lunes, 18 de marzo de 2013

El amor y el dinero ¿deben excluirse?




En nuestra cultura occidental tenemos prohibido amar a varias personas, sobre todo cuando también existen intereses económicos, laborales, lucrativos.

En nuestras culturas occidentales tenemos entendido que el amor no debe estar «contaminado» por el afán de lucro. Ese sublime sentimiento, (el amor), solo tiene cabida entre familiares e inclusive amigos, porque estos son los familiares que hemos elegido, los que adoptamos voluntariamente, mientras que los familiares consanguíneos son vínculos que nos vienen dados sin mucha elección de nuestra parte.

Por lo tanto, para ser fieles a lo que entendemos por amor, no podemos hacerlo participar en situaciones donde circula dinero u otros intereses materialistas.

Esta filosofía es una buena causa de que existan muchos pobres patológicos, es decir, personas que en el fondo desearían padecer menos privaciones, escaseces y penurias, pero que una vez sí y otra también, se tienen que enfrentar a que

«este negocio no se concretó»;
«aquel otro terminó generando una pérdida»;
«con tan pocos clientes es imposible obtener ganancias que justifiquen la inversión, el riesgo y hasta el propio esfuerzo».

Esta filosofía nos lleva a pensar que el amor que alguien siente por su familia debe ser muy diferente al sentimiento que le inspiran sus clientes, empleadores o compañeros de trabajo.

Como no podía ser de otra manera, otra vez termino hablando de las disparatadas pretensiones de monogamia que intoxican nuestra sociedad, generando situaciones contrarias a la Naturaleza.

Los humanos tenemos terminantemente prohibido amar mucho a varias personas, excepto que sean consanguíneos.

Nuestra cultura nos obliga a sentir que sería inaceptable tratar con igual amor, ternura y pasión, a los requerimientos de un cónyuge, de un compañero de trabajo, de un cliente o de un socio, porque  tenemos prohibido amar cuando existen intereses lucrativos.

¿Realmente el amor y los intereses económicos, debe excluirse?

(Este es el Artículo Nº 1.823)

13 comentarios:

Laura dijo...

Estoy de acuerdo con usted. Amor e intereses lucrativos no tienen por qué excluirse. Sería maravilloso que pudiéramos poner amor en el vínculo con nuestros compañeros de trabajo, empleadores y clientes.

Lautaro dijo...

Pienso que la monogamia define lo que es una pareja: una pareja es de dos, dos integrantes. De lo contrario pasa a ser otra cosa. Nadie está obligado a tener pareja. Pero no sé si es exacto hablar de pareja abierta. Habría que usar otro nombre para ese tipo de vínculos.

Marta dijo...

Estoy de acuerdo con Lautaro. La pareja es un vínculo de exclusividad. La pretensión está en dedicar tiempo y energías en una persona en particular, cuando el vínculo incluye el aspecto sexual y la posibilidad de formar una familia. Las personas que eligen la libertad sexual, renuncian a ese vínculo jerarquizado y diferente.

Roque dijo...

El vínculo de amistad es distinto al de pareja porque los amigos a menudo están mucho tiempo sin verse. La pareja en general convive o comparte más tiempo. La historia en común de una pareja suele estar más cargada de vivencias.

Esther dijo...

Mire Doc, no me pida que ame a mis clientes. Son completamente abusivos e insoportables. Además no puedo tener una buena actitud hacia ellos si atiendo a uno tras otro durante casi ocho horas y siempre de pie.

Jacinto dijo...

Me gusta mi trabajo como vendedor. Soy sociable, conversador y me gusta estar enterado de todo. Sé que en general caigo simpático y logro, la mayoría de las veces, un vínculo amistoso con mis clientes.

Rubén dijo...

Lo que sucede, Mieres, es que los negocios familiares son para lío. Yo separo familia y trabajo.

Marcos dijo...

Un buen ambiente de trabajo es inapreciable. Pasamos mucho tiempo con los compañeros de trabajo. Vale la pena buscarle la vuelta para tener un vínculo honesto y comprensivo con todos.

Olga dijo...

No se puede creer como personas que tienen un negocio, atienden tan mal a sus clientes. Parece que quisieran cerrar y están buscando una excusa para hacerlo.

Estela dijo...

Sí Olga, con los proveedores es más fácil llevarse bien que con los clientes. Eso de que el cliente tiene siempre la razón, a mí llega un momento que me supera.

Enrique dijo...

Muchas veces los negocios no se concretan porque no sabemos elegir a nuestros socios, o los elegimos pensando que todo va a ir sobre ruedas y después resulta que nos ponemos intolerantes y egoístas.

Diana dijo...

Los monopolios comerciales no sirven, salvo en el comercio sexual.

Lucas dijo...

No estoy de acuerdo Diana, además hay que tener en cuenta algunos detalles importantes: la edad, el deseo sexual, si se es varón o mujer, y lo que uno espera del vínculo de pareja.