina manifestándose en la discapacidad que algunas personas tienen para adaptarse al sistema capitalista, a las normas legales y al «maldito» dinero.

(1) Protegerse dentro de una idea fija

●●●

10 comentarios:

Ernesto dijo...

Si bien no nos queda otra opción que adaptarnos a la sociedad y el momento histórico que nos tocó vivir, desde mi punto de vista, lo ideal es una adaptación crítica al sistema capitalista. Una adaptación pasiva implica aceptar las violencias que el sistema nos infringe.

Maribel dijo...

La ley que introduce el padre se opone a nuestros deseos. ¿Siempre la ley se opone a nuestros deseos? Nuestra adaptación es más exitosa cuando las leyes que incorporamos en el Súper Yo coinciden con las leyes sociales. Pero el Súper Yo también nos obliga en contra del deseo. Cuando logramos negociar y encontrar una solución que contemple en parte nuestros impulsos, a la vez que nos permite interactuar socialmente, hemos encontrado una solución "sana". No siempre esto es posible, dependerá de múltiples factores, en especial de nuestras experiencias tempranas.

Lautaro dijo...

Las leyes que protegen nuestros derechos, siempre imponen, como contracara, prohibiciones a otros.

Gabriela dijo...

Disfrutamos las novelas policiales,y sin embargo estas describen uno de los dramas fundantes de nuestro psiquismo. Es probable que la literatura nos ayude a elaborar nuestros conflictos, aunque nuestra conciencia no participe del proceso.

Norton dijo...

En este artículo ud. habla de nuestra dificultad para adaptarnos a las leyes del mercado y su vinculación con la pobreza.
Si leemos el título de corrido podemos interpretar que se refiere a la dificultad que podemos tener tanto para adaptarnos al dinero como a la pobreza. Es real que nos cuesta adaptarnos a ambas cosas, pero podríamos plantearnos la hipótesis de que nos cuesta más adaptarnos a las "leyes" que deberíamos aceptar para hacer dinero, porque la pobreza está mucho más generalizada que la riqueza.

Selva dijo...

El psicoanálisis tiene por objetivo nuestra salud... pero a primera vista, ¡cómo complica las cosas!

Margarita dijo...

Las cárceles están llenas de pobres. Podríamos pensar que la figura paterna se inscribe con más dificultades en las clases menos favorecidas. Quizás el padre esté menos presente en la clase baja que en la clase media.

Raúl dijo...

Son más inquietantes las novelas policiales escritas en primera persona.

Luis dijo...

Me gusta corroborar mi perspicacia identificando al asesino.

Valentín dijo...

Un padre excesivamente permisivo, no ayuda.