El dinero no hace la felicidad pero es muy necesario. Saber ganarlo y administrarlo son destrezas imprescindibles.
¿Qué deseamos que nuestros hijos aprendan?
Reconozco que prefiero hacer las cosas ordenadamente y que me resisto al desorden y la ineficiencia. De tal modo que lo que yo pueda decir estará marcado por esta forma de ser.
Seguramente es importante que los niños sepan comer, cuidarse, convivir. En cada familia predominarán ciertos valores por sobre otros y en base a esa escala de valores, se organizará la educación de los hijos.
Una asignatura que no debería faltar es la que refiere al dinero.
Quizá puedan ser útiles estas tres ideas:
1) Convertir en un paseo divertido por lo menos algunas compras. En este caso quien se encarga de la tarea podría pensar en voz alta para que el pequeño oiga por qué se compra este jabón y no este otro que es más aromático; por qué el café del envase rojo es menos conveniente que el de envase marrón.
2) Algunos juegos de mesa incluyen conceptos básicos que pueden parecerse al uso inteligente del dinero (cómo ganarlo y gastarlo). Los naipes, con sus diferentes «valores» simulan bastante bien el dinero.
3) Permitirle que juegue con dinero verdadero, ya sea porque se lo regalan o porque se lo «gana» jugando a que trabaja. También puede ser «la manito ejecutora» de algún pago que sólo signifique entregar los billetes a un cajero o monedas a una máquina expendedora.
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13 comentarios:
Mi hijo se gasta todo el dinero que gana porque dice que los gustos quiere hacérselos hoy. No he logrado que comprenda que el ser humano tiene otras necesidades básicas a cubrir y que tiene que ahorrar para ello.
Los álbumes con figurillas de colección me enseñaron cuanto sé de negocios.
Mis primeros ahorros fueron en tapitas de gaseosas.
Por supuesto que las de Coca-Cola eran las de "mayor valor", sobre todo porque eran las que más encontraba tiradas por ahí.
Parece lógico que los niños se familiaricen con el dinero, que aprendan a usarlo y administrarlo, formará una parte esencial de su vida.
Me parece muy buena idea la de pensar en voz alta para enseñarle algunas cosas a nuestros hijos.
Es curioso, el correcto uso del dinero es una asignatura que siempre falta en la educación formal.
Por ahora se me hace imposible salir de compras con mis niños. Se les antoja todo lo que ven, a menudo lloran y hacen pataletas. Me ponen en ridículo, aún no sé como manejar esas situaciones.
Permitir a los niños que juegen con dinero verdadero? ¡Qué asco!
Cuando salgo con mi hijo, él siempre está moviéndose, hablando, siempre en acción. A mí me agota; me gustaría que fuera más observador o más tranquilo para poder contarle cosas o dialogar con él.
En casa no hay nadie ordenado y eficiente. Quizás deberíamos contratar una educadora.
Recuerdo que de niños con mi hermano nos gustaba mucho jugar al quiosquito. Cuando mamá nos dejaba hacerlo con dinero de verdad, era emocionante!
Es realmente difícil enseñarles el ahorro a los niños; ellos todo lo quieren ya.
Es cierto, el dinero no hace la felicidad... pero ¡qué felices nos pone!
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