jueves, 26 de abril de 2012

Buscar y encontrar



Hay personas que tienen más talento para «encontrar» que para buscar. No todos poseen ambos talentos.

No vayas a pensar que todos los relatos de ficción que redacto y publico cada semana, me gustan. Por el contrario, muchos no me agradan pero los publico igual si mis allegados me animan «sin dejar de reconocer que no es de los mejores».

En 2006 publiqué uno titulado Lo paterno (1) en el que el protagonista (Benito Loyarte) logró conseguir un empleo cuando menos lo pensaba, por pura casualidad. No porque lo buscara sino porque «lo encontró».

Esto no es muy frecuente pero tampoco es tan raro: los artistas pueden llegar a lograr una sola creación que les permita ganarse la vida hasta el último día.

En el ambiente musical, a estas piezas originales y súper-rentables se las denomina one-hit-wonder, cuya traducción significa algo así como «maravilla única».

Todos conocemos muchas de ellas. Sin ir más lejos en Wikipedia podemos acceder a 100 de las mejores en el artículo titulado 100 Gratest One-hit (2)

Quienes andamos por la vida buscando oportunidades laborales para solventar los gastos familiares y personales, solemos adolecer de ciertos prejuicios que podrían privarnos de alguna solución interesante.

Efectivamente, acostumbramos salir a la vida laboral después de haber terminado los estudios, buscando que alguien nos contrate en relación de dependencia (empleado) o buscando asociarnos con algún amigo para llevar adelante un emprendimiento rentable.

Buscar empleo y buscar oportunidades rentables debe estar asociado a la actitud de «encontrar», para que tenga posibilidades de éxito.

Aunque suene extraño, muchas veces es tan intenso el afán por buscar soluciones que desactivamos nuestra predisposición a «encontrar».

Tanto el personaje del cuento (Benito Loyarte), como los creadores de esas «maravillas únicas» son personas con más talento para «encontrar» que para buscar.

(1) Relato titulado Lo paterno


(Este es el Artículo Nº 1.536)

10 comentarios:

Oliverio dijo...

Pienso que en buena medida la aptitud para encontrar, se relaciona con el estado emocional. Si estamos en buen estado de ánimo, confiados, razonablemente alegres, cuando surgen oportunidades (que en realidad aparecen mucho más amenudo de lo que nos parece) estamos en condiciones de aprovecharlas.

Silvia dijo...

Con respecto a lo que dice Oliverio, a mí me sucede que cuando ando bien, escojo trabajos que luego, cuando ando mal, me veo obligada a abandonar.

Estéban dijo...

Por lo que decís, Silvia, a ti te combiene asociarte con algún amigo/a de tu confianza y emprender algo que les entusiasme a ambos. Si ese amigo te conoce, quizás pueda sostener el trabajo cuando andás mal; de pronto es posible.

Silvia dijo...

No me parece justo para mi amigo que tenga que lidiar solo con un trabajo que estaba pensado para ser llevado adelante por dos. Igual gracias por la sugerencia.

Rolando dijo...

Creo que los buscadores son personas estables y persistentes. Son personas equilibradas. Pueden mantenerse en un mismo camino, aunque sufran fracasos y frustraciones. Saben lo que quieren y a menudo son muy apasionados en su búsqueda.

Gabriela dijo...

Leí el cuento ¨Lo paterno¨ y me pareció magistral. No lo había leído nunca (y eso que lo vengo leyendo a ud. desde hace años). Lo que sí, me costó seguir la trama porque en un espacio muy breve aparecen varios personajes y saltos en el tiempo. A la tercera vez que lo leí entendí el argumento. Dije que me pareció magistral porque opino que está muy bien escrito y que la idea es muy creativa.
No sé si interpreto bien: ¿lo paterno está representado en el personaje de Benito Gurméndez (el hacendado que estaba incursionando en la política)?
Genial! Da para analizarlo y sacarle el jugo (al cuento :)

Pablo dijo...

Yo encontré mi trabajo, mi verdadero trabajo. Hacía varios años que escribía pero trabajaba como analista programador. Un día me di cuenta que mi trabajo era escribir. Desde entonces no he parado. La jugada me salió cara. Hasta perdí mi matrimonio. Pero no podía hacer otra cosa.

Luis dijo...

El comentario de Gabriela me dio curiosidad y fui a leer el cuento ¨Lo paterno¨. En ese cuento, B. Gurméndez, encuentra a Dante Loyarte, el poeta, de pura casualidad. Pero en realidad no es sólo la casualidad. Gurméndez tuvo la capacidad de percibir, en medio del barullo, un gesto que a la mayoría pasaría desapercibido.
Cuando estamos demasiado ensimismados, sea por nuestros problemas o por nuestro excesivo afán de protagonismo, se nos pasan desapercibidos muchos de datos de la realidad, que podríamos aprovechar en nuestro beneficio.

Tiago dijo...

Ud cada vez me convence más que tengo que ir a terapia.

Elena dijo...

Les cuento algo que pasó hace años en un taller con un paciente. La consigna era hojear el diario y buscar un artículo que despertara interés, para luego analizarlo. El paciente al que me refiero, pasaba rápidamente las hojas del diario e invariablemente decía: ¨no encuentro nada¨. Como otros compañeros de taller, sí encontraban, se trabajaba sobre esos otros artículos. Pasados seis meses, el referido paciente empezó a buscar en el diario y a encontrar. ¿Qué suscitó el cambio? Mi hipótesis es que el hecho de ver a otros buscando y encontrando, le permitió flexibilizar una idea que había enraizado en él ¨a mí no me interesa nada, yo no soy capaz¨. El ambiente de camaradería con los otros compañeros, constatar que no era rechazado por su dificultad, la colaboración que recibió de los otros, descubrir que lo valoraban por otras virtudes aunque esa tarea específicamente le costara... todo eso pienso que ayudó a su cambio de actitud.