domingo, 17 de marzo de 2013

La adulación como veneno paralizante



 
Algunos trabajadores se someten de forma irrestricta a quienes utilizan técnicas de estímulo consistentes en alguna forma de adulación.

Hace más de 500 años los curiosos europeos se enteraron de que los indígenas sudamericanos fabricaban un veneno muy efectivo para emponzoñar la punta de sus flechas y cerbatanas.

Como se notará al poco tiempo de que fuimos descubiertos se enteraron de nuestras técnicas para matar.

El curare hace exactamente lo contrario a lo que connota su nombre, pues quien lo usa no podrá decir «curaré» sino mataré.

Al entrar en el cuerpo este veneno produce una parálisis de los músculos que detiene hasta el funcionamiento de los pulmones y la víctima perece por asfixia.

Como amante de las comparaciones que soy, y no lo oculto, he llegado a la conclusión de que algunas personas usan una especie de curare cuando hablan, provocando en su interlocutor, una especie de parálisis que, si bien no provoca asfixia sí provoca una caída de la voluntad, de la defensa de los intereses personales, del amor propio, de la rebeldía, de la autodeterminación, y otras reacciones por el estilo.

Me estoy refiriendo a los piropos, las alabanzas, adulaciones, reconocimiento de méritos, halagos, gestos de aprobación y admiración, ovación o aplauso, felicitaciones, brindis, premiación, homenaje, y otras manifestaciones aprobatorias por el estilo.

Las técnicas de administración de los recursos humanos suelen insistir sobre la conveniencia de que el encargado de obtener los mejores resultados de los colaboradores no se olvide de estimularlos porque, ya casi tenemos la convicción de que el dinero por sí solo no es suficiente para optimizar una productividad aceptable de los trabajadores.

Quienes reciben las felicitaciones quedan atacados por una especie de curare cuando, ante cualquier gesto aprobatorio, se entregan al adulón para que este disponga de ellos para uso y abuso.

(Este es el Artículo Nº 1.822)

8 comentarios:

Blanca dijo...

Las personas inseguras son sensibles a los gestos de aprobación. Y como todos somos, al menos un poco inseguros, estamos expuestos a perder autodeterminación.

Gabriela dijo...

Podría pensarse que los creadores tienen mayor libertad y por lo tanto mayor autodeterminación que el común de las personas, pero no es así. Ellos también se encuentran limitados porque no crean sólo para si mismos, sino que lo hacen para un mercado, para satisfacer determinada demanda, para comunicar y ser comprendido.

Elena dijo...

Muchas veces desatiendo mis intereses personales porque por encima de ellos se me impone la necesidad de ser aceptada.

Graciana dijo...

¡Revivan a Cupido!
¡Antídoto! ¡Suero! ¡Desfibrilador! ¡Gasas!

Mateo dijo...

La parálisis que provoca la caída de la voluntad cuando se nos inocula el veneno que exacerba el narcisismo, es directamente proporcional a la caída de la dignidad.

Mª Eugenia dijo...

¿Por qué los jóvenes conservan intacta su rebeldía, aún cuando son víctimas doradas de la adulación?

Braulio dijo...

El dinero se vuelve importante como estímulo cuando falta. Cuando tenemos el dinero suficiente necesitamos otros estímulos que afecten de manera directa nuestras emociones.

Andrés dijo...

Me podrán felicitar, pero no por eso olvido el lugar que ocupo y para qué estoy ahí.