Es posible pensar que los gobernantes tienen fundadas razones para «no molestar» a los narcotraficantes.
Observemos esta escena que
describiré para que partamos juntos, usted y yo, hacia un breve comentario que
no deberá superar las 300 palabras, como ocurre con los demás artículos.
Un joven, que podría ser un
estudiante de Valencia, (ciudad de España), que se opone a los recortes en el
presupuesto universitario que ha decretado el presidente de la república
(Mariano Rajoy), es inmovilizado por un policía.
Este joven también podría
haber consumido alguna droga, (alcohol, cocaína, heroína), que le provocara una
intoxicación severa, suficiente para «inmovilizarlo» por unas horas.
En ambos casos, su molestia, su indignación, habrían tenido resultados
similares porque la lucha contra aquello que lo perjudica fue inútil en tanto
no pudo recuperar el dinero que le fuera recortado en el presupuesto nacional.
Sin embargo, una y otra actitud (manifestar en la calle o drogarse)
tienen pronósticos bastante diferentes.
La diferencia que existe entre una y otra actitud se parecen al joven
que sueña con fundar una familia y marca su presencia en todos los lugares
donde puedan encontrarse chicas que pudieran convocarlo como padre para sus
hijos (equivalente a participar en los enfrentamientos contra la policía) y
otro chico que compre revistas pornográficas y se masturbe (equivalente a
drogarse para soñar un mundo mejor).
Ahora hago girar mi punto de vista y trato de ubicarme en la cabeza de
Mariano Rajoy.
Si no lo entiendo mal, todos los gobernantes prefieren a los chicos que
se masturban y se drogan y no prefieren a los que hacen ruido, acusan
escandalosamente, ropen el amoblamiento urbano y obligan a que los policías
tengan que salir de sus cómodos cuarteles.
Es posible pensar que los gobernantes tienen fundadas
razones para «no molestar» a los narcotraficantes.
(Este es el
Artículo Nº 1.730)
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8 comentarios:
De más está decir que meterse con los narcotraficantes implica entrar en un mundo sórdido, donde las coimas y la muerte son las que mandan.
En el video comentario usted habla de la intención de aquellos que tienen poder, de inmovilizar a la competencia. Pone conmo ejemplo el hecho de que apenas entramos en una institución médica nos toman la presión y lo señala como forma de control, lo cual metafóricamente estaría implicado un sofocamiento de la rebeldía.
A todo esto se me ocurre la siguiente idea (extraña asociación): que gobiernen los jóvenes.
Soñar y otros verbos que se le emparentan en su significado como imaginar, idealizar, fantasear... Esos verbos me han convertido en alguien con cierto desarrollo de la capacidad pensante, pero con escasa capacidad de acción.
Manifestar en la calle estando drogado, no es una buena combinación.
Manifestarse o drogarse, como usted dice, son dos caminos con distinto pronóstico.
El alcohol es una droga legal y extremadamente peligrosa. Ya hemos aprendido que la prohibición no funciona con el alcohol. ¿Por qué creemos que sí puede funcionar con otras drogas?
LA POLICIA INMOVILIZA COMO UNA DROGA
La institución policial inmoviliza en la medida que reprime. Pero a la vez que inmoviliza prende el motor de la ira. La ira no inmoviliza.
No sería del todo disparatado pensar que quienes gobiernan al mundo son los narcotraficantes. El narcotráfico es comercio e industria que mueve enormes sumas de dinero, causa efectos llamativos sobre quienes las consumen, no maneja códigos compartidos, está metida en todos lados.
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