Desde mi punto de vista los humanos funcionamos en forma parecida a otros mamíferos en tanto es la hembra la que entra en período de celo convocando a los machos que competirán entre sí para fecundarla.
Las mujeres, a pesar de su bajo perfil, son las que eligen al varón que será padre de sus hijos.
Esta elección excepcionalmente fracasa.
Como nuestra especie es más incompleta y vulnerable que las demás, tenemos conductas menos previsibles.
Somos tan imprevisibles que la elección puede invertirse y ser el varón quien eleva tanto su oferta a la mujer que ésta termina por «elegirlo» como padre de sus hijos.
En los mercados de libre competencia (que funcionan de forma similar a la oferta y la demanda de cónyuge matrimonial), hay dos creencias:
1) Que el mercado se mueve por iniciativa de la demanda generando la oferta de los fabricantes, importadores y comerciantes (este caso podemos compararlo con la idea de que las mujeres son las que eligen a los hombres y estos generalmente no las defraudan);
2) Que el mercado se mueve por iniciativa de la oferta generando la demanda de los consumidores (este caso podemos compararlo con la idea de que son los hombres los que estimulan a las mujeres para que éstas los elijan).
Hay dos autores clásicos que defienden uno y otro punto de vista.
El más influyente fue el economista británico John Maynard Keynes (1883 - 1946), quien aseguraba que los fabricantes construyen lo que la gente pide (los hombres acuden al ser convocados por las mujeres).
Por su parte el economista francés Jean-Baptiste Say, (1767 – 1832) sostuvo la opinión contraria: los fabricantes deciden lo que comprarán los clientes (los hombres se hacen elegir por las mujeres).
Me parece que la mayoría de las veces la realidad es keynesiana y unas pocas veces ratifica las ideas de Say.
●●●
14 comentarios:
Me creo con el poder de que algunos hombres "coman de mi mano". No todos. Sólo unos pocos.
No sé si odiarlo o amarlo con esa presentación tan económica del amor y de la familia.
Para que la oferta comience a generar demanda lo único que se necesita es una sociedad de consumo desarrollada.
El modelo keynesiano lamentablemente deja de funcionar cuando la demanda es hacia los organismos públicos.
El poder de convocatoria de nosotras las mujeres, decae en forma proporcional a la edad.
Es bien sabido que en la especie humana no existe el período de celo.
Mi período de celo es full-time!
¿Los trastornos premenstruales son el período de celo en la mujer?
No puede ser. Nos ponemos inbancables.
Lo verdaderamente terrible es cuando la mujer elige al varón que será el amante de sus hijas.
Los hombres hacen muchos esfuerzos para que las mujeres los elijan y después se distraen con el fútbol.
Todavía sigue vigente en algunas culturas la dote que la mujer debe aportar al hombre al momento del casamiento. Ahí parecería que la oferta y la demanda buscan equilibrarse.
Hay un programa de entretenimientos brasileño en el que los varones se ponen en oferta y son las damas quienes los eligen.
Algunos hombres necesitan una manifestación multitudinaria para sentirse convocados.
A algunos hombres no hay quién los convoque, están fuera de época.
Publicar un comentario