El dinero es una mercancía que puede canjearse por cualquier otra mercancía. Cuando el dinero no existía, las personas tenían que destinar mucho tiempo y energía en encontrar a quien tuviera lo que necesitáramos y que casualmente necesitara lo que teníamos para ofrecer.
Con dinero en nuestro poder, sólo tenemos que dedicarnos a buscar a quien posea lo que necesitamos porque seguramente aceptará nuestra mercancía-dinero.
La cualidad de ser universalmente aceptado lo ubica en el tope del ranking de popularidad. ¿Se imagina a un artista que fuera aplaudido por todos? ¿Que todas las personas estuvieran dispuestas a pagar una entrada para ver su actuación?
Como todos necesitamos ser aceptados y amados, toda persona u objeto que logre ese propósito, se constituirá en un modelo a imitar. Querremos parecernos a quien (o «a lo que») tenga la posibilidad de ser aceptado y amado.
Aunque bastante criticada, la envidia es el sentimiento que todos tenemos hacia quien (o «hacia lo que») logra ese preciado objetivo: ser aceptado y amado.
La envidia es criticada porque incluye el deseo de comerse al envidiado en la creencia de que así incorporaremos eso que lo vuelve aceptado y amado. Por lo tanto, la envidia incluye un deseo criminal.
Volvamos al dinero. En nuestra psiquis es, además de una mercancía, un símbolo que representa «lo más aceptado y amado». Por eso sentimos hacia él envidia y deseos criminales de incorporar su fantástica popularidad.
Con este trasfondo afectivo, no es raro que mucha gente esté enemistada con el dinero y lo mantenga lo más lejos posible, provocándose así la pobreza patológica.
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21 comentarios:
EStá complicada esta doc!
Yo envidio a mi cuñada porque mi hermano es mejor que mi marido pero si le pasara la lengua por una mejilla estoy segura de que me enveneno para el resto de mis días.
Brillante idea. Demasiado importante para un blog, está para escribir un libro desarrollándola. Lo felicito sinceramente!
Confieso que so ó ni. Me queda la duda, pero no la entiendo del todo. Está compli. Con tal de salir de pobre soy capaz de pensar media hora más.
Cuando estaba en el coro del colegio, el maestro le dijo a mi madre que yo era oro en polvo. Ahora que soy más grande creo que terminaron acostándose y que yo no tenía ningún talento.
Tu inconciente es sabio Walter. Tu lo dijiste cuando usaste la palabra "polvo": el maestro quería echarle un polvo a tu vieja. Suele pasar. A Christian Castro le pasó lo mismo porque su mamá (Verónica Castro) tenía caliente hasta a las maestras de su cole, pero fue peor, porque él se lo creyó.
La única coincidencia que encuentro es que odio a quienes envidio y odio al dinero. Es un odio reconcentrado, casi puro. No siento que envidie al dinero, pero bueh, el que sabe, sabe.
Se está sofisticando licenciado. Esto ya no es para los de 9 años! Tómelo como una luz amarilla y con mucho amor.
Es difícil darse cuenta cuando estás enemistado con el dinero. Por lógica uno desmentiría una observación de ese tipo. Pienso que se necesita ayuda profesional para darse cuenta.
Si la envidia hacia el dinero, como símbolo de lo que es aceptado y amado, incluye el deseo de incorporación, entonces no habría problemas porque la persona haría todos los esfuerzos necesarios por conseguir dinero.
No me quedó claro lo que ud dice cuando afirma de que "con dinero en nuestro poder, sólo tenemos que dedicarnos a buscar a quién posea lo que necesitamos" . Si en otro artículo puede aclararlo le estaría muy agradecida.
Aprovecho para felicitarlo por su trabajo.
Cantantes y actores son algunos de los profesionales que reciben ese extraño regalo de ser amados y aceptados por una gran masa de gente. Quizás sea por eso que tantos adolescentes sueñan con ese tipo de fama. Sin descontar además que esa aceptación y amor se ve reforzada por la paga que algunos de ellos reciben.
Blanca, me parece que el Licenciado simplemente hace referencia a las ventajas de la moneda como objeto de intercambio, con respecto al trueque.
Mis deseos criminales de incorporar la fantástica popularidad del dinero, aún se manejan dentro del marco de la ley. A nivel de la fantasía los deseos son realmente criminales.
Si logro que el vecino me envidie, entonces quizás desee comerme. Aleluya!!
Trato de pensar en otros símbolos universalmente aceptados y amados ... y no se me ocurre nada.
Es difícil imaginar lo que deben sentir los grandes líderes cuando son obacionados por miles de personas. Además de ser muy gratificante supongo que dará miedo. Al menos a mí me daría mucho miedo.
La envidia se vuelve mucho peor cuando vemos que otro ha logrado algo por lo que uno ha peleado mucho y aún no logra.
Si actúa Jhon Money, seguro vienen los boinas negras.
Tengo una relación enferma con el dinero: me mato por conseguirlo y lo tiro a la bartola.
John Money? No es aquel psicologo medico del caso John/Joan, madre mia se me erizaron los sentidos cuando estudie ese caso en la universidad.
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