sábado, 16 de marzo de 2013

La intencionalidad inconsciente perjudicial



 
Para conservar el trabajo nuestro inconsciente nos provoca la intención de causar daños para que los clientes sigan necesitándonos.

Los artículos de este Blog tienen como única temática exponer hipótesis de por qué algunas personas parecen destinadas a mantenerse en la pobreza a pesar de las oportunidades que tienen para abandonarla.

No es fácil conseguir trabajo, no es fácil conservarlo, no es fácil obtener del trabajo los ingresos que consideramos satisfactorios.

No es fácil conseguir clientes, no es fácil conservarlos, no es fácil obtener de ellos la ganancia que consideramos satisfactoria.

En otras palabras, si somos empleados o empresarios tendremos una característica en común: el dinero no acude a nuestras manos con facilidad, (aunque se va de nuestras manos con facilidad).

Otra característica que nos iguala es que todos somos actuados, es decir que nuestras intenciones, generalmente desconocidas para quienes las tenemos,  nos influyen pero no nos damos cuenta.

De esto último trata este artículo y pondré unos ejemplos aclaratorios.

Aunque conscientemente tenemos la intención de no perjudicar ni a nuestro empleador ni a nuestros clientes, en aras de conservarlos, inconscientemente tenemos la intención y la necesidad de perjudicarlos, pero no nos damos cuenta.

Si yo lograra ahora darle un fundamento suficiente de por qué tratamos de perjudicar a quienes, en definitiva, serán los proveedores de ese dinero que buscamos, quizá usted admita que esa intencionalidad inconsciente puede contener la causa de una pobreza difícil de revertir.

Lo que intento compartir con usted es que la intención de conservar el trabajo puede inducirnos a no dar soluciones definitivas a nadie, lo cual significa entregar un mal producto o servicio.

Como docentes necesitamos que los alumnos demoren en aprender, como médicos necesitamos que los pacientes demoren en curarse, como sanitarios necesitamos que los clientes padezcan obstrucciones y pérdidas de agua, ...

(Este es el Artículo Nº 1.821)

10 comentarios:

Hugo dijo...

Muchos trabajadores, sobre todo trabajadores independientes, ocasionan perjuicios para el cliente, de manera consciente, con el fin de usarnos para que los volvamos a llamar. Esos trabajadores a corto o mediano plazo se quedan sin clientes.

Margarita dijo...

A veces estos saboteos que se hace el empleado o el empresario, no son conscientes. Son personas q no se permitirian a si mismos jugar sucio, pero por temor lo hacen.

Braulio dijo...

Me ha pasado con algunos medicos que me despachan rapidamente sin sondear el tiempo necesario en mi dolencia. El sistema de atencion lleva a eso y los mayores perjudicados somos los pacientes y los mismos medicos. Solo sale ganando la institucion de salud.

Ramon dijo...

Perder agua cada vez se vuelve algo mas dramatico. Muchas zonas del planeta se ven altamente afectadas por la falta de agua. La situacion no esta como para que la desperdiciemos. Hay variadas formas de solucionarlo, pero a menudo son costosas o no hay interes en que se solucionen, porque como siempre hay unos pocos que se ven beneficiados cuando un producto o un servicio escasea.

Mauricio dijo...

Cuando estamos desconformes en un trabajo, sin darnos cuenta lo hacemos mal. Es una forma poco inteligente de vengarnos del empleador.

Adriana dijo...

Tambien podemos tener la intencion de agredir al cliente, como si el tuviera la culpa de nuestra desconformidad.

Luis dijo...

Si nosotros no encontramos soluciones definitivas a nuestros problemas, quizas queramos inconscientemente, que los otros tampoco las encuentren.

Oriente dijo...

Todos estos problemas que se exponen aqui dificultan nuestra convivencia. Y por supuesto a quien necesita ganarse el pan. Como siempre nos hacemos trampas al solitario.

Ruben dijo...

Yo encuentro satisfaccion en hacer bien mi trabajo. Me proporciona prestigio y reconocimiento.

Gabriela dijo...

Continuando lo expuesto por Ruben, agrego que el buen relacionamiento con nuestros clientes y empleadores es algo que colabora para que no caigamos en estas trampas. Para lograr ese buen relacionamiento es necesario saber comprender, perdonar,
ser indulgente, e incluso tener una actitud amorosa hacia nuestros semejantes.