sábado, 17 de diciembre de 2011

Los impuestos desestimulantes

Es posible encontrar similitudes entre las sanciones penales de los delitos y las políticas fiscales desestimulantes de algunas actividades.

En otro artículo (1) comenté que la política fiscal de una nación no sólo es utilizada para recaudar los fondos necesarios para solventar los gastos comunes sino también para orientar algunas políticas de estímulo y desestímulo.

Tendrán beneficios quienes hagan lo que al colectivo más le conviene (maternidad, cuidados, filantropía, altruismo) y pagarán más impuestos aquellas actividades que la sociedad no tenga más remedio que permitir pero que en realidad desearía prohibirlas (alcoholismo, juego, pirotecnia).

Los impuestos más severos se cobran privando de la libertad a los «contribuyentes».

En el caso del encarcelamiento tenemos que hacer un esfuerzo intelectual para poder categorizarlo como formando parte de la política fiscal, pero este esfuerzo podría estar justificado si nos permite conocer algunas ideas inaccesibles por otro camino.

Aunque resulte irritante, la delincuencia participa activamente en la economía y por lo tanto los delincuentes son agentes económicos.

Mucho dinero cambia de manos a causa de los robos, asaltos, arrebatos, rapiñas, chantajes, estafas, secuestros extorsivos, evasiones fiscales, delitos informáticos.

De todas estas actividades, sólo algunas llegan a conocerse como para que los estados puedan intervenir aplicando las leyes previstas para sancionar a los responsables.

La política fiscal aplicada en estos casos consiste en recuperar lo que la sociedad haya perdido por la acción delictiva más un plus que desmotive la reiteración.

El encarcelamiento es un costo que los delincuentes tienen en cuenta y, como cualquier otro empresario, es considerado a la hora de iniciar el emprendimiento delictivo (asaltar un banco, introducir mercadería de contrabando, sobornar a un funcionario).

Por lo tanto podemos encontrar similitudes entre los impuestos que se usan para desestimular ciertas actividades (alcoholismo, juego, pirotecnia) y las sanciones disuasivas de la delincuencia.

(1) Los síntomas generan pobreza

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10 comentarios:

Beatriz dijo...

No me doy cuenta cómo el encarcelamiento puede pagar los costos de la delincuencia.

Natalia dijo...

El pago de impuestos es un costo que además puede estimularte a gastar.

Hébert dijo...

No tengo que hacer ningún esfuerzo intelectual; sólo con pensar lo que se ha hecho con el tabaco, ya me dispongo a esperar que a la brevedad me detengan por encender un cigarrillo en los predios circundantes a al Casa de Gobierno.

Rodolfo dijo...

La evasión fiscal nos hace delincuentes a todos. Es un delito democratizador.

Paty dijo...

Los que celebramos las fiestas en verano, no deberíamos usar pirotecnia, por el riesgo de incendio, ni alimentos o bebidas de alto contenido calórico.
A mi me encantaría festejar las fiestas en vacaciones de julio.

Osvaldo dijo...

Me sumo a la pregunta de Beatriz. Yo lo único que veo es gastos y más gastos. El lugar que deja libre el delincuente, rápidamente es ocupado por un colega.

Miguel dijo...

Pensando a nivel social (olvidando que cada delito repercute de manera directa e individual sobre las personas) no me queda claro si la participación de la delincuencia en la economía es desfavorecedora. Es tan poco claro como el pensar quién se beneficia con el desestímulo a las industrias nacionales.

Anónimo dijo...

Para dejar el delito hay que encontrarle grandes ventajas a la vida virtuosa. Y aún así... vio que cada uno va agarrando sus mañas, su grupo de amigos...

Luis Rubén dijo...

EXCELENTE ARTÍCULO FERNANDO

Fernando Mieres dijo...

El encarcelamiento no paga costos de la delincuencia, es un obstáculo para los delincuentes... como la carga impositiva es un obstáculo que desfavorece actividades que al colectivo no le interesan.
Lamento no haber sido más claro.