domingo, 18 de diciembre de 2011

La picardía de los futuros altruistas

Los humanos necesitamos sentirnos individuos, libres, autónomos pero soñamos con volver a fusionarnos como las aguas oceánicas.

Bailar en pareja, abrazarse y hacer el amor, son placeres sublimes que necesitan por lo menos dos personas.

Estas sensaciones apoyan la teoría ya comentada (1) según la cual, hasta cierta edad (18 meses aproximadamente) nos imaginamos formando parte del universo.

Aquellas sensaciones de pertenecer al todo debieron ser muy placenteras (2).

La palabra «yoga», que hace décadas está de moda, significa «unión». Más exactamente significa «yugo», ese trozo de madera que une las cabezas de los bueyes para que tiren juntos del arado o de la carreta.

No puedo olvidar el proverbio: «La unión hace la fuerza».

Esta recomendación de la sabiduría popular nos está advirtiendo de los inconvenientes del individualismo, especialmente en lo que refiere a que por ese camino no lograremos compensar adecuadamente la natural debilidad que tenemos los humanos.

A modo de resumen, por un lado gozamos uniéndonos y por otro lado sentimos el impulso a ser individualistas.

La resolución a esta dualidad de intenciones solemos resolverla uniéndonos cuando nos conviene y siendo individualistas cuando nos conviene.

La cultura condena esta actitud, calificándola de incoherente, oportunista, abusadora y otros adjetivos aún más corrosivos.

En nuestra intimidad sabemos que nuestra voluntad hará vanos esfuerzos por corregir esta «incoherencia», pero no perdemos la esperanza de que algún día podamos superarnos, así como hemos dejado de usar pañales, de caminar en cuatro patas y sabemos usar una bicicleta.

Somos optimistas y contamos con que algún día seremos totalmente generosos, solidarios y nos fusionaremos de cuerpo y alma a nuestros compañeros de especie, a la naturaleza, al universo.

En esta convicción optimista, empezamos a «gastar a cuenta» criticando a esos que se arriman al sol que más calienta, a los avivados, egoístas y mezquinos capitalistas.

(1) La burbuja del amor

(2) La vida es placentera gracias a la placenta

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12 comentarios:

Gabriela dijo...

La mayoría de nuestros conflictos surgen porque además de uno ser uno mismo, al mismo tiempo para los demás es el otro. De no ser así no habría conflicto en ser individualistas cuando nos conviene y cuando nos conviene ser solidarios. Lo que sucede es que mientras a nosotros nos viene bien ser individualistas, siempre hay algún otro que se perjudica de tal actitud. Por el contrario, al ser solidarios muchas veces nos perjudicamos a causa de nuestro propio altruismo (renunciamos a deseos que querríamos satisfacer). Por lo tanto, ya que no nos queda otra opción que jugar en los dos frentes, tendremos que aceptar como natural este malestar; aceptándolo será más fácil de manejar.

Oriente dijo...

Mientras criticamos a los otros por nuestras propias desgracias, perdemos tiempo para solucionar nuestros propios problemas.

Andrés dijo...

Cuando sea altruista podré criticar a los individualistas; mientras tanto igual los voy criticando, porque mis sinceros propósitos son los de sumarme a los buenos; como el Chapulín Colorado.

Daniela dijo...

Aún con aquella (o aquellas) personas que elegimos para fusionarnos en el amor, somos egoístas a la hora de optar entre tú o yo. Está bien que así sea, como adultos debemos tratar de hacernos cargo de nosotros mismos.

Clarisa dijo...

Aún mientras estamos imaginando formar parte del universo, defendemos nuestros juguetes.

Damián dijo...

La unión hace la fuerza y además coerciona al grupo al que me he unido, para que salga en mi ayuda, por eso de hoy por mí, mañana por ti.

Elena dijo...

Es cierto que todos somos mezquinos, pero algunos más que otros. Poner toda la culpa del lado de los capitalistas implica no ver la realidad de la esencia humana ni nuestra propia realidad, aunque es acertado distinguir entre la filosofía predominantemente individualista del capitalismo y ver en el socialismo un intento de acercamiento a una sociedad más integradora.

Lautaro dijo...

Creo que ser de derecha o de izquierda, capitalista o socialista, no se vincula a una filosfía individual más o menos solidaria. Una cosa es la adherencia a una filosofía y otra el manejo de nuestra conducta, de nuestros conflictos internos. A menudo nos encontramos con capitalistas solidarios y socialistas egoístas. Más frecuentemente de lo que cabría esperar.

Osvaldo dijo...

En las fiestas de Navidad y Fin de Año, se supone que todos debemos estar unidos y con buena onda hacia las personas con las cuales en realidad tenemos muchos asuntos por resolver. Mientras somos jóvenes, en general no nos molesta demasiado esa dualidad, pero en la medida que vamos madurando y viendo la realidad de manera más descarnada, nos impacientamos mucho con la farsa.

Alicia dijo...

Me gustaba la publicidad de un capuchino, donde la amistad terminaba cuando se trataba de acceder a la propia satisfacción. En el momento de repartir el café, la taza grande era para nosotros y la chiquita para el amigo. En estos casos la publicidad cumple una función positiva de difundir cuestiones básicas de psicología humana, desnudándonos tal cual somos.

Ernesto dijo...

Tengo la certeza de que podemos superarnos; de forma individual y como especie. La historia de la humanidad lo demuestra y nuestra propia historia individual, a menudo da testimonio de ello. Podemos ser más solidarios, pero no totalmente solidarios, porque somos individuos.

Carolina dijo...

Me gusta el fondo de la fotografía. Parece que estuviera en el fondo del océano, rodeado de algas. Espero que no hayan además plantas carnívoras.
Disculpe hoy estoy media surrealista.