martes, 12 de marzo de 2013

El capitalismo rechaza la explotación


El mercado laboral capitalista no acepta personas que se maten trabajando sino solo a quienes produzcan y sigan viviendo.

Pensemos en un desayuno con huevos fritos y tocino.

El filósofo hambriento, dispuesto a comer, quizá piense cuáles fueron los roles de la gallina y el cerdo.

Para él es fácil pues está acostumbrado a volar con su imaginación y pensar en eso no lo distrae de tan fantástico placer gastronómico; simplemente dirá para sus adentros: «¡Bah, la gallina asume un compromiso mucho menor que el cerdo!».

¿Qué es esto?

La gallina puso los huevos y siguió viviendo mientras que el cerdo pagó con su vida la elaboración del tocino. ¡Vaya diferencia!

Este desayuno me lleva a pensar en cómo algunas personas complican su vida a tal punto que no pueden ganar el dinero suficiente para tener una vida digna.

Según creo, los perfeccionistas son inútiles profesionales, especialistas en pecar por exceso, los reyes de la vagancia iluminada, joyeros de la nulidad dorada.

Para que el mercado capitalista nos asigne un lugarcito donde hacer nuestros negocios, donde ganarnos la vida, nos pide que actuemos como la gallina, es decir, que hagamos lo suficiente, pero no nos pide que nos matemos trabajando.

Los perfeccionistas, sin embargo, interpretarán que el mercado capitalista nos pide que actuemos como el cerdo que participó en el contenido del tocino, hablará de explotación, pensará que es tan delicioso, (¿rico?), que el mercado pretende devorárselo.

A partir de esta configuración de mundo, el cerdo-perfeccionistas huirá despavorido del mercado laboral capitalista porque entenderá que ahí quieren comérselo, devorarlo, explotarlo, robarle su sabroso cuerpo.

El mercado laboral capitalista, que no se caracteriza ni por lo tolerante, ni por lo comprensivo, ni por lo paternal, protector y asistencialista, dejará fuera de juego a quienes, como el cerdo, se maten trabajando.

(Este es el Artículo Nº 1.817)


8 comentarios:

Ernesto dijo...

Por lo que he visto, creo más en los versos de Viglietti: ¨me matan si no trabajo, y si trabajo me matan¨.

Marcos dijo...

El mercado capitalista necesita que el trabajador sobreviva, aunque algunos no lo logran, sea porque las exigencias son excesivas o sea porque el trabajador no posee las condiciones de salud suficientes.

Lautaro dijo...

Cuando se vive la explotación el sentimiento es el de ser robado, estafado; no por rico ni sabroso, sino por ser considerado inferior.

Sandra39 dijo...

El comentario de Lautaro bien podría definir la esclavitud. Muchos aún viven como esclavos, literalmente, y otros como libertos; es decir, trabajan como esclavos pero duermen en su casa.

Hugo dijo...

En muchos lugares de trabajo se nos exige como a la gallina, pero en otros como al cerdo.

Ingrid dijo...

Los trabajadores perfeccionistas, que trabajan más de lo necesario, sin contemplar sus necesidades de descanso, son adictos al trabajo.

Olegario dijo...

Hay personas que se exigen por demás trabajando, porque han tenido grandes dificultades para conseguir trabajo.

Laura dijo...

También están los que no conocen o no aceptan sus propios límites.