miércoles, 7 de diciembre de 2011

Protegerse dentro de una idea fija

La vida infantil es tan compleja y angustiante que necesitamos inventarnos historias, novelas, guiones (1), que si bien nos ayudan calmándonos, a menudo nos quitan rendimiento productivo (económico).

Toda ficción tiene por objetivo darnos placer, aún cuando se trate de películas de terror, cuentos de vampiros o novelas policiales.

El psicoanálisis cree esto, nos da mucho resultado creerlo, hasta parecería que podríamos demostrarlo, sobre todo porque los pacientes mejoran, tienen una vida menos sobrecargada de tristezas, temores, esclavitudes.

Los diversos estilos literarios que todos conocemos funcionan de manera parecida a los estilos psicológicos que fuimos desarrollando a medida que la vida nos fue poniendo en aprietos.

Estos estilos son el histérico, el obsesivo, el fóbico, el perverso, el psicótico, el psicopático, pero déjenme borrar con el codo esto que escribí con la mano: no les recomiendo que piensen con esas etiquetas porque terminarán creyendo que saben algo, como me pasó a mí cuando fui joven, omnipotente y pedante.

Veamos un caso que pudo ocurrirnos y que explicaría por qué hoy somos como somos.

— Quisimos a mamá en exclusividad;

— Apareció papá y reclamó su parte de mamá alegando que es su esposa y que, entre otras cosas, quiere darnos varios hermanitos más;

— Quisimos matarlo. Nuestras «tiernas» intenciones para con él fueron horrendas, merecedoras de cadena perpetua;

— Estábamos entre la espada y la pared, desesperados, la angustia nos dio mucho miedo, la oscuridad estaba llena de monstruos antropófagos;

— Las palabras con la voz de papá, cuando nos ordenaban «vete a jugar», taladraban nuestros oídos;

— La solución fue tratar de controlar nuestros pensamientos concentrándolos en alguna idea fija: lavarnos las manos, evitar las baldosas oscuras, contar millones de ovejitas para quitarnos el insomnio, y todo esto, durante décadas, en desmedro de nuestra capacidad productiva, generándonos una pobreza económica patológica.

(1) Nuestra novela y nuestro protagonismo

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12 comentarios:

Ricardo dijo...

A mí me fue bien porque mi idea fija siempre fue hacer dinero.

el poeta dijo...

La idea fija
de lavarme las manos
me fue muy útil
al ser cirujano.

Sandra Celeste dijo...

Yo soy lo que soy, no tengo que dar excusas por ello.

Ma. Eugenia dijo...

Las ideas fijas de las que ud se refiere, siempre son tan concretas? o puede tratarse de ideas más complejas o conjuntos de ideas?
Ya sé que no me va a responder, pero yo lo dejo picando como diciendo, "pensemos en eso".

Tiago dijo...

Por primera vez comprendo las intenciones de Ma. Eugenia.
Gracias Ma. Eugenia.

Graciana dijo...

Cuando papá nos hablaba, así fuera para mandarnos a jugar, siempre apagaba primero el taladro.

Luli dijo...

Así que de pequeñuelos ya éramos terribles!

la gordis dijo...

Para vencer el miedo me convertí en una monstrua antropófaga. Y así estoy.

Jack dijo...

Cómo que papá "reclamó su parte de mamá"; ni que se tratara del fraccionamiento de un terreno!

Sofía dijo...

El miedo a la oscuridad nunca se va del todo.

Yoel dijo...

Alguna vuelta si puede explique lo de los estilos literarios. No sé a qué se refiere.

Sandra39 dijo...

La única forma de borrar con el codo lo que se escribe con la mano es siendo zurdo.
En el fondo... cuánta intolerancia!